Al-Hallaj
Abu l-Muzig al-Husayn ibn Mansur, más conocido como Al-Hallaŷ o Al-Hallaj, el "cardador". Nacido en al-Bayda (actual Irán) en el 857 de la era cristina y muerto en Bagdad, en el 922 de la era cristiana. Místico Universal.
Se le puede considerar un verdadero "agitador de conciencias" (el cardador de los corazones), más allá quizás de su consideración como "maestro sufí" o "poeta místico islámico". Con su mensaje inicia realmente una nueva etapa en la mística islámica, siendo reconocido como maestro por personajes de la talla de Farid Udin Attar o Yalal ad-Din Rumi, que mantendrán en el tiempo su visión de unión íntima con Dios.
Tras una primera etapa en la que se introdujo en el mundo del "sufismo piadoso" que proliferaba en aquella época en la Persia recién dominada por el Islam (sus abuelo era todavía practicante de la religión persa antigua), Al-Hallaŷ inició una etapa de progresivo distanciamiento de las ideas más ortodoxas acerca de la forma de concebir la espiritualidad islámica. Es en esta época cuando inicia una serie de viajes que le habrían de llevar a la India y China, entrando en contacto con las antiquísimas tradiciones de estas culturas así como sus peregrinaciones a la Meca (que visitaría en tres ocasiones).
Inicia también sus discursos públicos, en los que desarrolla su concepción especial acerca de una espiritualidad abierta a todos y alejada de rituales e intermediarios. Sus viajes finalizan en los mercados y mezquitas de Bagdad, donde consciente del posible resultado de sus predicas, asume la responsabilidad de difundir su mensaje, que en gran medida podría resumirse en la sentencia "Yo soy la verdad" (Ana’l-Haqq), donde pone en tela de juicio la visión ortodoxa de la concepción divina. Es por este motivo que es arrestado bajo la acusación de chii y de haber atentado contra la autoridad del califa. Condenado a muerte, es ejecutado mediante la horca, crucificado, mutilado y quemado. Curiosamente, Al-Hallaŷ, un seguidor de Isa (Jesús) y su concepción del amor, es consciente de que su muerte contiene también el mensaje redentor de la pasión.
La figura de Al-Hallaŷ resultaría muy atractiva para el Orientalismo del siglo XIX y diferentes serían las interpretaciones que se harían de su figura. Entre ellas destacaría la de Louis Massignon, que dedicó prácticamente su vida al personaje y crearía una vasta obra al respecto, aunque en la actualidad se discutan muchas de sus concepciones.
Enseñanzas, arresto y encarcelamiento
Entre los otros sufíes, Al-Hallaj era una anomalía. Muchos maestros sufíes sentían que no era apropiado compartir el misticismo con las masas, sin embargo, Al-Hallaj lo hizo abiertamente a traves de sus escritos y a través de sus enseñanzas. Por lo tanto comenzó a hacer enemigos. Esto se vio agravado por las ocasiones en que caía en trances, que se atribuyó a estar en la presencia de Dios.
Durante uno de estos trances, él pronunció أنا الحق Ana l-Haqq "Yo soy la verdad", que fue tomada en el sentido de que él estaba afirmando ser Dios, ya que al-Haqq "la Verdad" es uno de los noventa y nueve nombres de Alá. En otra declaración controvertida, al-Hallaj afirmó "No hay nada envuelto en mi turbante salvo Dios", y del mismo modo que apuntaría a su capa y dijo, ما في جبتي إلا الله Mā fî jubbatī illa l-Lah "No hay nada en mi manto salvo Dios. "Este tipo de expresión mística se conoce como Shath.
Declaraciones como éstas le llevarían a un juicio largo, y su posterior encarcelamiento durante 11 años en una prisión de Bagdad. Fue ejecutado públicamente el 26 de marzo de 922.
Mi corazón tenía caprichos dispersos
Y mis caprichos, desde que el ojo Te ha visto, se han unido
Qué tierra está vacía de Ti
¿Por qué se elevan a buscarte en el cielo?
Tú los ves mirándote en el gran día
Pero ciegos ellos no ven.
Mi corazón tenía caprichos dispersos
Y mis caprichos, desde que el ojo Te ha visto, se han unido
Ahora me envidia aquel que yo envidiaba
Y soy el maestro de otros desde que Tú te has convertido en mi maestro
No me culpen en Ti amigos y enemigos
Porque desconocen la gravedad de mi prueba
He dejado a la gente su acá-abajo y su religión,
Absorbido en Tu amor, Oh Tú mi religión y mi acá-abajo
Te he escrito sin escribir
Es más bien a mi espíritu a quien he escrito sin escribir
Porque nada separa al espíritu de su Bien Amado
Ni siquiera la distancia de una carta
Y toda carta emanada de Ti, proveniente de Ti
Es una respuesta sin reenvío de respuesta
Tu imagen está en mi ojo
Tu invocación en mi boca
Tu habitación en mi corazón
Entonces ¿dónde podrías estar ausente?
Con el ojo del corazón vi a mi Señor
Y Le dije : ¿Quién eres Tú? El me dijo: ¡Tú!
Pues por Ti “donde” no es un lugar
Y allá donde Tú estás no hay un “donde”
De Ti la imaginación no tiene imagen
A fin de que pueda saber dónde estás Tú
Tú que contienes todo “donde”
A la manera de “no dónde”, ¿dónde entonces estás Tú?
Tengo un Bien Amado que visito en las soledades
Presente y ausente a las miradas
Tú no me ves escucharle con el oído
Para entender las palabras que Él dice
Palabras sin forma ni pronunciación
Y que no se parecen a la melodía de las voces
Es como si dirigiéndome a Él
Por el pensamiento, yo me dirigiera a mí mismo
Presente y ausente, próximo y lejano
Las figuras de los calificativos no pueden contenerle
Él está más cerca que la conciencia para la imaginación
Y más oculto que los pensamientos evidentes
Mátenme mis autoridades pues mi vida ha de ser muerta
Y mi muerte está en mi vida y mi vida está en mi muerte
La desaparición de mí es para mí un don de los más nobles
Y mi permanencia en mis cualidades, uno de los pecados viles
Gran patriarca soy, de un rango elevado
Pues he llegado a ser un niño en el jirón de las nodrizas
Habitando al mismo tiempo el hueco de una tumba en tierras salinas
Mi madre dio a luz a su padre (1), he aquí una de mis maravillas
Y mis hijas, de mis hijas, fueron mis hermanas
No por hecho de los tiempos ni por hecho de los adulterios
He renegado la religión de Dios, lo renegado
Es un deber para mí, un pecado para los musulmanes
Me esforcé en esperar
Pero mi corazón ¿puede hacer esperar a mi corazón?
Tu espíritu se mezcló a mi espíritu
En la proximidad y la distancia
Pues yo soy Tú como Tú
Tú eres yo y lo que yo quiero
Pasiones de lo Verdadero que enteras todas nacen de lo Verdadero
Pero que no pueden alcanzar la comprensión de lo más grande
Pues ¿qué es la pasión sino una inclinación seguida de una mirada
Que propaga una llama entre sus conciencias?
Si lo Verdadero llega a habitar la conciencia
Tres estados se repiten ahí al cuidado de los clarividentes:
Un estado que aniquila la conciencia en la esencia de su pasión
Luego la hace presente por la pasión en estado de perplejidad
Y un estado donde todas las fuerzas de la conciencia se aúnan
Volviéndose hacia una visión que aniquila a todo visionario
Cuando el enamorado alcanza la perfección en el amor
Y se abstiene de Invocarlo bajo el dominio de la invocación
Entonces ve la verdad de aquello con que el amor le rindió testimonio:
Blasfemia, la plegaria de los amantes
(1) Alusión al Profeta llamando a Fátima, su hija, “madre de su padre”
Traducidos desde el francés por Soledad Fariña
Al-Hallay como Fuente de Inspiración en la Literatura Árabe Contemporánea
Waleed Saleh Alkhalifa
(Universidad Autónoma de Madrid)
"... Entre Tú y yo, un yo está de más / ¡Que la separación cese y que el Tú avasalle al yo!..."
"... Entre Toi et moi, un moi est de trop / Que la séparation cesse et que le Toi écrase le moi!...".
Traducción de este fragmento al frances de Rénia Aouadène
1. Si las yeguas del alejamiento te asaltan / Y la desesperación clama el fin de la esperanza / Con tu izquierda toma el escudo de la sumisión / Y con la espada del llanto fortifica tu diestra / Y tú, tú mismo, amedréntate / Guárdate de la emboscada de la ruptura / Y si de la oscuridad te alcanza el abandono / Camina a la luz de las antorchas de la pureza / Y dile al Bienamado: Mira mi humillación / Dame la gracia de tu perdón antes del reencuentro / Y, en nombre del amor, no te desvíes del amante / Sin que tenga la recompensa de una esperanza.
2. Una noche se levantó el sol que amo / Resplandeció y ya no se ocultó / Pues el sol del día se levanta por la noche / Y el sol del corazón jamás se ausenta.
3. Mátenme mis autoridades pues mi vida ha de ser muerta / Y mi muerte está en mi vida y mi vida está en mi muerte / La desaparición de mí es para mí un don de los más nobles / Y mi permanencia en mis cualidades, uno de los pecados viles / Gran patriarca soy, de un rango elevado / Pues he llegado a ser un niño en el jirón de las nodrizas / Habitando al mismo tiempo el hueco de una tumba en tierras salinas / Mi madre dio a luz a su padre, he aquí una de mis maravillas / Y mis hijas, de mis hijas, fueron mis hermanas / No por hecho de los tiempos ni por el hecho de los adulterios.
4. He renegado de la religión de Dios, lo renegado / Es un deber para mí, un pecado para los musulmanes.
5. Me esforcé en esperar / Pero mi corazón ¿puede hacer esperar a mi corazón? / Tu espíritu se mezcló con mi espíritu / En la proximidad y la distancia / Pues yo soy Tú como Tú / Tú eres yo y lo que yo quiero.
6. Pasiones de lo Verdadero que enteras todas nacen de lo Verdadero / Pero que no pueden alcanzar la comprensión de lo más grande / Pues ¿qué es la pasión sino una inclinación seguida de una mirada / Que propaga una llama entre sus conciencias? / Si lo Verdadero llega a habitar la conciencia / Tres estados se repiten ahí al cuidado de los clarividentes: / Un estado que aniquila la conciencia en la esencia de su pasión / Luego la hace presente por la pasión en estado de perplejidad / Y un estado donde todas las fuerzas de la conciencia se aúnan / Volviéndose hacia una visión que aniquila a todo visionario.
7. Cuando el enamorado alcanza la perfección en el amor / Y se abstiene de Invocarlo bajo el dominio de la invocación / Entonces ve la verdad de aquello con que el amor le rindió testimonio: / Blasfemia, la plegaria de los amantes.
8. Al negarte Te santifico / Y mi razón en Ti es locura / ¿Quién es Adán sino Tú? / ¿Y quién en el alejamiento es Satán?
9. Tu espíritu se mezcla a mi espíritu / Como el ámbar al almizcle oloroso / Si una cosa Te toca, ella me toca / Porque Tú eres yo inseparablemente.
10. La vida de aquí abajo me hace creer que me equivoco / Como si yo no supiera su estado / Dios condenando lo ilícito / Y yo evitando lo lícito / Ella me tendió su derecha / Y yo la devolví con su izquierda / Yo la vi en la necesidad / Y le hice ofrenda de su totalidad / ¿Y cómo llorar su abandono / cuando no conozco sus favores?
11. Con el ojo del saber mi mirada indicó / Indicó con el solo pensamiento secreto / Y en mi conciencia algo apareció / Más sutil a comprender por la imaginación de mi imaginación / Y dividí el tumulto de la mar de mi pensamiento / Atravesándolo como una flecha / Y mi corazón se elevó con las plumas de mi nostalgia / Fijas a las alas de mi determinación / Hacia Aquel que, preguntándoseme sobre Él, / Yo indico por un símbolo pero que no nombro / Hasta que, habiendo sobrepasado todo límite / Errante en los desiertos de la proximidad / Yo miraba dos puntos de agua / Y no veía ahí nada que sobrepasara los límites de mi imagen / Entonces dócil, vine a Él / Sosteniendo el extremo de mi traílla en la palma de mi sumisión / El amor grabó de Él en mi corazón / A hierro de la nostalgia, una huella ¡qué huella! / Y en la proximidad, la visión de mí se ausentó de mí / Tanto que olvidé mi nombre.
12. Me sorprendo de Ti y de mí / Oh Tú que deseas al deseante / Tú me has acercado a Ti / Al punto que he creído que Tú eras yo / Y me he absorbido en el amor / Al punto que Tú me has aniquilado en Ti / ¡Oh, mi felicidad en la vida / Y mi quietud después de mi sepultación! / En mi lamento y mi confianza / Sólo Tú me acompañas / ¡Oh Tú cuyos jardines de signos / Abrazan toda apariencia / Si yo deseo una cosa / Tú eres todo lo que yo deseo!
13. Oh tú que me acusas por Su amor, ¡Cómo me acusas! / No me habrías acusado si de Él hubieras sabido por qué sufro / Algunos van en peregrinación, la mía está ahí donde yo habito / Sacrifican el ganado y yo, mi alma y mi sangre / Aquellos que, sin la ayuda de los sentidos, giran alrededor de la Ka’aba, / Giran alrededor de Dios, / Quien les dispensa del Lugar Sagrado.
14. ¡Ay! ¿Tú o yo? ¡He aquí dos dioses! / Lejos de mí, lejos de mí la afirmación de dos / Ah, jamás mi no-ser es para Ti un ser / Y mi todo es en todo ambiguo al doble rostro / ¿Dónde, entonces, está Tu ser ahí donde yo miro? / Pues ya mi ser está allá o él no tiene “donde” / ¿Y dónde está Tu rostro que yo busco con la mirada? / ¿En la visión del corazón? ¿En la visión del ojo? / Entre Tú y yo, un yo está de más / ¡Que la separación cese y que el Tú avasalle al yo!
15. Dos en mí vigilan, testigos de Su amor / Y dos en mí atestiguan que Tú me ves / En lo más profundo de mí, no hay pensamiento sino para Ti / Y mi lengua no dice más que Tu amor / Si yo quiero el oriente, Tú eres el oriente del oriente / Y si quiero el occidente, Tú estás justo delante de mis ojos / Si quiero un en-lo-alto, Tú eres el en-lo alto del en-lo-alto / Y si yo quiero un en-lo-bajo, Tú eres todo espacio / Tú eres el lugar de todo, o más bien su no lugar / Y Tú estás, imperecedero, en el todo de todo / En mi corazón, mi alma, mi conciencia mi pensamiento, / La alternancia de mis respiros y el nudo de mi íntimo.
Yo he visto a mi Señor por el ojo del Corazón.
Yo dije: ¿Quién eres Tú?
Él me respondió: Tú.
***
La aurora del Bienamado se ha levantado de noche.
Ella resplandece y no tendrá ocaso.
***
Soy Aquel a quien amo;
y Aquel a quien amo Soy yo.
Cuando me ves, ves a Aquel;
y, cuando ves a Aquel, nos ves a nosotros.
***
¡Te he saludado ahí, en mi consciencia!;
¡mi lengua, en el éxtasis, ha dialogado Contigo!
Nos hemos unido en cierto sentido;
y, en cierto sentido, nos hemos separado,
pues mientras Tu majestad
Te ocultaba a las miradas de mis ojos,
mi consciencia Te ha percibido
en el fondo de mi corazón.
***
Tú eres quien ha asignado
a este testigo actual (1) de tu esencia divina
cierta ipseidad (2) para hablar de Ti en primera persona.
Al exponer Tus tradiciones,
Tú has tomado mi esencia
para que te sirva de símbolo (entre los hombres).
Cuando, maniféstandome en mi estado postrero, acudiste a
proclamar mi Esencia (la tuya, Creador mío),
¿quién habla creador o criatura?.
(1) El propio Al-Hallaj
(2) Carácter del Ser, tan profundo que se identifica con la propia existencia de la persona
***
Rey glorioso, Te sé trascendente.
Te afirmo por encima de todas las denominaciones
de quienes Te han dicho: “¡Gloria a Ti!”;
por encima de todas las negaciones
de quienes Te han dicho: “¡No hay más Dios que Dios!”;
por encima de todos los conceptos
de quienes Te han concebido.
¡Oh Dios mío, me sabes impotente
para ofrecerte la acción de gracias que mereces!
Ven, pues, a mí para agradecerte a Ti mismo.
¡Esta es la verdadera acción de gracias, no hay otras!
***
¡Ay!, ¿Tú o yo?: ¡He aquí dos dioses!
Lejos de mí, lejos de mí la afirmación de dos.
Ah, jamás mi no-ser es para Ti un ser;
y mi todo es en todo ambiguo al doble rostro.
¿Dónde, entonces, está Tu ser ahí donde yo miro?
Pues ya mi ser está allá o él no tiene “dónde”.
¿Y dónde está Tu rostro que yo busco con la mirada?;
¿en la visión del corazón?, ¿en la visión del ojo?
Entre Tú y yo, un yo está de más:
¡Qué la separación cese y que el Tú avasalle al yo!
***
Oh tú que me acusas por Su amor, ¡cómo me acusas!
No me habrías acusado si de Él hubieras sabido por qué sufro.
Algunos van de peregrinación, la mía está ahí donde yo habito.
Sacrifican el ganado y yo, mi alma y mi sangre.
Aquellos que, sin la ayuda de los sentidos, giran alrededor de la Ka’aba,
giran alrededor de Dios, Quien les dispensa del Lugar Sagrado.
***
Me sorprendo de Ti y de mí,
oh Tú, que deseas al deseante.
Tú me has acercado a Ti
al punto que he creído que Tú eras yo.
Y me he absorbido en el amor
al punto que Tú me has aniquilado en Ti.
¡Oh, mi felicidad en la vida
y mi quietud después de mi sepultación!
En mi lamento y mi confianza
sólo Tú me acompañas.
¡Oh Tú cuyos jardines de signos
abrazan toda apariencia!
Si yo deseo una cosa,
Tú eres todo lo que yo deseo
***
Tu Espíritu se mezcla a mi Espíritu
como el ámbar al almizcle oloroso.
Si una cosa Te toca, ella me toca,
porque Tú eres yo inseparablemente.
***
¡Mi Único me ha unificado por la unificación de lo Verdadero:
Verdadero que no conduce a multitud de caminos.
Yo soy lo Verdadero y lo Verdadero es Verdadero por lo Verdadero.
Él se viste de Sí mismo y la diferencia se desvanece.
¡Estrellas puras se manifiestan
centelleando en brillantes relámpagos!
***
Tú moras en mi corazón y él contiene los misterios de Ti.
¡Que la morada se regocije y se regocije el vecino!
Él no refrena ningún misterio que yo conozca, salvo Tú.
Mira con Tu ojo: ¿hay algún otro en la morada?
Que la noche de la separación se alargue o se acorte,
la esperanza y el recuerdo de Él me hacen compañía.
Mi pérdida me conviene porque Te conviene, Oh mi Asesino;
y yo elijo lo que Tú eliges.
***
Cuando el enamorado alcanza la perfección en el Amor
y se abstiene de Invocarlo bajo el dominio de la invocación,
entonces ve la verdad de aquello con que el Amor le rindió testimonio:
blasfemia, la plegaria de los amantes.
***
Me esforcé en esperar,
pero mi corazón, ¿puede hacer esperar a mi corazón?
Tu Espíritu se mezcló a mi Espíritu,
en la proximidad y la distancia,
pues yo soy Tú como Tú;
Tú eres yo y lo que yo quiero.
***
Con el ojo del corazón vi a mi Señor
Y Le dije : ¿Quién eres Tú? El me dijo: ¡Tú!
Pues por Ti “donde” no es un lugar
Y allá donde Tú estás no hay un “dónde”
De Ti la imaginación no tiene imagen
A fin de que pueda saber dónde estás Tú
Tú que contienes todo “dónde”
A la manera de “no dónde”, ¿dónde entonces estás Tú?
***
Tu imagen está en mi ojo
Tu invocación en mi boca
Tu habitación en mi corazón
Entonces, ¿dónde podrías estar ausente?
***
Te he escrito sin escribir
Es más bien a mi Espíritu a quien he escrito sin escribir
Porque nada separa al Espíritu de su Bien Amado
Ni siquiera la distancia de una carta
Y toda carta emanada de Ti, proveniente de Ti
Es una respuesta sin reenvío de respuesta
***
Mi corazón tenía caprichos dispersos
Y mis caprichos, desde que el ojo Te ha visto, se han unido
Ahora me envidia aquel que yo envidiaba
Y soy el maestro de otros desde que Tú te has convertido en mi maestro
No me culpen en Ti amigos y enemigos
Porque desconocen la gravedad de mi prueba
He dejado a la gente su acá-abajo y su religión,
Absorbido en Tu amor,
Oh Tú mi religión y mi acá-abajo
***
Qué tierra está vacía de Ti
¿Por qué se elevan a buscarte en el cielo?
Tú los ves mirándote en el gran día
Pero ciegos ellos no ven
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