lunes, 14 de noviembre de 2011

5161.- RAFAEL MUÑOZ ZAYAS


Rafael Muñoz Zayas, Panamá, 1972. Actualmente vive en España. Estudió Filología Hispánica en la Universidad de Málaga y atendió los cursos de doctorado en la misma. Poeta y narrador ha publicado los siguientes poemarios: Leucemias infinitas, Virazón, Málaga (1996), Canto del mal soldado, Ayuntamiento de Málaga, colección Monosabio (2000) y Sones de dicha (2001), este último premio de poesía Ciudad de Ronda. Parte de su poesía ha sido traducida al inglés, al francés, al árabe, al polaco y al serbocroata. Codirige la colección de poesía No+papel. Ha sido invitado a participar en numerosos encuentros literarios entre los que destaca la Bienal de Jóvenes Creadores del Sur del Mediterráneo, Roma, 1998 o el Encuentro Internacional de Escritores en Belgrado 2005. Su obra está recogida en numerosas antologías entre las que destacan: Periféricos. 15 Poetas. Ignacio Elguero editor. Madrid, 2004; el catálogo Roma 1999, Visioni de Futuro. Ed. Catelvecchi Arte, Roma, 1999. Entre las más recientes destacan la antología creciente Siete Samuráis 2, La Isleta del Moro, Granada, 2005 o la antología Los lugares del verso. Fundación Salamanca Ciudad de Cultura. Salamanca, 2005.http://lacabinadecombate.blogspot.com/






Diosa

Dios está sentada al final de la barra,
Esperando a que le haga una señal
Y subir a la habitación de arriba.

Ella también está cansada de esperar.


Incluido en Puta poesía (Editorial Luces de gálibo,
Málaga, 2010, ed. de Ferran Fernández).







azar negro

Fue entonces, es cierto, cuando el hombre descubrió que era su sombra.




VARIACIÓN Y SER

En el fondo quise ser
guerrero camboyano
metódico amante viejo
delicada flor entre el hierro pantanoso
herido por la mujer entre el arrozal
príncipe del triángulo blanco
y un pequeño rifle de madera

bajar a las selvas del sur
vivir embrutecido

con un gatillo de juncos en el pelo
caminar por las arenas de un camino
sembrado de cadáveres - niños
y caña de azúcar desmedida

y tu ceño mercenario
apartando las rosas

y al volver al poblado
ver a mi madre lavando
la mandioca al fuego
un caldero de madera
ropas sucias
mi padre

(Canto del mal soldado, 2000)



SON DE SER

Ser
de una familia sin crepúsculo
en una tierra sin día

vivir como esquimal
dejarme morir en la nieve
guarecerme del frío bajo el hielo
tener una gran canoa un arpón
un pelliza de marmota o reno

abrigarme durante seis meses
hibernar trocarme en oso blanco
picar el hielo con mi escala y deslizar
un sedal en un agua
tan helada
como mis sueños

y dormir durante medio año
no conocer la hospitalidad de los otros
ceñirme las entrañas de ciervo rojo

y estar atento al cielo por donde cruzas
las pestañas cubiertas
esquirlas de rocío heladas
y hundir miradas negras
en mi destino
escrito por estrellas
errantes vagas

tal vez horas más cortas
ciclos secretos

amarrado sentado en la proa
que conduces al puerto de la muerte

(Sones de dicha, 2001)




multinacional

ha quedado claro para el mundo:
ya no más arco iris dibujados por la lluvia
sólo enérgica luz difusa
de ángeles que llenan el aire
de una voz que dicen es divina
helicópteros y máuser cargados
desde el norte
nuevas hordas de
legiones sedientas que se embarcan
en siete cuatro siete
de vuelos charter que se elevan
hasta las costas que emboscan sus burdeles
en los ingrávidos consejos tribales que
en junta de gestión y marketing
desangran las venas de la tierra
desecan al mediterráneo
violan los bosques y con su sangre
riegan campos de golf
y mutilan adolescentes
en la orilla negra de sus piscinas
pues tienen prisa
por borrar las huellas
que conducen a la senda del pasado
y juegan con la hecatombe sin ruido
y el cambio fácil que produce migraña
donde el porvenir bate el mosto indigesto
del pecado atroz
de dios expulsando a dios del paraíso

(Antología Los Lugares del Verso, Salamanca, 2005)












Tarde (version extendida)

llevo toda la tarde leyendo

hacía meses que no sucedía

leyendo textos como si fueran
agua pesada
Bukowski
Dani Verge
Luis Muñoz
recordando
versos
que antes significaban algo
los que salen en momentos de estrés
los que recuerdo cuando el mundo parece
que se acaba pero no
un asesino pasa bajo asegure su felicidad
cuando hundo el sable en mi vientre escapa de mi herida
una música atronadora
cosas así
de Ignacio García
de Leandro Ayllón
cosas como
pretendo que se me abra la madera
mi boca es una sonda que busca en el vacío
poseo palacios de verano bajo una urdimbre de cañas
de Ernesto Pérez
de mi padre
de Javier La Beira
cúmplase que he vuelto
de Juan Carlos Mestre
alguna vez habrá que decir no
como dicen las hormigas al invierno
de Isabel
no sé
algunos están muertos
el resto en proceso
de otros no me importa su estado
porque el tiempo
es una espada cíclica
un cañón del Colorado
un game over innecesario
que a todos nos llega
y estas no son
.me parece.
las últimas palabras
que por hoy
escribo

quién sabe
si tendrá alguna importancia

a quién le importa

los días se acaban y ya emigran hacia el norte
las primeras bandadas
y el surco de la tierra
se agrieta
como si nunca más
fuera
ahí
a llover más
y el gorjeo lento de las aves
y la orina inmensa de los camellos
no formarán parte
de la misma lenta belleza
del tiempo
inmenso
que se acaba

como se agota el recuerdo de Romy
.la muchacha que lanzaba bolas de nieve.
como se hace calima el vientre plano
el humo de un primer cigarro
la mano de Marie mientras besaba
a quíen más amaba
como el llanto
frágil como un trozo de vidrio
de una chica
que ahora
camina por las calles con un perro envejecido
como HAL y la memoria impostada
el tiempo hace valer
a cada uno sus instantes
y nada
parecerá
más importante

pero la saga de Deep Purple y Cobain
fallecerá en abril
y condescenderá Eliot
y Pound
desde su pequeña tumba en los alrededores de Venecia
entonará un Dies Irae que nos alcanzará a todos
y el mundo será mejor
o
al menos
durante diez o quince minutos
llegará a parecerlo
esto ya lo sabían
Mahoma, Jesucristo y Mao
y jurarán por elllos en las esquinas de las sacristías
y en las oficinas del ejército popular de liberación será oficial
en las aldeas de Kandahar saltarán por los aires
y en las cafeterías del Vaticano donde un café .expresso.
cuesta más que el salario por una jornada de trabajo
y lo saben los sodomitas
y las seguidoras de San Francisco
los miembros del Gobierno de Italia y de la logia PIII
los gays y los mormones en armoniosa sodomía
y hasta el Papa bendice a sus propietarios en San Pedro
que nunca supieron
bien
que
en su nombre
habría una basílica más grande
que mil barcas de pescador
y todo parece carecer de sentido
y la verdad es que no
ni el viento cálido del Norte sabe traer
mejores misivas que la del silencio
ni desde el Sur la muerte ha convocado
a mis amigos de antiguo
nada importa
la luna, la L U N A, aunque os pese,
sigue ahí, con su reflejo sagrado
jodiéndoos la noche
y el lento aletear de los ángeles
parece que va a dejaros sordos
.si es que no lo estáis ya.
puesto que todo vale
lo que su peso
en neón
en esta liga
criminal
de los que nada tienen que decir
y se empeñan
como
albahaca seca contra mosquitos
en lanzar satélites
a las estrellas
para que alguien
muy, muy lejos.
venga a buscarnos
para
destruirnos
haciendo verdad las fieras predicciones de aquellos
que
como Heinlen o Hawking
temen
que los que habitan el universo
se parezcan
aunque sea solo un poco
a nosotros










LA TRISTEZA DE LAS COSAS PEQUEÑAS

Para los airados
para los ofendidos de las plazas
para los que claman viento nuevo en las avenidas
y para todos los que sacuden sus cabezas en sus casas
para todos ellos
para todos los que quieren saber
qué aventura octubre o qué se esconde
en el hígado certero de las ocas
o en la cifra de los dados de hueso
o en los huesos de pollo derramados sobre la mesa
para todos ellos
para todos los que escrutan
el cielo virgen de la magia negra
en la sangre licuada de San Genero
y miran el rostro Santa Catalina de Jesús
intuyendo en ellos
un aliento divino
para todos
para todos ellos
que divagan en los cafés de media tarde
y se acodan en las barras de los bares
y beben cerveza, gin tonics, vodka o ron caramelizado
para todos
para todos ellos
os repito
que no hay felicidad en las cosas pequeñas
porque albergan
la misma carga negativa
en perfecto equilibro
de tristeza.

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