Natan Zaj nació en Berlín en 1930. Su madre era italiana no judía y su padre judío alemán. Emigró con ellos a Israel a la edad de cinco años; participó de la Guerra de Independencia como soldado. Estudió Filosofía y Ciencias Políticas en la Universidad Hebrea, donde compartió sus inquietudes con quienes constituirían junto a él la élite intelectual durante varias décadas posteriores, entre ellos críticos literarios como Gabriel Moked. Con ellos fundó el grupo Likrat, que publicó - entre 1951 y 1954 sus obras.
Zaj fue profesor de Literatura Comparada y Hebrea en las universidades de Haifa y Tel Aviv. Entre 1968 y 1978 vivió en Inglaterra y completó su Doctorado en la Universidad de Essex. Retornó a Israel, donde continúa su intensa labor intelectual hasta estos días.
Entre sus libros: Poemas diferentes, Toda la leche y la miel.
A continuación, el poema Lugar y las líneas finales del poema Continente perdido, este último a juzgar de Calderón es quizás la obra cumbre de Zaj:
Lugar
Este es el lugar al que pertenecemos,
en el que estuvimos desde que nacimos y antes quizás,
y en el que estaremos, mientras estemos.
No nos pertenece.
Si lo desea, está aquí,
si lo desea, nos abandona,
navega y se remonta, como el viento
y es cambiante, como él.
Un lugar que zumba, susurra y brama
y nos despierta una pasión de lejanías.
Un lugar al que las naves llegan
del que parten,
hacia él y en su contra van los remos .
No conocimos en él mucho bien,
menos aún la placidez.
Pero qué buena es la mala noticia
y bendito sea el olvido,
aquí vinimos y de aquí nos iremos
y ya nunca nos iremos
sea lo que sea
seamos quien seamos
cuando estemos con Él o sin Él
hasta el final
hasta el día cúlmine
hasta el fin del último día.
Este, por lo tanto, es mi lugar,
Donde escribo, escribí y escribiré
Donde ansiaré noches mágicas y observaré las nubes
sin conocer la clave de la magia musical,
la clave de la espera a lo que fue y no fue.
Aquí estoy.
Y ayer partió la nave
en un mar con el tinte del vino
en la aurora de dedos rosados y estaba desesperado
y hoy es otro día
ahora es su noche.
Y ya es tarde
y la hora ya es tardía como siempre
y la radio suena
y ayuda a olvidar
y ahora la oscuridad,
y mañana será pasado
y la primavera será verano
en la gran rueda de las estaciones
en los tiempos engañosos
por encima y por debajo de la tierra
y también clamaré desde allí y quizás clame
y quizás , por fin, llore.
Continente perdido
Estar entre extraños y callar bien.
Cuando a tu alrededor todo se hunde
hacia el lugar donde todo se elevó:
primero, la vegetación. Luego la gente: hombres,
mujeres y niños y en sus manos libros y relojes, como refugiados,
y tarjetas y desde un lugar invisible, llaman
y desde otro lugar invisible responden, e inspectores corren
de aquí a allá y soldados y ranchos en sus manos,
cargan ancianos y aquí y allí se cae una valija: una valija herida, lastimada,
que ya nunca viajará, y las naves ya están aquí, siempre están aquí las naves,
vienen o parten a los mares del mundo y como el sueño
de un mundo que nunca hubo, lleno de trozos de vidrio y profetas apocalípticos
y gritos en lengua judía y en alemán y en árabe y el agua
que cubre todo
lentamente y la arena aún tierna , tal como lo fue hace tiempo, y nos acostumbramos
y qué bueno es acostarse así en la playa y no despertar.
Traducción: Edith Lomovasky-Goel (Desde Nes Tziona, Israel
YO QUISIERA TENER SIEMPRE OJOS
Yo quisiera tener siempre ojos para mirar
la hermosura del mundo y alabar su belleza
maravillosa que no tiene par y elogiar
a quien lo hizo bello y hermoso
y pleno, tan lleno de belleza.
Y no quisiera ser nunca ciego a la belleza,
nunca mientras viva. Cederé
en otras cosas, mas no diré bastante
a la belleza en que vivo
y en la que mis manos se mueven como barcos y piensan
y dan a mi vida ánimo y no menos
de eso paciencia, paciencia sin fin.
Y no dejaré de alabar, sí, de alabar no cejaré
y cuando caiga me levantaré - por segundos - para que no digan
se cayó y no se levantó nuevamente para alabar
con sus ultimas miradas.
Porque de alabar no cejaré.
ADÓNDE
¿Adónde se fue mi amor? El verano
pasa. Cada brisa que pasa recuerda más que yo.
¿Adónde, a dónde se fue mi amor? Mientras tanto sentado
en el café descifro un crucigrama. La radio
suena. Y sobre el árbol algo salta,
se mueve, brinca y volver a lo mismo. ¿Adónde,
adónde se fue? Desapareció. Mientras tanto
yo estoy aquí. Sobre el pantalón vestigios
de ceniza, en la mente piensa un libro, y los ojos,
como siempre tras chicas bobas. Perseverante
revuelvo los recuerdos como nueces
en el juego. ¿Adónde, adónde? Todo se ha borrado. En las
/horas de penurias
estoy siempre yo. Tan a mi lado
hasta que casi me puedo tocar con la mano
que dibuja pájaros aburridos
y feas lagartijas
sobre un pedazo de papel
que encontré por casualidad en mi maletín
de un block que tomé en "Dvir".
ESTE DERROCHE
Este derroche. Todo este derroche.
y todavía esta noche
tengo que levantarme y viajar ahora.
Cuánto derroche.
Te esperé.
Cuánto derroche. Cuánto te esperé
y más esta noche
no esperaré.
Cuánto derroche.
Este derroche y el dolor –
cuánto duele este derroche.
Y más ahora
estoy dispuesto a volver mi cabeza
y gritar
–aún ahora–
a todo este derroche.
COMO ENDULZAR LOS DÍAS
¿Con qué endulzar los días, si no es con poesía?
¿Con qué endulzarlos? Jóvenes escucharán
y bailarán soñadores, muchachas enjugarán lágrimas, viejos,
de acuerdo a su gusto por la poesía, olvidarán
su mal corazón, enjugarán una lágrima. ¿Con qué endulzar?
A los niños
aislados de sus casas lejanas
o de la casa donde sufrieron,
les sirvan de consuelo los versos de este poeta,
y les sirva también de consuelo
saber que fueron escritos de noche,
saber que fueron escritos con amor.
Se detengan ante ellos como ante el mar
y que toda el agua no pueda borrar los cuadros familiares
Y cuando beban de ella, asciendan sonidos
alegres y bailen con ellos a pie desnudo
sobre todas las colinas
donde la tristeza de los niños se transforma en alegría,
recuerdo de una niñez sufriente.
ESCUCHO ALGO CAER
Escucho algo caer, dijo el viento.
Nada, es sólo el viento, tranquilizó la madre.
Tanto usted como él son culpables, dijo el juez al acusado.
El hombre es sólo un mortal,
explicó el médico a los parientes asombrados.
Pero por qué, por qué, se preguntó el muchacho,
no creo en lo que mis ojos ven,
Quien no vive en el llano, vive en el monte,
explicó el maestro de geografía
sin gran dificultad.
Mas sólo el viento, que hizo caer la manzana, recordó
lo que le ocultó, la madre:
Jamás, jamás, pero jamás lograría tener consuelo.
NO SOÑAR
No soñar. Los sueños son peligrosos,
tejen confines que el hombre puede no querer soñar
en ellos. Sueños peligrosos.
No soñar. Los filósofos ven
el mundo como un sueño. La madre adormece a su hijo. El sueño
es la continuación indudable de la madre que adormece a su hijo.
No soñar. Sueños ciertos
invaden nuestras mentes, visitantes inoportunos.
Sueños salvajes excitan nuestra juventud, nos
domestican, viejos, vejez. Sueños terribles producen
a los justos - gloria, a los postergados - olvido,
a los pecadores - sus pecados, a toda persona
cuyo pasado es como el agua turbia, una señal.
SORPRESA
Todo eso no es mío, yo lo observo
con sorpresa. ¿De quién es entonces?
No sé. ¿Qué herencia? ¿Ningún pariente conocido
me ha dejado nada entonces?
Tal vez me vaya de aquí, si nada de aquí es mío,
quizá, lo antes posible, me vaya de aquí.
No creo en la sinceridad de mis palabras
y me observo con sorpresa.
POESÍA HEBREA MODERNA
Antología
Compilada y traducida por Arie Comey
La Semana Publicaciones Ltda.
Jerusalem
Israel
1987
Talitha Cumi
Talitha cumi. Por favor te lo pido. (*)
Eres una persona inteligente, ponte de pie.
Quizás me equivoqué. Seguramente no supe ver.
Ya pasó mucho tiempo desde entonces. Levántate.
No fue esta mi intención. Sí, quizás,
lo confieso. Pero ponte de pie.
Talitha cumi.
Elí, lama sabaktani, que significa
por qué me abandonaste. Dios mío, por qué
me hiciste esto. Que significa cuál es la razón.
Por qué no me lo impediste, que significa
agua, que significa viento.
Mi única intención era hacer el bien. Vi que sonreía.
Pensé que otro amor no sumaría a su cuenta
más de lo que sumaría a la mía. No supe
hasta dónde te incomodé con mis estupideces,
mi Señor. Túrbame y anúlame, Creador.
No supe hasta dónde sería condenado, Señor,
en mi voracidad.
Talitha cumi.
(*) "Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talitha cumi; que traducido es: Niña, levántate". Marcos, 5:41.
Traducción: Gerardo Lewin
Ya que andaba por aquí
Alrededor de mi nombre se ha formado
una costra tan pesada
de problemas y hábitos
que es difícil (hasta para mí)
atravesarla y vislumbrar su rostro.
Golpeo a su puerta y no me contesta.
Duerme. Salió para poner en orden sus asuntos,
quizás todavía no; está otra vez ocupado
y ya hay gente que lo aguarda
o le dio una rabieta y decidió no volver.
No pienso esperar. No. No tengo tiempo
para desperdiciarlo en él: que descanse en paz
o que no descanse, si es que de mí depende.
Si fuera por mí, que se le parta la cabeza.
Otra visita inútil. Un día más, perdido de antemano.
Debe existir algún yo diferente en otra parte.
Aunque, ya que andaba por aquí,
intentaré con uno o dos conocidos
o quizás la próxima semana.
Traducción: Gerardo Lewin
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