XIOMARA MERCEDES CACHO CABALLERO
Es originaria de la aldea Punta Gorda, Roatán, Honduras, domina cuatro idiomas, logró la maestría en educación en Derechos Humanos; Letras en la Universidad Pedagógica Nacional. Es reconocida como la primera poeta de origen garífuna en Honduras. Ha publicado: Poemario “Tumalali Nanigi” ; Poemario “Arena Húmeda”; Poemario español “presencia”; poemario garífuna Isubusei; compiladora del poemario “éxtasis otoñal de seis décadas”; Wafíen y sus maracas (Cuento); Bungiü Wuriti (Cuento); escritora de la cartilla de lecto escritura wañeñe; Libro “Poesía, cantos, ceremonias y vestimenta de la cultura garífuna”; Novela. “Ruguma”; Novela “El cortejo”; Novela “Marcia y sus desafíos”; Relaciones Interétnicas Isleñas.
Alarido
Coloquiales
Sobre ese germen
Esa historia prospectiva
¿Cuál es el pasado
De este presente que succiona
Dejando en interrogante la sobrevivencia
De la identidad?
Ancestros
¿Cuántos de ellos murieron?
El mar fue el único testigo
De aquellos que vinieron
A abrir el camino hacia la América.
Murieron muchos.
Otros llegaron a la América.
Cuántos cantos sobre ese movimiento;
Cuántos cantos por la sangre.
(…)
¡Oh, Ancestros!
Dónde han quedado tus alaridos
Cuánta desesperanza,
Cuántos de ellos murieron.
Sueño
¿Has visto un sueño avanzar?
Pues yo sí lo vi.
¿Has visto lo bien que tu sueño puede avanzar?
Es divino y maravilloso.
El sueño avanza
Cuando el cielo llega a tus brazos.
¿Has visto lo bello que avanza tu sueño?
Pues yo sí lo vi.
El cielo en tus brazos
Es la conciencia del color de tu piel
Ante los ojos de la sociedad
Es la frescura de tu pigmentación.
Lo maravilloso es
La sangre africana.
Es el dolor que sufrieron
Aquellos que te abrieron
Las puertas de América.
Deleitarme de tu libido
Enloquezco
al resurgimiento de los momentos
de las noches de lujuria
y placer
pierdo la razón
cuando prendes
el deseo de hacerme el amor
con tu evocación
excitas mis sentidos
me basta
el olor de tu piel
para olvidarme
decisivamente
de que el mundo existe,
olvidarme por completo de quien soy
para deleitarme de tu libido.
El que ama mi alma
Por las calles
por las plazas
Quise buscar
al que ama mi alma,
lo busque y no lo hallé,
me hallaron los guardas
Que rondan la ciudad
Y les dije:
¿habéis visto al que ama mi alma?
Apenas hube pasado de ellos un poco
Hallé luego al que ama mi alma;
Con su interior recamado de amor
Mi amado
es mio
y yo soy suya
lo así, y no lo dejé,
me coronó
con la misma corona que coronaron su madre
el día de su desposorio
el día del gozo de su corazón
Me beso con besos de su boca
Me amo con buenos amores
Mejores que el vino,
Y que el olor de los suaves ungüentos.
Mi amado
He aquí
la hermosura que sube
Del desierto
como columna de humo
Sahumado
de mirra y de incienso
Y de todo
polvo aromático
He aquí
mi amado
el más amado
de todas los hombres
el que desnuda mi cuerpo con su aroma
y con su finísima cabellera
velando mi sueño
y mi corazón al dormir
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