Abdulah Sidran, (Bosnia, 1944), es uno de los poetas más importantes de la actual Bosnia-Herzegovina. Entre sus libros sobresalen La carne y los huesos (1976) y Un féretro para Sarajevo (1993).
¿Por qué zozobra Venecia?
Contemplo el cielo de Venecia. En lo alto, como en todas partes,
Dios. El Unico. Quien creó el universo y los siete
millares de mundos que gravitan con su multitud
de lenguas y pueblos. En cada mundo una Venecia.
Sobre un continente llamado Europa, entre la tribu
de los Eslavos del Sur, un pequeño pueblo.
Por él pasa una frontera.
Bosnia, Bosnia, Bosnia. Allá se reúnen y se enfrentan
la cruz de Occidente y la de oriente. Ambas hijas de la misma cruz.
El pueblo bosnio es bueno. Es por ello que ha sido tocado
por la gracia del Dios Unico que jamás nació ni dio la vida,
Dios que reina sobre los mundos y preside el último juicio.
Contemplo el cielo de Venecia. Los señores
de la tierra decidieron que el pueblo de Bosnia no exista.
Venecia zozobra. Europa zozobra. Zozobra la cuna
con su niño de pecho. Zozobran los continentes. Zozobra la rosa
en el vaso de cristal de Murano. Zozobra Murano.
La alcoba del hotel zozobra.
¿Por qué el pueblo bosnio debe desaparecer del mundo?
¿Por qué, entre tantos colores, tiene que haber uno menos?
¿Por qué un perfume menos? ¿Por qué debe desaparecer esta Venecia?
¿Entre tantas maravillas por qué una manos?
Contemplo el cielo de Venecia. Describiendo una larga trayectoria,
una estrella cae en el abismo.
Se diría que ha caído en medio del Gran Canal.
Este bajo mundo, uno de los siete millares que componen el universo,
quiere empobrecer a un pueblo entero. Tal es la voluntad
de los señores de la tierra. Un astro se extingue entonces,
Venecia zozobra.
pesadilla
-¿qué haces, hijo mío?
-madre, sueño
-sueño, madre, que canto
y que me preguntas en sueños
¿qué haces hijo mío?
-¿y qué dice la canción de tu sueño, hijo mío?
-Madre: dice que yo tenía una casa.
Ahora no la tengo, eso dice madre.
Madre: dice que tenía una voz, una lengua
ahora ya no tengo ni voz ni lengua.
De esta voz que no tengo,
en esta lengua que no tengo,
canto, madre, una canción sobre
la casa que no tengo más.
Notas acerca del hogar
En nuestro hogar,
del padre no se habla nunca.
Pero en cada movimiento de la mano,
de cualquiera, hay parte de un movimiento suyo,
una señal o rasgo. Y todos lo sabemos,
mientras ocultando el miedo callamos acerca del padre.
Y es bueno que sea así. Si fuera sólo un poco
diferente, sería terrible.
Porque aquí, alrededor de nuestros pies, ya cansados,
los descendientes gatean, y los cuartos están llenos
del ruido de los niños. Sonreímos, alzamos
al aire sus pequeños cuerpos. Sonreímos,
sosteniéndolos, felices, con manos cariñosas.
Cariñosas y ásperas, que la muerte
ya han tocado, ya han tocado, ya han tocado.
Gavrilo balbucea la noche antes del disparo
Esta noche, silenciosa como un infierno
inexistente, el mundo, las cosas y los objetos
unidos en aceite. Es el tiempo indicado para los indecisos:
hay que bajar en las puntas de los dedos por el pasillo podrido,
hay que tocar con la mano esa pared, ese aceite,
hay que decir: ¡Vamos, alma, por la pistola! Porque,
es tan irreal y silencioso esta noche. No hay nadie
quien no diga: ¡Mañana la desgracia te espera!
¡Mañana el amor te espera! ¡De prisa, alma,
por la pistola, antes que se quiebre el hueso de ese resplandor!
Forjan en las cercanías un verdadero escudo
concreto, tejen las tejedoras nocturnas un manto
para ti, para toda su alma insegura. De prisa,
solo, antes de que se quiebre el hueso, porque amanecerá y
otra vez: nuestros oídos serán lastimados por los gritos en la calle,
otra vez: ¡respiraremos el aire impregnado de esquirlas!
De prisa alma, por la pistola, mientras todavía no amanece,
mientras no ha muerto nuestro Dios. Después, no tendremos
con quien, ni a quién, ni con qué hablar. Yaceremos
muertos en la oscuridad, en el aceite, en los años que sordamente,
pesados y torpes, se acuestan sobre la espalda de los siglos, al igual
que esta noche se acuesta sobre mi espalda, noche
llena de esplendor, y el llamado:¡vamos alma, por la pistola!
Contemplo el cielo de Venecia. En lo alto, como en todas partes,
Dios. El Unico. Quien creó el universo y los siete
millares de mundos que gravitan con su multitud
de lenguas y pueblos. En cada mundo una Venecia.
Sobre un continente llamado Europa, entre la tribu
de los Eslavos del Sur, un pequeño pueblo.
Por él pasa una frontera.
Bosnia, Bosnia, Bosnia. Allá se reúnen y se enfrentan
la cruz de Occidente y la de oriente. Ambas hijas de la misma cruz.
El pueblo bosnio es bueno. Es por ello que ha sido tocado
por la gracia del Dios Unico que jamás nació ni dio la vida,
Dios que reina sobre los mundos y preside el último juicio.
Contemplo el cielo de Venecia. Los señores
de la tierra decidieron que el pueblo de Bosnia no exista.
Venecia zozobra. Europa zozobra. Zozobra la cuna
con su niño de pecho. Zozobran los continentes. Zozobra la rosa
en el vaso de cristal de Murano. Zozobra Murano.
La alcoba del hotel zozobra.
¿Por qué el pueblo bosnio debe desaparecer del mundo?
¿Por qué, entre tantos colores, tiene que haber uno menos?
¿Por qué un perfume menos? ¿Por qué debe desaparecer esta Venecia?
¿Entre tantas maravillas por qué una manos?
Contemplo el cielo de Venecia. Describiendo una larga trayectoria,
una estrella cae en el abismo.
Se diría que ha caído en medio del Gran Canal.
Este bajo mundo, uno de los siete millares que componen el universo,
quiere empobrecer a un pueblo entero. Tal es la voluntad
de los señores de la tierra. Un astro se extingue entonces,
Venecia zozobra.
pesadilla
-¿qué haces, hijo mío?
-madre, sueño
-sueño, madre, que canto
y que me preguntas en sueños
¿qué haces hijo mío?
-¿y qué dice la canción de tu sueño, hijo mío?
-Madre: dice que yo tenía una casa.
Ahora no la tengo, eso dice madre.
Madre: dice que tenía una voz, una lengua
ahora ya no tengo ni voz ni lengua.
De esta voz que no tengo,
en esta lengua que no tengo,
canto, madre, una canción sobre
la casa que no tengo más.
Notas acerca del hogar
En nuestro hogar,
del padre no se habla nunca.
Pero en cada movimiento de la mano,
de cualquiera, hay parte de un movimiento suyo,
una señal o rasgo. Y todos lo sabemos,
mientras ocultando el miedo callamos acerca del padre.
Y es bueno que sea así. Si fuera sólo un poco
diferente, sería terrible.
Porque aquí, alrededor de nuestros pies, ya cansados,
los descendientes gatean, y los cuartos están llenos
del ruido de los niños. Sonreímos, alzamos
al aire sus pequeños cuerpos. Sonreímos,
sosteniéndolos, felices, con manos cariñosas.
Cariñosas y ásperas, que la muerte
ya han tocado, ya han tocado, ya han tocado.
Gavrilo balbucea la noche antes del disparo
Esta noche, silenciosa como un infierno
inexistente, el mundo, las cosas y los objetos
unidos en aceite. Es el tiempo indicado para los indecisos:
hay que bajar en las puntas de los dedos por el pasillo podrido,
hay que tocar con la mano esa pared, ese aceite,
hay que decir: ¡Vamos, alma, por la pistola! Porque,
es tan irreal y silencioso esta noche. No hay nadie
quien no diga: ¡Mañana la desgracia te espera!
¡Mañana el amor te espera! ¡De prisa, alma,
por la pistola, antes que se quiebre el hueso de ese resplandor!
Forjan en las cercanías un verdadero escudo
concreto, tejen las tejedoras nocturnas un manto
para ti, para toda su alma insegura. De prisa,
solo, antes de que se quiebre el hueso, porque amanecerá y
otra vez: nuestros oídos serán lastimados por los gritos en la calle,
otra vez: ¡respiraremos el aire impregnado de esquirlas!
De prisa alma, por la pistola, mientras todavía no amanece,
mientras no ha muerto nuestro Dios. Después, no tendremos
con quien, ni a quién, ni con qué hablar. Yaceremos
muertos en la oscuridad, en el aceite, en los años que sordamente,
pesados y torpes, se acuestan sobre la espalda de los siglos, al igual
que esta noche se acuesta sobre mi espalda, noche
llena de esplendor, y el llamado:¡vamos alma, por la pistola!
Muy bonitos, me han gustado mucho La pesadilla y Notas acerca del padre. Gracias!
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