KAZUKO SHIRAISHI
Shiraishi nació en Vancouver en 1931 de padres japoneses, y vivió allí hasta 1938 cuando la familia regresó a Japón antes del estallido de la segunda guerra mundial. Este hecho, que “Su imagen de si misma como una oveja negra, una intrusa en su propia sociedad, haya permanecido durante toda su vida y claramente se refleje en su arte.
Llamada el Allen Ginsgberg japonés por el reconocido japonólogo Donald Keenee—caracterización que ella detesta—, es considerada la más destacada poeta de la generación Beat. De esta en los Estados Unidos como de The Angry Young Men en Inglaterra y de Voznesensky en Rusia, recibió influencias aunque la más notable fue la que provino de Dylan Thomas. Escribe poesía desde muy joven. A los 17 años y empezó a publicar sus obras en la revista VOU que dirigía Katsue Kitasono, promotor del surrealismo en Japón y corresponsal de Ezra Pound. De esa etapa es su primer libro de poemasEl pueblo donde caen huevos que aparece en 1951.
Animada por la búsqueda de nuevos causes, abandona la revista hasta encontrar en el jazz y, especialmente en John Coltrane —a quien le dedica uno de sus mejores poemas— la seducción por la combinación de música y poesía que introduce en Japón junto con Tomioka Takeo y Kenneth Rexroth. Aquí converge con otro de sus grandes amigos, el gran Allen Ginsberg. Años más tarde uniría a sus lecturas la danza Butoh, campo en el que debe destacarse su trabajo con Kazuo Ohno, tan cercano a las sensibilidades de Shiraishi y tan valioso como ser humano. El arte, del que también ha recibido aportes como los que le dejaron Miro y Dalí, ha ido parejo con su creación. Artistas destacados como Alan Green y Suzanne Treister, han unido sus trabajos a los versos en varias publicaciones como Meditación ardientey La tarde de la oveja.47 Si Komachi, Izumi y Yosano cantaron su libertad y glorificaron su rebeldía, Shiraishi hace lo mismo pero agrega un desafío que proyecta a toda la sociedad y no sólo a la japonesa. Desafía el papel de la mujer, desafía su cuerpo, desafía la injusticia, desafía la historia, desafía la política. Pero todo ello con el único fin de enaltecer al hombre que es el gran objetivo de su postura humanista con la que se hace ciudadana del mundo.
EL HOMBRE DE OJOS ENCENDIDOS
hay fuego en sus ojos
arden cuando se fi jan en mí
hasta las mentes frías y los estómagos helados
se calientan
pues guarda el sol africano en sus ojos
orgullo de la familia Zulú
durante la revolución
la carne que asó en el horno
era tan sápida
en la sala sus gemelos de un año Ra y Re
se turnan los chillidos
sus ojos encendidos suavemente juegan con ellos
cantándoles mientras
la tierra crece ardiente y satisfecha
de momento en la sala
del hombre de ojos encendidos
SER
hubo algo parecido en una cuesta amazónica
y en las selvas indonesias
voló ligeramente sobre sus alas
desvaneciéndose como vértigo después del segundo viaje separados
pero existió realmente
como luz y sombra en cópula súbita
estremeciendo levemente el aire silencioso
PÁJARO CARPINTERO
aparece un pájaro carpintero que industrioso
perfora un hueco en la cabaña
un hombre vuela y lo amenaza
durante 8 años el hombre
construyó la casa
para su esposa y dos hijos
entonces
antes de que el pájaro carpintero perforara el hueco
otro invisible pájaro carpintero llegó
y picoteó a la esposa
de ahí la mujer
voló hacia alguna parte
y no regresó más
aparece un pájaro carpintero que industrioso
picotea la cabaña de un hombre
LAGO AMARILLO
puedes pescar aquí peces deliciosos
y ponerlos en tu mesa
pero el lago es amarillo para ocultar su profundidad
los Indios que viven cerca del lago
también ocultan su fondo
quizás los peces vivan en sus ojos
o deliciosos espíritus canten al hervir con odio
las profundidades de sus ojos oscuros nadie puede ver
algo vive en el lago amarillo
sin mostrar su forma sobre la mesa
JUGADOR DE FÚTBOL
Un jugador de fútbol
patea una bola,
todos los días, patea una bola.
Un día pateó al amor tan alto
que éste quedó en el cielo
y jamás regresó.
La gente piensa que debe ser el sol,
que debe ser la luna
o alguna nueva estrella.
En mi interior
también pende una bola,
suspendida en el cielo,
que nunca regresó.
Ustedes pueden verla
convirtiéndose en llama,
en amor,
en estrella.
(1977)
ULISES DE ESTOS TIEMPOS
Al volverse, no encontró rostro alguno
ni siquiera uno nuevo que le perteneciese
el rostro es un país
y el suyo era invadido por la ideología roja.
Sin rostro,
sin labios que besar, su propio rostro
dejándolo atrás
se pone en marcha.
Su tierra natal yace bajo un extraño mapa.
Sólo la firma del vientre de su madre
es el pasaporte del país natal
busca a tientas un nombre
él dejó su país
él es Ulises
no conoce el regreso.
Ulises, incapaz del retorno
Ulises, sin fecha posible de retorno.
Llevando a su mujer, niños y flores,
encendiendo la antorcha de un poema
Le grita al mar abierto:
¿hay alguien?
¿algún rostro que pruebe su existencia?
Mil, millones, billones de cambiantes criaturas
aman el mar nocturno
y las estrellas caen en las olas.
Él escucha su música
en búsqueda infructuosa del país interior.
Se une a los ascetas del amor.
Aunque pueda crear miles,
cientos, miles de rostros
nunca podrá encontrar
ni siquiera palpar
el rostro del país recién nacido.
Así que hoy, otra vez
Ulises cruza el mar
y toca tierra
en un antiguo pueblo del Midwest, en América.
Penetra a un edificio
a las dos de la tarde,
nadie repara en él
porque no es asistente personal del Presidente,
ni gánster con revólver,
ni un músculo campeón mundial de boxeo.
Él es alto, y es bello, con una nariz recta
posee una escondida dignidad, y un fuego
pero no es propietario de otras características.
Así que, si no es violento,
ni exhibe sobre el pecho medallas honorífi cas
la gente pasará por su lado, sin verlo,
porque la Filosofía es un ente invisible.
En estos tiempos nadie le tema a los fantasmas,
y si están vivos, menos,
por lo que pasa inadvertido durante miles de años.
No muere nunca.
No le está permitido.
Él es Ulises,
un invisible mito.
Muy borracho me dice:
“¡hoy me siento tan bien!”
Porque realmente puede llegar a estar borracho,
¿es que puede embriagarse en el mar de licor
oyendo las sirenas?
¿Conocerá en verdad a la Sirena?
La voz de la Sirena cambia a Elvis.
¿Es Presley una Sirena?
¿Puede un disco de la era rock and roll
llevarlo hacia Penélope?
Me habla sobre un hombre que visitó la India
nombrado Snyder, ávido de realizarse
me habla del arte de vivir libremente
pensando que es igual a devorar el arco iris.
o a hacer el amor con el mismo arco iris.
Él espera alcanzar esas nubes lejanas
mientras que la Sirena
se duerme sin que le hagan el amor
oyendo un disco de Elvis.
Ulises
se despierta,
regresa del almuerzo
y casi a la hora de acostarse descubre
que no hay rostros que pueblen el espejo
ni el cuarto donde habita,
de pronto se da cuenta que es Ulises
a quien le es imposible regresar.
No puede regresar
carece de país a donde ir.
Desplazándose siempre.
Oigo un blues
del país solitario de ese hombre sin nombre
más allá de ese jazz de Dixieland
retrocedo en el tiempo miles de años
hasta llegar al baño primigenio
del primer nacimiento de este mundo.
(1975)
Poesía contemporánea del Japón Tetsuo Nakagami y Yutaka Hosono
Antología. Coordinación editorial Gregory Zambrano. Los poemas incluidos en esta antología fueron traducidos por Ryukichi Terao.
Del libro Viento venido de la ensenada
Mi tribu de arena
En Riverside no hay río.
El río está seco en Riverside desde 1911.
En el verano de 1980 aparezco por primera vez
en Riverside.
69 años después de haberse secado el río.
Allí descubro que Riverside es de hecho una
entrada hacia el desierto. Allí de pronto
las criaturas de la tribu de arena empiezan
a moverse en mi interior y buscan la salida,
de prisa, ¡ay! hacia el desierto. Toman la salida
mientras pronuncian la palabra mágica,
“Riverside, Riverside”; salen atropellándose,
volando, hermosos espíritus construidos
con granos de arena seca, afuera, hacia el desierto.
Mis pensamientos tiran siempre hacia el desierto,
hacia donde hay arena, tierra seca, sin importar
en qué lugar me encuentre, aire caliente y seco
donde hasta al mismo sol se le quema la garganta,
y la tribu arenosa anidada en mi interior adquiere
vida de pronto, cuando descubre ausencia
de agua, ni una gota de agua en Riverside,
y así se lanza cantando, descalza, alegremente
silbando, danzando hacia el desierto.
Entonces poco a poco me hundo hasta
quedar sepultada en esta multitud de arena
y mi memoria empieza a remontarse, hacia atrás,
centenares de miles de años atrás. ¿Es éste
el arenal de los indios yaquis de California o es
el desierto del Sahara? ¿Estoy a orillas
de la sagrada Uluru o en las planicies de Australia?
Entre más atrás se remonta mi memoria, más
ambiguos se tornan mis recuerdos... Quizá yo
sea lo arcaico, quizá me haya quedado dormida.
El tam-tam de los tambores me despierta a veces;
mas ya convertida en arenosa tierra, adormecida,
¿cómo podría emerger del todo de mi sueño?
En Riverside no hay río.
Seco Riverside, tierra enigmática, puerta
al desierto en donde no hay ni rastro de agua:
¿por qué eres una pura entrada sin salida,
por qué está el desierto plagado de entradas
sin una sola puerta? El desierto es una entrada
Una entrada abierta a todos
Una entrada abierta a otra entrada
Cada vez más hacia adentro
Tribu de arena, intrépida hermandad, guerreros
míos que al olor de la arena corren hacia el desierto,
sin saberse bien por qué, no por locura, ni por ir
a alguna parte, sólo por puro instinto, sólo
el amor al regreso.
De adentro de mi cuerpo regresan hacia su nido,
hacia la madriguera original, como si fueran
bestias, pájaros o peces. En la tarde calurosa
oigo sus aleteos.
Los ojos los ven y no los ven. Tribu de arena,
más evidente que la poesía, río seco, grande
y ancho.
Poder fantasmagórico, ánimas de la arena que a
doptan la forma del río...
(1982)
Traducción del japonés por Atsuko Tanabe y Sergio Mondragón y del inglés por Jesús Vega, con la participación de Haydé Zavala.
Meditación ardiente
soy una meditación que quema
dentro guardo una isla acuosa
pájaros marinos y la luna llena a flote
alquilo un hogar a los cocodrilos del Nilo
mi meditación no es siempre agua azulada
sino roja de deseo
creciendo en sus ojos
alimento los cocodrilos con un sol deleitable
y los dejo dormir
vivo en una meditación que quema
oyendo la isla acuosa golpeada por las olas
callada silenciosamente
La isla del camello
se fue para alguna parte
tal vez a la isla del Camello convertido en viento
volando sobre la arena
cabalgando en Falouka
esta noche no está aquí
al regresar a casa corren las nubes
la media luna presurosa se oculta
esta noche está ausente
Mandril
la ideología se las arregla siempre
para mover apuntando en una sola dirección
el éxtasis de caminar
volviendo la cabeza cambiando direcciones
en una tierra sin citas ni leyes
encontré un mandril
sus ojos me capturaron
su nítida línea del deseo libre de impurezas
y ese éxtasis vertido en mis ojos
baja en línea por mi garganta
atraviesa la vulva
sale por la punta de mis pies
Leña
en el interior de ese planeta se apila la leña
allí viven montañeses
el hermano menor medio sordo
la carne de la hermana mayor sensible
el padre vuelto eternidad
la madre arrostra los descendientes
en el interior de ese planeta se apila la leña
la entraña ardiente de la hermana guarda
la creciente la nívea parte de su hermano
en una historia escalofriante
sólo el fuego es esperanza o melancolía
hermano y hermana apilan la leña
en el interior que arde
en la cabaña en la cima de la colina
dentro de la sangre de la carne
se sigue consumiendo y apilando la leña de un tiempo invisible
Dios vende su propio cuerpo
hasta hace poco dios estuvo aquí, mas ya no está
también se fueron María y Cristo
se eliminó el altar, se ha ido el sacerdote
en algún momento fui retocada
entregada a alguien que compró los condominios de la iglesia
dentro de mis vitrales se entregan camas
en vez de plegarias se hace el amor
en vez de túnicas desnudez
oigo un murmullo de jabón y de duchas
el crujir de las camas que se balancean
himnos transformados en jazz lo que no cambia son
la mañana y el canto de las aves
entrevistados por el diario local
los habitantes dicen: “Esto aquí es cómodo
espacioso, bueno para meditar, tranquilo, las paredes son gruesas
preferiría vivir aquí más que en otra parte”
dios se ha ido
todo lo que ha cambiado
es la hora en que la gente entra y sale
la noche es bulliciosa, calmado el día
el sol y la luna aún turnan su salida
Loro
Dije: "¿me amas?"
Tú dijiste: "te amo".
Pregunté: "¿me odias?"
"Te odio".
Pregunté otra vez: "¿nos separamos?"
"Nos separamos".
Siempre, siempre
fuiste un loro.
Como imitabas tan fielmente
mis palabras
no tuvimos otro remedio
que dejarnos.
El antílope
Una muchacha
con piernas de antílope
y un muchacho
...con piernas de antílope
se enamoraron
se casaron
y tuvieron un niño
con piernas de antílope.
El padre del niño se marchó
¿hacia dónde?
El que siga las huellas
de las rápidas patas del antílope
necesita, ante todo,
de un corazón más rápido que éstas.
Infortunadamente,
en este mundo hay pocos corazones
que puedan presentir una traición
con esa rapidez
de las patas de antílope.
En Meditación ardiente y otros poemas Traducción: Fernando Barbosa
Caracas © Fundación Editorial el perro y la rana, 2007
My Tokyo
Eu, como um Buda
sentada nessa cidade
agora gestando o tédio de outubro
Num loft em Nova Iorque
minha namorada anda nua de um lado para outro
histérica animada
mais uma vez vai se enroscar no pescoço de Masuo,
implorando por beijos
quero arrancar essa pele-nudez magra branca provocante
dos seus ossos e tocá-la
será como um giz branco, muito branco
um mar de densa desolação
ao tocar, a imundície de gesso se desfaz como chuva
uma cachoeira que cai
posso ver
as calças gordas do italiano que te coloca na sacola de
[roupa suja e a carrega nos ombros à lavanderia
as latas vazias de cerveja barata que a incita a beber
caídas no chão do bar como ratos
guinchando chorando
isso é a América a fome da América
Meu calado outubro
esse mau-humor de concreto
vagueia por My Tokyo
aborrecido com a humanidade falsificada que vai e vem
lágrimas falsificadas bajulação que transborda
da jukebox em seguida
torna-se um imenso cardume de sardinhas exala odores nocivos
escoa por pensamentos artísticos como sempre
um outono acadêmico!
a tudo
isso digo bye-bye
eu depois de muito tempo
entro em meu canal interior
e também me esgueiro por minha cidade interior
na entrada dessa cidade em finais de verão
encontro um único indivíduo
Amenhotep (antigo rei egípcio)
um jovem inominável um moderno cobrador de ônibus
açougueiro piloto de corrida poeta revolucionário e também
todas as chuvas algo que não é tudo e também antigo de cinco
[mil anos atrás
Egito
esse rei águia que se transforma em talismã iscas de intestinos
[de crocodilos recém-nascidos
macios cérebros de bebês
ungüentos para os ritos e vestes maleáveis de ódio tempo
são partes disso e seu todo
eu num instante agarro a mão
de Amenhotep que aparece e some nesse caos
penetro na estação dos recitais pessoais
nessa época
havia o som do metrô atravessando o fundo do útero da minha
[cidade e também no palco
soavam baixo e bateria Sandra dançava
Sandra, de preto, não é Salomé
linda lésbica em preto classe média
carinhosa lasciva dona-de-casa go-go dancer
Santa Maria que transformou
o marido em tubarão pálido Don Juan castrado
quando no metrô
encontrei pela primeira vez Henry Miller
penicos jornais cartas antigas cadeiras leite
dentro de cada mobília e comida eu via
sua água potável células vida
como um trapo
ainda hoje sou uma usuária regular do metrô
amo o metrô por quase o mesmo o tempo que
o coito meu metrô
já não é de ferro uma forma de carne suave
ilusão de civilização berço do pensamento agora
na cidade o metrô é
o mais profundo estômago da meditação
sobre essa úlcera a humanidade estabelecida na cidade
agarrando-se entre sonho e vigília sem parar
da boca, espumam não palavras
não gritos não súplicas nem sorrisos
nem pedidos de amor nem satisfação nem batalhas
espuma
no clube “So What”
uma da manhã Max Roach na bateria
por que ele é tão bonito?
por que sua bateria me atrai com tamanho lirismo?
e ainda essa chuva de sons violentos e severos, auge da técnica
ali, pessoas estarrecidas atraídas
o microcosmo da sua música derrubou
a desova da preguiça humana
My Tokyo
essa cidade é quase
nosso útero
paro em seu portão
com Amenhotep e nos beijamos
então a chuva cai então
pelo período de um acoplamento morremos ou copulamos
morrendo por cinco mil anos e nascendo por cinco mil anos
bocejando por cinco mil anos e continuando a rir por cinco
[mil anos isso deve ser mais que amor
tudo sapos ovos geléias um pedaço
do céu azul papel pautado discos moscas
“vamos golpear as páginas!”
é o código da nossa cidade
alguém na solidão golpeie com um gato morto
alguém muito bonito para um homem
estilhaçou o espelho agarrou com toda a força seu pênis
[do outro lado e desmaiou
e ainda alguém sempre com medo
de seu corpo frágil e cérebro medíocre devorando gatária
lamuriento agachado nas páginas
dois jovens leopardos esses homens
se abraçam em silêncio nas profundas florestas do desejo
magníficas macacas fêmeas nos aposentos secretos uma da outra
lançavam arco-íris de carinhos como o brilho da manhã
nessa época
seguiam minhas apresentações pessoais rápidas sombrias
de outubro a dezembro período em que
permanecia na teia de aranha da afasia êxtase intenso
[filosofar idiota
onde meus muitos eus tornavam-se presas da aranha
em choro profundo e piegas eram capturados
um dos meus eus
escapou pegou o metrô e ainda tentou
fazer música
talvez isso não seja amor talvez nada além de
felicitações pela nova estação
porém
algo foi musicado
meu eu pintado
por sobre a nova melodia escutei-me
batendo minha cauda com a ferocidade dos crocodilos do ódio
mas quem é esse ser destruído pela cauda?
quem é essa alma convocada pela música?
ah!
no terminal vislumbro Joe, agora um fantasma
atropelado pelo rolo compressor do sexo
transmutado em cinza e sombra
abandonado pela última gota do armazém da vida
arrastado para um indolente deserto seria ele areia, ferro cor
[de tijolo?
enlaçado por uma víbora cilíndrica
os membros de sua vontade gradualmente submissos à aranha já
enferrujados na lateral de um tempo perdido ele agora está
em vias de fechar sua última cortina
enquanto eu também
incito minha vontade ardente às cinzas
para, sem dúvida, enterrar minha cidade
cortando camadas de névoas de premonição
ouço ao longe a dor de Deus
ela se transforma, de súbito, numa dor violenta
agora pela primeira vez
vejo a inteireza de Deus, que golpeia como um raio e, no bramido
quente, bem ao meu lado ali permanece
quase pela eternidade é momentâneo
meio ferido e enfermo descansando esse
é o aspecto de um débil viajante
minha cidade está
agora muito distante
já se transformou no rosto de um estranho
sua cabeça de concreto inclinada
dorme num sono sem propósito
em tradução de Diogo Kaupatez
A WANDERING ESTONIAN
yesterday I met a wandering Estonian
he is not a Flying Dutchman
in your letter Yan! I understand your grandfather’s days
unfurled the sails in a spacious garden and I hear angels were singing the song of
the honeybees
I know nothing of the old days of your grandfather’s
grandfather’s groundwater the boy who lost his father when he was a child
before he could remember soon will become
a wandering Estonian
no matter how hard he searched and searched
there are only a hundred secrets a thousands bits of evidence about his father
who had disappeared been wiped out
“I saw your father in the camp
when I worked with him that man or
this man father A father B father C
father D the stories of those who happened to see your father
are all scattered tales” so I think
now if my father were to return to this world
I would never live in a land like this again
I would leave here be gone to a different continent
but Yan! a wandering modern Dutchman
an Estonian Dutchman
who is that professor teaching
Polish on a ship in heaven with his sails spread? he has
wings on his back but there is a trace of frozen blood
on his chapped hands and on his chest don’t cry
trees in what was your grandfather’s garden!
birds that were singing there insects an infant boy!
you can hear the song, can’t you we are the Flying Dutchmen
while we are alive and when we are dead Yan! in your letter
your trees tremble
I can hear a poem in Polish by the man who was your father
don’t unfurl the sails now is the time that ship is
passing the garden of your grandfather’s days
when angels were singing the song of the honeybees
© Translation: 2009, Yumiko Tsumura and Samuel Grolmes
From: My Floating Mother, City
THE TULIP'S EAR
isn’t it out of season someone might say but
just as I read
for a tulip to drop one petal Van Gogh’s ear Akito Arima
I ended up flying to Amsterdam in November
there is a man like Van Gogh’s ear there
the frozen winter is sad
“eh! you are a little boy who came from Rotterdam so
you must be able to walk on a piece of broken ice
this is an order walk!” he was forced to
walk on the thin ice that covered the river like stepping-stones
by the boss of the kids of the remote country where he had been evacuated
this chubby little boy with not-so-good kinetic nerves
totters and hops
to the thin ice in front of him like a flattened-out Van Gogh ear
just before he falls
he cannot go back anymore scared if he falls
he will die there is no other way but to hop forward
now the man who will be 70 says “it’s still the same
I jump forward I am doing the same thing as at that time”
that one tulip petal was
a piece of thin giant ice
to the man with the ear of a poet
© Translation: 2009, Yumiko Tsumura and Samuel Grolmes
From: My Floating Mother, City
SUMMER TIME – THE FULL MOON FOUR
DAYS AFTER JULY 27TH
my mother silently went to heaven four days ago
and tonight is the full moon
my mother quietly completed her work
the last penance called living
when she breathed in and exhaled as though teaching
as far back as to the Inca Empire
the thin river of her life
trembled like a thread
now everything is fine
she is happier than the moon she does not have to wander about
among the dark clouds
she does not have to shine serenely
and slowly leave
she has obtained the permanence
of her existence by not existing ah
I forgot to say, thank you because your leaving
this world was too soon and too quiet a sigh
what is called permanence is transient
because it only exists inside me
in this finite inside
infinity that is a permanence is now
floating
ah full moon
please shine
on my beloved my mother
please flutter
like a spring breeze
quietly over the repose of her soul
like
drops of light
© Translation: 2009, Yumiko Tsumura and Samuel Grolmes
From: My Floating Mother, City
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