Carlos Eduardo Jaramillo nació en Loja, Ecuador, en 1932. Poeta y abogado de la Universidad de Guayaquil. Ha publicado los libros de poemas: Escrito sobre la arena, 1955; 150 poemas, 1961; La trampa, 1964; Maneras de vivir y de morir, 1965; La noche y los vencidos, 1967; El hombre que quemó sus brújulas, 1970; Las desvelaciones de Jacob, 1970; Una vez la felicidad, 1972; Crónica de la casa, los árboles y el río, 1973; Viaje al planeta Eurídice, 1973; Perseo ante el espejo, 1974; Veinte años de poesía, 1979 y 1985; Blues de la calle Loja, 1990 y Canciones levemente sadomasoquistas, 2000. Poemas suyos han sido publicados en antologías de poesía dentro y fuera de su país. Ha ganado varios concursos nacionales convocados por la prensa y la universidad guayaquileñas.
Poemas de: Carlos Eduardo Jaramillo (Ecuador, 1932)
Marilyn Monroe ascendiendo a los cielos
Gloriosamente ebria
del gozo de vivir
de ser amada
hasta por el más íngrimo
varón sobre la Tierra
el aire que levanta tu vestido
soplando desde la reja del Averno
en el corazón de Manhattan
todo el amor del mundo
en tus semicerrados
ojos sonrientes
y la encendida rosa de tu boca
modulando
un infinito beso
Con ese esbelto pie
con esas bellas piernas aguzadas
las rodillas espléndidas
entraste al reino de lo inolvidable
Que manera tan grácil
de ser perfecta y Única
/Norma Jean en capullo/
Marilyn mariposa
ascendiendo a los cielos.
Primavera en Nanterre
Cuando el reinado de las bellas frases fue sobre Nanterre
y las proclamas en los muros eran lema y poema
cuando los tulipanes del pensamiento explotaron
antes que los bastones de la policía
abrieran las rosas del cráneo,
fue verdaderamente bueno para el corazón del hombre
que los jóvenes dijeran su protesta
como potros azules
que las muchachas alzaran en la multitud
sus altas piernas blancas como mástiles
sus cabelleras negras como banderas
Fue verdaderamente importante
hermoso
apedrear
gritar
embadurnar paredes
enarbolar paredes en lugar de fusiles
Fue verdaderamente grande
es todavía
una embriaguez que dura
y que debe durar porque los sobrios
se vuelven tontos
mansos
cobardes
porque sin exaltación
fuerza y poesía
el viejo árbol del mundo se va a venir abajo
sin que pueda servir para otra cosa
que para alimentar nuestras hogueras.
Credo
Creo firmemente que todos los muertos son importantes
que nadie debe morir sino a su vez
que la resurrección de la carne está en la vida misma
creo en las cópulas placenteras que hacen a las parejas solidarias
en la caminata por los infiernos para dar con nuestra
sombra verdadera
creo en la corruptibilidad del corazón tanto como de la cabeza
y en las partes pudendas del espíritu –¡oh ajusticiado!-
Alternativamente amo y odio
a alguien que se parece a mí y a todos los hombres
creo que la redención de la especie no vendrá por el sacrificio
del cordero
sino por la extirpación de los culpables
Creo en el vigor de la juventud
en la dialéctica de la violencia
y en que no hay sangre que se pierda ni esfuerzo que no valga
Porque tiene que ser así.
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