sábado, 17 de septiembre de 2011
4734.- GARY DAHER
Gary Daher Canedo es boliviano, nació el 31 de octubre de 1956.
Su producción poética se puede aproximar a partir de sus libros Poemas y Silencios , 1992; Los Templos, Editorial Arol, 1993; Desde el otro lado del oscuro espejo , Editorial Acción, 1995; Cantos desde un campo de mieses, Fondo Editorial Municipal de Santa Cruz de la Sierra , 2001 y reedición con la editorial El Perro y la Rana de Venezuela, 2008; Oruga Interior, Plural Editores, 2006; Territorios de Guerra, Editorial Gente Común, 2007; y Viaje de Narciso, Plural editores, 2009. La Editorial Banda Hispánica, de Fortaleza, Brasil, le ha publicado la versión digital de una selección de poemas en base a los libros anteriormente publicados, realizada por el mismo autor, bajo el nombre de Antología personal y otros poemas, Coleção de Areia, 2010.
Su incursión en la narrativa y la prosa se muestra en cuatro libros, Tamil de 1994, reeditada por la Editorial Gente Común, 2006, El olor de las llaves, editada por Nuevo Milenio en 1999, El huésped , editorial La Hoguera , de 2004 y El lugar imperfecto, Editorial Gente Común, 2005. En el género de ensayo, el libro En busca de la piedra y el agua , editorial La Hoguera , que abarca once aproximaciones sobre la poesía boliviana y una antología ha sido publicada en 2005.
En 1994, Gary Daher Canedo junto a los poetas Ariel Pérez, y Juan Carlos Ramiro Quiroga conformaron un taller de poesía restringido solamente a ellos tres. Para difundirlo, escribieron sus experiencias en un libro publicado con el nombre de Errores compartidos, Editorial Acción, 1995. Tanto el taller como el propio grupo literario se conocieron como Club del Café o del Ajenjo , que también produjo la revista de poesía llamada Mal menor.
Durante 1993 y 1994, ha dirigido junto a los poetas Vilma Tapia y Álvaro Antezana el suplemento literario El Pabellón del Vacío, semanario que alcanzó 33 números y que formaba parte, los días miércoles, del periódico Opinión de Cochabamba. También participó como co-director del suplemento literario del periódico Presencia de La Paz en el año 2000.
Como traductor podemos mencionar una serie de artículos semanales publicados en el periódico “Hoy” de La Paz entre 1995 y 1996 y en los que se incluía un ensayo y la traducción de un poema de poesía brasileña, columna a su cargo que salía con el nombre de Poesía brasileña actual . El año 2005 ha publicado, a través del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad Nur , sus traducciones del latín al castellano de poemas de Catulo en edición bilingüe, acompañados de poemas de Safo traducida de la versión en inglés de D.W. Myatt, en un libro denominado Safo y Catulo: poesía amorosa de la antigüedad, Universidad Nur, 2005.
Existen diversas publicaciones de este autor en diferentes periódicos y revistas de Bolivia y del exterior. Trabajos suyos se han reproducido en diversas antologías nacionales y extranjeras, destacándose la publicación No. 44 de Hueso Húmero que selecciona a escritores de los cinco países del Pacto Andino y Nueva Poesía Hispanoamericana, 2005, de Lord Byron Ediciones, que incluye a reconocidos poetas de de España y América Latina.
Ha participado como jurado de diferentes concursos literarios; entre ellos, ha sido jurado del Premio Nacional de Novela Alfaguara 2003 (Bolivia).
En 1976 recibió el primer premio en el concurso nacional de cuentos Jóvenes Escritores, en 1994 se hizo acreedor al primer Premio Nacional de Crítica Literaria Walter Montenegro convocado por la Asociación de Periodistas de La Paz y la editorial Los Amigos del Libro, y en 2004 obtuvo Primera Mención de Honor del Premio Nacional de Poesía Yolanda Bedregal por el libro de poemas Oruga Interior.
Obra publicada
Poesía
Poemas y Silencios. 1992: Edición del autor.
Los Templos. 1993: Editorial Arol.
Tamil. 1994: Edición del autor. 2006: Editorial Gente Común.
Desde el otro lado del oscuro espejo. 1995: Editorial Acción.
Errores compartidos (En coautoría). 1995: Editorial Acción.
Cantos desde un campo de mieses. 2001: Fondo Editorial Municipal. 2006: Editorial El Perro y la Rana.
Oruga Interior. 2006: Plural editores
Territorios de Guerra. 2007: Editorial Gente Común.
Viaje de Narciso. 2009: Plural editores
Antología personal y otros poemas. 2010: Banda Hispánica
Novela
El Olor de las llaves. 1999: Editorial Nuevo Milenio.
El huésped. 2004: La hoguera.
El lugar imperfecto. 2005: Gente Común.
Ensayo
En busca de la piedra y el agua. 2005: Editorial La Hoguera.
Traducciones
Safo y Caulo: poesía amorosa de la antigüedad. 2005: Universidad Nur.
Camino a Samarcanda
Soy el ángel gris que aparece en tus sueños
el mago negro
con el casco en la espalda
como un caracol cuya baba
es la única huella de su camino a Samarcanda
esto sucede cuando duermes
y yo insisto en jugar juegos de guerra
en la máquina inmoral de aqueste siglo
y luego si despiertas
busco el centro de tu talle
la perfecta crucifixión que hace tu ombligo
y bebo sin parar de aquel veneno
de tus pechos -cielo de serpientes-
que muero por poseer
entre el avispero
de tu boca
y la curva celestial de tu áfrica dorada
pero ninguna pesadilla ya te causa pavor
ni te intimida
mi cuerpo
libre del hueso que lo cubría
como la oruga expuesta
no tiene futuro de mariposa
y morirá
-no lo quiera el buda-
secándose en la hoja de la mora
derramándose en saliva
muy lejos de la seda.
DE: Territorios de Guerra
II
Hincado sobre las laderas
veo a los tuyos
me veo, Amanecida
y el silencio es una lámina
la radiografía del pulmón perforado
por el que aún respiras
las angustias
como en febrero cuando las torrenteras revientan
y se llevan la ciudad entre la mazamorra
brutal
de las mentiras
y las tejas
junto a las paredes de las casas
arrebatadas por el ritmo de las caderas
cuerpo contra cuerpo
espasmo tras espasmo
hijo contra hijo
y tú sin suceder, Amanecida.
Después escarbo
con una pequeña rama sobre el limo de la historia
por debajo del barro
donde se encuentran dos ojos limpios como niños
y allí estás
otra vez
gestual
enraizada.
Quisieras la profundidad
hundirte dentro de ese abismo
pero todavía gotea
y los cauces que ha encontrado la lluvia
se ven por todas partes
entonces las vertientes de la montaña son una mano venero
presta a tomar la cumbre
crispada
guardando el sexo interior de la tierra.
Toda la circunferencia
gira con las manos apretadas
y los hombres derramamos santo alcohol sobre los surcos
a ver si al fin te levantas, Amanecida
brotando entre las peñas
del vientre de las aguas
desde la boca verde y abierta de las selvas
ver tu forma brotar, Amanecida
en la nieve singular
en los lagos misteriosos de sal, Amanecida.
"Despierta, Daher"
grita el tabernero
mientras golpea las sillas de madera sobre las mesas
entonces veo en las aceras
el amanecer de la cara de los viejos
apretada de arrugas como cañadones
en un solo viento que contiene
los mudos accidentes
todas las geografías
una mancha solar
un espejo en el monte
y ya no queda ni la escondida memoria
de la ciudad que se habría derrumbado
como un vértigo entre la noche
de la que nadie sabe nada
sino que pregunten
aquí o allá
en todas las encuestas.
Ahora ya no se ve
pero las puertas de mis amigos están marcadas
de sangre.
En las calles toneladas de acero
no han podido ser borradas
ni con los detergentes de los demócratas
que han bombardeado dineros
para marcar las paredes
unas detrás de otras
cubriendo las páginas de los diarios
y el universo de las pantallas multicolores.
Arcas e infamia
destinadas a cegar todas las bocas.
Aquí que silente una procesión
se levanta entre las tumbas
debajo de los catres
de adentro de los roperos.
Vestidos de adultos
todos llevan copas
han construido una sed de siglos
que no se calmará ni con los ríos
del Amazonas
reproducidos en los cielos estrellados del altiplano.
Las aguas tienen ruidos
y peces y colores
suben las secretas cachuelas
trepando desde la íntima jungla
hasta la cordillera infinita
que es como el país sumergido
visto desde las nubes
lugar donde moramos
porque nuestro es el aire
devuélvannos el aire
para respirar hasta que las carcajadas revienten
y echemos a reír la suerte
y te reconozcamos al fin
Amanecida
alma nuestra
emergiendo desde todos los rincones
como una inmensa marejada.
DE: Cantos desde un campo de mieses
Prueba
Hay dolor
agudo dolor
en la mínima distancia
de tu desatinado volar de mariposa
alborotada búsqueda sin rumbo
multicolor
como un adorno del sueño.
¿Qué te duele
-si es dolor de lo que hablar se alcanza
en tu cuerpo delicado
sin que mueras
translúcida y rasgada
más seda que la seda que tejiste?
¿Es que acaso has olvidado
tu antigua condición de oruga
el cuerpo lento
y la fértil baba?
¿No era por ventura
aquel gusano la fuente de ti misma
nido tibio
la hiladora?
Libre al fin
expuesta
te ves como anhelaste.
Ahora lo sabes
tiempo es que es tu tiempo
reloj de hoja de un solo día
No adviertes que de ti aguarda
ese único y efímero sol
si abres tus deleznables alas al viento
hermosa.
¿Qué te duele, que no vuelas?
¡Qué te duele!
DE: Viaje de Narciso
Desde las aguas
Tu soberbia es un viento seco sobre las torres
ululando a través de cornos de cobre
chirriando sierra sobre acero.
Porque en tu espíritu mora la bestia
hambrienta
animal que cuanto más devora
menos se sacia
de complejas herejías y ciencias fracasadas.
A tu aullido
el ángel enmudece
y la puerta se cierra.
Estás confinado a la soledad
única esfera de tu infierno de silencio y nieve.
Porque tu soberbia es como algodón
insuficiente para las heridas
como el sabor de una fruta cerril de escarpada brecha
que deja la boca amarga y vieja
y es marca dura
inscrita en tu carne para purgar.
Mientras en el paraíso todo es color
y música sabia
agua que corre saciando mucha sed
a orillas de la cual
nacen de los árboles
seres de rutilante hermosura y ojos de amor
y manos piadosas.
Desde allí se te ve
enlazar los dedos
cerrar el cuerpo contrito
pero así rechaza el ángel tus oraciones:
Tú dices: una señal;
y mil y una estrellas fenecen.
Tú dices: dadme bendiciones;
y un rayo fatal parte la mitad de tu reino.
Tú pides conciencia;
y una luna mal encarada se precipita sobre tus valles
que amanecen desiertos manchados
en la agrietada superficie de esa luna.
Tú dices: protegedme
y tu rebaño cae sangrando mientras la noche no se levanta
y los gallos mueren apretados buscando salvar todas las barrancas.
Pero aún persistes
y guardas tu nueva soberbia
en el vaso de la paciencia destilada
- como flor que crees extraída de algún sueño -
declarando protegerlo para que el hombre
siga cruzando
la llanura del mal: aterido, abandonado, alucinando
sin saber donde apoyar
el podrido bastón de la mentida sapiencia
que una impostora
biblioteca circular ha presentido.
Así te alejas
sordo al huracán que es tu Dios llamando en vano.
Y el sol que no se calla
y la madera que cruje
del arca hecha a puro brazo
esperando un diluvio que no llegará jamás
- ya ves como agobia el cielo seco -
Y la arena
que es el tiempo como juez
desgastándote arruga tras arruga
cabello, cejas, dientes
los ojos nublados
y la figura quebrada
regresando al polvo como un grano más
en la infinita planicie de los muertos.
DE: Oruga Interior
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