Claudio Solar López
Nació en Concepción, Chile, en 1926. Poeta, novelista, ensayista, dramaturgo, conferenciante, periodista, pintor, catedrático emérito. Premio Municipal de Santiago; Premio Regional de Literatura y Premio Regional de Periodismo (Valparaíso). Jurado en numeroso concursos de carácter nacional. Como poeta ha publicado: “La ciudad detenida en el tiempo”, “Rapsodia para la Vida del hombre”, El libro de Ximena”, “Balada para la Gran Ciudad” , “Para caminantes y enamorados”, fundador y Director de la Escuela de Periodismo. Sede Valparaíso de la Universidad de Chile (1963). Fue conocido como Profesor Nostradamus, falleció en junio de 2010.
VIAJEROS
Veo pasar el tiempo en un instante
y me comen las manos los sucesos.
Este largo monólogo entristece
como el agua que cae de los techos
murmurando recuerdos.
Yo pienso en la vasija de tus manos
sosteniendo silencios
en un patio lejano
donde el viento se duerme.
Y tengo miedo vernos por ríos diferentes,
de sentir que marchamos por caminos
opuestos.
¿Nunca vamos a hallarnos?
¿Siempre estarás callada
en ese tren que parte?
¿Siempre estaré sonámbulo
en el vagón que llega
a la estación callada
de los sueños perdidos?
HOMBRE EN EL AUTOBÙS
Ahì vas con una caja para tu hambre
y ninguna caja para tus sueños.
Hombre-caja que vives en una caja.
La caja del microbùs.
La caja de la poblaciòn callampa.
De tu edificio de departamentos.
La caja de tu almacèn,
tu oficina donde refugias
tus fracasos conyugales.
Para que, finalmente, te entierren
en una caja.
Y tu mundo enorme, ancho y azul
sòlo haya tenido dos metros de largo.
Compañero de viaje
Autor: Claudio Solar
1957
CRÍTICA APARECIDA EN EL SIGLO EL DÍA 1957-03-31. AUTOR: RAÚL ITURRA FALCKA
Noticia sobre “Compañero de Viaje”, poemas de Claudio Solar.
Edición de 50 ejemplares mimeografiados. Valparaíso, 1957.
Claudio Solar ha publicado un nuevo libro de poemas. Y al publicarlo estaba indicado un camino en un sentido bien determinado. Estaba dando una lección que no es absolutamente nueva, pero que era urgente reiterar: la manera combativa y constructiva de romper las barreras que tratan de detener el paso, el avance, el salto de la poesía joven de nuestro país. Mejor dicho aun, de detener el paso a la obra de los poetas jóvenes, inéditos y sin bienes de fortuna.
Publicar hoy es una aventura económica que suele tener graves consecuencias y que, además, cada día está menos al alcance de los creadores. Las causas de esto sería necesario ahondarlas y eso habrá que hacerlo pronto. Y ojalá se haga en un foro público, en un clima de profunda y apasionada discusión. Solar, con duras experiencias como editor de su propia y vasta obra, se decidió a romper esa barrera y ha publicado su último libro “Compañero de Viaje”, a mimeógrafo. La edición es de muy pequeño tiraje y alcanza una humilde y alta dignidad en su presentación. Creo que son en total cincuenta ejemplares, trabajados por el mismo autor. Impresos y compaginados por sus manos. Con portadas suyas. Contiene 26 o 27 poemas, un prólogo en verso y seis dibujos, uno de los cuales es de Andrés Sabella y los otros cinco sepa Ud. de quién, ya que al bueno de Claudio se le olvidó poner una advertencia que sirva de guía al lector curioso.
Este esfuerzo constituye una hermosa lección. Y si decíamos que no es absolutamente nueva, es porque una poetisa –desgraciadamente no recordamos cuál- publicó el año pasado algunos poemas siguiendo el mismo camino del mimeógrafo. Y años atrás, en Tomé, el Grupo Acrópolis publicaba una revista mensual de poesía que también era editada a mimeógrafo. Director de esta revista, en la que creo que Solar también publicó, era el poeta Alejandro Chávez Borck. Editar cien ejemplares costaba quinientos pesos, por esos años (1942-43) y los socios del Grupo Acrópolis vendían rigurosamente los cien ejemplares, a cinco pesos cada uno, con lo cual seguían publicando con un entusiasmo a prueba de chubascos, tempestades y sonrisitas. Fue aquella una gestión heroica que se prolongó bastante tiempo.
Ahora bien, veamos el nuevo camino. Es posible que la gente que se hinca en el centro de la gran Catedral de lo Establecido, barrunte que tal clase de ediciones menoscaba la dignidad de la poesía. No es así. Este es un camino sólido, limpio y honorable. Es el reflejo de un estado de cosas del cual la poesía no es culpable. Y por culpas ajenas ella no puede morir. La poesía es expresión y como tal debe ser expresada, pasando por encima de prejuicios y retornando a su noble quehacer aventurero. Hay mucha poesía de excelente calidad que entre nosotros se está perdiendo. No hay dónde ni hay cómo publicar. Solo quedan dos caminos, entonces, para la poesía nueva de nuestro país; los recitales públicos, en plazas, pequeñas salas de teatro, locales sindicales o donde fuere, y estas ediciones, que bien trabajadas mantienen íntegra, aunque con nueva cara, la dignidad de la obra poética.
Hay que saludar en este nuevo esfuerzo de Claudio Solar el grito que contiene. Un grito de saludable alerta a los poetas. Un grito que es una invitación a romper la barrera económica que amenaza con silenciar una buena parte de nuestra poderosa voz poética.
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