martes, 20 de julio de 2010
261.- JULIE SOPETRÁN
Escritora. Poeta. Ensayista.Crítica. Periodista. Nació en Mohernando (Guadalajara), y ha residido muchos años en California, donde creó una escuela de poesía en español.
Dedicada al periodismo, a la creatividad, a la literatura pura y a la poesía,
es una de las mejores voces femeninas de la actual poesía castellana.
Julie Sopetrán es el nombre literario de Julia González Barba, que por tradición familiar de residencia en la finca que formó parte, durante largos siglos, del Monasterio benedictino de Sopetrán, en el término de Hita, pero junto a Torre del Burgo, en las orillas del río Badiel, en la provincia de Guadalajara, adoptó el apelativo de Sopetrán y con él ha realizado una tarea amplísima en el campo de la literatura intimista, de la poesía y la narración, sin olvidar los montajes teatrales y audiovisuales, de los que es una auténtica maestra.
Durante unos años ha dirigido y dado vida a la Revista cultural AZB que con un magnífico diseño y una variedad inmensa de temáticas, siempre en torno a lo cultural hispano-americano, vivificó el ambiente periodístico alcarreño. Como las ideas grandes, pero creadas, dirigidas y sostenidas por las personas de a pie, no ha podido durar, y por desgracia en octubre de 1996 salió el último número de AZB.
La actividad poética de Julie Sopetrán ha sido también muy amplia.En 1984 publicó un libro, Amorismos, que la ganó ya un puesto claro entre los creadores alcarreños. Después vinieron títulos como Miscelánea campesina, Un siglo en Atherton, Polvo luminoso, y Silvas de mi selva. Otras obras, que aunque llevan títulos relativos a la Alcarria, son intemporales y ubicuos, como En Hita es otoño y se oye el mar, y algunos otros.
Ha ganado en 1996 el importantísimo Premio "Letras de Oro" para obras escritas en español en los Estados Unidos, convocado por la Universidad de Miami, con su obra El tiempo habitado. Y en 1987 obtuvo el Premio Nacional de Poesía "Carmen Conde".
Entre sus variadas publicaciones se encuentran:
-Miscelánea campesina, primer premio de novela corta, San Sebastián, España 1969.
-Amorismos su primer libro de poesía. Barcelona 1974.
-Un siglo en Atherton – poesía – Barcelona 1974
-Polvo luminoso – libro bilingüe - Guadalajara 1975
-Silvas de mi selva en ocaso – poesía – Torremozas – Madrid 1986
-De Fontanar a Copernal cruzando el Henares – libro publicado por la Diputación Provincial de Guadalajara – España 1992
-Los dioses y el ánfora – Premio Carmen Conde de Poesía de mujeres – Torremozas – Madrid
-En Hita hoy es otoño y se oye el mar – Premio Ramón de Garciasol – Guadalajara – España
-Canción de tierra para el amor dormido – Libro de poemas hecho música, danza, canto y poesía con varios artistas– obra plástica dirigida y creada por la autora. Fue representada en Guadalajara en el Colegio de San José con gran éxito de público y crítica.
-El tiempo habitado – Libro ganador del premio Letras de Oro en el género de Poesía – North South Center, University of Miami – 1997.
-Luminosidades – Libro publicado por el Ayuntamiento de Solanillos del Extremo – Guadalajara – Estudio histórico y antropológico de la vida del pueblo. 365 páginas – año 2000
-AZB- revista de cultura internacional – Creadora y directora de dicho medio.
Julie es corresponsal de prensa desde 1986 del periódico La Oferta Review, San José – California.
Anteriormente lo fue del periódico El Visitante Dominical – San Antonio - Texas 1976-1984.
De la revista TAMAULIPAS – Tampico – México Desde 1978-1980.
Reportera y articulista del periódico Nueva Alcarria – Guadalajara – España, ha estado en plantilla durante veinticinco años realizando entrevistas, ensayos, reportajes y siendo corresponsal en California para este medio.
Julie ha colaborado con los periódicos bilingües: El Observador, San José – California 1978-80.
WEB: http://eltiempohabitado.wordpress.com/
EL TIEMPO HABITADO
No quiero que me toque la tierra
con sus manos.
Pertenezco al Amor
al espacio…
1
En este desorden de tiempos donde apenas vivimos
te busco, aunque sé donde estás.
Naciste para ser historia
y no me conformo:
te estoy midiendo
como si no fueras Amor,
como si tus segundos se volveran flores blancas,
o montañas inalcanzables,
o espirales eternas de luz
donde podrían romperse mis sentidos.
Sé que no entenderás mi escepticismo
y negarás la extraña cohesión
que afirma la existencia.
2
He creado tu verbo en mi mente
como una música libre y divina,
como un enlace de infinitas vivencias,
Tal vez nunca lo escuches, nunca sepas
que necesito tu palabra
para suavizar el tiempo de la soledad.
Sé que primero tendrías que mirarme,
después, verme por dentro
para que supieras que estoy viva.
Y luego tu palabra, tan sólo tu palabra
me iluminaría el camino.
3
Porque creo en ti, escribo,
en este cuarto llamado incertidumbre,
encerrada entre cuatro paredes amarillas
con una ventana que da a las tinieblas,
con una lámpara encendida para mis otros ojos
los del fondo.
Me apoyo en tu voz
para no perder el número imaginario
de los sueños.
4
Y no te pido nada,
porque es mucho lo que envuelve el silencio,
la conexión de la energía
o el desdoblamiento de los mensajes
que va emitiendo el alma a cada instante,
para pronunciar los acentos
e interpretar el lenguaje
que nos distingue
y nos da la compañía del encuentro
en el espacio.
Podemos tocar el piano de la nada,
el todo disconforme de nuestro ser de arcilla
donde la materia se altera,
y se rompe la estrella,
y el Amor canta.
5
Todo se mueve en nuestro entorno:
Las hojas de los árboles abanican tu paso
y las nubes desempolvan tu sequía.
Mil voces pronuncian tu nombre
y el eco de las letras va dando forma a la música.
Todo dura el instante de nombrarte
para la eternidad.
6
Y somos dos verbos irregulares
conjugando el mismo paisaje de las horas.
Si tú vas
yo vengo.
Si tú vienes
yo voy.
Silenciamos recuerdos
y volvemos a llamarnos al atardecer:
Nos interesa la luz.
7
No fue a solas.
Contigo.
Lo hicimos: el poema.
Queríamos.
Lo habíamos gozado hace un instante
cuando la montaña reía a carcajadas como loca.
El mar se había escondido entre la niebla.
Tu timidez errante palpitaba e mi pecho.
Lo sabías.
Lo afirmaste: era el placer de haber subido hasta la cima.
La palabra era nuestra
y el deseo tan fuerte como el viento.
Vivimos el camino
y recordamos la infancia:
Hicimos nuestras aquellas flores diminutas:
tímidas violetas de la altura.
verbos vivos en teso de volcán
derrochando lava.
Y luego me dijiste:
“Me siento como después de haber hecho el Amor”.
8
Huíamos de todo lo que no fuera nuestro.
Ni siquiera habíamos pensado cruzar de labio a labio
la frontera.
Sentir el fondo de la fascinación
o la magia alegre de aquel afín encanto.
Desechamos la eléctrica ilusión de la aventura
o el desafío a equivocarnos.
Nos pudo el desaliento
y nos abandonamos a la intuición lúdica
de nuestras miradas.
9
Queríamos gozar. Porque luego, después,
todo sería noche.
Nos quedaríamos sin saber dónde se habían ido
las luces de la luna,
la presencia del sol,
las sombras
de nuestros pensamientos.
10
Y te siento. No puedo evitarlo. Te siento tan en mí.
Tan cerca…
que si ahora estuvieras a mi lado,
tendría que alejarme de ti…
y sacudirme el fuego.
11
Guardamos los espacios
para nuestros fantasmas,
para nuestros símbolos,
para nuestros miedos
o para reposar en el fondo las palabras
nunca pronunciadas.
Palabras sin palabras:
inactivos verbos a la espera de fuerzas invisibles,
nombres propios para el olvido inmediato,
ámbitos para la sagrada emoción de la compañía.
12
Era Otoño, Primavera, invierno…
en todas las cuestas de San Francisco.
El Verano se ausentó en aquella visita.
Las flores se quejaban porque no había nidos
que jugaran en las plazuelas.
Los perros ladraban a las sombras de los impecables jardines
El viento movía la luz verde
de los espacios libres,
con sus manos llenas de mar, transitaba tu cuerpo
y humedecía tu piel como si fueras tierra…
Así tu gozo fue mío
en plena calle de ciudad a mediodía.
13
Íbamos sobre la barca de las horas
por el río mecánico del mundo.
Todo era imaginario,
las paredes desprendían música y color.
Mapas de fantasía para el sueño
o muñecos para nuestros ojos.
marionetas, gestos articulados al compás de los ritmos
o un dar la vuelta al río de las cosas,
un volver a la estrella desde abajo,
hacia arriba,
en el encuentro de los mares
o en ese punto exacto y recto
del Ecuador
donde todfas las corrientes se juntan.
Ibamos como en los cuentos encantados
paseando por un mundo feliz.
14
Nos miramos una vez. Dos. Compartiedo alegría.
Siempre es en la mirada
donde podemos vernos.
Sabíamos de luces
hechas para los ojos.
Y no fue la pasón,
que fue el silencio
el que unió nuestras almas.
15
No se necesita saber nada para amar mucho.
En el paisaje del agua
todo es inmenso
y sólo una caricia
sonríe en los labios del mar.
16
Ese mar de la mirada tan amplio, tan sereno,
el que se oculta y juega con la ilusión.
¿Recuerdas?
Yo quería enseñarte una de las bellezas,
entre tantas, de los acantilados.
La niebla envolvió la costa con su rebozo gris
Su mano de agua dulce nos desvió el camino hacia el Este.
La niebla trastocó nuestro compás
pero no pudo separarnos.
17
Volveremos
comovuelven las aves a las rocas
en esos días limpios,
cuando la luna acaricia la piedra con sus manos
y nos recuerda
lo mucho que sabemos.
18
Fue entonces cuando supe
que no podría tocar tus manos
porque mi corazón se quemarí al instante.
Era mejor divertirnos
con aquellas estrellas fugaces de Hollywood.
Regresar al futuro y salucar a E.T. en su propio planeta.
Un timpo relatvo para el divertimiento
o un fugaz arcano de vivencias ficticias:
ilusión desbordada de lo maravilloso.
Estudios, cámaras, momentos,
la acción, la fantasía, un “tour” de película,
o una ráfaga
sin tregua y sin regreso.
19
El mar, la montaña, la gran ciudad,
lo sabían todo y empezaron a darnos flores blancas.
Plumas de cristal con tinta azul para jugar con la palabra.
Para que el sueño goce de la tierra
o para hacer más transparente el aire que nos besa.
Todos los efectos especiales
se habían apagado
y los escaparates se rompían estallando luces
que luego eran estrellas
entre nuestrs manos todavía vírgenes de notas
que se intuían en el aire,
como cristales
sonando al viento,
jugando al verbo.
20
Eres tú, existes entre tiempo y espacio
como un todo
que me acerca a la realidad.
Por eso te reclamo. Te busco.
Porque eres dios, obra de arte, puesta de sol, estatua…
porque puedo tocarte con mis labios, con mis ojos, con mi alma,
porque la posibilidad de lo imposible se confirma,
porque suenan tus pasos
y aunque no sepa nunca de dónde procede lo importante,
la permisión, el interés, la exclusiva razón,
la duda…
Sé que entre millones de personas
te elijo
para compartir el poema.
21
Como Pitágoras, me estremezco al ír los sonidos de la fragua
o el vieno, o la viola…
Es la belleza la que anuncia el canto
y da forma a la estética de la intuición.
PLero ven, escucha conmig los golpes en los pragmáticos
yunques del herrero,
el estremecimiento de la fuerza,
el repetido abrazo del golpe,
el resurgir del fuego, la música,
como si fuera el “Allegretto” de la Séptima Sinfonía
de Beethoven o el repetido verso de Lorca
en la sangrienta “sombra de la tarde”.
Es Mozart, Bach, Schumann, Brahms…
el Bolero de Ravel marcando espacio
o nuestro corazón midiendo sílabas…
22
Nos han hecho para sentir
y todo está creado para amar,
para pensar, para incidir en el presente
con un tiempo absoluto: el del Amor.
Sabemos que vivimos en distintos espacios,
pronunciamos risas, tenemos pensamientos simultáneos, inéditos
y queremos retener la luz que nos infunden las palabras.
Compartimos la música
que repite el latido de la vida
en las profundidades del ser y del estar.
Nos convencemos del simple proceso de la esencia.
23
Así sentí el mundo en tu mano,
tan repentinamente como una estrella fugaz que me tocaba el alma
transportándome al cielo.
La belleza se hizo para crear imaginarios paisajes,
para tallar detalles transmitidos
y sentir la relatividad de los cuerpos
en la caricia
o en el aire del aura que nos envuelve
y nos lanza al espacio
del mítico asombro,
es así como siento lo maravilloso:
los juegos del verbo
en un continuo clímax.
24
Nos habíamos olvidado de las horas grises,
de los anteayeres,
de la apretada agenda,
de aquellos desamores rezagados
que enturbiaban transparencis en nuestras gafas de sol.
Teníamos que desengañarnos del pasado,
tirar al mar las armas de Apolo y de Diana,
los ciclos, las espadas,
las convergencias invariables o las flores de loto marchias
en el centro de la tierra.
25
Es en nuestra mirada donde crece la luz
porque mirar es poseer
ty cercar el mundo y los paisajes,
concoer, intuir, buscar y desear.
No sé.
En muchas miradas se quedan las incógnitas,
los sueños, las equivalencias.
Y nos miramos como Tristán miró a Iseo:
algo queda en el aire
como un gráfico
indescifrable.
26
Y estás ahí a la vuelta del desierto
y muchas veces quisieras tenerme
como un suceso más sin titulares:
un simple hecho para analizar,
que es otra forma de expresar Amor.
Pero en el fondo te invade la timidez,
lo subordinado a lo relativo.
Las posibilidades te asustan,
son hipótesis…
Pero podríamos, podríamos intentarlo.
27
Antes de que se acabe el tiempo todo llega.
Cuando te conocí yo ya te había amado.
Y supe que vendrías.
Ahora que puedo verte,
sé que te marcharás sin mí.
Evolucionaste en mi mente.
Eres Amor.
28
Como un trémolo orquestal la poesía suena
aunque también podría ser el Preludio de Carmen,
el breve crescendo final que anuncia la tragedia,
porque
“el amor es un pájaro rebelde”
porque
el pájaro es el alma que vuela siempre hacia su árbol.
Me hace pensar en ti el coro, cuando dice:
“Ten mucho cuidado”
y es la emoción la que con Carmen afirma:
“Si tú no me amas
si tú no me amas, yo te amo”.
Es el ploeta una vez m´s
conjugando su verbo.
29
Me abandono a la suerte del destino
sin renunciar a la experiencia.
En tu íntima mirada podría ser lo eterno,
lo infinitamente bello para vivir un rato…
el que dure el tiempo de la emoción
un tal vez, siempre en un instante
onomatopéyico.
30
Comprendemos la física
cuando hablando de mil cosas nos decimos Amor.
Porque sabemos que podríamos
durar eternamente entre palabras.
Nos puede la Amistad,
lo bueno,
lo que ilusiona el aire,
lo que matiza la expresión,
lo que da forma al color,
lo que la luz envuelve
en nuestros brazos…
Y no podremos separarnos nunca
porque somos conscientes de nuestro propio canto.
Los sueños acabaron con el tiempo
y crearon alas en nuestras manos
y colores en nuestros ojos.
31
Soneto para una música de cumpleaños
o un solo para ti.
Hoy que no estoy contigo quiero estar a tu lado,
ayer que estabas cerca no supe retenere
¿qué podría yo ahora dar por volver a verte
si la puerta del tiempo de golpe se ha cerrado?
Regreso a tu mirada. Me llevo lo pasado:
un silencio, un suspiro, un no saber quererte
tan humno, tan niño, como la misma muerte
que nos sima en la duda de lo que no hemos dado.
Hoy estaré contigo más lejos y más cerca.
Besaré tus cabellos, admiraré tu gracia
y todas las sonrisas abrirán los arcanos.
Te veré en el espejo del agua de mi alberca,
hundiré para siempre la sombra que te espacia
y guardaré en mi alma las luces de tus manos.
32
Se ha poblado de niebla la esperanza
y los gnomos han vuelto a jugar con las ramas
caídas de los árboles:
Los he vsto, se han parado en mis ojos
y tú estabas con ellos contándoles historias.
El rocío de la mañana cubría los musgos
y las leyendas de los bosques despoblados y fríos
dormían a los niños.
Nos perdimos entre la niebla,
y en la contemplación de las hojas caídas del otoño
la brisa envolvía nuestras pasiones.
33
Ente lágrimas te fuiste alejando del bosque.
La tarde era un sauce llorón
y todo lo acariciaba la brisa que movía las ramas.
Las hojs caían al vacío
de sus propias sombras
que pintaban las formas
en el aire:
Allí donde caían
serenaban la tristeza de la ausencia.
34
Pero aún estásaquí.
El piano empezó a ahblar en voz baja entre los gritos
que venían del Jardín.
¡Oh Dios! cómo se oía la música,
cómo hablaba, cómo rompía muros de salvaje locura
entre las tómbolas, las risas y esos bares despiertos
cargados de alaridos
como niños llorando soledad.
Eran los altisonantes ecos emanando de la tierra a borbotones.
Nuestras ventanas estaban abiertas al viento,
las manos penetraban la aurora de la tarde
dejando en nuestras almas su dulzura.
Me arropaba la seda de los interludios, de los intermezos,
de las difíciles baladas…
Estaba Brahms y Schumann con nosotros.
Tu mirada al Norte y yo al Este, fue otro encuentro
dejando cada cosa donde estaba en su lugar exacto,
en el desorden, en el caos del mundo.
La Torre de Babel era yamúsica, lenguajes definidos
que el oído atesora y es en el afecto o en el recuerdo dulce
de un impromptu
donde el Amor se hace eterno.
35
Necesito tus manos para sentir la lluvia
y modelar el aire de un suspiro perdido.
Necesito la música de tus caricias en mi alma.
Saber que estás muy cerca,
que es la presencia de tus manos,
la que llena el espacio de estrellas,
los silencios de ritmos,
los desiertos de flores
y el Jardín, de palabras.
Necesito las manos del Arte
para rasgar la noche, para encender el fuego
y quemar con incienso
el mal olor del mundo.
Que no. Que no puedo yo sola:
Que no puedo
sin tus manos.
¿No ves que esta nublado y la lluvia se hace charco
en las las miradas?
36
¡Si estuvieras conmigo
la tierra cantaría
al calor de tu abrigo!
Y en los campos de trigo
dejarían los vientos
un eco de añoranza
para hacer el poema
basado en la esperanza:
Que en la llama que danza
mi corazón se quema.
37
Está lloviendo
y con tus aas me dices un adiós momentáneo.
Te cruzas por mi espacio, el que abarco
desde la ventanilla del avíón.
San Francisco no se deja ver, su abrigo es gris.
Las lágrimas caen lentas por los cristales de plástico.
Pasas mirándome,
me desabrochas el cinturón de seguridad,
me estás diciendo cosas que no quiero del todo retener.
El movimiento de tus brazos tiene alas de avión, de pájaro.
Y no me dejas ir, vas escribiendo enes en el aire,
enes de no, las enes de la nada
n n n n n n n n
del nudo que se forma en la garganta antes de partir,
antes de tocar la luz,
por fin las ruedas se despegan de la tierra,
todo se eleva
y abajo sigue lloviendo y están frías tus manos.
38
Y ahora pienso:
Eres así como el espejo, mirando a todas partes.
Variabel, temporal,
conectas con las luces y las sombras
y te falta tiempo para la constancia.
Tu imaginación es un reflejo perdido en la montaña,
una realidad en el silencio.
Eres así:
contemplación,
ambivalencia,
magia,
discnforme latido ardiendo,
frenesí,
o un libre lamento gritando en mi regazo.
39
Tengo sólo el instante para mirar tu cielo.
– Y no sé si me recuerdas, Amor –
Acudo a mi memoria. Te espero.
No ceso de pensar que existes
y aunque nunca vendrás,
hago un intervalo
para que la distancia se acorte,
para que el tiempo se decante,
para que la música nos entone el espíritu
y no perdamos nunca
esta loca cordura de ser-nos por un rato.
40
Corren las horas por las teclas de un piano desafinado
Las manos se mueven:
Es presente
y deseo comprender la música.
El tiempo pasa, Amor,
y ya es pasado.
Me leíste en un verso sin amarme
y ahora no sabes si fue mío,
olvidaste la clave
y deseo volver a escribirte,
porque ya superé la indiferencia de los dioses
y no me importa el olvido.
Mañana, volvere al conservatorio
y será futuro.
Te esperaré:
La puerta de la noche es grande
y nos iremos lejos…
muy lejos.
41
Amé. Amé mucho.
Y amo. Amo.
Por eso estoy tranquila
viendo el desierto
o esperando que vuelvas;
ya tan sólo me importa una sonrisa tuya,
aunque te la preste el último trago de la noche.
Me conforta saber que eres libre
y que no te ha traído el destino.
42
Ahora vamos a vernos
para olvidarnos.
Luego no nos veremos
y al recordarnos…
Siempre seremos
entre canto y medida:
pronombre y verbo.
Música, mesura,
caricia, verso
o el sentimiento
que destruye al instante:
los espacios
y el tiempo.
43
Hoy tu sonrisa era más larga,
tenía el produndo concurrir de un presente sin medida.
Se debatía entre el silencio
de una voz entrecortada.
Hacías un paréntesis en lo íntimo.
Eras como el son melancólico de una balada
cantando al universo su lirismo.
Y al brillo de los ojos de la música
acudieron las mariposas que revolaron luz
en nuestra piel.
44
Eres ya mi posada.
Quiero instalarme en ti, Amor.
Déjame, aunque sólo sea en el tejado
donde la luna nos mime con esa borrachera de los sueños atrasados y torpes
con náuseas de resaca o somplemente: indiferencia.
Necesitamos rastros
para guir esos aspectos íntimos
que nos duelen y nos purifican en el pasivo esfuerzo
de la posibilidad
o en ese modo idóneo
donde se acomoda el primer tacto.
45
Iremos del tejado a la buhardilla,
husmearemos el pasado, la historia
tan divertida de lo incomprensible.
Haremos nuestra lacomedia
de la repetición,
nos vestiremos de payasos
para acariciar nuestro estreno
y cerraremos la única ventana
para que no entre el tiempo a visitarnos.
46
Luego, serán las escaleras las que nos lleven
a los dormitorios de los niños.
No hagas ruido,
que no se despierte,
que sigan sin llorar,
que nos esperen en otro paraíso
más justo,
más bello,
más ecuánime
donde la relatividad se ajuste a la luz fija,
donde la muerte deje de ser mujer
y sea un hombre sin guadaña
o un dios menos sangriento.
47
Aquellos niños que no tuve
déjalos que duerman,
nos hicimos como ellos, se nos contagió la inocencia,
nos desnudamos en sus sueños
y bajamos hasta los salones familiares
allí todo es escándalo:
tiempo, modo, voces, aspectos olvidados, pudor, dominio,
chantaje histórico
servido en bandeja para los invitados.
Y luego, nosotros, con la vergüenza y el descaro
de la sinceridad.
Menos mal que íbamos desnudos y pudimos llegar al postre
sin apenas lágrimas.
Me rozaste la mno y se iluminó la casa
y tan solo los abuelos nos dijeron adiós.
48
¿Adónde llevabas, Amor?
La morada era inmensa,
ya no había sirvientes en la cocina,
todos los obreros había envejecido,
daban la espalda al trabajo, bostezaban.
Y no necesitábamos comer:
Tus besos, tu ternura
daban lo exacto a la necesidad de estar vivos.
Y no necesitábamos más
para ser cristianos.
49
Ni siquiera los muebles tenían importancia.
Habíamos conseguido vivir denudos
y sólo dábamos valor al verbo,
a la esencia misma del ser,
al nosotros somos.
Habíamos llegado,
estábamos en nuestro aposento.
Nuestro sexo era luz
y no importaba lo que fuéramos:
hombre, mujer,
amarga hibridez,
homosexual…
Habíamos encontrado nuestro lecho
y lo importante es hacer el Amor.
50
Ya conocíamos la palabra,
ellos nos dio a entender nuestra grandeza musical de ser,
nuestro miedo marrón,
nuestra intuición amarga y dulce
que se desarrolló
en la mirada…
Aquella vez, en el aire,
íbamos hacia la fantasía
y fue tan simple,
¿lo recuerdas?
En nuestros ojos vibró sencillamente el planeta
y los cuatro elementos participaron
en el gozo,
y todo fue posible
porque permanecimos juntos.
65
Tú. En mi presente
das significado a lo bueno,
a lo que todavía puede ser
aunque sea irreversible lo vivido.
¿Sabes? Ahora que recuerdo,
pertenece al pasado nuestro Jardín:
Y “fue un trece de Abril,
amanecí llorando”.
Sin apenas saber cada detalle,
encontré la casa que nos perteneció sin herencia,
salíamos al Jardín a ver las flores:
Todo cuanto allí crece
lo plantamos un día, sin tiempo ni memoria.
66
La ilusión es un río turbulento que ensalma
una flor en el vaso de nuestras decepciones,
una respuesta, un eco cargado de emociones
que conquista el silencio de la aparete calma.
La ilusión es la risa o el tornillo que empalma
los pequeños deseos con las grandes pasiones;
es la luz que nos guía para crear uniones
que en la rueda del tiempo pertenecen al alma.
La ilusión es un mito de nube y aguacero,
nos arrebata dudas, nos quemacomo lumbre;
parece darnos todo, pero no nos da nada.
Es semilla de dioses que florece en vivero,
sehace silvestre, juega, se trasplanta en mi cumbre;
y después de hecho el erso, me deja abandonada.
67
Porque todo lo que piensas de mi es válido.
Por eso,
siento en la escarcha la rosa
y en invierno, primavera,
y si por mi parte fuera,
allí donde el mal se posa
yo haría una mariposa
para llevarme tus penas.
Y así dejar cosas buenas
entre las alas del viento
que al darte mi sentimieto
se rompieran tus cadenas.
68
Al escribir mis versos te reclamo,
te invito a meditar con la locura,
– conozco tu interés por la lectura –
que entre realidad y fantasía
algo suelto se queda en el espacio.
Es nuestra libertad gozosa y fuerte,
es hacer algo más por conocerte
y darte lo que tengo: poesía.
69
El aire me va llevando
al paisaje de tus ojos,
donde el cielo crea antojos
y la tierra sensación…
Paisaje de alma risueña,
ebn tus surcos de labranzaq
he plantado la esperanza
por ver si tu alma me sueña
o lato en tu corazón.
70
Y sostenías el mar en tus manos
y su sabor en tus labios:
Celebrábamos el tiempo,
lo habíamos cumplido y eran siglos de conocernos.
Y todavía estamos allí en el puerto de los pescadores,
en nuestra pecera de barro.
El Golden Gate mecía entre la niebla nuestro sueño.
PLor un instante tu palabra me dejó desnuda ante la roja
langosta.
71
Era nuestra la belleza
en todas las calles de San Francisco.
Subía y baja la luna como si fuera de papel.
Le atamos una cuerda a tus dedos
para que la subieras y la bajaras por la música de la noche en tus manos.
Y nos llenamos de luces y de puentes
en el vértido del aire.
El misterio con sus tijeras negras cortó la cuerda al ras de tus dedos
y todo se quedó flotando como un globo juguetón
como una mariposa de nuestro Jardín.
72
Todos los almendros había florecido en invierno para verte.
Nuestro tiempo brotaba
con una blancura rosada,
y así me adentré en tu paisaje de néctares.
73
Los rascacielos giraban
desde la cafetería
que en espiral se movía
al son de los pensamientos,
y en el whisky de tu vaso
como si fueran espejos,
tu luz me llevó tan lejos
que en ella perdí mis pasos.
74
Era en las velas luminosas de los barcos
donde la luz giraba a su antojo
y con ella mi silencio palpitaba entre azules.
No sé hasta cuando estuvimos allí
mirado, mirano…
Fue un siglo en un segundo
o la eternidad en la belleza de la bahía en calma.
Fueron todos los tiempos conjugados en una mirada
mecida en el viento.
75
Un piano callado
es como un niño que habla solo en un rincón
y se mira las manos.
76
Por el tono del aire conozco la tormenta,
por la fuerza de tus ojos el sentimiento,
por el color de tu piel la música.
Euterpe transmite a mis oídos las vibraciones de la belleza.
En el choque de los cuerpos se produce el sonido,
lo sentimos al tiempo,
es un golpe,
es un latido,
es la percusión, el movimiento,
la molécula
la elasticidad, el vaivén,
la afinidad,
la fuerza del espacio que nos hace vibrar
en lo más hondo:
en la armonía del mundo.
77
Estaremos muy cerca
y dejaremos que se desborde el mar
en nuestros cuerpos
y que el viento se lleve todos los pañuelos de papel
sucios del mundo.
78
De repente se paraliza mi sangre
cuando sale del alma una frase tan hecha como el pan.
Fue un insulto dirigido a Dios
o un glpe de mar e el espacio
ante esta impotencia de no poder romper tinieblas.
Sí.
Tengo que arrepentirme urgentemente.
Al fin y al cabo estás a mi lado
y tengo la sensación
que El nos comparte.
79
Me duele tanto abandono de basura,
tanto dolor tirado en las aceras,
tanta imposibilidad de pensar,
de amar, de ser.
Tanta necedad salida de las cloacas o del polvo
de los viejos vasares de las casas oscuras de las grandes urbes.
De los pueblos abandonados de las pequeñas e inhumanas mentes.
Insulto a los dioses desde esa rabia de la impotencia
ante el pecado original.
80
Porque sabes, Amor,
que en las claves se guardan los secretos del mundo,
del verso, de la duda…
Esos secretos maravillosos
que nos permiten todavía jugar al ajedrez.
Y los veo sentarse,
son los “intelectuals”,
los paridos a tiempo en los hospitales
de una “educación” privilegiada.
81
Por eso me molesta,
me produce náuseas verte caminar con las tripas al aire
con los sentimientos desgarrados,
como si fueran trpos tendidos en las cuerdas flojas de los amigos
El Amor que reclama la materia
y el soplo de la Música.
Y no serán los amigos ni el viento
los que nos devolverán los tesoros
tirados a los cerdos.
82
Acudiremos a los que ríen contigo o conmigo
en el despecho del pub
o en la cosecha de la última copa de madrugada.
Y nos daremos cuenta que fueron ellos y ellas
los que masticaron con indifefrencia nuestro estómago
y descaradamente, luego, se limpiaron sus morros
con las hermosas servilletas bordadas con los hilos
de la intimidad.
83
Nada es herencia
pero nos dignifica guardar para la noche
aquello que nos pertenece.
Aquello que ni los dioses podrían compartir con nosotros:
la implicación con la existencia
o la conexión etérea
de tu mirada n la mía.
Nuestro Arte de ser
es nuestra esencia más pura,
la que tenemos que guardar
para el momento mágico
del juego con la musa.
84
Esta noche te hubiera daro mi “secreto” a pesar del miedo
a que alguien lo maltrate.
Esta noche te lohe dado todo. Aún así…
esperaré a mañana a ver si logras retenerme el instante.
Ha de ser sin la ayuda de nadie
sin e vértigo de los otros,
los que ignoran la música y la poesía,
los que asesinan la belleza cada día
en todos los lugares.
85
¿Adónde van los latidos de nuestros corazones sin un secreto
que llevarse a la ilusión?
¿Dónde queda la sangre que salpica el cielo en tu rostro
después de haber amado?
¿Cómo podría nuestro barro ser ánfora sin soledad
o sin las manos confiencialesdel agua?
¿Qué somos?
¿Adónde vamos sin tesoros?
86
Manon muere buscando un refugio para ser feliz.
Nueva Orleans tiembla;
el sol vuelve a recrearse para siempre en lo incomprensible.
Es la muerte la que logra gritar lo que somos al viento.
Deja, Amor, que la muerte cante con su voz lírica
nuestra dulzura, nuestro llanto.
¿Qué hará con el barro, con la forma, cuando meta su mano en el ánfora
y no encuentre alimento para los gusanos?
Deja, deja, deja que se llene el aire de misterio
para que podamos jugar con los necios al escondite.
87
Flor de un día, risueña,
igual que esa palabra repetida
que te puede durar más que una vida
y se parece al vuelo
de un caballo del diablo que se aleja.
Veloz ante tus ojos, surca y deja
su color azul cielo.
PLor el jardin repartes
la gracia de tus alas.
flor de un día: Tu verso me regalas.
88
Era una noche atada con mil lazos
el sol desperezaba por Levante…
Eterno fue el instante
que desperté en tus brazos:
Cintas de terciopelos y colores
desatadas y rotas
delataban acaso mis amores,
pero sólo eran notas
caídas por el suelo,
entre mis flores.
89
Y estaba el mundo en ti.
Schumann, el Carnaval, la luna nueva,
el frío de la ausencia que me lleva,
la luz que se reparte
y todo el resplandor del movimiento
iluminando el viento
en el sublime sol que expresa el Arte.
Mi sueño estaba en ti.
No importan las distancia ni el abismo,
sólo importa nuestro romanticismo.
90
Son las calles desiertos
y montañas de arena los papeles,
las cosas que nos llevan
al culto de la nada.
No te vayas, Amor,
no entregues a las dunas
la tierra del Jardín,
que la materia es semilla de dioses
y el corazón la música
que altera el universo.
Porque sólo habitamos
cuando amamos…
91
Y había una mujer enamorada
llorando sus amores.
Era tu alma errante
saturada de viento,
borracha de abrir surco y sembrar trigo.
– ¿Reía cual mujer
lloraba como hombre? –
Era grito, sonrisa,
el trueno y el relámpago en la sombra
la inquietud y el silencio…
92
Y no percibirás que estoy contigo
regando tu Jardín de espacio y tiempo
o habitando tu soledad de siglos
bajo todos los árboles.
Nunca sabré decirte que te amo
que conozco tu llanto
como si me llovieras dentro, dentro.
Río y lloro tus gozos y tus quejas
lo mismo que hace Dios a cada instante
con el despecho de los insensibles.
93
Olivares:
pianos de la tierra
que interpretáis la música
de mi paisaje castellano.
el sol, el viento os toca
con su brisa.
Luego, invade el espacio
con todos los marrones de tus ojos,
con todos los movimientos
que se inventa el Amor,
para sentir la estética
del sonido hecho caricia
en tu transitada piel morena.
94
Quiero que goces tanto como el agua
calando el seco surco,
como la luz sobre la flor de almendro
o las estrellas en la noche oscura.
Quiero que goces tanto…
que en la humedad del llanto
emerja el arco iris
y en un beso de sol
arrebatando al trigo sus espigas
puedas morir de Amor.
95
El verbo es la palabra,
el misterioso canto de la lejanía
o lo infinitamente bello.
Es música hecha forma
o tal vez es la química
de los cuerpos que se aman
desde siempre.
Es el ser preferido
el que altera la sangre y vuela el alma
hacia el Norte de todos los ambientes.
La Palabra y el Tiempo
afirman que fui libre por un rato,
el que duró el capricho de la vida
en mi memoria.
96
¡Todas las cosas cantan mi tristeza!
No sé si sabes que llamé a tu nombre.
Grito del alma. Mi plabra en verso
mendiga tierra.
Todas las cosas lloran en mi llanto.
No me escuchas y puede hundirse el mundo.
Nunca sabrás la dimensión del tiempo
en mi regazo.
Pasasde largo por mi puerta abierta,
ni siquiera te asomas para verme,
y luego quieres todo lo que tengo
para tus buitres.
Dime, Amor, dónde guardas los tesoros.
Los amigos de veras, los que duran,
los que habitan de por vida en la casa
del corazón.
No tiremos las joyas a los cerdos,
acaso nos devoren la ternura,
y maltraten el tiempo enamorado
los intervalos.
Porque somos dos notas musicales,
dos tonos diferentes del espacio,
dos muestras de cordura en la locura
de la distancia.
Me matará el deseo de tenerte
un momento tan sólo entre mis brazos,
saber que habito el fondo de los mares…
¡Saber que vivo!
97
Era el musgo en la piedra
derrochando belleza
como un sueño.
Era la eternidad de haber amado
o el placer verde entretejido
en una muerte viva.
Era la memoria mostrando su pasado en la materia.
Era el estado mismo del verbo
en presente: Soy
Pertenezco
Estoy
Amo.
98
Como Fedra, apasionada y triste
habitaré en silencio mi soledad
y hallaré la palabra que me salve
de la indiferencia.
Creo en la libertad
pero tendrás que seducirme
si alguna vez quieres saber
algo de mi.
99
Los celos se rompieron cuando supe
que la verdad no existe,
que es el sueño quien dicta nuestros pasos
y que somos nosotros
los que nos habitamos
fuera y dentro del tacto.
100
Me invado de tristeza cuando no me recamas
y presiento tus pasos cruzándome el camino.
Tus manos me regalan la levadura, el vino,
la masa del pan tierno que en tus manos inflamas.
Para comer contigo, a tu mesa me llamas,
y al calor de tu pecho, como Juan, me reclino;
hallo en tu compañia el remanso divino
y la ilusión me dice que en silencio me amas.
Porque envuelta en la fuerza de tu luz me revisto
de músicas y versos que la emoción abusa
para mostrar que te amo como si fueras Cristo.
Y ya no tengo miedo, ni vergüenza, ni excusa,
habito en la palabra y aunque nada conquisto
tan sólo con nombrarte te proclamo mi musa.
Julie Sopetrán, 1997
Niebla
El aire de la huída sacudía las ramas
Chocaba con la lluvia, con los árboles secos
Las hadas empañaban el cristal de mis ojos
La desnudez del llanto desvestía el silencio
Y en marea de grises cual ritual iniciático
Empañado de sueños, a ritmo vacilante
Mi corazón perplejo latía su flaqueza
Lumbre de sensaciones, dorondon de la tarde
Evolutiva nube deshaciéndome el caos
O ese vapor de ausencias rezumándome el rostro
Alivio de la bruma y tu imagen tan cerca...
¡Ya presiento mis labios por la humedad pintados!
SONETO AL AMOR
Si pudiera quitarte las espinas
con mis manos humanas y terrenas;
si pudiera mi fe sobre las hienas
plantar montes de jaras y de encinas…
Ahondaría los mares y las minas
donde el oro florece sin cadenas;
y podría robar las cosas buenas
que a través de la luz se hacen divinas.
¡Con qué empeño pondría en tu cabeza
esa saliva dulce o ese ungüento
que aliviara el dolor de tu desgarro!
No sé si es tuya o mía la tristeza
pero el dolor que sientes yo lo siento
como siente la tierra el sol y el barro.
DANZA DE ATARDECER EN TRES ACTOS
Ovillejo
¿Qué es amor sin esperanza?
Danza.
¿Qué responde a la razón?
El son.
¿Y qué predicen los pasos?
Fracasos.
Se perciben los ocasos
cuando el sol se aleja en calma
y en los espejos del alma,
danzan al son los fracasos.
CAPRICHOS DEL BOSQUE
Flor de jara
pegajoso
el gesto
Sonriente
ojos negros
el monte
Pergamino
de misterio
en calma
En mis ojos
tu belleza
llora…
…………
Entre hielo
un espejo
me mira.
En la imagen
el sol brilla
el agua
Y la risa
alardea
los miedos
Es otoño:
los caminos
juegan.
Ruinas
La escarcha de la noche ha estilizado el tiempo
Y las ruinas acallan los cantos gregorianos
Sin palomas, sin grajos, en silencioso rito
mi corazón imprime latidos en la piedra!
El rubor de la historia mistifica los gestos
No existe fortaleza que recobre la intriga
de aquellos monjes buenos, o los otros inquietos
inquisidores de almas entre muros toscanos!
Belleza del refugio, salvaguardas salvajes
de trisagios, de glorias, de reprimidos sueños
que dejaron el arte desnudo en su flaqueza!
Exequias de un pasado tenebroso y devoto
Que calcifíca sombras y esclarece misterios
La escarcha de la noche con sus manos heladas
congela entre las piedras... intuídos secretos!
Amanecer
Hay un árbol que canta y un corazón que llora
El rocío en el alma la nieve en la cordura
La savia entre los dedos el temblor en los tallos
Son las caricias dulces de un amor prohibido
Es invierno hace frío y sangra la belleza
El brasero apagado las emociones rotas
Es un canto de siglos: el compás de la calma
O un engendro del alba donde juegan los pájaros
Quiero nacer de nuevo en un mundo intuído
Donde las ramas secas ardan luces heridas
Y emanen otras nubes con diferente lluvia
Quiero sentir la estrella en presunción de tacto
Llorar fuego en el aire cuando mires al cielo
Y templar el suspiro que nieva en tu tristeza.
Detrás de la mirada
¿De quién es la mirada?
aunque yo no la veo
son ojos escondidos
que a la vez son espejos.
Se me pierde el camino
se bifurca el enredo,
el nudo es espejismo
que diseña desiertos.
Siento tus ojos-noche
rodeándome el cuerpo,
cual viento que se lleva
mi corazón muy lejos...
Si es de Dios la mirada
que me deja perdida.
¿Por qué no sabe el alma
si es con tus ojos-noche
con los que Dios me mira?
Vino
Es un brindis de invierno hecho de soledades
Pequeñas dimensiones de procesos vividos:
Cristales de la nada vilanos que se rompen
O el corazón volando por todos los toneles
Dejo que pase el tiempo perdida en tu mirada
Los vidrios de la tarde se han llenado de lunas
Y este sabor a mosto me reposa lo interno
Y me analiza estancias donde crece lo amargo
Acidez y dulzura, vendimia y sedimento
Fermentación que aroma los orujos pisados
La cuba de mis sueños huele a llanto en el aire
Es como un sabor tártaro paladar de silencios
Y es que el dolor no es agua es un proceso largo
De haber llorado mucho dentro de tu pellejo.
Castillo
Un castillo de sueños ¿Quién lo diría entonces
cuando al muro del alba le crecía lo ingrato?
Un castillo de luchas para la oscura infancia,
Los juegos de la guerra, las torres de la sangre,
Baluarte en la sombra que nos dejó perdidos.
He subido la cuesta de olivos centenarios
He pisado la historia: la que yo nunca quise
Y han subido conmigo los recuerdos contados
Mis padres, mis abuelos, las edades, los libros
El tiempo que se adhiere como si fuera el musgo
de las ruinas perdidas, en los vientres heridos...
Y he subido contigo porque le falta al muro
¡Ese Amor de la tarde que nunca fue vencido!
VOLVIENDO A LAS RAÍCES
I
De la Amistad a la gloria
sólo hay un paso de tierra,
donde el odio se destierra
y es del Amor la victoria.
La Amistad es una noria
que mueve la convivencia,
porque el agua es nuestra esencia
la que nos calma la sed
y nos llena de embriaguez
al sentir su transparencia.
II
Antonia y Beatriz Lagos
nuestra Amistad no envejece
por el contrario, florece
entre miserias y amagos.
Sólo me vienen halagos…
Enaltezco la memoria
de aquellos días de gloria
que enlazan nuestro recuerdo…
Ya con vosotras me pierdo
en lo que ahora es historia.
III
Melo Park y Petaluma
San Francisco y Palo Alto,
vivir es un sobresalto
donde el recuerdo se arruma
Vivir es como la suma
del hecho que se acredita;
Hoy la emoción nos invita
a no olvidar los matices,
y volver a las raíces
de nuestro pueblo de Hita.
Julie Sopetrán
16 Marzo 2009
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