jueves, 4 de agosto de 2016

WALTER K. LEW 19.035]


Walter K. Lew

Walter K. Lew es un poeta americano coreano y erudito que es autor de Treadwinds: Poems and Intermedia Works (Wesleyan University Press, 2002), ganador del premio Asian American literaria de Poesía. Actualmente es profesor en la Universidad de Miami.



Dejando Seúl: 1953

Tenemos que enterrar las urnas
Mi madre y yo. Tratamos de dejarlas en un cuarto trasero,
Atraídas por una lámpara, y correr

Pero ellos aterrizaron aquí, detrás nuestro, en la entrada principal.
Es la sexta hora, inicios del invierno, frío negro:
Sólo, del otro lado de las puertas de papel de arroz,

El ondol amarillo de flores calientes en el piso
Sigue cálido. Veo las azules
Lámparas en la pista de aterrizaje, el avión brillante.

Tras su último paso, mi madre, desorganizada
Como de costumbre, ha ideado una torpe cuerda y una pala
Para enterrar las urnas. Me pregunto en voz alta

Cómo ella se convirtió en doctora. Vete, ella decía,
Ve con tu padre: él tampoco
Sabe qué es lo que está pasando. Mira,

Mi padre está esperando en la pista de aterrizaje en un capote
Del ejército de Estados Unidos. Ha perdido su sombrero, a su padre
También lo perdió, y está fumando Lucky’s como loco…

Nos agarramos de entre las hierbas altas y el viento
Que comienza a correr por debajo de nosotros como un río de hielo.
Está nevando. Lloramos, ¿por el frío

O por qué? Solamente décadas
Después de eso, tapando las brillantes y frías jarras,
Descubro que éstas contienen todo lo que permite
El dominio que mi padre tiene sobre ella.

Versión: Adalberto García López




Leaving Seoul: 1953

 We have to bury the urns, 
 Mother and I. We tried to leave them in a back room, 
 Decoyed by a gas lamp, and run out

 But they landed behind us here, at the front gate.
 It is 6th hour, early winter, black cold:
 Only, on the other side of the rice-paper doors

 The yellow ondol stone-heated floors
 Are still warm.  I look out to the blue
 Lanterns along the runway, the bright airplane.

 Off the back step, Mother, disorganized
 As usual, has devised a clumsy rope and shovel
 To bury the urns.  I wonder out loud

 how she ever became a doctor. 
 Get out , she says Go to your father: he too 
 Does not realize what is happening .  You see,

 Father is waiting at the airfield in a discarded US Army
 Overcoat.  He has lost his hat, lost
 His father, and is smoking Lucky’s like crazy.  .  .

 We grab through the tall weeds and wind
 That begin to shoot under us like river ice.
 It is snowing.  We are crying, from the cold

 Or what?  It is only decades
 Later that, tapping the cold, glowing jars,
 I find they contain all that has made
 The father have dominion over hers. 




4/7/85

      Children shone in the front gate and put their hands together in the 
 demon pavilion.
      Then they went up red-dusted steps toward the granite stupa, where they 
 didn’t hesitate to bow with their mothers.
      Thick white candles with reverse swastikas and rows of images on the 
 ascending plinths of stone.
      I crouched under the temple, in the cool shadow, by the outdoor Nestlé‘s 
 coffee dispenser—and was aroused when two women strode by in russet 
 hanbok
      “Color of the dharma’s robes," said monk Sôgu suddenly beside me.
      I followed him down the hill and sat on a log.  There was a small lake and 
 I was calm enough at last.  .  .to listen to my new uncle conduct the 
 neighborhood’s Bodhisattva orchestra, seated on folding chairs in the mud 
 beside it. 








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