MARIA CECILIA BASCIANO
Nacida en Mar del Plata (Argentina) en 1972, María Cecilia Basciano ejerce profesionalmente como abogada en una Defensoría Penal de Estado. Escribe desde la edad de doce años y compagina la poesía y la narrativa breve con la pintura y la fotografía. Está integrada en la Sociedad de Escritores Argentinos (SADE) y en otras entidades literarias. Fue una de las fundadoras de la asociación “Arte Joven Mar del Plata”, y formó parte de la Comisión directiva de ésta.
Utiliza la escritura, según afirma ella misma, como un medio para expresar pensamientos y emociones que las palabras escritas logran trasmitir sin censuras y a su vez fantasea con el lector en la rueda de metáforas que colorean sus trabajos. Presenta en sus poemas y fotografías “lo más humano del ser humano”, manifestando a menudo mediante su expresión creativa una realidad social que la abruma y rebela. La contradicción que enfrenta lo terrenal y cotidiano con la incansable búsqueda de pasión en la que sostiene situarse, la expone al interrogante permanente, a las dudas, a las miserias y al amor que descansa en la infinitud.
Su obra literaria, aparecida en antologías y blogs, ha merecido numerosos premios y distinciones. En 2011 ha publicado su primer libro de poemas, “Cómo explicarte soledad…?” (Editorial Vinciguerra, Buenos Aires).
(Presentación biográfica de Albert Lázaro-Tinaut, revisada y completada por la autora)
EXTRAÑO
Extraño sí eras
y el viento lejano despertaba sin razones.
Extraño sí sos
y envejezco temerosa arrullando espacios.
Extraño tu no ser
fantaseando cálidas nevadas
mientras invisible me duermo.
Extraño ayer
arremetiendo marejadas de preguntas.
Extraño mañana
e imaginan imposibles los senderos
y una Roma se apaga con pesar.
Extraño hoy
y no me ves.
Extraño sí eras
y el viento lejano despertaba sin razones.
Extraño sí sos
y envejezco temerosa arrullando espacios.
Extraño tu no ser
fantaseando cálidas nevadas
mientras invisible me duermo.
Extraño ayer
arremetiendo marejadas de preguntas.
Extraño mañana
e imaginan imposibles los senderos
y una Roma se apaga con pesar.
Extraño hoy
y no me ves.
CÍTRICOS CONTORNOS
En el reflujo incrustado
de sabores con espasmos de olvido
invento tu esencia
y brilla la hora que deleita
el sacrilegio que estalla
en tu retraso extasiado de esperas.
Y es entonces mi muerte...
Muerte de ayer.
Muerte de lunas.
Muerte de lágrimas secas.
Y en vertientes de sol
me humedece la saliva de tu vida sin calor,
convocando susurrante
inocuas miradas ardorosas,
que acéfalas de sueños
impregnan la palabra
en el sonido dulce del aliento.
Y aletargo minutos
en intentos vanos de no volver,
insospechada caravana volcánica
sacude las raíces comprimidas.
La retina despliega su disfrute
y cítricos contornos
abrazan el silencio enajenado.
Final, no existe…
El espejismo épico de deseos
será eterno
en mi homérico y pasajero espíritu,
tan sólo morirá la imagen esperada.
En el reflujo incrustado
de sabores con espasmos de olvido
invento tu esencia
y brilla la hora que deleita
el sacrilegio que estalla
en tu retraso extasiado de esperas.
Y es entonces mi muerte...
Muerte de ayer.
Muerte de lunas.
Muerte de lágrimas secas.
Y en vertientes de sol
me humedece la saliva de tu vida sin calor,
convocando susurrante
inocuas miradas ardorosas,
que acéfalas de sueños
impregnan la palabra
en el sonido dulce del aliento.
Y aletargo minutos
en intentos vanos de no volver,
insospechada caravana volcánica
sacude las raíces comprimidas.
La retina despliega su disfrute
y cítricos contornos
abrazan el silencio enajenado.
Final, no existe…
El espejismo épico de deseos
será eterno
en mi homérico y pasajero espíritu,
tan sólo morirá la imagen esperada.
NADA SIENTO
Nada siento.
Muerte invisible,
cobarde de sentidos
atropella destinos
y solapada de discursos
abriga inerte
la inmune frialdad
de mi silencio.
En el río seco de las venas
descansa tu recuerdo
y estalla muda la ausencia
en la mecedora absurda
de la vida...
Un cuerpo inmóvil
acompaña la sombra
que continúa la mirada,
ajustando sin conciencia
el volátil sonreír de una careta.
Mas freno agazapada
sin rumbos celestiales,
y acoplo mi señal
(marchita de violetas)
al sueño infinito de esperar...
Muerte invisible,
cobarde de sentidos
atropella destinos
y solapada de discursos
abriga inerte
la inmune frialdad
de mi silencio.
En el río seco de las venas
descansa tu recuerdo
y estalla muda la ausencia
en la mecedora absurda
de la vida...
Un cuerpo inmóvil
acompaña la sombra
que continúa la mirada,
ajustando sin conciencia
el volátil sonreír de una careta.
Mas freno agazapada
sin rumbos celestiales,
y acoplo mi señal
(marchita de violetas)
al sueño infinito de esperar...
ABSTRACCIÓN
Estar... aquí o allá.
Caminar el sol del destino singular,
detenerse sin respuestas
eludiendo lunas que escuchan los silencios...
Hablar del ocaso prematuro
en blanca ceguera prisionera de palabras.
Sordera inútil de emociones,
regocijo efímero, artificio de pálidas imágenes...
Y más luego nada... o tal vez todo...
No hay cuatro hojas en tu trébol de promesas,
no vuelan golondrinas en mi cielo tan soñado...
Estar... aquí o allá.
Entonar afónica la canción solitaria de motivos,
identidad perdida en la foto invisible
donde el aroma enfermó los pasos
y apenas recuerdo la sombra de aquel día...
La marea cotidiana despinta los sentidos
más el lápiz de la vida insiste en su contorno.
Y es la espina, es la sangre y el dolor
las razones que sorprenden los ojos cansados...
y despierto nuevamente.
Caminar el sol del destino singular,
detenerse sin respuestas
eludiendo lunas que escuchan los silencios...
Hablar del ocaso prematuro
en blanca ceguera prisionera de palabras.
Sordera inútil de emociones,
regocijo efímero, artificio de pálidas imágenes...
Y más luego nada... o tal vez todo...
No hay cuatro hojas en tu trébol de promesas,
no vuelan golondrinas en mi cielo tan soñado...
Estar... aquí o allá.
Entonar afónica la canción solitaria de motivos,
identidad perdida en la foto invisible
donde el aroma enfermó los pasos
y apenas recuerdo la sombra de aquel día...
La marea cotidiana despinta los sentidos
más el lápiz de la vida insiste en su contorno.
Y es la espina, es la sangre y el dolor
las razones que sorprenden los ojos cansados...
y despierto nuevamente.
EL TIEMPO RESBALA...
El tiempo resbala pegajoso surcando olvidos
y el eclipse de lunas desvanece susurrando al viento
una espera imaginaria que desnuda sabores grises,
adormece descolorida la fueguina pasión del inicio.
Sin coincidencias las hojas se desprenden resignadas
el brote insiste en renacer inocente de mañanas
mas el desencuentro seca sus raíces laceradas.
No sobrevuela en las caricias hambrientas del sin fin
el escondido perfil silencioso que cubre incrédulo
el estadío original que atraviesa realidades
y amarran sin guía las palabras
y el deseo se sumerge inútil en el nunca llegar.
El ancla cae desorientada, encallada
en el oxidado soñar que nos abraza y nos separa.
El tiempo resbala sin sentido
ahuecando el camino invisible que transito
y costumbres disfrazadas despellejan el rostro humedecido,
donde la piedra buscada no detiene la caída.
El tiempo resbala pegajoso surcando olvidos
y el eclipse de lunas desvanece susurrando al viento
una espera imaginaria que desnuda sabores grises,
adormece descolorida la fueguina pasión del inicio.
Sin coincidencias las hojas se desprenden resignadas
el brote insiste en renacer inocente de mañanas
mas el desencuentro seca sus raíces laceradas.
No sobrevuela en las caricias hambrientas del sin fin
el escondido perfil silencioso que cubre incrédulo
el estadío original que atraviesa realidades
y amarran sin guía las palabras
y el deseo se sumerge inútil en el nunca llegar.
El ancla cae desorientada, encallada
en el oxidado soñar que nos abraza y nos separa.
El tiempo resbala sin sentido
ahuecando el camino invisible que transito
y costumbres disfrazadas despellejan el rostro humedecido,
donde la piedra buscada no detiene la caída.
¿CÓMO...?
¿Cómo buscar las razones que disfrazan
en los escalones del tiempo
la pesadumbre del regreso?
Se visten los sueños en húmedos rincones
de espera barata
y adormecida la ilusión acaricia invisible
el comienzo un tal vez
que escribe sola y en silencio.
en los escalones del tiempo
la pesadumbre del regreso?
Se visten los sueños en húmedos rincones
de espera barata
y adormecida la ilusión acaricia invisible
el comienzo un tal vez
que escribe sola y en silencio.
AMARGO CARAMELO
Era inocente en la espera.
Inocente a caricia de su voz.
Su sonrisa regalaba tiempos
y la yema de sus dedos
sanaban con milagro
desabrigadas almas pasajeras.
Fantasmal casi invisible.
Jalea que deleita los sabores
y en brincos simulados
esconde temerosa su sentir.
Era culpable en su abandono.
Culpable la pasión de sus palabras.
Su boca soñadora de almendras
engendraba corazones
en derramados silencios de sudor.
Instintiva casi inconsciente.
Recluida en el placer de sus rincones
abrazaba esperanzada el recibir,
mientras provoca en el desvelo
satánicos deseos de volar.
Y llora su piel amada.
Llora ciega en su arrebato.
Abrumada de miradas
anochece el rostro oculto
y humedecida de desear
se retuercen los sentidos.
Negra mariposa de colores,
amargo caramelo de rocío,
soleada esencia de lunas sin retorno…
no esperes más...
Inocente a caricia de su voz.
Su sonrisa regalaba tiempos
y la yema de sus dedos
sanaban con milagro
desabrigadas almas pasajeras.
Fantasmal casi invisible.
Jalea que deleita los sabores
y en brincos simulados
esconde temerosa su sentir.
Era culpable en su abandono.
Culpable la pasión de sus palabras.
Su boca soñadora de almendras
engendraba corazones
en derramados silencios de sudor.
Instintiva casi inconsciente.
Recluida en el placer de sus rincones
abrazaba esperanzada el recibir,
mientras provoca en el desvelo
satánicos deseos de volar.
Y llora su piel amada.
Llora ciega en su arrebato.
Abrumada de miradas
anochece el rostro oculto
y humedecida de desear
se retuercen los sentidos.
Negra mariposa de colores,
amargo caramelo de rocío,
soleada esencia de lunas sin retorno…
no esperes más...
NO
No interrumpas mi sueño universal
en escaladas de falsas ventiscas prometidas
ni arremetas enrojecido de silencios
el Aconcagua que aglomera ilimitado los vuelos iniciales.
Perfil de trincheras recogen esperanzas
en la hostil liberación de arrugadas expresiones
donde el cielo manchado de comedias
aplasta implacable
la entelequia del pesado rincón que resistes.
Aberturas cerradas de luz
acostumbran ofensas que conmutan olvido
y la nada humilla inmóvil en su retina muerta.
No interrumpas mi sueño universal
mientras desciendes evaluando palabras
aduciendo soledades
y sol traspasa dilatado el camino señalado
acopiando recuerdos repetidos
en el cristal opaco del ahogado ropaje
que insiste en tu mirada fóbica de mañanas.
Ya no regreso.
Y no menea el corazón en el partir
apenas laten ofendidos los deseos
de poesías sin leer.
en escaladas de falsas ventiscas prometidas
ni arremetas enrojecido de silencios
el Aconcagua que aglomera ilimitado los vuelos iniciales.
Perfil de trincheras recogen esperanzas
en la hostil liberación de arrugadas expresiones
donde el cielo manchado de comedias
aplasta implacable
la entelequia del pesado rincón que resistes.
Aberturas cerradas de luz
acostumbran ofensas que conmutan olvido
y la nada humilla inmóvil en su retina muerta.
No interrumpas mi sueño universal
mientras desciendes evaluando palabras
aduciendo soledades
y sol traspasa dilatado el camino señalado
acopiando recuerdos repetidos
en el cristal opaco del ahogado ropaje
que insiste en tu mirada fóbica de mañanas.
Ya no regreso.
Y no menea el corazón en el partir
apenas laten ofendidos los deseos
de poesías sin leer.
EPÍSTOLA DE ANTINOO A ADRIANO
Esclavo enrojecido de pasión,
destino de dolor inevitable
que encarcela tu pecho dominante...
...reinado erguido como mástil en mi tiempo detenido.
Contornean tus dedos mi vida sorprendida
y no agotan las palabras poseídas
el deseo inmaculado de servirte.
Arribo en tu Nilo solitario buscando beberte
y amanezco en las telas poderosas que te cubren
y disfrazan el hombre-niño que desnudo.
En siglos de escucharte acompaño sin reclamos
melodías de noches con insomnio
donde dudas de albedrío y de poder
atormentan tu frágil y tenaz supervivencia.
¿Estás? No siempre... pero temo tu silencio…
Me abrazas con los brazos de tu reino
y no se ahogan mis sentidos...
¿Cómo eternizar nuestro deseo astral,
cómo no sufrir el abandono del tiempo
que inexorable avanza descuidado...?
Sé de tu amor,
y mis callados anhelos rodeando el rostro conocido...
¿Qué fatal puñalada en el seno del pasado
arremete mis sentidos y no logro alcanzarte?
Tu, emperador del universo,
sólo a mi me tienes amarrado del roce sincero
en la fuente nocturna y cristalina
que fundió mi camino sobre tus pasos...
Y sin embargo,
no quiero durar sin estaciones a tu lado
y ensayo en tus memorias
inmortalizar el instante del génesis,
mil veces evocado.
Escondes tu miedo
e inútiles rituales visten de honores
el sagrado destino que intentas dominar.
Estoy en ti,
tu conquista de dios-humano me posee y lo sabes...
Debo grabar mi joven imagen,
perpetuar mi amor perfecto como estatua helena,
y evadir ver en tus ojos la costumbre de mis besos...
En mi muerte hallarías con desvelos
el misterio del alma tanta veces buscada
y ya nada podría alejarme de la tuya...
Tu vejez amada recordará mi cuerpo y mi mirada
y tal vez el fuego de hoy nos reencuentre
en un tiempo desconocido y sin finales
donde las caricias de mi amo y esclavo
penetren por fin en el espacio infinito
de mi ánima servil...
destino de dolor inevitable
que encarcela tu pecho dominante...
...reinado erguido como mástil en mi tiempo detenido.
Contornean tus dedos mi vida sorprendida
y no agotan las palabras poseídas
el deseo inmaculado de servirte.
Arribo en tu Nilo solitario buscando beberte
y amanezco en las telas poderosas que te cubren
y disfrazan el hombre-niño que desnudo.
En siglos de escucharte acompaño sin reclamos
melodías de noches con insomnio
donde dudas de albedrío y de poder
atormentan tu frágil y tenaz supervivencia.
¿Estás? No siempre... pero temo tu silencio…
Me abrazas con los brazos de tu reino
y no se ahogan mis sentidos...
¿Cómo eternizar nuestro deseo astral,
cómo no sufrir el abandono del tiempo
que inexorable avanza descuidado...?
Sé de tu amor,
y mis callados anhelos rodeando el rostro conocido...
¿Qué fatal puñalada en el seno del pasado
arremete mis sentidos y no logro alcanzarte?
Tu, emperador del universo,
sólo a mi me tienes amarrado del roce sincero
en la fuente nocturna y cristalina
que fundió mi camino sobre tus pasos...
Y sin embargo,
no quiero durar sin estaciones a tu lado
y ensayo en tus memorias
inmortalizar el instante del génesis,
mil veces evocado.
Escondes tu miedo
e inútiles rituales visten de honores
el sagrado destino que intentas dominar.
Estoy en ti,
tu conquista de dios-humano me posee y lo sabes...
Debo grabar mi joven imagen,
perpetuar mi amor perfecto como estatua helena,
y evadir ver en tus ojos la costumbre de mis besos...
En mi muerte hallarías con desvelos
el misterio del alma tanta veces buscada
y ya nada podría alejarme de la tuya...
Tu vejez amada recordará mi cuerpo y mi mirada
y tal vez el fuego de hoy nos reencuentre
en un tiempo desconocido y sin finales
donde las caricias de mi amo y esclavo
penetren por fin en el espacio infinito
de mi ánima servil...
me gustaria contactarte, soy alberto de montevideo- uruguay
ResponderEliminarQuede totalmente encantado sin tener que profundizar eres una Mujer exepcional, soy poeta y graduado de la upr carolina como: joven empresario, quiero conocerla para que me de empleo ok Att AAMA
ResponderEliminarIncreíbles tus poesías Maria, acabo de leerlas TODAS, Felicitaciones.. Muy profundas.
ResponderEliminarSaludos
Marcelo