POEMAS DE JUAN FELIPE TORUÑO
Selección de Textos y Nota Biobibliográfica:
Danica M. Novotnik Vladich
JUAN FELIPE TORUÑO, Poeta, Escritor, Historiador y Periodista salvadoreño-nicaragüense. Nace el 1º de mayo de 1898 en el barrio San Felipe de la ciudad de León, Nicaragua. Aún muy joven, comienza sus luchas políticas por la liberación de su patria, y en 1911 se enrola en el ejército liberal en contra de la intervención militar norteamericana en Nicaragua. El año 1916 marca un hito en su vida personal y literaria. En ese año muere Rubén Darío y Juan Felipe Toruño asiste a sus funerales. Por esa fecha, comienza a escribir sus primeros poemas. Su admiración por el gran maestro de las letras hispanoamericanas y el máximo exponente del modernismo hace que le rinda homenaje con la fundación en 1919 de una revista literaria a la que llama, precisamente, Darío. En 1921 obtiene el Primer premio en el Concurso de poesía para principiantes en León, Nicaragua. En el siguiente año, se publica su primer poemario, Senderos espirituales. En 1923, Toruño vende la revista Darío, luego de haber publicado 69 números, abandona el país y se dirige a Cuba para trabajar en la revista El Fígaro, en La Habana. Debido a un naufragio se queda en El Salvador donde trabaja como redactor columnista del Diario del Salvador. En 1924 se publica su segundo poemario en San Salvador: Ritmos de vida. Y en 1925 es designado Jefe de redacción del diario El Día y redactor de Diario Latino. En 1928 se publica La mariposa negra, su primera novela, que en realidad es un relato autobiográfico. En 1929, sin dejar Diario Latino, es nombrado director del Diario Ahuachapán. Su magisterio literario e influencia intelectual en la cultura salvadoreña ha sido enorme y constante. Considerado como el indiscutido formador de nuevas promociones literarias, Toruño impulsa en el año 1930 una intensa labor de difusión literaria en El Salvador demostrando el mismo tesón cultural desplegado años antes en Nicaragua. Muchos poetas salvadoreños se sienten en deuda con la acción cultural de Toruño, especialmente aquella camada de grandes poetas salvadoreños conocida bajo el nombre de «Generación Comprometida» y que estuvo integrada por escritores de la talla de Roque Dalton, Italo López Vallecillos, Tirso Canales, Danilo Velado, David Escobar Galindo, Luis Gallegos Valdés, Manlio Argueta, Roberto Armijo, José Roberto Cea, Otto René Castillo, entre otros. Sobre este aspecto de Toruño como promotor de generaciones de escritores Roberto Armijo escribió lo siguiente:
«En 1955, conocí a Juan Felipe Toruño. Acompañé a Oswaldo Escobar Velado a la redacción del Diario Latino, y fue Pipo el que me lo presentó. Por esa época yo publicaba versos en la página literaria de La Tribuna, que dirigía Miguel Ángel Chacón, y en magnífico suplemento que Luis Mejía Vides sacaba en La Prensa Gráfica. Con Roque Dalton, Otto René Castillo, Pepe Rodríguez Ruiz, recién legado de Italia, con Manlio Argueta y Miguel Angel Parada, decidimos fundar el Círculo Literario Universitario, y me tocó a mí y a Roque Dalton ir a visitar a Juan Felipe Toruño, para que nos cediera una página literaria, que sería siempre la del último de cada mes. Además de los mencionados estaban Italo López Vallecillos, René Arteaga, Manuel Barba Salinas, Orlando Fresedo, Luis Argel Salinas, Elmer Trujillo, Tirso Canales, Danilo Velado, José Roberto Cea, René Araujo Solís, Abel Salazar Rodezno y otros... Nosotros le debemos mucho a Juan Felipe, ya que animoso ayudó a mantener el clima literario en el país y se esmeró porque los jóvenes que se iniciaban en el duro oficio de la escritura, encontraran palabras de aliento en sus conversaciones y en sus textos escritos. Fue un gran animador de la cultura y un gran conocedor de nuestro patrimonio literario. En mis tardes estudiosas, cuando me aprieta la nostalgia en París, recuerdo a viejos y queridos amigos como Juan Felipe Toruño, Italo López Vallecillos y Ricardo Trigueros de León, hombres de letras que tanto hicieron por las letras de nuestro país».
En 1935 se publica la novela El silencio, y el poemario Tríptico de vida, por el que recibirá un premio en el Concurso de Sonetos Iberoamericanos en Argentina y que es incluido en El libro de los 1001 sonetos, de Héctor F. Miri. Juan Felipe Toruño es considerado, asimismo, como el gran crítico y difusor de la Poesía de la Negritud. Muere el 31 de agosto de 1980 en San Salvador, El Salvador.
LIBROS PUBLICADOS
Crónicas
Un Viaje por América: Itinerario. San Salvador: Ediciones “Orto” 1951.
Cuidad Dormida: León, Nicaragua. San Salvador: Ediciones Orto, Talleres Gráficos Cisneros, 1955.
Ficción
De dos tierras. San Salvador: Imprenta Funes, 1948.
El silencio. San Salvador: Imprenta editora Arévalo, 1935. Segunda edición. Universidad Nacional de El Salvador: Editorial Universitaria, 1976.
La mariposa negra. Ahuachapán, El Salvador: Imprenta Gutemberg, 1928.
Poemas
Arcilla mística (Evocación y elegía); San Salvador: J. F. T., Edición numerada, 1946.
Hacia el Sol. San Salvador: Imprenta Funes, 1940.
Huésped de la noche y otros poemas. San Salvador: Imprenta Funes, 1947.
Órbita de sonetos y otros poemas. San Salvador: Imprenta Acosta, 1952.
Raíz y sombra del futuro. San Salvador: Imprenta Funes, 1944.
Ritmos de vida. San Salvador: Centro Editorial Salvadoreño, 1924.
Vaso espiritual. San Salvador: Imprenta Funes, 1941
Senderos espirituales. León, Nicaragua: Imprenta Los Hechos, 1922.
“Tríptico de vida”, en El libro de los 1001 sonetos. ed. Héctor F. Miri. Buenos Aires: Editorial Claridad, 1936.
Historiografía
Desarrollo literario de El Salvador: Ensayo cronológico de generaciones y etapas de las letras salvadoreñas. San Salvador: Departamento Editorial del Ministerio de Cultura, 1958.
El introvertismo en poesía: Enfoque- Sondeo- Cotejo- Fondo- Claves. San Salvador: La Unión Dutriz Hnos., 1950.
Gavidia: Entre raras fuerzas étnicas: De su obra y de su vida. San Salvador: Ministerio de Educación: Dirección General de Cultura, 1969.
Índice de poetas de El Salvador en un siglo: 1840-1940. San Salvador: Imprenta Funes, 1945.
José María Villafañe: Mecenas salvadoreño. San Salvador: 1949.
Los desterrados: Estudios de poetas de América, Tomo I. San Salvador: Tipografía “La Luz” de Diario Latino, 1938.
Los desterrados: Semblanzas de poetas de América, Tomo II. San Salvador: (Publicado por el autor), 1942.
Los desterrados: Semblanzas de poetas de América, Tomo III. San Salvador: Ediciones Orto, Imprenta Funes, 1952.
Poemas andantes: Ensayos sobre literatura europea y oriental. San Salvador: Editorial Universitaria, 1977.
Poesía negra: Ensayo y Antología. México, D.F.: Colección Obsidiana, 1953.
Poesía y poetas de América: Trayecto en ámbitos, fisonomía y posiciones. San Salvador: Imprenta Funes, 1945.
“Walt Whitman, bíblico, futurista poeta de América”. Journal of Inter-American Studies IV.I. School of InterAmerican Studies. University of Florida, Gainesville. (Jan. 1962): 23-31.
POEMAS ESCOGIDOS
TRÍPTICO DE VIDA (3)
I
Invitación
¡Alma mía, no duermas! Ya tu faz
ha de ser la del sol, y primavera
debes regar. ¡No más la prisionera
en torvas sombras e inquietud sin paz!
¿Quieres amor? Formaremos un haz
de sencilleces puras. Dondequiera
verás entonces reflejada, entera,
tu luminosa e inconfundible faz.
En el terrón anónimo, en la flor,
en la vida sin vida, en el color
del tiempo a nuestro unido amor deshizo,
Hallaremos amor. Idealidad
suprema habrá de guiarnos. La verdad
estará donde estés porque está Dios.
II
Aspiración
Vamos. Idealidad serás la vela
del barco. En paz con nuestras ilusiones,
dos hélices de amor, dos corazones...
Y el pasado quedando como estela.
Sobre la mar sin fin dichosa riela
Serenidad su vida sin pasiones...
No habrá huracán que apague las canciones
en que tan sólo Eternidad se anhela.
Rumbos de luz para bogar tendremos.
Y si la muerte, incauta, nos alcanza,
—como quien sobre una Alba Única vuela—
sobre la propia muerte bogaremos...
Asidas tu esperanza y mi esperanza,
vamos. Idealidad será la vela.
III
Liberación
En vano el tenebroso viento quiso
desgarrar el velamen. Ni la muerte
pudo con esta fuerza que es más fuerte
que la ilusoria muerte. Ni el hechizo
Del tiempo a nuestro unido amor deshizo.
Somos, siempre seremos: ya en la inerte
modulación de un eco que se hizo,
o en la mentida sombra de la muerte.
¡Alma mía, hemos llegado! Somos
en la sola unidad porqués [sic] y cómos [sic].
Somos la misma Vida y nuestra vida
es esencia de Amor y de Verdad.
¿No sientes alentar con tu encendida
sutil llama la de la Eternidad?
"Fernando Sabido Sánchez agradece a Luis Alberto Vittor, Director Editorial y Fundador de la publicación argentina Analecta Literaria. Revista de Letras, Ideas, Artes y Ciencias[http://actaliteraria. blogspot.com/] la gentileza de permitirle republicar los poetas originalmente publicados en la revista en su blog Poetas para el siglo XXI."
No hay comentarios:
Publicar un comentario