VÍCTOR MOLINA NEIRA
(Nació en Talcahuano, Chile en 1920 - Falleció el 2 de Octubre de 2014 )
Poeta, cuentista, ensayista y académico universitario, experto en la formación de maestros nacionales y extranjeros. Fue asesor técnico en el Ministerio de Educación, director de las Escuelas Normales de Viña del Mar y Santiago de Chile. Es uno de los gestores del Colegio Universitario de Temuco en 1960. Se desempeñó como catedrático en las Universidades de Chile, de Concepción, de la Frontera y Católica de Temuco, en las asignaturas de Pedagogía y Filosofía.
Poeta, cuentista, ensayista y académico universitario, experto en la formación de maestros nacionales y extranjeros. Fue asesor técnico en el Ministerio de Educación, director de las Escuelas Normales de Viña del Mar y Santiago de Chile. Es uno de los gestores del Colegio Universitario de Temuco en 1960. Se desempeñó como catedrático en las Universidades de Chile, de Concepción, de la Frontera y Católica de Temuco, en las asignaturas de Pedagogía y Filosofía.
Entre 1961 y 1962 asumió funciones de la Unesco, y trabajó como experto de formación de profesores en Honduras y Centroamérica. Fue expositor de seminarios en Guatemala, en Venezuela y en la Escuela de Suplencia en Washington.
Su permanente labor docente ha sido uno de los motivos por los cuales su obra publicada ha sido escasa y esporádica. El grueso de su trabajo literario, desarrollado durante años, aún está inédito.
Desde los 23 años participa en congresos nacionales e internacionales de literatura, y sus libros han sido comentados positivamente por Alone, Andrés Sabella, Antonio Acevedo Hernández, Angel Cruchaga Santa María y Mario Osses, entre otros.
Obtuvo el máximo galardón en el Certamen Literario de la Sociedad de Escritores de Chile, en 1951, con la obra El Polvo y el Viento.
Su último libro lo escribió en 1991, pero no está en las librería y sólo lo conocen algunos amigos muy cercanos.
Su etapa literaria más conocida abarca desde 1935 a 1950. Su obra deambula en el sentido trágico del mundo, donde la muerte es lo central.
Formador de nuevas generaciones de escritores, a mediados de los 70, en pleno régimen dictatorial, forma y dirige un taller literario bajo el alero de la Biblioteca Municipal de Temuco. Allí afirman su vocación poetas como José María Memet, Farid Hidd, Hugo Alíster, Bernardo Reyes, Gustavo Becerra, entre otros.
En 1980 coordinó y dirigió un proyecto de la Dirección Nacional de Bibliotecas, Archivos y Museos, liderado por la Fundación Andes, y en el que participaron 11 municipalidades de la región. El objetivo fue crear 16 talleres literarios que atrajeran a 300 niños. El éxito del proyecto permitió desarrollar una segunda etapa. De ambas experiencias resultó un Diccionario Poético elaborado con los trabajos de los niños que fue posteriormente publicado.
En los últimos años, debido a su delicado estado de salud, el poeta ha estado alejado de la docencia y de la vida pública.
OBRAS PUBLICADAS:
-Ensoñaciones. Chillán, 1935.
-Látigo de Caminos. Chillán, 1936.
-La Agonía Cotidiana. Santiago de Chile, 1940.
-Obras para Teatro Escolar. Santiago de Chile, 1943.
-Motivos del Agua. Santiago de Chile, 1944.
-El Polvo y el Viento. Cuentos. Santiago de Chile, 1953.
-El Niño y los Otros. Cuentos. La Serena, 1991.
INQUILINO DEL CREPÚSCULO
Hay alas enterradas bajo el pasto.
Dentro de cada estómago de oveja
florece un campanario.
Llevo un golpe de antílope en las venas,
y es sin cesar que fluyen mariposas
desde mi mano izquierda.
Sólo pienso en que todo es una gota--
alta en diafanidad y contenido--
de tu agua religiosa.
Oigo tu paso familiar, y el íntimo
gnomo de tu palabra en la saliva
de los trigos dormidos.
Y entre las abluciones campesinas
del aire, misteriosamente
suena tu corazón de niña.
Aquí te llevo, sí, de tal manera
que hasta puedo ceñirte y desnudarte
con roja inteligencia.
Que hasta puedo sangrar sobre tu carne
lo mismo que un guerrero fusilado
o un ciervo inolvidable.
El añil se abalanza hacia los campos,
y la tarde es un oro moribundo
que me estira sus manos.
Y a cada aljófar, bandolero puro
donde la angustia cruza su persona, salta mi corazón goloso y crudo
en demanda de rosas.
LA MUERTE INSUFICIENTE
Es triste imaginarlo:
mi padre pudriéndose en la tumba....
Murió hace mucho tiempo.
El era joven todavía,
pero se hallaba prematuramente envejecido.
Yo era un adolescente.
Es triste imaginarlo:
mi madre pudriéndose en la tumba.
Ella murió hace poco.
Era una mujer de más de ochenta años.
Se mantenía relativamente joven.
Yo ere en cambio un anciano:
torpe en el caminar,
torpe en el ver,
torpe en el querer vivir.
Bien, sea como fuese,
puedo localizar sus tumbas
y visitarlas cuando me parezca,
un sábado, un domingo,
en Talcahuano o en Chillán
donde ellos yacen respectivamente.
Yo no tengo problemas,
y sin embargo nunca las visito
por mera negligencia personal.
Pero
es triste imaginarlo:
gente pudriéndose en ninguna parte.
es decir
sin tumba
conocida.
Padres, hijos, hermanos,
amigos, camaradas, vecinos,
obreros, abogados, profesores,
médicos, periodistas, poetas,
cualquier persona detenida
desaparecida
pudriéndose en ninguna parte.
Es decir,
en un sitio
no propio del hombre.
pienso en el lecho de un río,
pienso en una mina abandonada,
pienso en las arenas del desierto.
Es
triste
imaginarlo.
Lo más terrible es comprobar
que existe gente
no suficientemente muerta todavía.
CRÍTICA APARECIDA EN EL SIGLO EL DÍA 10-12-1944.
AUTOR: VOLODIA TEITELBOIM
He aquí una escritura sencilla, de musa suave y bucólica, de giro gracioso y fino, que describe la línea de una parábola de luz minúscula y delicada, sin agregar, por cierto, ninguna cuerda al eterno violín poético.
Poesía en diminutivo, cultivada con un acento de biblia alegre, diáfana e infantil, con lejanos resplandores evocativos de Juvencio Valle. Un canto de superficie tersa, horizontal e intrascendente. Poesía sin misterio, sin la necesaria espina, sin las deslumbradoras visiones de poder mágico en que de súbito se entrega desnudo el corazón humano.
Sólo una voz melódica, afinada y delgada, donde trina un hilo de agua pura. Nada menos y nada más.
Víctor Molina Neira dejó de existir el 2 de Octubre de 2014
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