domingo, 30 de enero de 2011
2953.- ILIANA VARGAS
Iliana Vargas nació en la ciudad de México en 1978. Escribe narrativa y poesía, y se especializa en el cuidado editorial. Estudió Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde coordinó el “Encuentro multidisciplinario en torno a lo fantástico”, en 2001. Fue coeditora del fanzine Caligari y formó parte del colectivo Parodia de Vivos. Ha colaborado en las publicaciones impresas y electrónicas Asfáltica, Axxón, Azoth, Blanco Móvil, Cariátide, Hysterias, Grietas y Fatal Espejo, así como en programas radiofónicos dedicados a la literatura. Su trabajo se ha incluido en las antologías de cuento y poesía: Códices en el asfalto. Narradores de la ciudad de México 1970-1990. Generación literaria del Bicentenario (2010); Antes de que las letras se conviertan en arañas (2006); Segunda palabra (2006) y Hasta agotar la existencia III (2007).
Mineral
Entra al silencio
el aire acampanado,
un desliz apenas
el metal que cercena
cuerdas
estambre
maraña de agua
pastizal acerado
sacude el viento
ríspido
y murmura
el decreto de mis ojos
en el universo,
y esa voz alada
que destila fuego
pulveriza la llama
de sangre mineral
donde se esconde El Fénix
y reconstruye el vuelo.
Unicornio negro
Anda,
avispa extraviada
en el pelaje
del unicornio negro.
Suelta tus alas,
des
prende
el aguijón
abre
tus ojos
a la lluvia.
Tu cuerpo
avispa
membrana
transparente
entrega
al signo
que te delata
desde la tierra.
Tromba
Húmeda la sombra de tus pasos
uña encarnada
en el día
que repite a otro
día
en un loop
de golpeteos:
piedra de río
columna
vertebral
de la noche
que parte
aterrorizada
por el llanto de la serpiente
por el caos
que submarino emerge
con la tromba
de una garganta seca
que grita horizonte.
Tromba luz del tren que avanza
en una nube
de piedras:
luciérnagas marinas.
Noche
Zumban animales
centinelas de sus cuevas.
Respiran sacudiendo
cascabeles
de sustancia vegetal
impregnada en sus hocicos,
hojas secas sus ojos
alguna vez de fuego,
piel de comisuras
hurtadas a estrellas caídas
en la guerra con la noche.
Zumban animales
cuadrúpedos
octópodos
antídoto
de insomnio.
Zumban.
Piel
Saliva humedece
pétalos y capullos,
corta
el
aire
corta
la
respiración
Saliva espesa
línea de fuga ruido blanco
aguja
encaja
encaja
encaja
encaja
el filo en piel acartonada:
taxidermia.
Cataclismo
Derrumbe,
azote de estrellas
contra las paredes
mezclan
sus esferas reventadas
con nubes
de hormigas furiosas,
con montículos
de ajolotes
triturados
a mitad de la metamorfosis,
con los dedos
que arrancaste
de tu máquina de escribir,
con la espuma vegetal
que se adhiere
al poro pétreo
para devolver la luz
al aire y al fuego de la noche.
Canto
Hiena en la ciudad: deambula
vibráfono su aullido
el eco
en pasillos
de hospitales
y escuelas encharcadas
en callejones
que apestan a perro húmedo
y a ropa mal lavada.
La lluvia
termina por hundirse
en la noche.
No hay aire ya
para la madrugada.
No hay luz ya
para el día siguiente.
Sólo la música
que libera al universo
y lo devasta.
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