Nieves Álvarez Martín nació en Mingorría (Avila). Vive en Cantabria desde 1975. Es una escritora apasionada, comprometida y polifacética. Profesora enamorada de la lectura y de la Pedagogía, he publicado más de doscientos materiales didácticos multimedia, algunos de ellos traducidos a otras lenguas (más de 20). Viaja mucho, por razones de trabajo, por placer y por conocer otras realidades, algunas muy dolorosas que refleja en sus poemas.
Colabora en revistas educativas y literarias; ha dirigido programas de radio y televisión, participado en una veintena de obras colectivas, revistas y antologías; coordinado publicaciones y actos poéticos. Es autora de cuentos, cómic, CDs, DVDs, cajas de juegos, etc. Ha escrito siempre, pero desde hace unos años su vocación literaria ha ido ganando espacio entre sus otros intereses.
Ha obtenido 12 premios literarios (2 de cuentos, 3 de relatos y 7 de poesía) Entre su amplia obra poética editada, valorada por crítica y jurados, destacan los títulos siguientes: Trenes de cercanías (Santander. 2005), Navegando Fantasmas: tras las huellas de Gulliver (Madrid, Torremozas. 2006), Íntima trinchera (Santander, EducArte. 2006). Intrusos en el tiempo. Teorema de la lírica (Madrid, Vitruvio. 2007) Premio de Poesía Vicente Martín. La memoria del bosque (Santander, EducArte. 2007), Contrastes (Santander, EducArte. 2007), Luces y sombras (Avilés. 2009). La Magia de la voz (Córdoba. 2010) XVII Premio Poeta Mario López. Los íntimos secretos de la voz (Ciudad Real. 2010) XIV Premio de poesía «Nicolás del Hierro» 2010. “Con A de mujer”. EducArte. Santander 2011.
Para más información: www.nievesalvarezmartin.com
Palabras
Cada palabra tiene un lugar en los versos.
Algunas interrogan al poeta,
quieren saber por qué las utilizan
sin sentido aparente.
Otras buscan colarse entre los muros
de relojes de arena solitarios.
Las hay arrepentidas de callarse,
las que lloran los días sin tristeza,
las que pretenden reventar los tímpanos
de quienes prostituyen su sonido.
Hay palabras que sueñan con la vida
dentro de otros poemas,
palabras que florecen en los campos minados,
palabras que aterrizan entre espinas,
palabras que no saben navegar.
Suelen vivir –algunas-
en diccionarios cómplices
de tópicos insípidos y fétidos insólitos.
Otras viven en bosques del glamour,
azul en la verdad y sed en el dolor.
Y las hay que pernoctan en pensiones
cargadas de razones, mosquitos y belleza.
Algunas son como aves migratorias,
no encuentran el lugar donde quedarse,
ni quieren que su tronco eche raíces.
Yo busco las palabras clandestinas,
las que huyen de frases inventadas,
las que quieren nacer y se retuercen
para poder decir lo nunca dicho.
Las que están en la vida cotidiana
y no han salido nunca del salón.
Detrás de la ventana
Detrás de la ventana está la vida,
esa que se pasea por las calles
con un ramo de azar sobre la frente,
la que muestra disparos de fogueo,
la que sonríe, llora, está de paso,
la que inventa una historia incoherente,
la que esconde un secreto impenetrable,
la que se contonea mintiendo la verdad.
Detrás de la ventana,
los hombres y mujeres parpadean
intentando ganarle la partida
a un tiempo que se acaba,
buscando las razones imposibles
para seguir andando,
hablando con el sol y las paredes,
interrogando al viento y a la lluvia
y pidiendo perdón a las aceras
tras cada soledad.
Detrás de la ventana está la música
de todos los poemas nunca escritos,
que alguien, algún día, escribirá;
están las manifiestas pesadillas
de muros de hormigón
que esconden trampas
en las que se detienen los instintos
y juegan al parchís las ilusión.
Están también allí los que han buscado
en la ruleta rusa la manera
de dejar de jugar.
Detrás de la ventana está la vida:
limpia, sucia, adulterada, sana,…
La vida, al fin de cuentas, es así:
¿alguien lo negará?
Esdrújulo
Me aburren los sofismas, las metáforas
que buscan las verdades morfológicas
y encuentran las mentiras paradójicas
en la puerta de atrás de las anáforas.
Me agobian los abismos y catáforas
que vuelven hacia atrás en las ilógicas
sentencias inauditas, analógicas,
que son de nuevo puras epanáforas.
Me indigna el tintineo metafísico
de los juegos de azar paradigmáticos
y los bancos que abusan en los créditos.
Me aterra que el silencio de lo físico
esté llevando a un mundo problemático
en el que todo debe pagar réditos.
Memorandum esdrújulo
Hoy día los insípidos
discursos de los tétricos
individuos erráticos
que juegan a políticos
invaden nuestros ánimos
con sus anuncios fétidos
recargados de cólicos
e incomestibles lípidos
y engordan nuestro ánimos
con fastos energéticos
que adelgazan los lúdicos
presupuestos poéticos
Rescatemos los ímprobos
esfuerzos cibernéticos
que intentan ser sincrónicos
para entrar en el épico
transcurrir profiláctico
alternativo y sólido
de eliminar lo estúpido
y rescatar lo estético
que presenta lo onírico
de contenidos éticos
dentro del antitético
interés de lo íntegro.
No nos gusta lo plúmbico
que busca ser insólito
y se proclama único
en su dominio angélico
de bases cabalísticas
y lucrativos réditos
solo buscan impúdicos
beneficios “eur-ísticos”.
Detesto los acrílicos
de falsedades prístinas,
presupuestos insípidos
y bocetos acrósticos
prefiero los incógnitos
versículos famélicos
de poetas anónimos
y poemas intrépidos.
La cultura desértica
de los insectos quísticos
que atacan con sus ínfulas
las venas de lo artístico
no es cultura es patético
insufrible y verídico
despilfarro numérico
de facturas insólitas
que se pagan con fístulas
en el alma melódico
de quienes impertérritos
no denuncian sus ínfulas.
Os dejo estas esdrújulas
palabras multicríticas
alejadas de hipnóticas
soflamas perifrásticas
buscando el humanístico
perfil de las diabólicas
verdades eufemísticas
que esconde la gramática.
La muchacha
de los ojos azules
estudiaba un examen
en los trenes de marzo.
El libro aprendió a volar
entre cristales
y sus ojos
dibujaron nubes
en todas las miradas.
AMA ROSA
Nacía la mañana como todos los días.
Ama Rosa en las ondas
cegaba las conciencias,
después aquél negrito
del África Tropical
lanzaba sus proclamas
a un mar de chocolate
que endulzaba las horas de cada sueño oculto.
Fotografías sepia,
soldaditos de plomo, palabras de hojalata
y besos de satén.
Y tras cada visión impenetrable
un misterio rizaba las puntillas
de almidonados cuellos,
de zapatos pulidos,
de remiendos en viejas camisetas,
de oro en los pendientes
y mentiras en medias de nylon.
La muñeca de trapo le seguía mirando
y ella sólo veía, intermitentemente,
sus manos que planchaban
un vestido de encaje.
El ambigú lanzaba canciones de Gardel
en medio del salón casi en penumbra.
Mientras, tras los cristales
de su cara de fresa
y en sus ojos de plata
ya se ocultaba el sol.
Del libro “Con A de mujer”,
primer Premio en el “Concurso de Poesía del Programa Creativ@ 2006:
Mujer y Participación Cultural”, organizado por el Excmo. Ayuntamiento
de Siero, Asturias.
MAGIA
La descubrí a lo lejos, caminaba
como vuelan los ángeles y unía
a sus pasos de luz esa alegría
que ilumina el camino que pisaba.
Me descubrió de golpe, cuando estaba
a punto de volar y volaría
con su nido de sol a mi bahía
para dejarme el sueño que buscaba.
Es tan dulce, tan blanca, tan pequeña,
tan cuajada de espigas y amapolas…
que me quedé prendida en su mirada.
Es tan tierna, tan música, tan dueña
de silencios, jazmines, caracolas…
que me quedé en su voz, enamorada.
Del libro “La Magia de la voz”,
primer premio en el “XVII Premio Nacional de Poesía Mario López” 2009.
INVENTARIO
Yo tenía una madre que bordaba
pañuelos en el viento
y dibujaba a lápiz
palomas mensajeras.
Un padre que estudiaba laberintos
y extraía del centro de las piedras
leones y columnas
escuelas, catedrales.
Yo tenía una caja pequeñita,
un rincón escondido,
una muñeca
que sabía llorar.
Tenía un lapicero despuntado,
una caja de Alpino, un sacapuntas
de madera, un estuche de hojalata,
una pluma, un secante y un tintero,
una pizarra negra
y un cabás de cartón.
Yo tenía un amante que sabía
leer en las estrellas y en mis ojos.
Inventaba palacios de palabras
y mensajes cifrados y sabía
escribir en mi piel
la magia y la ternura.
Yo lo tenía todo:
una pradera, un río, una montaña…
incluso un pueblo entero
para mí.
Y por eso en las noches de vigilia
tengo un libro y un mundo
que no puedo olvidar.
Del poemario “Alas de barro” botijo de plata y publicado
dentro de la antología de las XLII Justas poéticas de Dueñas 2008.
LA MUJER TRANSPARENTE
Ya doblan las campanas
y una mujer desnuda se reviste
con las mejores ropas que ha encontrado
en el desván del alma.
Ya doblan las campanas
y el silencio
almacena los días
en rosarios de nubes y cuentas de cristal.
Ya doblan las campanas
y la aurora
va dibujando a golpes los paisajes
- de cada despedida transitoria -
con un pincel de plumas y caricias.
Ya doblan las campanas,
la mujer transparente
avanza hacia la luz
para no desmorirse en cada verso,
para no desvivirse en cada voz.
Ya doblan las campanas,
las cigüeñas crotoran en su nido
en la torre más alta de la iglesia
y un mundo de mujer se desvanece
en el árbol azul de una mirada.
Del poemario “Mujeres en la piel de una mujer”,
primer premio en el “Concurso de Poesía del Programa Creativ@ 2008:
Mujer y Participación Cultural”, organizado por el Excmo. Ayuntamiento
de Siero, Asturias.
LAS HORAS
Se asombra el calendario
de este tiempo de rosas
mientras me balanceo, suspendida
en las horas que pasan, sin sentido.
El impulso no existe,
se ha perdido tras un rumor de abrazos
y sólo las palabras, a lo lejos,
descifran la nostalgia de los días.
Paso a paso, despacio, muy despacio
se va ocultando el sol,
el horizonte
ha ensanchado la línea divisoria
entre el cielo y la tierra;
mientras, cada minuto cuenta,
está contando la historia de un recuerdo,
el almacén sagrado de unos besos,
el árbol que florecerá mañana.
Acaba de apagarse
el sembrador de sueños
mientras canto en silencio una canción
de arena.
Y hay un reloj que marca
el ritmo de mis manos,
y unos versos que dictan el mensaje,
y una voz que no es mía
y que me pertenece.
Y hay un dulce presagio
y un dios de chocolate
y un tiempo de amapolas
en el que fui feliz.
Del libro “Intrusos en el tiempo. Teorema de la lírica”,
primer premio en el I Premio de Poesía en Castellano Vicente
Martín del Excmo. Ayto. de Torrejón de la Calzada (Madrid). 2006.
DESVESTIRSE DESPACIO
Desvestirse despacio,
ser testigo
de cada desnudez a media noche,
cuando la calle huye de las sombras
y se hacina la voz
entre rendijas
de párpados y pieles.
Preguntarse para qué sirve el día,
hacer un túnel
con todas las pasiones
y callarse
para seguir hablando,
así,
como en silencio,
palpitando en los sueños
de la muerte.
Desvestirse despacio,
muy despacio
aprender a ser nadie.
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