Francisco Javier López Martín (Collado Mediano, 1957) estudió Magisterio en la Universidad Complutense y comenzó a ejercer como profesor en el Colegio San Roque de la Unidad Vecinal de Absorción (UVA) de Villaverde Alto. Luego se trasladó a Ubrique (Cádiz), donde dio clases en el Colegio Reina Sofía. De vuelta a Madrid, fue nombrado director del Colegio Severo Ochoa de Leganés y actualmente es profesor del Centro de Educación de Adultos Ramón y Cajal de Parla.
Entre 2000 y 2013 fue Secretario General de CCOO de Madrid. Actualmente es miembro de la Ejecutiva Confederal del sindicato, asumiendo las responsabilidades de Formación.
Licenciado en Geografía e Historia, ha escrito un libro sobre El Madrid del Primero de Mayo y como escritor ha obtenido diversos galardones en numerosos premios literarios.
Como articulista es asiduo en medios digitales como Madridiario, Nueva Tribuna o Diario Abierto. Mantiene un blog personal (www.elblogdejavierlopez.com) y otro blog sindical que lleva el mismo nombre que su último libro (Legados, 2015): La Tierra de los nadie.
Una recopilación de sus artículos ha sido publicada en el libro La fuerza de la palabra.
LA TIERRA DE LOS NADIE
Javier López
Prólogo de Luis García Montero
Madrid, junio de 2015
Del prólogo de Luis García Montero:
Javier López ha escrito un hermoso libro sobre la tierra de nadie o la tierra de los nadie. Esa tierra no alude sólo a los que no tienen nada, sino también a la configuración de un tiempo que elige la identidad de la nada como forma de vida. Se trata de la experiencia del desarraigo, el frío o el calor del anonimato, el vapor de una condena de soledad que busca deshacer la experiencia y convertir los números y las letras en pura abstracción. La poesía se solidariza aquí con los que no tienen nada, pero funda su complicidad sobre todo con los que no son nadie.
Se vive así la poesía como una necesidad para recobrar la experiencia de ser. En lugares concretos y bien delimitados, en la calle de un barrio, desde una ventana, sentado en el banco de una plaza o en un bar, bajo el silencio del insomnio, a través de una estación destartalada, el rumor de la vida pasa y el poeta une la literalidad de una descripción externa con el viaje interior de una conciencia.
POEMAS
Te asombra la audacia de mi cuerpo siempre joven
y la sonrisa viva después de tantos años.
No niego que he sellado un pacto con el diablo,
con el dios de los nadie, que cambia cada día
las nubes, sobre la gris textura de mi barrio.
*
Este río, que fuera vertedero de escombros,
frontera, aguas abajo, en el nudo supersur,
ha sido encorsetado con taludes de roca
y un paseo de árboles dibuja su cauce.
A su vera, los nadie pasean su existencia.
Son tiempos de elecciones y su voto está en juego.
*
Hay en estos versos, si es que así pueden llamarse,
un ritmo compulsivo y un dolor solitario.
Carentes de figuras poéticas, metáforas,
son poco más que prosa sometida a medida.
Quién puede caminar sobre el filo de un cuchillo.
*
En un viejo aparador, en la pared colgados,
sobre la televisión, reposan los archivos
de toda una vida de recuerdos de mi madre.
Objetos sin valor de cambio, sin precio alguno,
para usar con la vista y conciliar el día.
*
Toda mi generación de espaldas a la muerte,
huyendo del dolor, la nostalgia, los recuerdos.
Qué culpa tengo yo si, asomado a la ventana,
veo el tanatorio y las tapias del cementerio.
*
El esqueleto de un horno en el fondo del cráter
y la rueda abandonada de un viejo camión,
son parte del tesoro arqueológico que un día
surgirá del olvido de este valle de escombros.
*
Hay un supermercado de verdes en los parques,
un exilio de asfalto en el trino de los pájaros
y un bullicio de gente en las inhóspitas calles,
pregonando que al barrio llegó la primavera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario