ANSELMO DE JESÚS Y VERGARA
Nació y † en Manila, Filipinas, Abril 1869 y Mayo 1901, respectivamente. cursó el bachillerato en escuelas privadas, y en centros oficiales de enseñanza dibujo y rudimentos de escultura. Se consagró luego a este arte en el taller de su padre, don Romualdo Teodoro, imaginero de nota. En sus vagares cultivó la poesía amatoria y la patriótica, siempre en castellano. Colaboró en «El Comercio», «El Resumen» y «El Bello Sexo», y fué uno de los fundadores de «La Moda Filipina», periódicos todos de Manila.
A UNA ROSA
Vé, tierna y fragante rosa,
llena de encanto nacida,
el aroma que en tí anida
a ofrecerla bondadosa.
Cual amante mariposa,
de nieve y carmín teñida,
besa su boca encendida
y en su cabellera posa.
Y díla que en tu pensil,
en bullicioso tropel,
huríes te han reclamado
y beldades más de mil,
y que a todas ellas, cruel,
con esquivez te he negado.
LA INFANCIA
Sueño fugaz de la vida,
campo esmaltado de flores,
aura empapada de olores,
carrera llana y florida... :
tal es la infancia querida.
La vida le es placentera,
al ignorar que le espera,
en su camino escabroso,
con el semblante lloroso,
la triste vejez austera.
LA SAMPAGUITA
Diminuta y nevada,
en los pensiles de mi patria amada,
entre mil raras flores peregrinas,
brota la sampaguita perfumada,
cuyo tímido broche,
joya digna de ser de las ondinas,
ábrese al tierno aliento de la noche.
Nocturno adorno bello
que a las encantadoras filipinas
regala Dios para prenderse al cuello.
EL HOMBRE
Con ardiente ambición desmesurada,
anhela ciego el hombre, sin reposo,
blasones adquirir, nombre famoso,
y subyugar la ciencia ilimitada.
Escudriñar la bóveda estrellada,
registrar el Océano proceloso,
por llegar, arrogante y majestuoso,
de la gloria a la cúspide escarpada.
Tal es su ceguedad y su locura:
llevado por mezquinas ambiciones,
lauros y gloria sin cesar procura.
¡Vive anhelando vanas ilusiones,
sin recordar que en una tumba obscura
se perderán sus glorias y blasones!
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