domingo, 14 de noviembre de 2010
1891.- MALÚ URRIOLA
Malú Urriola, Santiago (CHILE), 1967.
Sus textos han sido incluidos en diversas antologías.
Ha publicado: Piedras rodantes, Dame tu sucio amor, Hija de perra, Nada y Bracea.
En el año 2004 recibe el Premio Mejores Obras Editadas del Consejo Nacional del libro, con el libro Nada, Editorial LOM, 2003. Libro que también recibe el Premio Municipal de Poesía 2004. El 2006 recibe el Premio Pablo Neruda. En el año 2009 recibe la Beca John Simon Guggenheim Memorial Foundation, Creative Arts Poetry. New York, USA.
GATOS
IV
Hey, malú, asume la vida de gato
que te toca saltar de techo en techo
porque ni siquiera un poco de sol
los hará volver
porque no nacimos para dar
pero tampoco para recibir
hay que asumir el costo
te estás chalando
nada te llena
y el hastío te agarra de espaldas
por eso le seguimos el juego
a los imbéciles
y corremos en esta carrera de equinos
de mala sangre
cuando el poeta canta su bar cecil
y Dios le guiña un ojo
y por el otro le cae un goterón de tinto
de aburrido tinto.
Hey, malú, nace una estrella
nadie quiere el nobel
pero se mueren de sólo pensarlo
los poetas se odian
toman juntos pero se odian
a quién le importa
que se maten
que se tengan pica hasta la muerte
total, de todas maneras
no tenemos quien nos abrace
porque los gatos se retiran de noche
quién sabe dónde.
Hay que asumir, pendeja
que estás sola
que te bailas un rock
para quitarte las ganas –tú sabes de qué–
porque de tanto perraje patriarcal trompeteado
estás hasta la tusa
y ellos siguen tirándose a partir
prejuiciados
amablemente discrepantes
hey, malú una raja, qué te importa
si ni siquiera encuentras algo que te importe
por eso callas y luego ríes
porque nadie te llena el hoyo,
ni el vino
ni los machitos
ni mirar sus traseros sin forma
no te queda más que caminar borracha
y llegar borracha a tu home
piedrita mendiga.
Hace tanto tiempo, querida amiga
acá los poetas mienten
y tus ojos son ya
un par de gorriones que se fornican
no sé dónde
reniego de la poesía
y todas estas vanalidades
la mistral ha muerto
lihn ha muerto
sólo quedamos los necios.
Recuerdas cuando nos emborrachamos
amparadas por una chimenea medio loca
tú, estás allá ahora, recordándolo todo
con un suave dejo de melancolía
la puta melancolía que has guardado
largo tiempo en el anonimato
y un sol turístico cae
sobre tu rimbombante isla en el Mediterráneo
mientras acá el sol pega
sobre cientos de cabezas hastiadas.
Ah, querida mía
los seres somos tan maleables
de ahí la distorsión a la que Hugo
intentó someter el alejandrino.
(de Piedras Rodantes)
EL CEMENTO
Me perdí en Buenos Aires, ebria, me hallaron enun Bunker,
bailando en medio de travestis, un hombre pensóque yo era
un muchacho, salimos a la calle a tomar unas cervezas, me
habló de su amado por horas, me dijo que lo golpeaba, que
cuando quiso matarlo él le besó su trasero, luego habló de unas
luces que ve al cruzar la calle de San Telmo, un viejo barco que
lo llevó una noche a un extraño lugar.
Deslizó su mano hasta tocar la mía.
nos parecíamos a una breve imagen del abandono.
(de Dame tu sucio amor)
Cuando quedo a solas, en la oscuridad de este apartamento,
la silueta de una mujer cuelga del cuello, ya no puedohacer lo
que me pides, no puedo escupir aquello que mi locura ha
abandonado.
Cógeme del pelo, no evitarás que estrelle la cabeza contra la
muralla, éste es el único y regio fin del estrellato, estrellar la
propia estrella, raspar las cáscaras de la pared con la boca, no
puedes perderte esto ...
No puedes dejar de ver el fondo de este pozo.
(de Dame tu sucio amor)
Santiago en ruinas
No necesito nada más esta
noche, no quiero oír viejas
anécdotas de poetas. No sé
si veré el futuro, si al
menos lo veré pasar por
estos ojos.
Espero en la única gloria
de los castrados
Me abandonaré al silencio
como un criminal abandona
las armas y el placer
de la sangre.
(de Dame tu sucio amor)
Nada
Editorial Lom, 2003
Como si escribiera,
como si soñara que escribo
levanto una copa por esa noche que nos perdimos por Baires
y la trava exhibía sus gomas recién operadas
y me seguiste de bar en bar,
de noche en noche,
de muerte en muerte,
mientras el esmeralda de tus ojos
se clavaba en mí.
Lo mío es lo pequeño, lo inexacto, lo turbado,
lo que apenas puedo ver es lo que la cabeza comprende,
no escribo cosas extraordinarias,
no tengo el tic del poeta nacional,
detrás de la flor, la humedad.
No nacimos para nada grande,
apenas conseguimos una vida de artificial luz amarillenta
sobre la cabeza,
lejos, lejos de la cabeza,
existe un lugar donde los cóndores rozan la cordillera
como si por alas tuvieran palabras
Abajo la carroña citadina y la cruz del sur iluminándonos el cuero,
abajo la tierra, bajo los pies la tierra,
bajo la tierra, el cielo y el deshuesado recuerdo
de miles que tampoco han muerto para nada grande.
Al frente tus ojos, el pasado del futuro y el futuro del pasado
y esas caminatas por el Forestal
cuando no teníamos nada y por ello,
el mundo era nuestro.
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