FERNANDO ORTIZ SANZ
(Sucre, Bolivia, 1914 - 2004).- Poeta, novelista y ensayista.
Con estudios de ciencias sociales y políticas en la UMSFX. Hizo labor periodística ligada a ‘La Razón’, ‘La Noche’ y ‘El Diario’. Posteriormente se incorporó al servicio diplomático, con misiones ante la OEA y la ONU. Miembro de la Academia Boliviana de la Lengua (1958).
En La cruz del sur (1969) aborda el tema de los misioneros jesuitas en Moxos, Chiquitos y Zamucos en la primera mitad del siglo XVII.
El reparo (1990) es una novela de la raza quechua en los valles del Pilcomayo.
A juicio de Guillermo Francovich: "Los libros de Ortiz Sanz tienen una sorprendente unidad. Son confidencias personales, confesiones que constituyen la proyección de íntimas aspiraciones, así como de acontecimientos de su vida. Los versos, claros y profundos a la vez /.../. Toda la obra de Ortiz Sanz se mantiene, pues, fiel a si misma. Comenzada con el anuncio de una despedida rodeada de misterio, termina con otra llena de melancolía".
Por su parte René Zavaleta Mercado anota que los poemas de Ortiz Sanz “presentan una simplicidad absoluta en su contextura general y en la figura que la compone, sin vacilación. El autor es un espíritu que degusta sutilmente la simplicidad de la belleza”.
Su poema titulado ‘Inmenso amor’ en su integridad dice: "Dijiste 'adiós' un tanto conmovida / y yo te dije 'adiós'. Después llovió y se marchó la vida / -calleja abajo- llorando por los dos".
LIBROS
Poesía: Prólogo al adiós (1954); Canto de los oasis de la noche (1983); Los cantos precarios (1983); Cantos a Bolivia (1984); Poemas (1991); Mares del sur y otros poemas (1998).
Novela: La barricada (Primer Premio Alcaldía de La Paz, 1963); La cruz del sur (1969); El reparo (1990); Siete nadies (1999).
Ensayo: Meditación del mediodía (1954); Meditaciones del atardecer (1998).
PROLOGO AL ADIOS
Partir.
Eso es.
Partir
hacia la niebla
la lluvia
y el jamás.
Partir sin regreso
sin es usted
o has vuelto
o te esperábamos
sin nada más.
Desvanecerse
un día
a la hora del crepúsculo
en medio de la muchedumbre
de una ciudad.
Atrás
el sol
los caminos
el viento
las rompientes azules
de la fatalidad
Atrás la vida
(la pequeña vida)
una marca de cigarrillos
el diario
de costumbre
el cinema habitual
Atrás
los escaparates de la joyerías
y ese empresario de cretinos
el ideal
Atrás
(se comprende)
muchos encuentros
muchos adioses
alguna vez la dicha
algún dulce atardecer
en la soledad.
Atrás
en fin
cuántas cosas.
Todo lo que fue nuestro
hace tiempo
un modo de vivir
una manera de amar
y
(acaso)
un recuerdo entre tantos
al alba
lejos
una mujer dormida
después de las orquestas
el portaligas
y el champán
Todo esto
y todas las sonrisas
y el resplandor del mar
Todo ésto
yo te digo
debe
quedar atrás
Tú mismo
(escucha)
el timbre de tu voz
los ojos de tu perro
interrogantes
tu pasaje de vuelta
atrás
atrás
atrás
Después
(ah después)
sólo la niebla en los andenes
la lluvia en el asfalto
y el jamás.
CARTA DEL AHOGADO
Amigo
he comprado esta palabra
en la orilla del mar
es la última palabra.
Te la entrego
por nada.
Me llaman
los árboles
de las Islas sin Historia
y todo aquello
que perfuma el aira
y el alma
(Tú sabes que nosotros
tenemos solamente
gestos distraídos
como lirios inútiles
y palabras).
Lo que quería decirte
está muerto
acabado
¿comprendes?
como una catedral en ruinas
sin Dios
y sin campanas
Todo está muerto
excepto el mar
y esta palabra.
Ella guarda espumas
fragores
el color verde
y la distancia
que cubre mi corazón
y canta
amigo
es tuya
para siempre.
Los árboles
de las Islas sin Historia
y la catedral deshecha
me bastan.
EL SECRETO
Si quieres
yo te digo
la clave del secreto.
Es sólo una palabra
ligera
como el viento.
Si quieres
te la digo
también como secreto.
Y dentro
(todavía)
Un cofre más pequeño
que guarda la envoltura
de un cofre
diminuto
con otro
cofre
dentro.
NOSTALGIA
Algo
yace en tu corazón.
Algo
oscuro y terrible
hermoso y terrible
sin voz.
Desciende
desciende por el mar de plomo .
oh soñador.
Buzca en la niebla
en el agua impenetrable
de la palabra adiós.
En el abismo
bajo los hielos eternos
y las rugientes olas
yace un sol.
(Tal vez un sol)
O la gema perdida
de una agotada
predestinación.
Quizás encuentres los escombros
del Templo del Horror
porque en la pradera nocturna
en la tierra sumergida
en el misterioso origen de la muerte
hay extrañas substancias
indiscernibles
que son como los ojos
y las manos de Dios.
Nadie sabe
nadie puede saber
qué cosa yace en tu corazón.
Tú desciende por el mar de plomo
busca en la niebla y la ceniza
de la palabra adiós.
porque algo oscuro y terrible
hermoso y terrible
yace en tu corazón
LA VOZ DESNUDA
Amigo
no me busques
por la playa
nocturna y desierta
ni entre los árboles sombríos
ni en las errantes aguas.
No me busques ya nunca
por las noches silenciosas
en el rumor del mar
o en el breve universo
de las estrellas solitarias.
No pretendas hallarme
en los espacios que terminan
ni en los años que pasan
porque yo vivo ahora con Dios
en la dulce colina
de las lágrimas
en el mundo sin formas
del ser restituido
a las dimensiones
acabadas.
Mis manos arden
como cirios profundos
en el corazón de la nostalgia
y mis sueños
son olas de cristal
que amanecen y ruedan
por las arenas de la Gracia.
Yo soy feliz amigo
en la dulce colina
de las lágrimas.
Atraviesa la noche
cruza por el silencio
y rescata mi voz en la que viven
las aves del amor perfecto
y esta nada
de los horizontes del exilio
y las tormentas
olvidadas.
Yo te entrego mi voz
mi última voz
desnuda
con fulgores de lámpara.
Guarda esa voz
(en mi memoria)
y la infinita paz
de las cenizas apagadas.
Guarda también
esta mi remota tristeza
de pinos y bahías
solitarias.
Pero ya no me busques
no me busques
porque yo soy feliz
en la eterna colina
de las lágrimas.
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