sábado, 17 de julio de 2010
249.- FRANCISCO CARO
Nacido en Piedrabuena (Ciudad Real), le llegó la poesía como la primavera a Soria, tarda. Luego comprobó que es un mal endémico, actual; en cualquier caso lamenta el tiempo que pasó sin escribir. En estos últimos cuatro años ha publicado Salvo de ti (Vitruvio 2006) Mientras la luz (Ciudad Real 2007) Las sílabas de noche (Valdepeñas 2008) Lecciones de cosas (Zaragoza 2008) y recientemente Calygrafías (Gijón 2009). Está en trámite de edición en Las Palmas Desnudo de pronombre.
Sus poemas han sido estimados en diversos certámenes, entre otros Juan Alcaide, Ciudad de Zaragoza, Tomás Morales y Ateneo Jovellanos. Con el poemario titulado “Cuaderno de Boccaccio”, ha obtenido el prestigioso premio de poesía “Ciudad de Alcalá 2009”
(Noches de) Esmirna
Te empeñaste en el verde
de sus olas,
por ti vinimos, hubo
secas noches, sin alas,
y barcos detenidos
secas,
de fonética cruel,
noches
donde era inútil
el vigor inclinado, y las derrotas
de los verbos odiaban la aventura
seco
puerto
noches
donde el único humor
era un rastro de pus endecasílabo.
Salvo de ti
Salvo de ti
de todo tengo celos
tu voz
de sal
la luz
y el mar
el mar es la memoria
la frontera
salvo de ti
de todo tengo celos
desnuda tú
desnudo
tierra y cielo
así quisiera.
(De Salvo de ti)
(Inf. 5)
Justo al borde
monótono del mar
fingiera mayo apenas una lluvia,
una voz de tormenta descuidada.
No buscamos refugio. Las sílabas del aire
movían sobre el pecho los grises algodones
de su camisa blanda. Contra el mío
sostuve la espesura,
el calor de su cuerpo, de su abrazo
tras las primeras gotas.
Uno en otro después, junto a la orilla
seguimos caminando. Era el agua pequeña
la dulce plenitud, la certidumbre.
Y la playa tan sola
como intenso era el gozo del instante.
Recuerdo cuando dijo: fuera Dios
esta fugacidad de la belleza.
(De Mientras la luz)
Estío
Fui con padre, llevado de su mano,
a un tramo más al norte, curso arriba
de octubre y el molino, serio, iba
el silencio con él
fue el verano
un estío excesivo, seco, llano,
subíamos el cauce, piedra viva;
buscaba la callada, la cautiva,
tristeza de su ayer republicano
fue sospecha que tropas ya vencidas
arrojaron fusiles y los sueños
al fondo de las aguas
luego hallamos
en verdín unas armas sorprendidas:
nosotros -dijo entonces- somos dueños
sólo de las derrotas que callamos.
(De Desnudo de pronombre)
A. A. S. E. Adonis
Para Miguel Galanes
(Adonis sirio, libanés Adonis)
sea viaje a su verso nuestro viaje,
a su verso de azul apenumbrado
sea viaje distancias en el agua,
o contento de barcos, sea vientre,
sea azul avatar, delta y oscuro
sea viaje la miel y su tristeza,
sea pétalo hundido, muslos, cedro,
el rumor de alfabetos en la herida
sea viaje la esencia del presente
-qué terca voluntad lo no vivido-,
sea viaje existir sólo en el acto
luego sea vagar, azul, los cuerpos,
por extender la ruina del poema
sea viaje sabernos sin destino.
(De Las sílabas de noche)
El encuentro
( 5, Rue Eternidades )
Madrugaba París en aquel cuarto
vacío casi
apenas el espejo,
ella tan pura,
antiguo de un armario, e inocente
lolita, blusa y jeans,
pequeña entre mis dedos encrespados
y los balcones tristes
se burló con piedad
de mi cintura lasa y del cabello débil
en el entarimado
dejó el foulard, última ropa y yo
le sonreía
qué haremos sino amarnos –me invitaba
su boca por combate- ahora, sin excusas
y la amé como un hombre
y era Paris
alba, desnuda, mía para siempre.
Sobre el derecho a lo contradictorio
La poesía puede, debe,
alterar el discurso,
pasar de la conciencia a lo real
hachear la verdad, despedazarla,
dejarla sólo caos
e inmaculada
exprimir la abstracción
que hay en lo cotidiano
-y al instante Boccaccio de Certaldo-
anotar sensaciones
percibir el placer del intelecto
la poesía debe, puede,
pasar a la conciencia lo real,
volver de la materia
construir la verdad en sus pedazos
y, despiadadamente,
hacerse orden.
(De Cuaderno de Bocaccio)
LA CASA DEL POEMA
Como arcano
cantero del temor,
sin ferralla ni arcilla
cocida –hasta ahora nada quise-
con mis brazos de umbral
arquitrabado, con las voces cimbras
y las ansias
levantadas en yeso y desaliño,
deprisa, muy despacio –jadeos, piel,
amargos- con los muslos
o cualquier otra parte de mi cuerpo
ya vacío,
-por ti- con peces en las jambas,
con las cuerdas
–mientras tanto no
debiera morirme-
de hielo y la tramoya
como acero enlabiado, como pira
contemplando a la jácena
lentamente ascender
a las altas clemencias, a tus ingles,
y amar en los vertidos hormigones
voy alzando –derruyendo, tal vez-
tras cada verso, sobre azar,
la incierta casa
que sostienen -sin tú saber- tus lenes
nombres de nubes y aluminio.
(De Calygrafías)
SABER
Sabe que ha de morir
este yo que envejece
escondido en mi nombre,
mas sigue amando, sabe
que amar es el secreto,
que la muerte no puede
tener
razón en todo.
(De "Las sílabas de noche")
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