William Morales
(1989) Santa Ana, El Salvador. Decide iniciar sus estudios de Ciencias Jurídicas en la Universidad de El Salvador pero su verdadera pasión es sin duda la poesía , ha participado en diferentes eventos culturales compartiendo su poesía en la Facultad Multidisciplinaria de Occidente y Facultad de humanidades en la Universidad de El Salvador, también ha compartido su poesía en el Festival de Poesía Joven “Amílcar Colocho”.
Es miembro fundador del Colectivo Ala de Colibrí en Chalchuapa, difusor y miembro activo del movimiento ACCION POETICA CHALCHUAPA.
Ha participado en el Festival Internacional de Poesía en Granada, Nicaragua.
En 2012 participa en el FESTIVAL INTERUNIVERSITARIO CENTROAMERICANO DE LA CULTURA Y EL ARTE. (FICCUA)
Ha escrito el poemario EXILIO BAJO LA NUBE (2011), Actualmente se encuentra inconcluso el poemario EL SECRETO DEL QUE HABLAMOS. Ambos inéditos. Ha publicado algunos de sus poemas en la revista literaria MINERVA, y algunos escritos en semanarios locales. En diciembre de 2013 sus poemas fueron publicados en la Antología de poetas salvadoreños INVISIBLE, en Venezuela.
GÉNESIS DEL BARRIO.
En el principio dios creó la ciudad.
No había barrios y las calles estaban vacías
(de muertos y de sangre).
Los hombres andaban desnudos
sin miedo de comerse unos a otros,
sin temer que la lechuza y el disparo marcara su fin del mundo.
Los hombres eran jóvenes
y venían cansados del norte.
Cuando crecieron, decidieron nombrarse de otra forma
e inventar un bautizo más duro
buscaban no olvidar la furia de los dioses terrenos.
Cuando era de noche
por voluntad de ellos mismos,
venía el castigo sobre ellos.
A la mañana siguiente eran fuertes e intocables.
La tierra lo ha contado sin lugar a equivocarse
Tuvo que crearse un lenguaje
como en todo mito de creación
No podían ser equívocos los de ésta especie.
[Hommy, Homeboy, batos, ese.]
Todos puestos
de pie
según su barrio asignado, así dijeron:
“No es bueno que nuestros niños
anden solos sin saber la noticia de la creación.”
La infancia no volvió a ser la misma
ahora tenía un ritmo distinto
no conocieron jamás las piscuchas
y les fue confiada un arma
para proteger su ciudad de los demonios.
Las mujeres que hasta ayer dormían
despertaron de su sueño sin necesidad de ninguna costilla
Se llamaron a sí mismas de otro modo
y cambiaron el color de piel y su rostro fue nuevo.
Parieron otros niños que nada sabían de la vida
por estar consagrados a la muerte temprana y violenta.
Que el tiempo perdone las balas
y que el tiempo condene a los hombres si han de ser condenados.
Hoy por hoy se siguen creando nuevos mundos
y en los penales de “Cojute” Izalco, “zacatrás” y Ciudad Barrios,
mundos que se crean a fuerza del calor
de los recintos donde todos cantan fuerte
mientras asesinan mutilados y se viola a los traidores.
TESTIGO
En el callejón se escriben historias coloradas que todos callan.
No vi a la guardia ni sé de sus uniformes…
No vi nada
Vi otros cuerpos andantes en la noche, amordazantes de la paz.
Vi estrategias oscuras que planeaban extorciones.
Mujeres que se entregaban a hombres sin deseo a la hora de la brinca.
Me quedé sentado llorando con mis golpes en los brazos
Consolando a un país agonizante que no sabía llorar.
Nunca supe callar nada.
Hablar ha sido mi muerte más profunda.
Me despido del mundo sin palabras.
He muerto y resucitado entre ustedes.
LO INTENTAMOS.
Decir libres, libres nunca fuimos.
Ayer no preocupaban las raíces de las palabras
con las que hoy se nombran cosas creadas por los gusanos.
Las palabras eran otras.
Decir libres, libres nunca fuimos.
Ni la lengua era una sola, ni la voz un solo canto.
El amor nunca fue: es y será uno solo
ojo incendiado por el fuego de la sangre.
Eso sí.
Los niños supieron de estas cosas
De los consejos de sus muertos
Del dolor en la garganta de sus madres sonámbulas.
Decir libres, libres nunca fuimos.
Porque el miserable enseñó a arrodillarse después de traicionar
Inventando así nuevas formas de hacer difuntos.
Cuscatlán no supo aplaudir el futuro.
Agitó las aguas de la mar del sur agresivo e implacable
Sin conseguir más que muertos para hacer vino tinto con su sangre.
No se trata de hacer a fuerza de lágrima la historia
Sino de soltar una lanza hacia el pasado
La disparo yo con lengua ardiendo.
Y los niños, los ancianos, nosotros todos
Reinventaremos una historia donde el invasor no sea el protagonista.
Ni el cobarde juegue a ser dictador de nuestra tierra.
Por eso
Decir libres, libres nunca fuimos, lo intentamos y aun nos traga la muerte.
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