Nikolai Zabolotski (RUSIA. 1903-1958).
Creador, con Daniil Jarms de la Asociación de Arte Real: "... oficialmente Jarms fue un escritor de obras infantiles que solamente logró publicar dos cosas 'adultas' durante su carrera de escritor. En su otra vida, de outsider literario, Jarms exploró la senda del modernismo ruso y, junto con los poetas Alexandr Vedensky y Nikolay Zabolotsky, fundó el grupo OBERIU (acrónimo de Obiedienienie Realnovo Istkustvo o Asociación del Arte Real):
'Quiénes somos y por qué somos? Somos poetas de una nueva percepción y de un nuevo arte... En nuestras obra ampliamos y profundizamos el significado del objeto y de la palabra, pero sin llegar a destruirlos. El objeto concreto, limpio de la escoria literaria y cotidiana, se convierte en patrimonio del arte. En la poesía, el choque de acepciones semánticas llega a expresar dicho objeto con la precisión de la mecánica'".
Cada vez que a lo lejos se apaga la luz del día
Cada vez que a lo lejos se apaga la luz del día
Y en la negra obscuridad que cae sobre las chozas
El cielo todo se pone a reverberar sobre mí,
Como un gigante átomo en movimiento
Vuelve a embargarme el pensamiento
De que en alguna parte, al otro lado del universo
Hay un jardín igual a éste, hay una obscuridad idéntica,
Y las mismas, las mismas estrellas de belleza indestructible.
Y de que algún poeta
De pie en ese jardín se pregunte con angustia
Qué razones puedo tener yo, que estoy en el fin de mis días,
Para perturbarlo con mis ideas nebulosas.
1948
Sobre la belleza de los rostros
Hay rostros que parecen suntuosos portales,
Y hasta sus más mínimos detalles parecen grandiosos.
Hay rostros que parecen chozas miserables
Donde cuecen hígado y echan a remojar el librillo.
Otros son fríos y muertos
Cercados por rejas como si fueran cárceles.
Y también hay rostros que parecen torres
Donde hace tiempo que no vive nadie y nunca nadie
se asoma a la ventana.
Pero una vez conocí una pequeña choza
Pobre y humilde
De cuya ventana salía a mi encuentro
El hálito de un día de primavera.
No cabe duda que el mundo es grande y maravilloso.
Hay caras que parecen himnos de triunfo.
De esas notas que brillan como soles
Es de donde surge la música de las esferas.
1955
Nicanor Parra, Poesía rusa contemporánea,
Ediciones Nueva Universidad, Santiago de Chile, 1971
Nota sobre la traducción: sobre la base de una primera versión literal al castellano, preparada por José Vento, Parra trabajó en Moscú durante el año 1964, con la colaboración de dos asesores lingüísticos: Agustín Manzo y Vicente Arana.
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