lunes, 30 de julio de 2012

ENRIQUE SÁNCHEZ HERNANI [7.341] Poeta de Perú


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Enrique Sánchez Hernani 

Sociólogo, poeta, escritor y periodista peruano. Nació el 30 de julio de 1953 en Lima (Perú).
Su producción ha sido recogida en más de una veintena de antologías nacionales e internacionales, siendo las últimas Poesía en rock. Una historia oral Perú 1966-1991 de Carlos Torres Rotondo y José Carlos Irigoyen, Ediciones Altazor, Lima (2010); Me gustas tú. Adolescentes en la poesía peruana, de Jorge Eslava y Eduardo Chirinos, Punto de lectura, Lima (2011); Festivas formas, Poesía peruana contemporánea, Editorial de la Universidad de Antioquia (Colombia); Antología de la poesía peruana, Fuego abierto, de Carmen Ollé, Editorial LOM (Santiago de Chile, 2008); y Poesía viva del Perú. Antología de la poesía peruana contemporánea, Universidad de Guadalajara, México (con motivo de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara) (2005).

Además ha publicado textos en revistas especializadas del Perú, Colombia, Argentina, México, Chile, Venezuela, Ecuador, Chile y Estados Unidos. En marzo de 2007 la revista Hofstra Hispanic Review, revista de literaturas y culturas hispánicas de la Universidad de Hofstra (Nueva York) publicó parte de un libro inédito suyo de poesía.

Ha dado recitales públicos de su poesía en el Perú, Colombia y México, y ha asistido a varios congresos literarios en su país y en el extranjero.

A fines de la década del 70 fundó el grupo literario La Sagrada Familia junto a Edgar O’Hara, Róger Santiváñez, Guillermo Niño de Guzmán, Luís Alberto Castillo, Carlos López Degregori, Dalmacia Ruiz Rosas, Óscar Malca, Juan Luís Dammert, entre otros poetas y escritores. LSF publicó revistas, libros y sostuvo una intensa actividad literaria.

Desde hace más de 25 años trabaja como periodista en medios escritos. Fue director de Diario Oficial El Peruano. Actualmente escribe para El Dominical y la revista Somos del diario El Comercio. Estudió Sociología y Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima).

Al momento lleva publicados siete libros de poemas. Sus libros publicados son los siguientes:

Por la bocacalle de la locura (Lima, 1978. Ediciones La Sagrada Familia). Poesía.
Violencia de sol (Lima, 1980. Ediciones Ruray). Poesía.
Banda del sur (Lima, 1985. Ediciones Los Reyes Rojos). Poesía.
Altagracia (Lima, 1989. Ediciones de los Lunes). Poesía.
Pena capital (Lima, 1995. Ediciones Jaime Campodónico). Poesía.
Música para ciegos (Lima, 2001. Ediciones El Santo Oficio). Poesía.
Vinilo, 42 poemas del rock’n roll (Lima, 2006. Fauno Ediciones). Poesía.
Quise decir adiós (Lima, 2011. Fondo Editorial Cultura Peruana). Poesía dedicado a Constantino Carvallo




AMORES IMPERFECTOS

Si tuviera que hablar de ti
que me encerraste en un claustro de iluminados muros
donde tu cabeza refulgía de la pura envidia
ante las otras
que solo querían oír mi voz
si tuviera que nominar a aquellas que tal vez me amaron
no podría pronunciar únicamente tu nombre
aunque es visible que siempre estaré a tu lado
pegado a tu fotografía
en ese parque donde por primera vez nos amamos
bajo las acacias
muy cerca de la fuente donde Neptuno nos vigilaba.
También tendría que nombrar a las demás:
a Eleonora
que me mostró un mapa de geografía
donde ella brillaba como la capital
de un país remoto
a Magdalena
que me tocó el hombro
cuando una lluvia de meteoritos
cayó en mi patio llenándolo de lápidas
y extrañas esculturas de mármol
a Florencia
aquella italiana que había conocido a Pavese
y que me contaba cómo se le veían los dedos
el día de su suicidio
o a Carmela
de quien me enamoré a los 12 años
y por quien hice crecer pájaros de papel
atados a una cuerda azul
donde dulcemente se balanceaban por la mañana
y tal vez a Soledad
                                   el fantasma más temido
la pequeña Soledad
que con sus gritos levantaba catedrales de oro puro
y por quien me animé a viajar a un país
donde la piedad no era la moneda de los peregrinos.
Pero nadie podrá decir
que hubo un momento más feliz que aquel
cuando caminamos por una alumbrada alameda
aquella noche de marzo de 1971
mientras el firmamento se llenaba con tímidas bengalas
y furiosos girasoles de cristal nacían
sobre los árboles.
Por eso estoy contigo
  como un caballo azul
pastando solo para ti.
Si alguna vez recuerdo a las demás
el azufre y los bálsamos que me echaron en el cuerpo
solo lo hago para que tu nombre resuene con mayor pureza
amor indetenible
        tarjeta de identidad
mi sobrenombre
                                el epitafio
que ya llevo grabado sobre mí
cien años antes de que muera.





CABARET EN ALTAMAR

Sueño con un cabaret donde alguien canta Sunny Afternoon*
tras una barra cubierta por lujosas botellas
y cuando se derrumba el sol de las 6 de la tarde
mientras un marinero blasfema.
Sueño que te saco a bailar
con la última canción que toca la orquesta
entre luces
magnolias y cuando bien alumbra
la luna creciente del deseo.
Sueño que bailamos:
tu cabeza en mi hombro
mi brazo rodeando tu cintura de animal de fuego
y yo sostengo un cigarrillo ajado
bajo tu cabello.
Soy un desconocido en este cabaret de la playa
donde el mar abre y cierra las ventanas
tú toda de blanco y yo con un sombrero de paja
ladeado sobre la frente.
Bailamos y los marineros envidian
el aroma de tu belleza inmarchitable
el sol que no se apaga en mi frente.
Bailamos muy juntos
y afuera el planeta se derrumba o diluvia
pero todo importa muy poco
mientras tu perfume invada la máquina descompuesta
de mi deseo.
Suena otra canción
y yo te llevo de nuevo a la pista de baile
con tu vestido blanco
tu mirada de virgen extasiada
así
      acaso así
  hasta que se detenga el mundo.

* En la versión de The Kinks




HEAVY ROCK

El rock de mi barrio era tranquilo y pesado como un autobús
aplastando a una señora:
la sangre se esparcía por la pista y un mural de Diego Rivera
se levantaba igual a un manifiesto escrito en el centro de Tenochtitlán
por los lánguidos muchachos que habían sido ametrallados
vibrando en rojo antes de que oyeran la última grabación de rock
entonada con dulzura por Jim Morrison
                                                                         amante de los colores cósmicos
llovidos en el patio de su casa al oeste de Arkham
igual a ellos hermoso y muerto
                                                      con su blue jean apretado
sobre sus sentimientos
y pusimos otra vez el disco solo para oír lo que ya no existía
recordando a los mexicanos
                                                    a las calaveras y al general Zapata
dos minutos antes de huir porque la policía nos tendió una cerca
en la primera marcha violenta a la que acudió mi muchacha
echando molotovs como la pileta de la Plaza de Armas
llorando bajo el diluvio universal de gases lacrimógenos.
Al rock de mi barrio llegamos con el pelo corto
                                                                                   nada sabíamos
de marxismo
pero quisimos inmediatamente a ese testarudo pensador alemán
por el gran parecido que guardaba con John Lennon
en las láminas de espejos que venían con el LP Blanco
es cierto que sin lentes
                                         también que Marx nunca vivió en Liverpool
pero nos dimos cuenta que sus Tesis sobre Fuerbach
las escribió oyendo Revolution Number Nine
                                                                               tiempo de recesión
la muerte da vueltas en los discos de rock
y un gesto de timidez nos hacía llorar por Jimmy Hendrix
por los que se pasaron totalmente de vueltas
                                                                                   por los estadios
donde la gente acudía a oír la música del stone Brian Jones
antes de que entonara su último blues al borde de una piscina
llevando los libros de Henry Miller en los bolsillos
mezclados con la barra de chocolate con los cigarrillos sueltos
sin saber si esa noche dormiríamos con una muchacha
o el mozo de los bares cercanos a la Plaza San Francisco nos llevaría
            llorando
al lugar donde nos esperaban los taxis de regreso a casa
ebrios sin sentido ni dinero y odiábamos a nuestros padres
porque nos obligaban a cortarnos el pelo
sabiendo que Hendrix había muerto
                                                                 que ellos habían muerto
que hasta Janis Joplin había muerto.
Siempre recordaremos a la loca Janis
                                                                        Balas y Cadenas
sobre el corazón y cómo nos gustaba su cabello teñido por Van Gogh
en Arles
pintor por el cual gastó su primer sueldo mi muchacha
al adquirir un libro donde este guardaba la oreja que se cercenó
por el amor a una puta
                                         vestida toda de violeta en un traje de organdí
muy similar al que usaba Janis el día que se lo quitó en público
mientras un fantástico rock se le subía por las piernas
y el arco iris crecía con el ácido
                                                           y muchos chicos con sus parejas
se encerraron en burbujas para oírla mejor
                                                                             para hacer el amor
hasta que el sol los ahogó de un sordo latigazo.
No volvimos nunca a las aulas
nos encerraron en celdas llenas de chinches y sabandijas
nos arrancaron los jeans
amenazaron con hacer de nosotros hombres y mujeres razonables
que amasen a su patria y pudiesen morir sin gemidos por su bandera
y una lenta canción nos devolvió el recuerdo de nuestros discos
desvaneciéndose en los armarios
                                                             heridos por el sol
y el insoportable ruido de nuestros sueños.





BARES DE MEDIANOCHE

Un ebrio mira la tormenta doméstica de una taberna.
Un ángel pasa llevando su luz por una mesa.
Una botella vuela.
Un estibador pronuncia un juramento.
La prostituta del vestido de percal se derrumba
en la barra de los vagabundos
mostrando sus pechos blancos como dos meteoritos de mármol.
La magnolia del bodegón decae.
Un plan para asaltar un banco concluye entre maldiciones brindis y manotazos.
Una mariposa de aluminio se posa en una botella.
El mozo pasea una sábana de niebla por la humedad vespertina de las mesas
para borrar el último fantasma del miedo.
Los relojes enloquecen.
Las sombras de Bretón de Vallejo de Safo y de Catulo
se arrastran por el serrín de la taberna
como un perfecto escupitajo.
Alguien grita un verso.
Un hombre se arroja por una ventana
y todos pueden ver que vuela.
El alcohol hierve en las cuencas de los ojos
de un par de marineros ebrios.
Cuatro personas se disputan un travesti.
Salta una cuchilla y una gota de sangre se sepulta
entre los vasos de cerveza.
El poeta sacude los hombros.
Dos autos hacen sonar sus bocinas en el universo apagado
que se agazapa tras la puerta.
Un perro aúlla una canción mexicana.
Un disco de vinilo gira como un planeta lejano y desconocido.
Alguien pretende leer un libro pero las grafías escapan
como las cucarachas de un pozo negro.
Una mano se desliza bajo el vestido de una dama.
El cantante de boleros confunde la letra de su tema
con un bostezo.
Se juega una furiosa partida de naipes.
Dos dados manchados de sangre ruedan bajo las mesas.
Una muchacha muy pálida grita !Salud! bajándose el corpiño.
Alguien trata de suicidarse en el baño de la cantina murmurando una plegaria
que desde aquí nadie entiende.
La voz de Frank Sinatra se desgasta en una rocola
que con sus luces que se encienden y se apagan
parece una ciudad insomne.
Un moribundo lanza una blasfemia y un mendigo se persigna inmediatamente
cuestionando la posibilidad cartesiana de que dios exista
o que sea un invento de nuestra borrachera.
Afuera llueve. Adentro todos cantan.

Y en mitad de todo este universo de muerte y maravilla
un garabato de pétalos arrugados se arrastra sobre la mesa:
acaba de nacer la palabra
                                                           el poeta escribe sus versos.




CINEMA CONTINUO
                                             
Te cuento que partió Paul Newman
ese muchacho de 83 años y ojos
impecablemente azules como la vena de una catarata
aunque quizá tú sepas esto mejor que nosotros
o hasta es posible que hayas acudido
a recibirlo ahora que podrás hablar con él sobre sus filmes
El golpe o El color del dinero donde hizo de ese taciturno
y maduro jugador de billar
que le hablaba como un padre al joven Tom Cruise
revelándole la vida en el gran prado verde
de una mesa con cuatro bandas
tal y como tú hiciste con tantos otros muchachos
en nuestra escuela de Barranco
donde quizá viste con ellos las películas de Newman
o algunas vez contaste lo mucho que le gustaban
las carreras de autos
o lo que sufrió viendo transcurrir la guerra
desde las bases de Guam y Okinawa a donde marchó
como un soldado americano en la Segunda Guerra.
Pregúntale si ahora se ríe porque alguna vez
lo consideraron entre los 100 actores más hermosos
de Hollywood
a él que prefería hacer obras de caridad
o pasear con Joanne Woodward su mujer
y madre de tres de sus hijos
más o menos felices como en el cine se les ve
a las familias de la clase media norteamericana.
Newman era un hombre bueno
que imagino es más importante que ser hermoso
por lo que veo que pronto serán amigos
y podrán vagar de noche por las encendidas galaxias
confundiéndose con las otras estrellas
precisamente ustedes que en la tierra también fueron
unos astros.
No olvides avisarme cómo sabe el café
a tanta distancia de donde nos dejaste
y qué cosas son las que te está contando Newman
con su marcado acento de judío-alemán de Cleveland.
Escríbenos pronto Constantino
o por lo menos mándanos un mensaje desde la nebulosa
donde ahora vives para siempre.



UN MARCADOR DE LIBROS

                                                                       Para José Andrés, en el 91

En medio de un antiguo libro de poemas
con sus páginas desbaratadas por el tiempo
donde ahora se asfixian pequeñas manchas amarillas
ocultando las metáforas que un día brillaron a la luz
de la mortal humedad de las tardes limeñas
y donde siguen viviendo la sorpresa el albur la melancolía
hallé el marcador de libros verde
que mi hijo de nueve años me fabricó
cuando aún estaba en la escuela.
Es el mismo muchacho que hoy tiene la barbilla dura
el cuello macizo de los veteranos del remo una enamorada
pero las mismas manos con las que cortó y pegó
los fragmentos de ese universo verde.
Yo
      que había perdido el marcador como se extravían
los viajes con destino incierto el pasaporte las maletas
y hasta las habitaciones de hotel que albergaron prestados
nuestros sueños
hoy le paso los dedos por encima y recuerdo los tiempos idos
el candor de la infancia la escuela de Barranco
el amado cuaderno escolar
y no puedo evitar que la niebla se pasee por mi rostro
dejando unas lágrimas como las señales de un barco a la deriva.
Este marcador de libros verde con la fotografía del niño de nueve años
pegada con goma de estudiante en un extremo
es como la película de 9 mm. donde se cuenta
—cuadro a cuadro— el diario de toda una vida.
Lo he hallado hoy precisamente cuando me hacía falta
escribir un verso cuando me dolía la espalda
cuando necesitaba recordar que un día tuve un bello muchachito
que ahora me da la mano me alcanza los papeles
y me sostiene para no sentir el dolor del tiempo que no pasa en vano.
Miro la vieja fotografía en blanco y negro
y recuerdo con ternura al antiguo estudiante
que me toca el hombro y me dice: —Papá, ¿tan mal estás?
mientras me ve empuñar un bastón y jadear
en busca de una pizca de aire limpio.
Él siempre estará allí
para levantarme de la cama en desorden
para apuntalar este planeta que cada vez se me mueve más
a fin de poder incorporarme y puro y con los músculos tonificados
vencer otra vez a la muerte.




ESTRELLAS DISIDENTES

Mira las cosas que me toca contarte:
murió Michael Jackson y un poco
de su triste luz se ensució en su reino
de Neverland.
El pobre muchacho al que su padre apaleaba
con una vara de madera
ya no es el monstruo de circo
que corrompía las portadas de los diarios
sino un faro solitario de inerte resplandor
en una carretera vacía.
Mira las cosas que tengo que contarte:
falleció Farrah Fawcett
y sus enormes ojos rodaron por última vez
bajo la mesa de un tahúr
ahuecando el paño verde
con la quemadura de un cigarrillo encendido
y manchado de carmín.
Mira lo que debo contarte:
un futbolista ha sido vendido
en millones de euros y un estadio lleno
lo aplaude como a un astronauta glorioso.
Una flor de cristal se ha estrellado
contra un pentagrama
haciendo temblar las cinco líneas de su escala
como alambres de luz donde un pájaro modula
la canción más atroz del planeta.
El sol ha vuelto a salir
cuando en la bolsa de NY se derrumbaban
las grandes fortunas de los nuevos fracasados
una mariposa se ha puesto un vestido de hierro
alguien canta un bolero enalteciendo
un horrendo asesinato
un cirio ilumina el último confín del mundo
sin embargo nada se ve sino en el instante letal
de un breve parpadeo.
Mira lo que me toca contarte:
se ha marchado para siempre Cecilia
no sabía cómo decírtelo
se fue agitando su cabellera sobre el mar
aunque me han dicho que sonreía
en ese fatal momento
    pero todos hemos llorado
todos estamos desconsolados.
Por favor abrígala
                                 era tu hermana
y creo que se fue solo por verte otra vez
recíbela en ese jardín donde las galaxias colisionan
con suma facilidad y belleza
y ayúdala a que se transforme en un ingrávido cuerpo
celeste
para así poder verla también
     desde aquí abajo
hasta que el universo vuelva a estallar.




PRIMAVERA

Tras un lánguido invierno el sol asoma
por los tejados planos y uno siempre se pregunta
si tamaño prodigio se puede volver a repetir
año tras año
mientras el tiempo y el olvido hacen su inapelable trabajo.
El sol asoma y no queda sino sonreír
como un tonto al cielo
agradeciendo esas hebras de calor
y estas inconstantes ganas de dar un paseo por la calle
sin otro propósito que perder el tiempo.
Creo que a ti también te hubiese gustado
dar esta caminata
mirando el mar pulido bajo el malecón de Barranco
cuando la bahía pierde sus últimas brumas
y los pescadores se agitan en sus barcas a lo lejos
como tenues corvinas de hojalata.
Demos un paseo Constantino
                                                      vamos    
salgamos a dar el último paseo.

De: Quise decir adiós.



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