Ezequiel Llorach
Ezequiel Llorach Aguilar fue un poeta nacido en Omellóns, (Lérida), España en 1846 y fallecido en San Baudilio de Llobregat en 1887. Escritor de estilo romántico, publicó dos libros Vibraciones del sentimiento y Actéon además de otros poemas. Dedicó varios poemas a la reina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias. De vida tortuosa, se suicidó por un desengaño amoroso.
En el curso académico 1869-1870 Ezequiel Llorach obtiene el título de Bachiller en Artes en el Instituto de Segunda Enseñanza de Lleida.
Crítica Literaria
Ramon Xuriguera comenta de Llorach -poeta de expresión castellana- "que no es menos cierto que los motivos que le sirven de base (en su obra), son sellados por la tierra" y su importancia radica en el hecho que es el primer poeta leridano que abandona la temática histórica y la substituye por un lirismo íntimo y melancólico.
Obras
Vibraciones del sentimiento
Acteón
Libros de poesías
EN EL MAR DE LA VIDA.
Miro del alma en el fondo,
Y me estremezco al mirar.
¡ Dios mió ! Me hace temblar
El dolor que en ella escondo.
¡ Qué negro abismo y qué hondo !
¡ Cuántas heridas abiertas !
¡Qué de esperanzas inciertas!
¡ Qué ensueños desvanecidos !
¡ Cuántos placeres perdidos !
¡ Cuántas ilusiones muertas!
Como un espectro evocado,
Aterrador y sombrío,
Se levanta en torno mió
El fantasma del pasado.
En él contemplo grabado,
Con caracteres sangrientos,
LUCHAS, AFANES, TORMENTOS,
DESEO, AMOR INFINITO,
Y con sangre y llanto escrito :
TREINTA AÑOS DE SUFRIMIENTOS.
¡ Cuánto el cerebro ha pensado
En los años que he vivido !
¡ Corazón , cuánto has sentido !
¡Cuánto, alma mía, has soñado!
¡ Huracán que has devastado,
Con tu soplo destructor,
Esos campos que el amor
Sembró para mí de dores,
Me han hundido tus furores
En los limbos del dolor!
Surcaba la mar un dia
En una nave velera ;
La nave bogó ligera,
Sin miedo á la mar bravia.
Vino la tormenta impia
Su fuerte casco á azotar,
Y, luchando sin cesar,
Avanzó la nave al puerto ;
Mas yo, marino inexperto,
Me caí en el hondo mar.
Mar indómito y salvaje,
Que, agitando su profundo,
Ya me levanta iracundo ,
Ya me envuelve en su oleaje.
¡Oh! ¿Quién habrá que el coraje
Be frenar del mar presuma?
Todo es noche, espesa bruma,
Tenebrosos horizontes,
Abismo y soberbios montes
De hirviente y rizada espuma.
Abre su lúgubre boca
El precipicio insondable ;
Lo enorme, lo inagotable,
El triste náufrago toca.
Pretende, con furia loca,
El mar al hombre vencer ;
No quiere el hombre ceder ;
Ahogarle el mar procura,
Y combaten , con bravura,
El poder contra el poder.
¡ El mar y el hombre ! ¡ Luchar
En ruda, implacable guerra,
El bravo rey de la tierra
Con el gigante del mar!
Consigue el hombre abarcar
La vasta región inmensa.
No hay, entre la sombra densa,
Poder que agote su brío :
El uno es el mar bravio ,
El otro el hombre que piensa.
En la eterna noche oscura
Adelanta el hombre osado,
Y el revuelto mar airado
Le da á beber su amargura.
Del astro de su ventura
Se apagó el rayo fecundo,
Y en aquel caos profundo,
Hasta el hombre, confundidos,
Llegan los vagos ruidos
De los festines del mundo.
Hay en la tierra placeres,
Hay pompa, luz y esplendor,
Almas que nutre el amor
De encantadoras mujeres.
¡Qué gozo el de algunos seres!
¡Qué interminable agonía
La de aquel que, en mar sombría,
Lleno de dolor sin fin,
En la mesa del festín
Piensa que se sentó un dia!
¡ Ay, cómo , cómo forceja
Entre el bárbaro elemento ;
Horrible sacudimiento
Le arranca profunda queja !
Peguero de sangre deja
Sin que su heroísmo acabe ;
Húndese al empuje grave
De las ondas de aquel mar;
Otra vez vuelve á flotar.
¿Se salvará? Dios lo sabe.
Mar siniestra, embravecida:
Son en tu seno arrojados
Cuantos fueron expulsados
Del banquete de la vida.
Mar, con sangre enrojecida,
Que el alma implacable asólas
Cuando á tu furor la inmolas,
¡ Quién te pudiera enfrenar !
// Treinta años que bebo, oh mar,
La amargura de tus olas !!
Febrero, 1879.
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