SAHARA © Mayte Sánchez Sempere, 1995
POEMAS DE Salka Embarek
Soy el Sahara
Seré guerra
y cuando sea necesario, seré paz.
seré la paz de la guerra
y el límite entre ambos
lo marcaré yo.
Que no vuelvan a llamarme fanfarrona,
que no vuelva ningún ministro
a provocarme,
que durante los años de mi tragedia,
ya le derribé algunos muros
y logré hacer caer sus falsos estandartes.
No hay gobierno usurpador,
ni cruel,
ni rey tan soberano
que pueda mirarme a los ojos,
y negarme que es culpable.
No podrá porque no ha olvidado
las veces que le he enfrentado,
le he descubierto y ganado.
Mírame bien,
porque el timón está en mis manos,
y el viento sopla a mi favor,
no seré yo la que tema,
no seré yo la que pierda,
ni oirás mis palabras en vano.
Ya soy vieja,
treinta y cuatro años han pasado
pisando mi cuerpo,
bajo metros de tierra enterrado.
Más de treinta años han dejado
en mi boca sabores amargos,
algunos ya no los siento,
otros se han vuelto brazos,
de líderes desconocidos,
de mujeres en esperanza,
brazos de mártires que vuelven
extendidos a la superficie,
acudiendo a mi llamada,
al de esta vieja que soy yo,
y que ahora vuelve joven
y renovada.
Que no me llamen fanfarrona,
porque mis hijos le responden,
que mi voz no es una sola,
soy el Sáhara,
ESCUCHA BIEN MI NOMBRE.
Para que todos los sepan
Para que todos los sepan,
yo no empeño tu memoria.
Yo, que he llorado con el honor de mis muertos,
desafío mi débil existencia para que libre la vida,
se aleje de mi cuerpo.
Mi verdad es de mérito,
que todos los sepan,
yo entregué mi alma al calor de mis huesos
transformados en lucha
para liberar la tuya.
Sí, me consta que no es fácil
mostrar tanto amor.
Soy consciente de que mi propósito contigo
es de un compromiso asombroso,
pero te diré que yo iba a ser estudiante,
pastor, traductor de idiomas, ingeniero,
un intelectual discreto, un niño viajante,
lucharía atrevido por rozar tu boca en la noche
paseando libre por mis calles tuyas.
Mas la noche y tu boca, tu calle y mi lucha
era de estudiantes, de pastores,
traductores viajantes,
y niños ingenieros.
Así fue que entendí mi amor.
Esta meritoria verdad que anuncio
se multiplica cada hora que paso
tras las rejas del hambre.
Que todos lo sepan,
No cederé en mi empeño de amarte,
no antes de lucharte y lograrte,
Porque sin ti, patria,
no soy nadie.
POEMA
Cada suela de bota en tu espalda,
cada patada hinchada en tu pecho,
están marcadas en mi cuerpo.
NO TE ABANDONARÉ.
Por un Sáhara libre, Salka Embarek (Olmy)
Itaca del Sahara
Volveré a la tierra.
a pesar de los desgarros
que el silencio ha dejado en mi pecho,
volveré a la tierra.
Sin el padre y la madre
que aquel día me tuvieron,
porque ellos ya volvieron
y me esperan.
Volveré a tierra,
y al que frene mi delirio
lo volveré locura.
La esperanza es tan terrible
tan intenso el deseo,
incontenible el anhelo,
que volveré a la tierra
por el único camino perseguible.
Y si me asaltan los ladrones,
los que roban el pan
de la boca de mis niños,
abusadores de melhfas,
forjadores de mentiras,
les mostraré mis heridas,
que aun sangrando,
no me frenan.
Volveré a la tierra,
con los pasos de mi padre,
el corazón de madre,
de mis hermanas su conciencia.
Preparada tengo mi razón
y si la violencia impones,
bastará con mi dolor
para forzar la puerta.
Volveré a la tierra
el día de abrir ventanas,
de amanecer en higueras,
de mujeres en la Badía,
lagartos sobre las piedras.
Entrarán conmigo todos los muertos,
para dejar sus cuerpos
donde sus hijos los velan.
Profesionales del sufrimiento,
sabed que mi llegada está cerca.
No es fácil amar así
(A todos los presos políticos saharauis en huelga de hambre)
Para que todos los sepan,
yo no empeño tu memoria.
Yo, que he llorado con el honor de mis muertos,
desafío mi débil existencia para que libre la vida,
se aleje de mi cuerpo.
Mi verdad es de mérito,
que todos los sepan,
yo entregué mi alma al calor de mis huesos
transformados en lucha
para liberar la tuya.
Sí, me consta que no es fácil
mostrar tanto amor.
Soy consciente de que mi propósito contigo
es de un compromiso asombroso,
pero te diré que yo iba a ser estudiante,
pastor, traductor de idiomas, ingeniero,
un intelectual discreto, un niño viajante,
lucharía atrevido por rozar tu boca en la noche
paseando libre por mis calles tuyas.
Mas la noche y tu boca, tu calle y mi lucha
era de estudiantes, de pastores,
traductores viajantes,
y niños ingenieros.
Así fue que entendí mi amor.
Esta meritoria verdad que anuncio
se multiplica cada hora que paso
tras las rejas del hambre.
Que todos lo sepan,
no cederé en mi empeño de amarte,
no antes de lucharte y lograrte,
porque sin ti, patria,
no soy nadie.
Por un Sáhara libre
En el uso de la palabra
En el uso de la palabra digo,
CULPABLE.
No habrá más silencio
mientras siga tu culpa,
y más tarde,
no habrá silencio.
He venido a jurar tu delito
ante el dolor de mis hermanos
vivos enterrados, vivos quemados, vivos muertos...
He venido a entregar mi palabra y mi sangre
donde mi deber es ofrecerla,
a éste pueblo mío punzado
de bocas rotas y palabras heridas...
Debes saber, tú, CULPABLE,
artífice de nuestra condena,
que llevo grabada tu culpa
en cada uno de mis fonemas,
Debes saber,
que será legítima mi palabra
allí donde quiera que yo vaya,
porque la voz me ha sido entregada
en nombre de mis ahogados.
A falta de libertad
hemos tallado un lenguaje,
mientras tú nos golpeas,
nosotros cosemos banderas,
mientras tú desgarras nuestros cuerpos
nosotros nos cubrimos de piel nueva,
mientras levantas muros insolentes,
fusilas ojos y gargantas,
a nosotros se nos derrama la voz
entre ríos caudalosos de verdades.
Donde tú dices fuerza,
nosotros libre,
donde dices llanto,
nosotros libre,
donde dices excusa,
nosotros libre,
donde dices violencia,
nosotros libre,
donde dices tuyo...
NOSOTROS, SAHARA LIBRE!!!!
En el uso de la palabra digo, denuncio:
CULPABLE.
Por el fin de la represión y la violación de los derechos humanos del pueblo saharaui en los territorios ocupados del Sáhara Occidental por parte del gobierno marroquí.
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Salka Embarek
Esta joven, de padre saharaui y madre canaria, se ha dedicado los últimos tres años a recabar información sobre la situación que viven los presos políticos y los ciudadanos saharauis en los “territorios ocupados” por Marruecos. Y lo ha hecho “in situ”, entrevistándose con ellos «clandestinamente», por lo que habla con conocimiento de causa. «La humillación es constante. En El Aaiún incluso a los niños pequeños que van al colegio La Paz a aprender español los marroquíes les insultan y les escupen por la calle», afirma, para acto seguido relatar el caso de una mujer de 60 años, «que fue encarcelada y torturada por manifestarse pacíficamente porque a su nieto le habían dado una paliza por pedir la autodeterminación del Sahara». «Eso ocurrió hace tan solo unos meses y ni España ni el mundo hace nada», reitera su lamento con voz pausada.
En su última visita a los “territorios ocupados”, Salka Embarek tuvo la oportunidad de hablar con Mohamed Daddach, «el preso político más antiguo del mundo» y al que «Marruecos tuvo que soltar debido a la presión de Amnistía Internacional». Ahora, dice, «es como si viviera en la cárcel pero al aire libre». «Su cuerpo está completamente destrozado, nunca tuvo asistencia médica y no entendemos cómo puede estar vivo porque sufrió heridas muy graves», añade, tras recordar cómo en una ocasión, en un intento fallido de huída, se llegó a «cortar las venas porque no podía soportar el hecho de volver otra vez a la cárcel a sufrir las mismas condiciones».
«Prohibido trabajar»
Aunque no quiere desvelar su nombre, porque «ha sufrido mucho y está en una situación de pánico», esta joven saharaui también se hace eco de la historia de un hombre «con estudios realizados en universidades españolas que, al regresar a los territorios ocupados, ya no pudo salir». «Le han machacado literalmente las manos, que eran su arma de trabajo, y vive en una casita de adobe, con su mujer y sus tres hijos, gracias a la caridad de otros saharauis que le ayudan de forma clandestina. Se le prohíbe salir del país y se le prohíbe trabajar y eso está pasando ahora mismo, a 45 minutos de España», insiste en un último intento de aproximar una realidad que, para el común de los mortales, sabe lejana.
Aunque no quiere desvelar su nombre, porque «ha sufrido mucho y está en una situación de pánico», esta joven saharaui también se hace eco de la historia de un hombre «con estudios realizados en universidades españolas que, al regresar a los territorios ocupados, ya no pudo salir». «Le han machacado literalmente las manos, que eran su arma de trabajo, y vive en una casita de adobe, con su mujer y sus tres hijos, gracias a la caridad de otros saharauis que le ayudan de forma clandestina. Se le prohíbe salir del país y se le prohíbe trabajar y eso está pasando ahora mismo, a 45 minutos de España», insiste en un último intento de aproximar una realidad que, para el común de los mortales, sabe lejana.
«La posición socialista es muy ambigua»
«Felipe González juró que cuando llegara al poder el Sahara tendría su independencia y todo se quedó en agua de borrajas. Cuando llegó el PP al Gobierno tampoco es que hiciera demasiado, pero por lo menos, en la ONU, su posición era clara, porque ahora la posición socialista es muy ambigua. Se inclina por Marruecos, al mismo tiempo sabe que la sociedad española está con el pueblo saharaui y entonces tampoco puede dejar muy claras sus intenciones con Marruecos porque le pasaría como con la guerra de Irak».
«El Plan Baker no es la solución ideal»
«El Plan Baker no es la solución ideal para el Sahara porque estipula cinco años de autonomía, siendo Marruecos el poder central, y después la celebración de un referéndum. El Frente Polisario, no obstante, lo aprobó porque sabe que, aunque pasen cinco o diez años, los saharauis seguirán pidiendo su autodeterminación».
«La única salida que se ve son las armas»
«Marruecos se niega a cumplir la legalidad internacional y como la ONU espera una cuerdo, eso se ha aletargado hasta hoy en día. Aunque ya hay casi 60 países que reconocen a la República Árabe Saharaui Democrática, todavía queda mucho camino por recorrer y la única salida que ahora mismo está viendo el Frente Polisario es volver a las armas».
«No hay radicales islamistas saharauis»
«En caso de que los saharauis fueran a la guerra, irían contra Marruecos, ese país que los lleva oprimiendo durante 30 años y que les ha robado su casa, su tierra y todo. No van a ir a una guerra contra ningún otro país, ni en el pueblo saharaui existen radicales islamistas».
«Periodistas, activistas y abogados han sido retenidos, registrados e interrogados»
Salka Embarek asegura haber sufrido «el acoso del sistema policial» marroquí en sus propias carnes. De hecho, en su último viaje a El Aaiún, hace unos meses, fue «retenida» sin recibir «ninguna explicación lógica» y la «persecución por parte de la policía», dice, fue «constante», incluso «dentro de una vivienda particular donde me encontraba almorzando con unos amigos». Por eso, a esta activista de Derechos Humanos no le sorprende que Marruecos haya impedido recientemente acceder al Sahara Occidental a sendas delegaciones de políticos, representantes de organizaciones no gubernamentales y periodistas.
«Este caso no es algo nuevo, ni aislado. Durante años, decenas de abogados, periodistas, activistas de Derechos Humanos y representantes de distintas ONG han sido retenidos, interrogados y registrados tanto a la llegada como a la salida del Sahara Occidental. Algunos de ellos incluso fueron metidos en avionetas y trasladados a distintas ciudades de Marruecos con el fin de angustiarlos y presionarlos sicológicamente hasta su regreso a España», explica para dejar constancia de que las restricciones de visitas a los “territorios ocupados” dadas a conocer en las últimas semanas no son hechos excepcionales.
Tras reiterar que «en los últimos cinco años estas prácticas represivas y de distorsión han sido constantes», Salka Embarek recuerda el caso de «dos periodistas noruegos que fueron interrogados durante horas y obligados a entrevistar a personajes de la política marroquí en territorio saharaui. Se les prohibió el acceso a la información y a reunirse con representantes de la Minurso (Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental)», añade.
«Sin apoyo del Gobierno español»
Consciente de todas estas dificultades, sus encuentros con saharauis en El Aaiún siempre se han desarrollado de «forma clandestina». «Si cuento como lo hago, parece una película americana», bromea, pero su leve sonrisa se borra al instante. «En la última ocasión ya me cogieron y tuve más problemas». Tras su paso por los campamentos de refugiados, en Tindouf, Salka Embarek lo tendrá aún más complicado. «Al tener el sello de “Bienvenido a Argelia” ya no me van a dejar entrar con este pasaporte. Tendré que dejar pasar mucho tiempo, sacar uno nuevo y eso ellos lo saben. Lo más probable es que intente llegar y no me dejen bajar del avión», vaticina, al tiempo que denuncia que «no tenemos mucho apoyo del Gobierno español, siendo ciudadanos españoles, por lo menos de pasaporte».
Acto seguido, no duda en exigir responsabilidades. «Si nos sorprende que las delegaciones españolas sean retenidas en el avión, más nos debería sorprender que nuestro ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, abrace tan amistosamente a su homólogo marroquí, Mohamed Benaissa, cuando un grupo de españoles está siendo expulsado ilegalmente de un territorio que aún, quiera el Gobierno español o no, sigue estando bajo su administración, porque nunca se ha producido el proceso de descolonización», recuerda para refrescar la memoria a los responsables.
«Nos han obligado a ser argelinos, mauritanos y españoles. ¿Cuándo vamos a poder ser saharauis?»
Cuando los más de 300.000 marroquíes que participaron en la Marcha Verde cruzaron la frontera del Sahara Occidental, en noviembre de 1975, Salka Embarek vivía en El Aaiún. Entonces apenas era una niña, pero cuenta los acontecimientos que se desencadenaron en primera persona, tal y como se los relató su padre. «Cuando entró la Marcha Verde pensábamos que era una situación provisional y que España actuaría porque así se lo había prometido a los saharauis, pero los saharauis fueron engañados tanto por Marruecos, que les dijo que les ayudaría a recobrar su independencia y era una artimaña para quedarse con el territorio, como por España, que incluso antes de la Marcha Verde cedió el paso a Marruecos para que controlara la zona y supiera qué puestos ocupar».
Poco tiempo después, la situación se tornó tan «dramática» que decenas de miles de saharauis emprendieron la huída. «Mi padre vio cómo sus amigos y compañeros morían en la calle. Los marroquíes borrachos levantaban el arma y mataban a todos los saharauis que encontraban», recuerda esta joven, quien, junto con su madre y su hermana, se trasladó a vivir a Canarias.
Su padre, un hombre «reivindicativo» que mantenía «reuniones secretas con activistas del Frente Polisario», no tardó en reunirse con ellas. «El Gobierno marroquí le ofreció seguir trabajando en las minas de fosfato en las mismas condiciones que tenía con los españoles, pero él se negó rotundamente y tuvo que abandonar el país. Sufrió mucho porque vio cómo todo su mundo se desplomaba», señala Salka Embarek.
Obligados a dejar atrás su casa y su tierra, lo que no perdió esta familia saharaui en el camino fue su sentimiento de identidad. «Mi padre siempre nos ha inculcado que somos saharauis y que, aunque hayamos vivido en otro país, no debemos perder jamás el sentimiento de que pertenecemos a este pueblo, porque es lo único que nos queda. Si tú pierdes ese orgullo, pierdes tu identidad y entonces no eres nadie, eres un ser que vaga por el mundo», argumenta.
Con la esperanza de que el pueblo saharaui logre algún día su independencia, Salka Embarek lanza una pregunta que parece derretirse al instante en el cálido aire del desierto. «Cuando pertenecía a España, a los saharauis nos obligaron a ser españoles. Cuando entró Marruecos, los que se fueron a los campamentos se vieron obligados a ser argelinos y los que huyeron hacia Mauritania fueron obligados a ser mauritanos. Y entonces, nosotros decimos: Hemos sido de todas las nacionalidades por obligación. ¿Cuándo vamos a poder ser saharauis?».
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Pasó el rey de Marruecos y dejó una estela de sangre saharaui
OTRA VEZ SMARA
ALTERCOM*
SALKA EMBAREK (OLMY)*
1ro de abril de 2006
El rey de Marruecos ha puesto punto y final a su visita de seis días a los Territorios Ocupados del Sáhara Occidental y tras de sí, ha dejado una estela de cientos de manifestantes heridos contra los que soltó a su séquito de perros furiosos.
Gendarmería Real, policías del GUS (Grupo de Intervención Rápida), policía secreta y un nutrido grupo de colonos dispuestos a arremeter contra los ciudadanos saharauis, se esparcieron como una plaga por cada una de las ciudades que llevan tiñendo de sangre treinta malditos años.
Muchos años, mucha sangre.
Hasta las seis de la mañana estuvieron buscando los cuerpos de los heridos.
Smara fue arrasada.
Adolescente torturado en su casa por tropas facistas del reyMohamed
Más de ciento treinta personas, ciudadanos saharauis, han sido detenidos y torturados en sus casas, en la calle y en la comisaría. Avergonzaron a las mujeres arrancándoles la melfa y dejándolas semidesnudas ante la indignación de un pueblo que las cubrió de pudor.
Todos querían agasajar a Otmani El-Lud Emman, que llegaba a casa después de ser liberado tras el indulto concedido por el representante de Dios en la Tierra, el rey de Marruecos, Mohamed VI. Salieron a la calle en manifestación para cubrirlo de banderas saharauis y aliviar así el sufrimiento padecido todo este tiempo en la cárcel por defender los derechos de su pueblo, pero apenas llegó a su hogar entre abrazos y besos, las fuerzas de seguridad marroquíes asaltaron su casa, lo golpearon hasta hacerlo perder el conocimiento y lo maniataron arrojándolo a la calle. Su madre estaba desesperada, sus ojos se anegaron de lágrimas y corrió a protegerlo del dolor, soportando en su espalda los golpes que dirigían hacia él. Quedó exhausta, junto a su hijo, en un baño de sangre.
Muchos años, mucha sangre. Más tarde supimos que otros cuatro hogares más fueron asaltados y destrozados.
Qué lentas pasaron las horas en la madrugada del lunes. El ejército y la gendarmería recibieron la felicitación del rey por su campaña de represión. Este es el precio que deben pagar los activistas saharauis de Derechos Humanos por ser incluidos en el tan anunciado indulto a 216 presos supuestamente saharauis, de los que sólo han sido liberados unos 30 presos políticos, el resto son presos comunes marroquíes y la mayoría traficantes de droga que han comprado su libertad a los funcionarios de la cárcel.
La decepción y el enfado popular por el engaño, no se ha hecho esperar.
Siguen en prisión 35 presos políticos saharauis y las revueltas en cárceles como Nador (al norte de Marruecos), la cárcel Negra de El Aaiún, cárcel de Tiznit, de Ait Mel-loul y la cárcel de Inzegan, traspasan ya los muros de la prisión en las que también los presos comunes saharauis están organizando sentadas y rechazan la comida como señal de protesta ante la burlona farsa del rey.
En Inzegan, los reclusos han iniciado ayer una huelga de hambre de 48 horas como antesala a otras acciones reivindicativas. Otros dos presos comunes saharauis, en la cárcel de Nador, han entrado en huelga de hambre abierta en protesta por su exclusión y como denuncia ante la gran mentira que el régimen marroquí pretende hacernos creer.
El rey se fue, pero antes de dar la espalda soltó a los perros y bajó el pulgar.
Otra vez Smara.
«Deprisa, deprisa, avisa a la prensa, esto es una masacre», minutos más tarde ya no volvimos a hablar con él.
Ha amanecido y el sol escuece en las miles de heridas abiertas anoche, ayer y siempre, en Smara, en El Aaiún, en Dajla, en Bojador... y en todas las ciudades asfixiadas por tantas heridas a uno y otro lado del muro.
El rey se fue, lo repito para que lo escuchen las familias saharauis a las que les fueron confiscados sus hogares, sí, ya podéis volver a casa.
Se marchó y no habló ni siquiera de su ridícula autonomía, que por otro lado, jamás aceptaremos puesto que exigimos nuestra independencia a través de un referéndum justo y democrático con las directrices establecidas por la ONU.
No habló de nada, se limitó a pasearse vestido de Armani por las calles de un territorio que le da miedo. Sus lamentables comentarios, lanzados sin argumentos sólidos, desorientan a la prensa internacional que tiene que desmentir a diario sus palabras...
Mohamed VI fue al Sáhara por lana y salió trasquilado, su visita supuso un acto despótico e insultante para las resoluciones de la ONU y una provocación para todos los ciudadanos saharauis que, a pesar del tupido despliegue policial, desafiaron pacíficamente su poder lanzándose a las calles conscientes de su desprotección pero seguros de su lucha.
Hace unos días levantó el pulgar y liberó a unos pocos presos políticos saharauis que su régimen condenó en juicios sumarios, encarceló y torturó con la naturalidad que lo hacen los gobiernos autoritarios y despóticos.
El domingo bajó el pulgar y arrasó Smara.
Habrá que cortarle la mano a este emperador romano.
Altercom
Agencia de Prensa de Ecuador. Comunicación para la Libertad.
Salka Embarek (Olmy)
Escritora y poeta saharaui
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