VALERIA FLORES
(Neuquén, Argentina, 1973)
Es maestra y escritora. Casi todos sus poemas permanecen inéditos. Editó una plaqueta artesanal, "La interrupción" (2004). En el 2003, el poema "El oficio de la pérdida" fue seleccionado para el evento "Argentina: a tale of two cities", organizado por el Departamento de Estudios Latinoamericanos la Universidad de Delaware (USA). Integra el grupo de lesbianas feministas "fugitivas del desierto" de activismo artístico-político ( http://lesbianasfugitivas.blogspot.com ). Publicó el libro de ensayos "Notas lesbianas. Reflexiones desde la disidencia sexual" (Hipólita Ediciones, Rosario, 2005). "Matar a la niña" (2006), poesía .
“Deslenguada. Desbordes de una proletaria del lenguaje” (Ají de Pollo, 2010), “Lenguaraz” junto a Macky Corbalán (La Mondonga Dark, 2012) y “Bruma coja” (La Mondonga Dark, 2012). Integrante de la editorial La Mondonga Dark. Escribe en:
http://escritoshereticos.blogspot.com http://elemento119poesia.blogspot.com
Se dedica a la autoformación en estudios feministas y queer. Su proyecto escritural, que adopta la forma del ensayo, busca combinar el registro teórico y poético.
poema
la descaman y se excita,
¿se atreve a reír en plena atrocidad?
Gimen
las muertes venideras
en el continum de la vida.
El tembladeral
de un líquido exquisito
la cubrió de
un miedo sedoso.
Primitiva
lame
el aire oscuro
en busca
de una extraña diversión.
Mujer de tantas soledades,
podas tu árbol
con la brusquedad
de un mundo agitado
por tomar los espejos
de vidrio ciego.
Florece en tu pelo
la savia lechosa
que hace de la vida
una sed primitiva
en mi carne.
La criatura
vive en su piel, boqueando
la celosa infancia
que se derrama
en sus dedos humeantes.
El incienso se confunde
en tus ojos
con la voz de los objetos
que reclaman
no ser uno.
El gusto extinto
te vuelve cardo, noche
clavándose
en la piel.
Caza nocturna
Sonidos palpitando
el trasluz de un gemido
aprisionado.
La presa espera
tumbada
sobre el último deceso.
Los dedos se hunden
en el silencio, agua mansa
que arde
en el pedregullo de la noche.
La presa espera
lamiéndose
el recuerdo de la demora.
El ritmo de las palabras
ausentes
dibuja el espesor
del instante.
El perfume vulvar
revela que la presa
babea
debajo de las manos.
El oficio de la pérdida
“Mañana
no es más que un espejo
esperándonos
para enfrentar
otro mordisco.”
El desamor
es un pequeño exilio.
Ya no hay pechos
donde cobijarse
ni fiebres
atando pieles
ni voces
donde acudir por las noches.
Un polvo gris
se desprende de los ojos
y el viento masculla
los perfiles que se agrietan.
Ensayo algunos destinos
en el exilio de la luna
y sólo aparece
la tragedia
descansando entre las sábanas.
Un borroso parentesco
montado en los hilos
de la historia,
anima al suicida fugitivo
de estos tiempos.
Y el hallazgo se convirtió en pérdida,
y el agua en piedra,
y la aguja en sangre,
y la palabra en traición,
y el viento en asfixia,
y la insolencia en descanso.
Parecemos confinados
a una agonía invisible.
Las camas que ayer habían albergado
trozos de amor, sueños y gemidos,
hoy, huelen a desinfectante.
Respiro la pena,
sentada
sobre el plato vacío
a la orilla de la historia...
Yo aborté
Yo aborté y soy la empleada doméstica del 5º "A"
Yo aborté y soy la funcionaria del Ministerio de Salud
Yo aborté y soy la maestra que enseña a tus hijas/os
Yo aborté y soy la promotora barrial que reparte las cajas
Yo aborté y soy la esposa del taxista que te lleva a bailar
Yo aborté y soy la enfermera que te controla la presión
Yo aborté y soy la profesora universitaria que habla de "género"
Yo aborté y soy la kiosquera que conoce tu marca de cigarrillos
Yo aborté y soy la canillita que te reserva el diario del domingo
Yo aborté y soy la diputada que vota leyes contra las mujeres
Yo aborté y soy la adolescente que estudia en un colegio privado
Yo aborté y soy la artista que pinta los rostros de la pobreza
Yo aborté y soy la obstetra que dirige tus partos
Yo aborté y soy la vendedora de celulares que trabaja en la calle
Yo aborté y soy la cajera del hipermercado que reclama descanso
Yo aborté y soy la prostituta que visitás todos los jueves
Yo aborté y soy la obrera de la fábrica que duerme en el colectivo
Yo aborté y soy la jueza que garantiza un estado laico
Yo aborté y soy la periodista que soporta los chistes misóginos
Yo aborté y soy la modelo que admirás en las revistas
Yo aborté y soy la veterinaria que atiende a tus gatas
Yo aborté y soy la psicóloga que escucha tus problemas
Yo aborté y soy la abogada que defiende a los violadores
Yo aborté y soy la discapacitada a quien violó su tío
Yo aborté y soy la católica que se golpea el pecho en las misas
Yo aborté y soy la bisexual a la que se le rompió el preservativo
Yo aborté y soy la deportista exitosa que seguís con fanatismo
Yo aborté y soy la de mesa de entradas que recibe tus notas
Yo aborté y soy la piquetera que corta rutas contra el hambre
Yo aborté y soy la policía que te detiene porque abortaste
Yo aborté y soy la desaparecida por los militares genocidas
Yo aborté y soy todas las mujeres que en este país se ven forzadas a la maternidad
Yo aborté y soy todas las mujeres que mueren por abortos clandestinos
Yo aborté y soy todas las mujeres que sobreviven a un aborto clandestino
Yo aborté y soy todas las mujeres que gritan y reclaman: MI CUERPO ES MÍO!
Por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
la chica trueno
apenas
inhaló el aire urbano, un estupor de
mundo crudo se inyectó
salvaje
nacer un día de tormenta
almacena los temblores
sus genitales hablaron la ley, el sexo
se escribió entre humedades y sangre
un flash de luz en el cielo plomizo, señaló
sus ojos abiertos de animal, azuzando
luciérnagas de hielo en la noche
su primer sonido fue el trueno,
abrió la boca y adivinó
el escenario de futuras guerras
las menudencias fueron bocado
sabroso en su dieta de murmullos,
la expectación, el método
de sobrevivencia
estaba dicho, se le imputó
estremecer lo humano
Me esmero en ser brutal
Y el hallazgo se convirtió en pérdida,
y el agua en piedra,
y la aguja en sangre,
y la palabra en traición,
y el viento en asfixia,
y la insolencia en descanso.
Respiro la pena,
sentada
sobre el plato vacío
a la orilla de la historia...
mi letra no es gratitud
no es éste el lugar si es lo que buscas
todavía sigo colocando en la oreja la palabra que rasga
me esmero en ser brutal
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