Saigyō Hōshi en el Ogura Hyakunin Isshū.
SATO NORIKIYO "SAIGYÔ"
Saigyō o Satō Norikiyo, Saigyō Hōshi (西行法師? Kioto, 1118 – provincia de Kawachi, 1190) fue un monje y poeta japonés de finales de la era Heian y comienzos de la era Kamakura.
Nació en una familia noble en Kioto, con el nombre de Satō Norikiyo, durante un momento tenso en donde el poder del país estaba pasando de las familias cortesanas a los clanes samurái. También durante su vida, el budismo había entrado en un período de declive, en donde predominaba el concepto de Mappō. Estos cambios condujeron a que sus obras poéticas tuvieran una fuerte sensación de melancolía.
Durante su juventud, fue guardián del Enclaustrado Emperador Toba, pero en 1140, a la edad de 22 años, decide cambiar su estilo de vida de manera drástica convirtiéndose en un monje budista, y toma el nombre religioso de En'i (円位). Posteriormente tomó el seudónimo de “Saigyō”, que significa “Viajero del Oeste”, haciendo referencia al Buda Amida y al Paraíso Occidental. Vivió como ermitaño en largos períodos en Saga, el Monte Koya, el Monte Yoshino, Ise y otros lugares, pero es mayormente conocido su largo viaje al norte de Honshu, en donde realizó varios viajes poéticos. Este suceso sería inspirado posteriormente por Matsuo Bashō en la obra Oku no Hosomichi.
Tuvo una fuerte amistad con Fujiwara no Teika. Algunas obras de Saigyō se encuentran en las antologías poéticas Sankashū, Shin Kokin Wakashū y Shika Wakashū. Falleció en el Templo Hirokawa en la provincia de Kawachi (actual prefectura de Osaka) a la edad de 72 años.
Estilo
Durante su vida, el Man'yōshū ya no era una obra influyente en la poesía waka; y había sido reemplazado por la antología Kokin Wakashū, de carácter subjetivo, con juegos de palabras y una dicción elegante (ni coloquial ni imitado de la poesía china). Con la compilación del Shin Kokin Wakashū, en donde las poesías de Saigyō y otros contemporáneos fueron publicadas, tenían poca subjetividad, no habían juegos de palabras, muy repetitivas con pocos verbos y muchos sustantivos, dando un carácter sombrío y melancólico.
Dado la crisis política surgida a finales de la era Heian y comienzos de la era Kamakura, Saigyō se enfocó no solo en la reclamación de un cambio, sino en aplicar los conceptos de wabi-sabi (soledad) y kanashi (tristeza). Como monje budista, en sus obras se enfocó también al mundo y a la belleza de la naturaleza.
¿Sería acaso un sueño,
aquella primavera en Naniwa
en el territorio de Tsu?
Ahora el viento sopla
sobre las hojas secas de los juncos
Echa un vistazo:
aun los retoños
del viejo cerezo se ven tristes—
¿cuántas veces más
verán la primavera?
Igual que bancos de nubes
son barridos
por el viento del alba,
el primer grito de los gansos salvajes
revolotea en la montaña
Al dejar
la capital
he cruzado estas montañas-
¡ahora hasta ellas
se pierden en la niebla!
La soledad...
La soledad
de mi choza
de paja,
que nadie salvo el viento
toca
La luna sola...
Al estar en retiro en un lugar distante,
envíe esto a alguien en la capital,
justo en los días en que había luna.
La luna sola
alta en el cielo
—un recordatorio vacío—
pero si, al mirarla, recordamos,
nuestros corazones serán uno
(Traducción: José Luis Bobadilla,
a partir de la versión
al inglés de Burton Watson)
Satô Norikiyo "Saigyô" (1118-1190).
Espejo de la Luna.
Yama fukami
kejikaki tori no
oto wa sede
mono osoroshiki
fukurô no koe.
En lo recóndito de las montañas
ningún canto cercano de ave
conocida...
sólo el ulular sobrecogedor
de una lechuza.
Hana no iro no
Yuki-no-miyama ni
kayoeba ya
fukaki Yoshino no
oku e iraruru.
¿Suplantan las flores blancas de mi montaña
a la nieve del sagrado Himalaya?
Quiero adentrarme en las simas más hondas
del monte Yoshino.
Yoyo futomo
take no hashira no
hitosuji ni
tatetaru fushi wa
kawarazaranan
Mundos eslabonados,
eslabonadas existencias;
en el erguido bambú
cada nudo es recio y recto.
Tsune yori mo
kokorobosuko zo
omôyuru
tabi no sora nite
toshi no kurenuru.
Sentimiento de desamparo
más hondo que nunca:
viajo a solas
bajo un cielo inabarcable donde
veo sumirse el año que termina.
Yo o sutsuru
hito wa makoto ni
sutsuru ka wa
sutenu hito koso
sutsuru narikere.
¿Es pues, quien perdió su yo
quien sale perdedor?.
Pierde quien no pierde
su yo.
Mukashi mishi
niwa no komatsu ni
toshi furite
arashi no oto o
kozue ni zo kiku.
Un arbolillo era este pino
que ví hace años en el jardín:
corpulento, sus altas ramas musitan
que pasa el tiempo,
llega la tormenta.
Oyamada no
io chikaku naku
shika no ne ni
odorokasarete
odorokosu kana.
Quieta ermita de montaña
al pie del arrozal... el lamento
de un ciervo en los campos me sobresalta
y salgo... sobresaltandolo:
mutuo asombro.
Tsukuzuku to
mono o omoi ni
uchisoete
ori aware naru
kane no oto kana.
Ensimismado
pienso en el tiempo que todo lo muda:
oigo golpear
la campana del monasterio...
sondeo mas a fondo su tañido y mi tristeza.
Hotoke ni wa
sakura no hana o
tatematsure
waga nochi no yo o
hito toburawaba
Cuando la muerte me lleve,
esparce pétalos de cerezo
en la ceremonia...
Sí quieres celebrar los oficios por mí,
rumbo a la otra vida.
Haru no hodo wa
waga sumu io no
tomo ni narite
furusu na ide so
tani no uguisu (*).
Contemplando en su extensión la primavera
otro ser me acompaña
en la choza de un ermitaño.
No abandones el nido de este valle,
pájaro canoro.
Ko no moto ni
tabine o sureba
Yoshino yama
hana no fusuma o
kisuru harukaze.
Desfallecido del viaje.
Adormilado, al pie
de un árbol, en Yoshino;
una brisa de primavera
me cubre con un manto de flores.
Tsuki wa nao
yo na yo na goto ni
yadorubeshi
waga musubioku
kusa no iori ni.
Imperecedera,
noche tras noche
la luna seguirá en la choza de paja
qué construí :
quien ha de partir soy yo.
Izuku ni ka
mi o kakushamashi
itoite mo
ukiyo ni fukaki
yama nakariseba.
Cuán desgraciado sería
este despreciable
mundo transitorio
si no hubiera donde esconderse:
pongamos que no hubiera montañas.
Yamakawa no
minagiru mizu no
oto kikeba
semuru inochi zo
omoishiraru
El estruendo del arroyo
al bajar precipitadamente la montaña
revela
la rapidez de la vida
arrastrada en su curso.
Fukaki yama wa
hito mo toikonu
sumai naru ni
obitadashiki wa
mura zaru no koe.
Tengo aquí un lugar
tan remoto entre montañas infranqueables
que nadie me visita.
¡Ah! pero esas voces:
Una tribu de monos se aproxima.
Hitori sumu
katayama kage no
tomo nare ya
arashi ni haruru
fuyu no yo no tsuki.
Me recojo, solo,
a la sombra de la montaña;
necesito de algun modo, compañía:
pasan las lluvias frias, inclementes,
trayéndome la luna de invierno.
Sasagani no
ito ni tsuranuku
tsuyu no tama o
kakete kazareru
yo ni koso arikere.
Las menudas gotas de rocío en la telaraña
son perlas ensartadas a vistosos collares mundanos
que devanan los hombres : El efimero mundo.
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