Ángela Serna
Ángela Serna nace en Salamanca. Desde los 13 años vive en Vitoria-Gasteiz. Allí inicia los estudios de Filología Francesa que finalizará en la Universidad de Valladolid. Actualmente es profesora en la Universidad del País Vasco, directora de la revista Texturas, traductora, rapsoda y poeta. Tiene publicados los libros de poesía visual: Vocaníbales/Voyelles cannibales, Poétrica visualizable, Alfahar, y los poemarios Del otro lado del espejo (Primer accésit Ciudad de Benicarló 1999), Fases de Tumiluna y Vecindades del aire (en imprenta). Numerosos poemas (visuales y discursivos) han sido publicados en antologías, libros colectivos y revistas, y algunos han sido traducidos al francés, inglés, catalán… Ha participado en dos CD de rapsodia en gallego (“Bicos para Rosalía” y “Pensando nelas”) y en numerosos recitales. Ha traducido poemas de Jean-Michel Maulpoix, Amina Saïd, Marie-Claire Bancquart, Martine Broda, Michel Butor, etc. Ha organizado cuatro congresos sobre “escritura creativa”, uno sobre “lenguajes artísticos intermedios” y el “VIII congreso internacional de mujeres poetas”, así como de seminarios de poesía. En 2005 participó en el prestigioso Festival de poesía “Voix de la Méditerranée”, de Lodève (Francia); y en 2006, en los encuentros poéticos: “Rencontres poétiques” de Frontignan (Francia). Desde 2005 coorganiza un certamen de poesía para escolares alaveses y otro para mayores de 55 años. Tiene varios poemarios inéditos: De eternidad en eternidad, La piel última trinchera…, Entre el haiku y el senryû: candilejas y Luego será mañana (en otra habitación), este último dedicado al poeta Claude Esteban.
¿Quién se hará cargo de mí
más allá del horizonte?
¿Qué porción de sombra
le corresponderá a mi sombra
tras la deserción del sol?
¿Dónde habré de buscar
los contornos de su eclipse
para reconducir los días?
¿Cómo reconoceré al tacto
la inconsistencia de un guiño,
la tersura de un beso en la distancia,
o el leve despertar de una mirada?
Tendré que acudir al otro lado
de todos los espejos
para recuperar en su azogue
cada uno de mis recuerdos.
Luego será otra vez mañana
y olvidaré las penitencias
de tantas recaídas;
luego,
cuando sea otra vez mañana,
recordaré los golpes, las heridas,
las costras de otros días con sus noches;
luego,
en un instante que no es
mañana ni ayer ni tal vez hoy,
sólo un no-tiempo almacenado
tras los muros de esta habitación
en la que olvido;
luego,
cuando nada ni nadie ni yo
misma recuerde las viejas melodías,
los pulsos de la mano en el papel,
las llagas abiertas desde el sueño,
surgirá,
desnuda y sin pudor,
aquella que, ajena a las edades,
decidió por mí,
dentro y fuera de mí,
haciéndome responsable de todas las cicatrices
de una piel que no es la mía.
Del libro " Luego será mañana"
(en otra habitación )
Sólo siete días desde tu partida
y me parecen siete veces siete.
No sé quien eras quien eres ahora
mas no importa, tampoco sé quien soy
quien he sido hasta aquí.
Sólo sé que
desde la ventana entreabierta
de la habitación en la que escribo
me buscas me hablas me llamas igual
que las ramas del árbol del jardín de ayer.
Y por más que lo intento no puedo expulsarte
y me alío a tu silencio
que hoy más que nunca grita
desde una extraña dispuesta
para un parto siempre retrasado
que rompe aguas ahora...
Terceto
Mediterráneo.
Serrat, Lluís Llach,
velas al viento.
(Del poemario Entre el haiku y el senryû, candilejas)
Extraño bodegón
Robótica mañana metálica,
azulada tu piel, enferma.
Y yo bronquítica crónica
zurciendo la piel con plumas de la almohada.
Invertebrada esperanza-manzana
abandonada en el frutero de la cocina.
tictac tras los muros del comedor.
El vecino tose.
Sentada en el sofá sigo
recomponiendo una historia pasada.
(Pertenece al poemario La piel última trinchera y seis cadáveres)
***
Elle a fini son travail,
elle a posé contre le mur
son fardeau, sa mémoire...
Claude Esteban
Sólo siete días desde tu partida
y me parecen siete veces siete.
No sé quien eras quien eres ahora
mas no importa, tampoco sé quien soy
quien he sido hasta aquí.
Sólo sé que
desde la ventana entreabierta
de la habitación en la que escribo
me buscas me hablas me llamas igual
que las ramas del árbol del jardín de ayer.
Y por más que lo intento no puedo expulsarte
y me alío a tu silencio
que hoy más que nunca grita
desde una extraña dispuesta
para un parto siempre retrasado
que rompe aguas ahora...
Terceto
Mediterráneo.
Serrat, Lluís Llach,
velas al viento.
(Del poemario Entre el haiku y el senryû, candilejas)
Extraño bodegón
Robótica mañana metálica,
azulada tu piel, enferma.
Y yo bronquítica crónica
zurciendo la piel con plumas de la almohada.
Invertebrada esperanza-manzana
abandonada en el frutero de la cocina.
tictac tras los muros del comedor.
El vecino tose.
Sentada en el sofá sigo
recomponiendo una historia pasada.
(Pertenece al poemario La piel última trinchera y seis cadáveres)
***
Elle a fini son travail,
elle a posé contre le mur
son fardeau, sa mémoire...
Claude Esteban
Sólo los muros
tabiques inciertos
del día y de la noche
sopesan inapelables
incertidumbres,
latido a latido
reclamadas por el sueño:
en la vigilia previa
a una escritura parca en palabras
y ebria de emociones...
Lumière qui vas toujours
devant, je te prendrai
par la main...
Claude Esteban
Una mano
sólo una mano
en la soledad
–intramuros
de la espera– advierte
más allá
del pulso y de las sombras
el susurro de voces
silenciadas –extramuros–
por el ruido del viento.
Mañana
cuando sólo la luz
traspase la ventana
se abrirán de par en par
las cortinas de una estancia
apenas imaginada...
Quelqu´un invente son histoire
par delà la fureur et le bruit...
Claude Esteban
Intramuros
dice una voz
mí propia voz,
esa voz tal vez
que me visita
por la tarde, cuando
me ausento sin saberlo
de mí,
esa voz
que a mi regreso
me devuelve invertida
la imagen de mi imagen,
esa voz que inventa y
que me inventa, que
más allá del ruido,
más acá de los umbrales
se despoja
una a una de todas
las máscaras,
esa voz…
también es mi voz…
Del poemario Luego será mañana
(en otra habitación)
***
Hoy he hecho el amor
con la palabra amor.
He despertado abrazada
a la palabra amante.
Hoy me he estremecido
en brazos de la palabra abrazo
y he degustado placeres
cabalgando a la grupa
de la palabra cópula.
Por fin, hoy me ha penetrado
el grito del silencio.
Hoy el verbo se ha hecho
carne en mí, y he
reconocido su tacto
al contacto con mi piel.
Palabra-placenta, claustro
de cada uno de los signos
que dibujan mi alfabeto
líquido: pensado en amniótico
silencio de un mar sin
flujo ni reflujo:
expectante aún, dispuesto a nacer
***
Hoy he hecho el amor
con la palabra amor.
He despertado abrazada
a la palabra amante.
Hoy me he estremecido
en brazos de la palabra abrazo
y he degustado placeres
cabalgando a la grupa
de la palabra cópula.
Por fin, hoy me ha penetrado
el grito del silencio.
Hoy el verbo se ha hecho
carne en mí, y he
reconocido su tacto
al contacto con mi piel.
Palabra-placenta, claustro
de cada uno de los signos
que dibujan mi alfabeto
líquido: pensado en amniótico
silencio de un mar sin
flujo ni reflujo:
expectante aún, dispuesto a nacer
con la fisura primera
de una vulva en flor.
Fermentado ya el barro
que da forma a mi cuerpo de mujer,
transformo la materia primera
en ropaje de palabras:
lenguaje abisal con que vestir
la desnudez cáustica de mi voz.
Del poemario De eternidad en eternidad
***
de una vulva en flor.
Fermentado ya el barro
que da forma a mi cuerpo de mujer,
transformo la materia primera
en ropaje de palabras:
lenguaje abisal con que vestir
la desnudez cáustica de mi voz.
Del poemario De eternidad en eternidad
***
He sentido el peso
de tu aliento en el límite
izquierdo de mi lóbulo.
Me ha embriagado
tu perfume, prendido en mis mejillas,
y tu voz enredada en no sé qué neurona
sensible al terciopelo de tu boca.
Mi cuerpo
se ha encendido
al sentir el roce
imperceptible de tu mano.
Hoy
me he despertado
mientras tú aún dormitabas en mi sueño,
aferrado, como buen infractor,
a la pagina 23 del libro de poemas
que anoche, antes de dormirte,
descansaba sobre tu pecho.
Vecindades del aire
Cuando hayas vivido ya todas las edades,
Cuando la espera se transforme
en el último umbral de todos los viajes,
Cuando la Luna haya consumado
una a una sus metamorfosis
y el Sol
muestre apenas sus contornos,
Entonces comprobarás
- sin sobresaltos -
que lo único que queda de esta parte
son las vecindades del aire.
Del poemario Vecindades del aire
***
Yo pensaba
que la luz
del día
o de una lámpara
iluminaba cada
idea
presagio
de un futuro
mas su resplandor
anuncia sólo
preteridas memorias
apenas transitadas
en los últimos
días de un otoño
instalado en estos muros...
En las horas
previas
al alba
-sístole-
alguien persigue
la quimera de
una voz ajena
presentida
en el vertiginoso
discurrir
de una mano sobre la mesa
-diástole- :
éramos tú y yo
luego sólo yo
y el tiempo que confunde todo…
Quiero ser
sólo jardín y escarcha
fundirme con el verde
de antiguas primaveras
olvidarme en la esfera de un reloj
sin agujas sin péndulo ni tiempo
ser sólo jardín, pájaro cantor
en la última rama
del viejo ciprés del rincón
-al norte-
donde las hormigas son
promesa del eterno retorno
al que aspiro
cuando ya la nada sea por fin Nada
y el aire transparente
no me impida ver el polvo desde
el polvo, antes de que la incertidumbre
de la espera
transforme las últimas palabras
en vómito, en áspera mueca
de una interminable
náusea...
Poemas
De Luego será mañana
(en otra habitación)
Ed. Basora 2006
Colección poesía /Arteragin
***
me he despertado
mientras tú aún dormitabas en mi sueño,
aferrado, como buen infractor,
a la pagina 23 del libro de poemas
que anoche, antes de dormirte,
descansaba sobre tu pecho.
Vecindades del aire
Cuando hayas vivido ya todas las edades,
Cuando la espera se transforme
en el último umbral de todos los viajes,
Cuando la Luna haya consumado
una a una sus metamorfosis
y el Sol
muestre apenas sus contornos,
Entonces comprobarás
- sin sobresaltos -
que lo único que queda de esta parte
son las vecindades del aire.
Del poemario Vecindades del aire
***
Yo pensaba
que la luz
del día
o de una lámpara
iluminaba cada
idea
presagio
de un futuro
mas su resplandor
anuncia sólo
preteridas memorias
apenas transitadas
en los últimos
días de un otoño
instalado en estos muros...
En las horas
previas
al alba
-sístole-
alguien persigue
la quimera de
una voz ajena
presentida
en el vertiginoso
discurrir
de una mano sobre la mesa
-diástole- :
éramos tú y yo
luego sólo yo
y el tiempo que confunde todo…
Quiero ser
sólo jardín y escarcha
fundirme con el verde
de antiguas primaveras
olvidarme en la esfera de un reloj
sin agujas sin péndulo ni tiempo
ser sólo jardín, pájaro cantor
en la última rama
del viejo ciprés del rincón
-al norte-
donde las hormigas son
promesa del eterno retorno
al que aspiro
cuando ya la nada sea por fin Nada
y el aire transparente
no me impida ver el polvo desde
el polvo, antes de que la incertidumbre
de la espera
transforme las últimas palabras
en vómito, en áspera mueca
de una interminable
náusea...
Poemas
De Luego será mañana
(en otra habitación)
Ed. Basora 2006
Colección poesía /Arteragin
***
El sueño de la piedra (fragmentos)
Sexto peldaño de la noche.
Sexto peldaño hacia la nada.
El sexto peldaño hacia nada.
Nosotros.
nous sommes la trace sur le sable
nous sommes chaque lettre de l´alphabet
Amina Saïd
Regresar de la sombra.
Restituir al mundo
lo que es del mundo.
Deshacerse
del peso superfluo.
Descargar las piedras
acumuladas del camino.
Vaciarse.
Vaciar.
Liberar el tiempo.
Inundar
papeles nuevos.
Verter en el papel
palabras nuevas.
Buscar lo desconocido.
Descubrir.
Despojarse.
Marcar con fuego la hoja.
Reconocer lo escrito.
Reconocerse.
No desear nada más.
Reconocer al otro.
Ser otro.
Ser el otro.
Más allá
del tiempo.
Ser otro.
Más allá
del espacio reconocible.
Ser el otro.
Después del círculo
tejido por la sombra.
Permanecer.
Ser.
Palimpsesto.
Olvido.
Memoria.
Chaque lettre de l´alphabet.
Ser el sueño de la piedra.
El sueño de la piedra.
En la piedra.
Séptimo peldaño de la noche.
Séptimo escalón al fondo
de la tierra. Al núcleo
mismo de la tierra.
Al sueño de la tierra. Nada.
Quise pactar contigo la búsqueda del grito
y qué jaculatoria tu sonrisa.
Blanca Sarasua
Decir sin decir
para ser.
Buscar las cuatro patas
de una estrella
para ser.
Sestear en el cuarto
creciente de la luna
encendida
para ser.
Balancearse
en el arco del cielo
para ser.
Comprender
más allá
del paso de las nubes
para ser.
No resistirse.
Resistir.
Escuchar el silencio.
Ser el silencio.
Olvidarse.
Ser olvido.
Ser peldaño
hacia la nada azul
desde el azul
aún no amanecido
para ser.
Ser después del grito
y la Medusa.
Ser después del canto.
Ser después de la sirena.
Ser después.
Ser sin rumbo fijo.
Ser ahora
y siempre la tierra.
El sueño de la tierra.
Ser el sueño de la tierra.
Octavo peldaño de la noche.
En la noche hacia nada.
Hacia la nada.
Sí, también yo quisiera ser palabra desnuda…
Ángela Figuera
Sentir la brisa
al borde del camino.
Sentir el camino
adentrándose en los huesos.
Absorber la médula
impasible.
Ser constatación
de lo imperturbable.
Palabra desnuda.
Sentir el aire concentrado
alrededor de una sílaba.
Silbar.
Reconocer el soplo
de la palabra silenciada.
No poder hablar.
Abstenerse.
Esperar.
Sólo esperar.
Esperar que la turba
arda de nuevo.
Ser turba esperanzada.
Noveno peldaño de la noche
hacia la nada. La noche nada.
Noche. Nada.
Como si entre mis pasos se paseara la muerte
desde el cielo me miran consternados los astros.
Julia de Burgos
Recuperar el habla
tras noche de silencio.
Desenredar madejas
acumuladas en un rincón
de la noche.
Regresar a la mañana.
Ser mañana.
Ser hoy
y ayer mañana.
No ser nada.
Desdibujar el tiempo.
Entregarse al tiempo
en cada objeto recuperado.
Ser espacio inerte.
Inerme.
Ser recuerdo del espacio.
No descender más.
No pretender
los anillos del planeta.
Ser recuerdo del planeta viudo.
Arrojarse al espacio sin desintegrarse.
Fundirse con el éter despiadado.
Y ser más allá
de Orion y Casiopea.
Ser pájaro.
Contar todas las estrellas
para ser. Para seguir siendo.
Y olvidar.
Décimo peldaño de la noche.
Décimo peldaño de la nada
en la noche hacia ti. Hacia
la nada de ti. Desde mi.
Hacia mi. Nada.
Siamo lo scermo, il corpo, questa luce
che taglia la scrittura. / Siamo l´alfabeto che
scolora.
Antonella Anedda
Recordar el paso
por el laberinto estrellado.
Sentir el frío
de los astros a lo lejos.
Abandonar el hilo.
Perderse.
Desvanecerse
ante el último espejo
sin azogue posible para el día.
Vampirizarse.
Desaparecer.
Ignorarse.
Reconocerse en el otro.
En la mirada del otro.
Ser en el otro.
Imagen invertida
de una roca solitaria.
Insula volcánica.
Lava redentora.
Devastación necesaria
para renacer
después de la gran explosión.
Volver al sueño de la piedra.
Al sueño de la tierra.
Al sueño del agua.
Ser definitivamente
agua.
Ser agua.
Undécimo peldaño de la noche.
Undécimo peldaño hacia la última
noche. Primera noche de nada
hacia la nada.
¿Dónde están ahora las cien
maneras de decir mariposa?
Bernardo Atxaga
Regresar al líquido primigenio.
Al aterciopelado capullo
del gusano que seremos.
Ser gusano por fin.
Reptar.
Iniciar el viaje
hacia la transformación.
Metamorfosearse.
Pasar de la tierra
al fondo de la tierra.
Retornar del fondo de la tierra
a la tierra.
Volar.
Ser el insecto amorfo que seremos
antes de ser mariposa.
Encontrar los cien nombres
para decir mariposa.
Y volar.
Por fin volar.
Desasirse.
Ser mariposa.
Morir.
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