Rocío Obregón
Colombia. Realiza estudios superiores en los Estados Unidos donde obtiene el grado de licenciada en Literatura Francesa, Estudios Latinoamericanos y Artes Dramáticas en el Dominican College y en la San Francisco State University. En la década de los años ochenta inicia su carrera como productora de cine, televisión y comerciales para publicidad,
y trabaja al lado de directores como Francisco Norden (Cóndores no entierran todos los días), Luis Ospina (Pura Sangre), Camila Loboguerrero (Con su música a otra parte), Leopoldo Pinzón (Pisingaña) y Jorge Ali Triana. En Colombia gana la Catalina de Oro junto con Carl West por la producción y dirección artística de la "Mejor de Mis navajas" y en 1991 gana en el Festival de Cine de Bogotá para mejor comercial de Televisión con la agencia de publicidad McCann Erickson. En el campo internacional se destacan sus trabajos para la BBC de Londres, Tanstel, Unicef, el Video Publishing Group-donde fue finalista en los Telly Awards de 1993-y para productoras de comerciales de publicidad con las que gana el Clio en Cannes (1983) al mejor comercial del año. Ha publicado fábulas, cuentos y artículos en revistas y periódicos colombianos como Notas de Luz y El Tiempo. Es autora de un libro de literatura infantil Pedrito y el Globo Mágico. Al lado de Enrique Pulecio y Natasha de Sánchez ha trabajado en la escritura de guiones cinematográficos. En la actualidad se desempeña como traductora para las agencias de doblaje Provideo y Centauro traduciendo para las cadenas de televisión Discovery Channel, National Geographic, People and Arts, History, y Fox, entre otras. Se presenta en las tertulias literarias, colegios y las universidades de su ciudad, Bogotá, donde muestra su trabajo poético-musical, acompañada siempre de reconocidos músicos de rock de la escena musical colombiana.
MUNDO DE SOMBRAS
A Miguel Durier
Me envuelve el halo de una noche triste y oscura.
Cegada por el resplandor de las llamas,
vi como las sombras desfilaban a mi lado,
niebla blanca y profunda,
vaho de tumba sin alma.
Vagaban de aquí para allá, sin sosiego.
La noche se teñía con la luz mortecina de una luna opaca.
Y vi tu rostro mezclado al de ellos,
no sonreías, mirabas fijamente hacia la nada.
¡Fantasmas de un mundo abismal!
¡Héroes de infinitas batallas!
Donde la sombra es siempre reina
y la muerte tiene alas.
¿Qué buscabas entonces?
¿Cobijarte en el delirio?
¿Confundirte con la nada?
¡Robarle al cielo una estrella!
¡Entonar una canción nunca cantada!
No comprendías el instante,
ni el golpe certero de la piedra al caer,
formando sueños y quimeras,
en el estanque del ayer.
Vagaste en los caminos de la noche
bebiendo el sueño de los fantasmas,
dando tumbos sin saber
a donde te conduciría el alba.
Te robaron la inocencia.
El perdón.
El pecado.
Y las flores ya marchitas...
Y saber que no hay mañana,
que ya nunca estaré a tu lado.
Me envuelve el halo de una noche triste y oscura.
En el rincón del jardín se dibujaban las sombras
de un árbol que apenas vivía,
y la muerte que comenzaba su ronda
Entonces sentí el roce del viento
aleteando sobre mi cara,
y vi como tu sombra pasaba a mi lado,
extraviada la mirada.
Y comprendí.
SUEÑO DE MUERTE
Bajo la pálida luz de la luna
tuve un sueño de muerte.
Los árboles mudaban sus hojas,
tu rostro estaba en mi mente.
Era Otoño.
Las calles de mi ciudad
tomaban un viso opaco y gris.
Y en medio de todo ese ir y venir
escuché tu sonrisa entre la gente.
Te seguí en silencio,
como un lobo sigue a su presa,
bestia solitaria y herida,
tras una lejana belleza.
Era Otoño.
El río corría lenta y pesadamente
como testigo mudo
de lo que me depararía la suerte.
A lo lejos,
las campanas anunciaban un lamento,
y el aire se impregnaba
del eco de un más allá.
Vi tu silueta en la oscuridad,
desdibujada en el tiempo.
Ibas de prisa,
casi flotando,
en un mar incierto
de hojas volando
al viento
Ahora, mi sueño estaba teñido de muerte.
Bebí tu aliento
El río copiaba tus pasos,
todo en él era un eterno fluir.
En la noche misteriosa,
ella me recordaba a ti.
Las calles iluminadas
emanaban tu perfume;
dejabas atrás tu estela
de pasión e incertidumbre.
Caminabas muy de prisa,
pero no tenías rumbo cierto.
De gala ibas vestida
a tu fugaz encuentro.
Bajo un blanco abrigo
se ocultaba tu cuerpo.
Palmera ondeando en la lluvia,
olor a campo fresco.
En el viejo café,
la taza ya vacía,
reclamaba el roce de tu boca,
tus ojos y tu sonrisa.
Aquel callejón oscuro
donde los sueños se fraguaron..
El recuerdo de un ayer
donde tus besos me bañaron.
Doblaste en esa esquina
y entonces, ya no te vi más.
Te perdiste en esa noche
y en la negra eternidad.
Tantos momentos vividos
cuando te tuve entre mis brazos,
tejiendo los hilos de un destino,
de un pasado ya olvidado.
¿Era de día o de noche?
¡Que más da!
En el jardín de la muerte
solo pude suspirar.
Bebí tu aliento
Y desperté aquella mañana
bajo un cielo gris,
siguiendo mis propios pasos
hacia una morada sin fin.
Tuve un sueño de muerte
del cual nunca desperté.
Un recuerdo, un anhelo
tus caricias, te soñé.
Bajo la tierra
cubierta de hojas secas
Bebí mi aliento
Aquel Otoño gris,
vida mía,
se lo llevó el viento.
PAISAJE EN RUINAS
El sol se pone en el horizonte.
Sobre el lienzo celeste, mezclo los colores
de un paisaje que mi ensoñación creó.
Cuando llega la noche,
mis pinceles dibujan la silueta de tu alma
con matices de suspiros y pasión.
A la mañana siguiente,
despierto confundida, el lino está en blanco,
el sol nunca salió.
Me acerco a la ventana.
La calle oscura y gris calcó tus pasos
en un boceto anterior.
En la habitación vacía
eres un rostro abstracto, un trazo olvidado
que una espátula plasmó.
Sobre la paleta abandonada,
los oleos ya secos, aspiran darle vida
a un apagado bodegón.
No puedo entenderlo.
Seguramente solo existías
en otro cuadro similar a este, otro cielo, otra mañana
y alguien más te pintó.
En mi paisaje en ruinas,
recorro los escombros de otra ensoñación,
donde yo iba cobrando vida,
y tu eras el pintor.
El Jardín de la Esperanza
A Rodrigo, mi hijo
Me buscaste al despuntar el alba
Aroma de flor en la mañana
Eras solo una forma sin forma,
Una nube juguetona al alba.
Clavel de Poeta olvidado,
Soplo alegre al viento;
Eras solo un rostro sin rostro,
Rosa silvestre y pensamiento.
Traviesa criatura errante,
Flor de azahar perfumando el huerto,
Lirio solitario despertando al sol,
Eras solo un cuerpo sin cuerpo.
Azucena pura deseando florecer.
Flor de amor, azul agapanto.
Bella sombra al mediodía,
Eras solo un llanto sin llanto.
Lunaria de los sueños,
Fresco soplo de calma;
Yo te bajé del cielo,
Delicado capullo del alma.
Inocencia pueril y angelical
Convertida en semilla de bienaventuranza,
Brotaste bajo el mirto ya cansado
En el jardín de la esperanza.
WONDERING ALOUD
La noche nos mira en silencio.
Descansan nuestros corazones
en la imaginación de lo eterno.
Somos dos almas migratorias
cuyos mundos se cruzaron.
Dos rumbos perdidos
en el afán de unos besos.
¿Cómo nos tratará el mañana?
Cuando la realidad sorprenda nuestros sueños.
Cuando en lugar de mirar hacia un futuro cercano
sea el pasado lejano hacia donde miremos.
¿Será tu amor,
la playa virgen que acaricien mis pies,
la ola que viene a descansar en mi regazo?
¿Será tu amor,
el rumor de la selva que despierta
a la sensualidad de sus follajes?
¿La esperanza de un nuevo día,
morir de nuevo en tus brazos?
Somos tan jóvenes, tan jóvenes
que llorar no sabemos...
¿Cómo nos tratará el mañana?
Cuando el paso de las horas haya doblegado nuestra pasión
y ahuyentado los deseos.
¿Se acomodará el cansancio en nuestra sala?
¿Lo cotidiano se perpetuará en la alcoba?
Sazonaremos nostalgias y versos.
Acumularemos monotonías
Momentos vacíos, silencios mortales..
Nos llenaremos de mentiras y secretos,
de reproches callados, y miedos ancestrales.
¿Como nos tratará el mañana?
Cuando hayamos saciado nuestra perplejidad del otro
y no exista ningún lugar inexplorado en el alma.
¿Será tu amor el que llene todos mis vacíos,
reemplace la búsqueda solitaria del Dios,
y rescate mi ser de los oscuros abismos?
¿Será tu amor el que desafíe la mundana cotidianidad
y devuelva el fervor sagrado que alentaba la vida?
Hoy soy tu presente, el campo soleado y primaveral
por donde corren tus caprichosas quimeras.
No sé en que me convertiré mañana.
Eramos tan jóvenes, tan jóvenes
que no sabíamos llorar ....
Alguna vez me buscaste
creyendo que yo podía robarle al universo su esencia.
Alguna vez yo te busqué
creyendo que tu podías robarle al universo su magia.
No sabíamos entonces
que solo éramos dos desesperados mas
en busca del paraíso.
Dos almas migratorias
durmiendo por siempre el sueño inmortal
en la imaginación de lo eterno.
Lo nuestro fue intemporal.
MAR ADENTRO
Revienta la ola sobre el acantilado
cambiando el paisaje de mi vida,
salgo a tu encuentro en el tiempo
vestida de corales y algas marinas.
Mar adentro.
Se lavan mis penas en las calidas orillas de tus deseos
sobre la fina arena sucumbo a la pasión desbordada de tus besos.
¡Rompe tu cuerpo contra mi cuerpo
como la ola rompe en altamar!
Se abanican las crestas de las olas
queriéndome besar. Y yo me rindo.
Amor líquido que impregna el alma,
cadencia de sirenas que cantan al unísono.
Tus caricias esculpen el contorno de mi cuerpo,
mi afán de ti se cubre de amor índigo.
Mar adentro.
El lecho marino llora las perlas que me ha de regalar.
Y yo me rindo.
En los rincones de los negros abismos
puede mi deseo por fin descansar.
Tu amor me arrastra a tu sueño apasionado,
bañada en lágrimas de mar, yo te sigo.
Revienta la ola sobre el acantilado
anunciando el ocaso de los días.
Salgo a tu encuentro en el tiempo
vestida de sirena y melancolía.
Mar adentro, me esperas tu,......
y yo me rindo.
MISTERIO ES NOCHE
Misterio es noche,
embrujo cósmico que cautiva el alma.
Tus precipicios voraces sin fondo cierto
me llevan de regreso a la inmutable calma.
Misterio es noche,
mística sacramental de silencios no pronunciados.
Son los abismos profundos que acompañan mi sueño
ecos distantes al oído susurrados.
Luces furtivas iluminan tu vagar nocturno,
hay en tu alma infantil un asomo de lo eterno,
en la vacilante región de lo tangible
se confunden lo vivo con lo muerto.
Misterio es noche
exilio del alma.
Ausencia perenne, innombrable,
quiero bañarme en tus oscuros imperios desolados
donde no brilla la luz, ni reina la cordura,
el delirio se transforma en dogma y la sabiduría en caos.
Tiempo suspendido en los hilos del universo
que alguna vez creí mío, pero me fue destinado.
Huir de este fugaz y penoso recorrido
mas parece ser la locura de un enajenado.
Nacemos a la anarquía.
Nos volcamos al dolor.
Matices de sombras iluminan la incierta travesía.
A veces, permuto en la fragmentada realidad,
donde la esperanza muere cuando nace el día
y la noche despierta siempre, a la eternidad.
Misterio es noche.
EL LOCO
De frente al abismo se detiene el alma.
Rompe el corazón las cadenas de su prisión.
La agonía de la fe irrumpe en lágrimas
se congela el tiempo, naufraga la pasión.
No existe otra cosa que este pulsar ansioso.
Los minutos cuelgan de un día cualquiera,
el paisaje se torna monótono y tedioso,
húmedo de esperanzas y empañadas quimeras.
De frente al abismo
el loco salta
el cuerdo espera.
Desciendo a la profundidad de tus momentos
donde laten crepúsculos nunca mencionados
los impulsos del dolor marcan el final del tiempo
que acecha en cada esquina agazapado.
De frente al abismo sobreviene la rabia,
un furor demencial de perpetuar lo conocido,
transformar el hastío en poderosa magia
para no ser presa del recuerdo y del olvido.
Me desvisto de los sueños,
deseo aligerar esta pesada carga con la cual convivo
de estar hoy, frente a ti, como si fuese mi propio dueño
y no saber si mañana estaré vivo.
Al otro extremo de ese transitar finito,
el extraño palpitar de lo desconocido aguarda.,
el destierro y la oración se conjugan en un grito
y salto al abismo de la desesperanza.
De ti ya no queda nada.
Y a la vez lo dejaste todo.
DOWNTOWN
Noche:
me robaste el alma.
La tomaste cuando caminaba
por las desnudas aceras de mi ciudad.
Noche:
robaste mi corazón taciturno
para añadirlo a tu rosario de muerte.
Salí en busca de tu oscuridad,
me jugué la vida en un tablero de ajedrez
pero no era yo quien movía las fichas.
Le aposté a la anarquía redentora,
a los insondables abismos del sopor y la locura
donde desfilaban temerosos los sueños.
Caminé junto a la magia de la incertidumbre.
Soy guerrera de dos mundos
donde se combina la vida ansiosa
con el estupor de lo inerte.
Madre negra,
devoradora del tiempo...
Noche oscura y profunda como el océano.
Mundo de lunas
Mundo de sombras
Destierro del sol
En el corazón de lo inmisericorde
vi a la gente de la noche saliendo de las húmedas grietas.
En el corazón de lo inmisericorde
se disputan los perros y los ancianos los sobrantes trasnochados de su suerte.
Golpea la realidad en la cara del infame
y del mendigo.
En los burdeles se pelea una batalla de amor.
Perfume de muerte.
El silencio arrastra las pisadas de un rey mendicante.
Vestido en sus harapos reales pareciera flotar en el aire maloliente
de su inútil pesadilla.
Algunos huyen, perseguidos por invisibles fantasmas,
Fugitivos en la noche impenetrable,
se han robado, además de un dinero, un alma.
Se aspira en la pipa embustera el hambre incesante, el frío y la ausencia.
Miro cara a cara la tristeza.
La noche sin fin que envuelve mi alma,
reconoce el dolor del que nada tiene.
Calle peligrosa, sumida en las tinieblas
donde emergen las formas retorcidas
de aquellos que reflejan en sus rostros demacrados, un destino inexistente.
Mundo de lunas
Mundo de sombras
Destierro del sol.
Noche,
robaste mi esencia
para añadirla a tu guirnalda macabra.
Sedujiste mi candor
para llevarme contigo a los demenciales laberintos de la violencia.
Hay tantos cuerpos tumbados sobre el frío asfalto
que la calle se transforma en un campo de guerra.
Me perdí en tus rincones,
recorrí los callejones de inconcebibles aromas...
Olor a humanidad despojada, abandonada de dios.
Mujer bañada en tristeza de luna.
En el caos de la ciudad salvaje,
la sabiduría marginal abre todas las jaulas de la mente.
Pero el tiempo se acaba....
muy pronto, las calles despertarán de nuevo,
otros seres invadirán la acera.
Sus destinos olerán a comida rápida
y a incienso rancio de iglesia..
Los habitantes de la noche se fundirán en el asfalto de los recuerdos,
y el sol me escupirá en la cara.
Noche....date prisa,
calle abajo amanece.
MOMENTO KODAK
Me miré un día en el espejo
y no reconocí mi cara.
Ciertamente era otra persona
la que a los ojos me miraba.
El makeup hace milagros
y embadurné mi rostro arrugado
tratando de hallar consuelo
en los cosméticos anunciados.
Unos decían, Soledades Compartidas.
Otros, Mentiras Disfrazadas.
Otros más, Ausencia de Cariño
y los Correctores de Engaños, no faltaban.
Sombra de Temor en los ojos,
Traición de Amante en las cejas,
falso rubor de virgen gastada,
lápiz labial en boca seca
Fingí poder ver mejor
con las pobladas pestañas postizas
pero solo fui de tropezón en tropezón
alentada por esta juventud hechiza.
Maquillé mi rostro cansado
de tanto fingir verdades,
rubor en las mejillas ajadas,
polvos para todas las edades.
Me esforcé en disimular el tiempo
que agazapado me esperaba
en la cara de esa intrusa
que al espejo me miraba.
En la realidad maquillada
y a la luz de mi propio encanto,
intenté demorar el temido momento
donde me convierto en mi propio espanto.
ERRANTE SOLEDAD
Cuando él se haya ido,
pronunciaré tu nombre.
Cuando ya no quede
sino el aroma diluido de algún perfume
que enmarcó el contorno de una borrosa deidad
y disimuló el desenfreno de la pasión inquietante,
envuelta en los velos de la imaginación
descarnada, sin nombre, voraz
convirtiendo la lluviosa mañana
en cálido recuerdo.
Cuando todo sea antesala del plácido sueño
que descansa en las sábanas agitadas,
desordenadas por la sensualidad impía
y se aglomeren los sentimientos reprimidos
queriendo salir de su encierro demencial.
Cuando olvide su nombre,
y las palabras pronunciadas de prisa,
atropelladas, como gotas de agua, resuenen en la ventana
y se acomode la respiración en la cotidianidad
de otro día cualquiera, tan vacío como el anterior.
Cuando la brisa se lleve el aroma del amor
y deje entrar el olor de la imperiosa realidad
y la ilusión sea reemplazada por la rutina
del alma temporalmente liberada de sus cadenas
el cuerpo tiemble de frío y abandono
ante otro día de insoportable marginalidad
el asfalto me espere derritiéndose al sol
para poder sembrar en él mis pies
la herrumbre cale hondo en mi ser
y me obligue a gritar de dolor callado.
Cuando todo sea bruma de páramo
y no distinga su rostro de aquel de la muerte,
volveremos a ser tu y yo.
DESARRAIGO
Que hace que tu condena me siga
por las áridas estepas de mis afectos,
donde los surcos se agrietan al sol
y las espigas se curvan llorando al viento.
Soy hija del desarraigo.
De extraños parajes y tierras baldías,
de los campos donde no hay una gota de lluvia
y el suelo infértil no deja que brote la vida.
Me pierdo en los caminos polvorientos,
decidida a no beber del agua bendita
que promete calmar mi sed de peregrino extraviado
y acercarme a las puertas de tu ermita.
Busco un corazón de amante compasivo.
que llueva cantaros de esperanza
para encontrar la paz que a la serenidad incita.
en la ausencia de esta mentira santa.
Soy hija de los páramos,
de las tundras y los pantanos.
Fue la soledad mi único padre
y el silencio glacial mi único hermano.
Dichosa he de ser
cuando en la piel resquebrajada de mi cuerpo
caigan gotas de rocío cristalinas.
¡Y se sacie la sed perene de ti!
¡Y se calme el constante clamor por no tenerte!
En un desierto donde solo nos mantiene vivos la fe
y tu bondad está casi del todo ausente.
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