Ted Kooser
Nació en Ames, Iowa, ESTADOS UNIDOS en 1939. Es profesor de inglés en la Universidad de Nebraska-Lincoln. Es autor de once libros de poemas y de Local Wonders: Seasons in the Bohemian Alps, que es un ameno, delicioso, excelente y mágico diario que nos enseña el mundo que rodea al poeta, y nos da pistas y claves del proceso creativo de algunos de los poemas, y de la vida del poeta, de sus seres y animales queridos, de sus amigos y de su casa. También ha escrito The Poetry Home Repair Manual, un libro que, como el título sugiere, da ideas y sugerencias a los poetas que comienzan a escribir. Un manual que, al igual que su poesía, está lleno de sentido común, de ironía y de realidad. Ha recibido importantes galardones, entre ellos el premio Pulitzer, en 2005, por Delights & Shadows
Just past dawn, the sun stands
with its heavy red head
in a black stanchion of trees,
waiting for someone to come
with his bucket
for the foamy white light,
and then a long day in the pasture.
I too spend my days grazing,
feasting on every green moment
till darkness calls,
and with the others
I walk away into the night,
swinging the little tin bell
of my name.
Delicias y sombras
Ted Kooser
Traducción de Hilario Barrero
Pre-Textos, Valencia, 2009
Pearl
Y solté mi mano de la de ella y le dije adiós
y la puerta se cerró, y detrás del encaje
los otros salieron de entre los haces de luz
y tornaron a su inventario, tocando
la cuchara que yo había usado y restándola
de la suma de cucharas en el cajón de la cocina.
Granja abandonada
Era un hombre corpulento, dice la talla de sus zapatos
sobre una pila de platos rotos, junto a la casa;
y también alto, dice el tamaño de la cama
en una habitación de la planta superior; y bueno y temeroso de Dios,
dice la Biblia con el lomo partido,
en el suelo, bajo la ventana, entre motas de polvo iluminadas por el sol;
pero no estaba hecho para la agricultura, dicen los campos
cubiertos de pedruscos y el granero lleno de goteras.
Vivía una mujer con él, dice el empapelado del dormitorio
con motivos de lilas y los estantes de la cocina
forrados con hule, y tenían un hijo,
dice el arenero hecho con un neumático de tractor.
El dinero era escaso, dicen los frascos de ciruelas en conserva
y las latas de tomate precintadas en la lucerna.
Y los inviernos duros, dicen los trapos en los marcos de las ventanas.
Era un lugar solitario, dice el angosto camino vecinal.
Algo fue mal, dice la casa vacía
en el terreno tapado por las malas hierbas. Las piedras en los campos
dicen que él no era un granjero; los frascos cerrados
en el sótano dicen que ella se fue precipitadamente.
¿Y el chico? Sus juguetes están esparcidos en el patio
como ramas después de una tormenta: una vaca de goma,
un tractor oxidado con el arado roto,
una muñeca vestida con un overol. Algo fue mal, dicen.
Sure Signs: New and Selected Poems, University of Pittsburgh Press, Pittsburgh, 1980
Versión de Jonio González
Abandoned Farmhouse
He was a big man, says the size of his shoes
on a pile of broken dishes by the house;
a tall man too, says the length of the bed
in an upstairs room; and a good, God-fearing man,
says the Bible with a broken back
on the floor below the window, dusty with sun;
but not a man for farming, say the fields
cluttered with boulders and the leaky barn.
A woman lived with him, says the bedroom wall
papered with lilacs and the kitchen shelves
covered with oilcloth, and they had a child,
says the sandbox made from a tractor tire.
Money was scarce, say the jars of plum preserves
and canned tomatoes sealed in the cellar hole.
And the winters cold, say the rags in the window frames.
It was lonely here, says the narrow country road.
Something went wrong, says the empty house
in the weed-choked yard. Stones in the fields
say he was not a farmer; the still-sealed jars
in the cellar say she left in a nervous haste.
And the child? Its toys are strewn in the yard
like branches after a storm--a rubber cow,
a rusty tractor with a broken plow,
a doll in overalls. Something went wrong, they say.
Saltamontes
Este año son del tamaño exacto
del trozo de lápiz que mi abuelo usaba
para señalar los días en que no llovía,
y justamente del color del polvo, de los caminos
que a través de los campos moribundos conducen de nuevo
a los años treinta. Mientras andas por el agrietado sendero
que pasa por delante del granero vacío, el silo vacío,
los oyes irónicamente juguetear,
golpear la hierba como gotas de lluvia.
Una vislumbre de lo eterno
Justo ahora,
un gorrión dio contra
la rama de un pino
al otro lado
de la ventana de mi dormitorio
y un soplo
de polen amarillo
se fue volando.
Delights & Shadows, Cooper Canyon Press, Seattle, 2004
Versiones de Jonio González
GRASSHOPPERS
This year they are exactly the size
of the pencil stub my grandfather kept
to mark off the days since rain,
and precisely the color of dust, of the roads
leading back across the dying fields
into the ‘30s. Walking the cracked lane
past the empty barn, the empty silo,
you hear them tinkering with irony,
slapping the grass like drops of rain.
A GLIMPSE OF THE ETERNAL
Just now,
a sparrow lighted
on a pine bough
right outside
my bedroom window
and a puff
of yellow pollen
flew away.
.
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