Abdeslam Kharraz
Marruecos. Poeta y Traductor. Cursó sus estudios en el Instituto Cervantes de Tetuán. Ha sido Profesor de Árabe en el Instituto "Severo Ochoa" de Tánger.
Ha traducido al árabe libros de poetas españoles como La realidad y el deseo de Luis Cernuda, Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda, con motivo de sus Centenarios, y El marroquí que vendía primaveras de Eduardo Alonso.
Ha participado en varios encuentros de poesía hispano-marroquí. Es un poeta consolidado que escribe para expresar sus sentimientos, sus ideas, sus pensamientos y perspectivas; para dialogar, liberarse, desahogarse, para no morir. En palabras suyas "La poesía es para mi un manantial de emociones, un canto para la vida, un arte invariable y duradero por sus creaciones, la belleza de sus palabras, su musicalidad y su pureza".
TETUÁN EN EL ALMA
A mi amigo Ahmed Mohamed Mgara
Desde el amanecer de tu vida,
de tu niñez, en sus calles empedradas,
nunca has emergido del destellado embrujo de su Dorado
ni has olvidado de su ayer tan feliz y esplendoroso.
La blancura de las azoteas
donde solíamos jugar,
la bocina del troley, que se desvaneció a través del tiempo,
el aguador y el pintoresco Si Allal
que no paraban de alzar sus voces al aire;
unos niños se acercan a él,
otros huyen temerosos
en todas las direcciones.
Por el templete del Feddán,
en aquel paraíso de sueños perdidos,
de amoríos inocentes
y de recuerdos imborrables,
te asomabas desde la alcazaba
al Gorguez y al Dersa
que acunan tu paloma blanca
y la protegen de las desdichas
y los desvelos del tiempo.
¡Que gran nostalgia sentíamos
al sentarnos en los cafetines del Feddán!
en los atardeceres veraniegos
donde todo huele a té, a menta y azahar
mientras un surtidor canta a su antojo
bajo el arábigo templete andalusí.
Recatadas mozas se abren paso
entre palmeras naranjos y moreras.
Palomas y golondrinas
alegres y risueñas
surcan un cielo estrellado
entre densos aromas e intensas fragancias
que exhala un entorno tan sublime y majestuoso.
Una luna creciente surge entre las palmeras,
ilumina los minaretes, los jardines
y deja al descubierto, parejas de enamorados
escondidas en sombríos rincones,
entre tapias, bien ocultas,
y densos aromas de dama de noche.
Entre el ayer y el hoy
sólo se oyen profundos lamentos y gemidos
que encienden brasas de unos corazones
malheridos y desamparados
que aspiran a un nuevo despertar,
a un nuevo despliegue de sus alas
y un nuevo brote de sus azucenas,
jazmines, claveles y geranios,
entre el son de los laúdes,
el borboteo de sus incomparables surtidores
y el romántico murmullo de sus sedientas fuentes.
Vida que se desliza llena de amor,
paz y fraternidad, de nostálgicos recuerdos.
¡¡Cuantos recuerdos que el tiempo los llevó!
oh, mi alma herida!!
cautivado por ti, he vuelto,
¡¡oh, mi hija de Granada, querida!!
LLANTO MUDO
Pájaro enjaulado
que llora sin lágrimas,
que vuela sin alas.
Sueña con romper cadenas,
desafiar montañas,
desiertos y junglas;
con un día primaveral
que le abrace
con una sonrisa
y un ramo de flores.
Cruzar los infiernos,
grises arrecifes,
barricadas de viento.
sobrevuela cielos.
sierras y bosques de humo.
Tragada por el mar
hasta donde no llega,
bajo una luna creciente
y una noche estrellada de verano...
Esperanzas sombrías,
arde, se derrumba.
Infantiles llantos callados
rompen el silencio
de aldeas hambrientas...
...África muere
desconsolada...
ENTRE DOS ECOS
Oigo una voz tenue
que emerge del fondo de mi
ser.
Te llama, te espera,
te envuelve con su magia;
tu cuerpo de ninfa
en un océano de luces
que huyen sin cesar.
Otros mundos te abren sus brazos,
otras mujeres te llaman,
sólo tú entiendes
fantasía tan desmesurada.
El retorno es vid
que acaricia tus pelos,
tus senos puntiagudos,
que se dejan morir y mueren
entre tus muslos blancos.
TÚ
Dios te hizo
para que me amaras
como yo te amo,
te adoro
y te cuido.
Solos, tu y yo,
como dos rosas florecidas
que embriagan el entorno
con su aroma
y hacen crispar a las demás
por estar siempre abrazadas.
Ni la muerte
ni el tiempo
las podrán separar,
eternamente pegadas.
LA VOZ DE LOS POETAS
Sentirte lejos me ahoga
en profundidades oceánicas.
Me ata,
me enmudece,
me arde el corazón.
No encuentro bálsamo
sin el encuentro de tu abrazo,
cautivados del embrujo andalusí
en los jardines del Generalife.
Tendidos,
bajo un firmamento estrellado
de noches de buena luna,
te abracé
con locura,
con ansiedad.
ME LLAMAS
Oigo los latidos
de tu corazón
que me llaman
a tu lado,
a tus brazos
abiertos a mi espera…
¿Cómo saciar este furor inquebrantable
huir hacia horizontes
de plumas y pieles
que bordean el arrecife
que nunca podré atravesar?
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