miércoles, 18 de febrero de 2015

NÉSTOR MARTÍNEZ [14.946] Poeta de El Salvador


Néstor Martínez 

(El Salvador, 1957) Periodista, escritor, poeta, articulista, ensayista, entrevistador, viajero. Con estudios de Periodismo en la Universidad de El Salvador, y especialización sobre Periodismo Literario e Investigativo en la Florida Internacional University, y Periodismo Ambiental en el Instituto Kalmar de Suecia. Ha realizado su carrera periodística en el Diario Co Latino, en donde ha publicado parte de su obra, asimismo ha publicado en los periódicos El Diario de Hoy de El Salvador; La Opinión de Los Ángeles, California; Ecológico, de Mina Gerais, Brasil, y en este mismo país en la revista Empresarial de Sao Paulo. Es miembro de la Red Internacional de Escritores por la Tierra, del movimiento Poetas del Mundo, de la Red de Periodistas Ambientales de Brasil. Ha publicado los libros “Anatomía de un Crimen Ambiental”, acerca de la corrupción gubernamental y la destrucción del medio ambiente; “Conciencia para un mundo en Crisis”, “La Verdad sobre la Finca de El Espino”, “Cuentos desde el Tercer Mundo”. De sus ensayos destacan “Las venas aún abiertas de los indígenas de Izalco”, “El origen de la matanza indígena de 1932”, “Contra la confabulación de la Historia”. En la actualidad es uno de los editores del Diario Co Latino.


Allí Estamos

En el calor del trópico
En el silencio de la noche
En el murmullo del mar
En el rozar del viento
En el sol ardiente
En el canto del ave
En el rosado amanecer
En el apacible ocaso
En la turbulencia del huracán
En la brisa matinal
En la ausencia de nuestra voz
En el recuerdo de nuestro tiempo
En la monotonía de la lluvia
En la espera de la esquina
En el latir acelerado del corazón
En la carcajada limpia
En el trepidar del fuego
En la hierba salvaje
En la selva perdida
En el rugido del jaguar
En el silencio cuando nos miramos
En el tacto de nuestras manos
En el camino que lleva a casa… 




Ansias

Deja que mis manos,
sombra,
no se extiendan inútil
en la oscuridad,
deja que acaricien tu rostro
si tenerlo no puedo,
si verlo no consigo,
No esperes la madrugada
para confundirte con la luz
no me dejes resignado
a esperar la noche
para rogarte de nuevo.
Acércate, sombra,
déjame tu frío
para aplacar el calor que me abraza,
la fiebre de mis sueños,
el dolor de ya no tenerte…




Atardecer

Dedos de sol
atraviesan la floresta,
y con su toque mágico,
cual Midas milagroso,
la llena de tonalidades
verdes, doradas y amarillas.
Por el contorsionado camino
regresa la vacada,
dejando tras de sí una estela de oro…
Agoniza la tarde entre el silencio de la campiña,
vuelvo mis pasos,
cargo el sol sobre mis espaldas,
y sigo mi sombra,
de regreso a casa…
con la magia en mis pupilas. 





Cielo Y Tierra

He subido la colina
con mis manos alzadas
para tocar el cielo.
He deslizado por la suave pendiente
acariciando la hierba
Exhalar, suspirar y aspirar,
aspirar, suspirar y exhalar.
Humedecer el cuerpo
en el ejercicio de subir y bajar las colinas
extender los brazos en el éxtasis
alcanzar la felicidad
con un grito salvaje,
en el cielo y en la tierra… 





Colores

La tristeza es roja
El invierno verde
Blanco de luto
Noches amarillas
Negro de la alegría
Tierra rosada
El amor es café
Colores…
algún día
descubriré sus secretos. 




Daltonikon

Los que transformaron su nacionalidad y lenguaje para sobrevivir
(puertorriqueños en Nueva York, cubanos en Miami
o mexicanos en California)
los que mueren de soledad en sus apartamentos,
o dentro de un carro,
los explotados por las embajadas y consulados
organizaciones, empresarios, coyotes, abogados, policías,
políticos y familiares,
los que apenas saben leer y escribir pero que
mantienen la economía del país
(más de dos mil millones de dólares frescos anuales en los últimos 17 años,
sin tomar en cuenta todos los negocios
alrededor de los hermanos lejanos).
los que mueren aplastados en el freeway,
ahogados en las playas de San Diego,
congelados en las montañas o de sed en el desierto
en busca de la oportunidad que nunca tuvieron,
los que tienen un feo monumento en la autopista Sur
(realizado porque sobró dinero de la construcción de un paso a desnivel)
los que son el orgullo nacional pero que cuando mueren nadie los recuerda,
(María Chicas y su hija María Aurora, de cinco años, murieron en un incendio.
El Consulado de El Salvador no contestó las llamadas de la agencia EFE),
Los que salieron maldiciendo la miseria, la criminalidad,
las amenazas de muerte, al gobierno,
los vendedores de documentos falsos en la Alvarado,
de pupusas en cualquier lugar que lleguen,
los negociantes más prósperos,
los que nunca descansan,
los más hospitalarios del mundo,
los que siempre preguntan si ya comiste,
los que superaron las mafias empresariales y políticas
y triunfan a golpe de verdadero trabajo.
Los salvadoreños,
los más vergones del mundo. 





PIEL

Esta noche
Buscaré los detonantes
De tus explosiones interiores
Sobre tu piel minada
De atentados sorpresivos
Uno a uno los buscaré
Uno a uno los estallaré
Hasta llegar al éxtasis
De la destrucción total... 




AMOR

Ya ves que nada pudo,
contigo amor,
ni las pruebas de los años
ni los celos infundidos
ni las aventuras secretas
ni el beso furtivo
ni las ansias nocturnas
del deseo prohibido
ni las ausencias obligadas
del enojo torturante
Ni siquiera, amor,
el desdén o el odio...
la rabia o la risa
la alegría o la tristeza...
Tampoco el naufragio de tu vida...
Ya ves que nada pudo,
contigo amor... 




SILENCIO

Hoy
el silencio se posó sobre mis libros
llegó a mi casa
selló mis labios
calló mi boca
ató mis dedos
El silencio
acecha mis palabras
cuando quieren escapar
de la atadura obligada,
de la censura previa,
de los testigos ocultos
El silencio
se lanza sobre mis palabras
las devora feroz
las infecta de terror
las asesina sin piedad. 









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