domingo, 25 de septiembre de 2011
4814.- LILIANA ANCALAO
Liliana Ancalao (1961). Poeta, escritora y educadora nacida en Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut (Argentina). Profesora de Letras, integra el grupo universitario de investigación de mapuzungun -idioma originario mapuche- y da talleres de enseñanza del mismo. Integra la comunidad mapuche-tehuelche Ñankulawen. Coordinadora de talleres literarios, también es organizadora de recitales de música y poesía con el grupo Arte Popular en los Barrios. Su poética, de un profundo conocimiento del alma mapuche, es una voz reinvidicativa de la lucha de los pueblos originarios. Es autora del poemario: "Tejido con lana cruda".
yo he visto a los chulengos
yo he visto a los chulengos en manada
iluminados por la luna
cuando aparecen ellos
el invierno se entrega
cubierto de pelusas y de lana
he visto el aire estremecido entre sus ancas tibias
y a la libertad y a la ternura
galopando con ellos
sueltas
por la tierra
he visto creo
más de lo que merezco:
he visto a los chulengos desde lejos
yo presiento que he de andar más todavía
quién sabe cuánto
hasta vencer el miedo de acercarme hasta ellos
para medirme en sus ojos tan profundos de espacio
y aceptar el milagro de un silencio de nieve
que desprenda la costra los últimos abrojos
si resisto es posible que me permitan ellos
sumergirme en sus ojos ingenuos infinitos
estaquearme un instante
en el centro del tiempo
ser la libertad ser la ternura
galopando con ellos
sueltos
por la tierra
poema del mameluco
el mameluco de mi viejo espera jubilarse
por el resfrío crónico del pozo
y el dolor de las espaldas
tiene el talle del cansancio en la garganta
el salario ajustado en la cintura
y guarda un corazón de estopa en el bolsillo
es un guerrero de cielo desgastado
tiempo de flor con la investidura de una roca
una protesta de sueño apresurado
por el turno: ese tirano
cuando este mameluco se une a otro
de dos despojos se hace un alma
y los pasos que caminan juntos
caminaron solos mientras yo dormía
cada mancha es un grito de impaciencia
de petróleo que amanece de pobreza
son frentes amplias son banderas
caliente la mirada por saberse limpios
mamelucos postergados pero enteros
mameluco
en una arruga de asombro por la luna
tenso el brazo el bolsito de la vianda
el paso duro
por no aflojarle a la vida
viejo
no aflojarle
hijas
I
yo andaba
tan derramada por la vida
dando lástima imagino
qué dirían de mí
tan regalada al mar
y me nacieron
dos hijas madrugadas
de innumerables ojos
brillantes impacientes
vinieron a juntarme
me ordenaron los días
en estantes de leche
trivisol
y vitina
sin consultar siquiera
me invadieron
II
nacieron
y los peces relampaguearon en la oscuridad
y hubo fauces por los cuatro costados
aprendimos el lacerante miedo
de no tener pan
y abrigo
para ustedes
III
qué resistencia de personitas
al acecho
de un resquicio una fisura
por donde filtrar su luz
su desbandada luz
su verdad insoportable
justo a nosotros
que nos hacemos los fuertes
justo a nosotros
y nos quedan grandes
IV
y cuando ya no puedo
cuando el viento me arroja paladas de ceniza
y ya casi me tiene
ahí apagada
abren a gritos la puerta más pesada
pasan a risas sobre el silencio más sordo
y me traen ¿para mí?
una flor amarilla de esas
que pegotean su perfume en el baldío
se van
tras el amigo nuevo que junta cascarudos
yo me quedo así
recordada
como una piedra
quién lo diría
voy a estar aquí
cada vez que vuelvan
inakayal taiñ üngum nefiel mew
ngüne kintufiñ kallfü
ti külangen ti küpam mew
ti piwke ñi ngenoafelüw külen
pefiñ kallfü
furitulen küyen mew
ngünel külen ti mapu pengel kimuam
pekan ngenon ka ngenozungun mew
rulmenon kiñe witan no rume
ti kuyfi tren mew
ñi wiñomum feychi antü
ñüñmaafiel ñi küwü ka ñi nge
ka puliwen pefi
ñi entulel nofiel nge kürüf
kimfal ngen
chezungun mew
... inakayal... lonko... piwke...
mewlen mew
küme newe nofiel ti üngüm külen
ti kallfü ponwi
inazafiñ ñi chumlen
ka küpalfiñ
kuyfi mew
ka ti afpulu mew
antüngür
kayupange
anay lamngen
esperando a inakayal
Volvió Inakayal. Los huesos del lonko habían permanecido desvelados demasiado tiempo en la vitrina de un museo.Volvió para descansar en la tierra.
Mis paisanos lo esperaban en Tecka. Puntuales estaban allí: Fabiana y Silvia.
las imagino celestes
el frío en las polleras
el corazón desandando la impaciencia
las veo celestes
de espaldas a la luna
atentas a los signos de la tierra
sagradas y en silencio
por no perderse ni un latido
del tiempo aquel que regresó ese día
a tocarles las manos y los ojos
y las halló tempranas
sin esquivarle la mirada al viento
merecedoras del rumor en chezungun
... inakayal... lonko...piwke...
en remolinos
hasta aquietar la espera
del fondo azul
recorto sus figuras y las traigo
desde antes y hasta el horizonte
antiñir
cayupán
anay hermanas
Mujeres a La Intemperie Pu Zomo Wekuntu Mew
( El Suri Porfiado, 2009)
las mujeres y el frío
yo al frío lo aprendí de niña en guardapolvo
estaba oscuro
el rambler clasic de mi viejo no arrancaba
había que irse caminando hasta la escuela
cruzábamos el tiempo
los colmillos atravesándonos
la poca carne
yo era unas rodillas que dolían
decíamos qué frío
para mirar el vapor de las palabras
y estar acompañados
las mamás todas
todas
han pasado frío
mi mamá fue una niña que en cushamen
andaba en alpargatas por la nieve
campeando chivas
yo nací con la memoria de sus pies entumecidos
y un mal concepto de las chivas
esas tontas que se van y se pierden
y encima hay que salir a buscarlas
a la nada
mi mamá nos abrigaba
ella es como un adentro
hay que abrigar a los hijos
el pecho
la espalda
los pies y las orejas
dicen así
y les crecen las ramas y las hojas
y defienden a los chicos del invierno
y a veces sale el sol y ellas tapando
porque los brazos se les van en vicio
y hay que sacarles
despacio
con palabras
en gajos
pero el frío no siempre
lo sé porque esa noche en aldea epulef
dormíamos apenas
alrededor de nuestro corazón al descampado
eufemia descansaba el purrún del camaruco
y la noche confundió su pelo corto con el pasto
era la madrugada y eufemia despertó
con la helada en el pelo
y el frío esa vez tenía la boca
y se reía con nosotras
se está poniendo viejo el frío nos decían
las mujeres aprendemos
tarde
que hay un tiempo en la vida
en que hasta sin intención
vamos dejando una huella de incendio
por el barrio
ni sé por qué la perdemos
y esa tarde yo precisaba
medias de lana cruda para cruzar las calles
en las ciudades el frío
nos raspa las escamas
punza en la nuca
se vuelve más prolijo
en eso andaba y a la noche
había un hombre en mi cama
o era un niño o un muchacho
yo no quería respirar muy fuerte
tiene las manos abrigadas este hombre
entonces por qué me fui
para ver si salía a buscarme o me dejaba
a que los esqueletos de pájaros
se incrusten en mi cara
como el eco del silencio seré
si no me encuentra
por hacerme la linda
encima me da abismo
este frío
sangre azul
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Hermosos poemas! Tan cercanos a mi Patagonia vivida.
ResponderEliminarHermosa poesía, sensible relato de la dura vida en el Sur
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