domingo, 12 de septiembre de 2010

LEO LOBOS [1.034]




Leo Lobos

(Santiago de Chile, 1966) 

Poeta, ensayista, traductor y artista visual. Laureado UNESCO-Aschberg de Literatura 2002. Realiza una residencia creativa en CAMAC, Centre d´Art Marnay Art Center en Marnay-sur-Seine, Francia los años 2002-2003 con apoyo Fondo Internacional para la Cultura y la Fundación francesa Frank Ténot. Ha realizado exposiciones de sus dibujos, pinturas  y una residencia creativa los años 2003 hasta comienzos del 2006 en el centro de cultura Jardim das Artes en Cerquilho, Sao Paulo, Brasil donde realiza actividades de relaciones internacionales y gestión de proyectos.

Ha publicado entre otros: Cartas de más abajo (1992), +Poesía (1995), Perdidos en La Habana y otros poemas (1996),  Ángeles eléctricos (1997), Camino a Copa de Oro (1998), Turbosílabas. Poesía Reunida 1986-2003 (2003), Un sin nombre (2005), Nieve (2006), Vía Regia (2007), No permitas que el paisaje este triste (2007). Sus fotografías, ensayos, dibujos y poemas han sido publicados en revistas y antologías en Chile, Argentina, Perú, Brasil, Cuba, Estados Unidos, México, España, Portugal, Francia y Alemania.

Como traductor desde el portugués ha realizado versiones en castellano de autores como Roberto Piva, Hilda Hilst, Claudio Willer, Tanussi Cardoso, Helena Ortiz, José Castelo entre otros. Sus dibujos, poemas visuales y pinturas forman parte de colecciones privadas y publicas en Chile, México, Estados Unidos, Brasil, España y Francia. El 2003 recibe la beca artística del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes del Ministerio de Educación de Chile y el 2008  la beca de creación para escritores profesionales del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile. Es co-director del Encuentro Internacional de Poetas ChilePoesía uno de los más importantes festivales de poesía de Hispanoamérica. En la actualidad trabaja en producción y gestión de proyectos en la Corporación Cultural de Peñalolén.




Poema Inicial


De "Angeles eléctricos"


la semilla

del horizonte
el sol es un óvulo

que no ha sido
fecundado
aún

¿Vendrá el gigante avestruz a
comer
de su mano?




el conducir fue siempre tarea de otros

yo duermo, leo, converso, escribo
miro

la música del auto convierte
el viaje en una película de
esas
que nunca llegamos a ver
pero de la que siempre
escuchamos

algo






Muy de tarde en tarde,
muy de cuando en vez...

las campanas indicaban el fin de la época
del hastío

las niñas y los niños cantaban
canciones de moda

algunos que estaban
allí desde los tiempos antiguos
soñaban
con el vuelo de las águilas

nuevos y viejos
habitaban bajo
el
mismo techo






Un día de longitud

casi impensada
se abre
en esta órbita
la micro es una nave
que nos
mueve en el espacio
algunos hablan de amor
mientras intento dormir
zumban
las
abejas
de
cristal






No quiero sentarme

desde aquí
veo con claridad a las cuadrillas de obreros
caminar rumbo al
templo

en veintitantos mil
millones de años
el sol
se extinguirá
y el poema del mundo
se irá con él



Ángeles eléctricos

Terminado de escribir en Noviembre de 1996, fue presentado el mes de noviembre de 1997 en Opera Bouffe en el Puente Vicente Huidobro, río Mapocho, y editado por L.S. Editorial. Diseño a cargo de Leo Lobos, Luis Alarcón, fotografía Emilio Arnés, música de Guillermo Escudero, Piny Levalle y Claudia Campusano.

Poemas para ser leídos-hablados en público con música nueva y antigua, con luces y oscuridad, con imágenes y sin ellas. El título y parte de este trabajo esta inspirado en letras y música de Gustavo Cerati.





De "Cielos"


"la escritura fue un dibujo trazado
entre los apremios
de la persecución"
Rafael Cadenas

En ningún lugar

la tierra es
como era
cada uno
esta
atrapado en
su
propia
catedral





Es un lago de sollozos

coloreados de nuevo
el mar
solo
el mar
es
origen





No se han ido

solo hemos
dejado
de
verlos
no habrá en el
paraíso otra
muerte



Cielos

Dedicado a Francisca Alcalde y Federico Errázuriz,.es conjunto de poemas sueltos, escritos sin continuidad desde 1995 en las comunas de Puente Alto, Maipú, Macul, Santiago de Chile. Presentados en una edición de 50 ejemplares numerados en Clavo Oxidado Art-Restaurant (Providencia-Chile) el 17 de Enero de 1997, con la colaboración en la selección musical del maestro Guillermo Escudero, Alfredo Ancatrio audiovisuales, y Jorge Ugalde producción.






De "Cada día es una invitación"

"el péndulo de la mente oscila entre sentido
y sin sentido, no entre correcto y equivocado"
Carl G. Jung


Eran cuatro
Desesperados
cuatro hambrientos
cuchilleros que salieron a mi paso

era tarde, lo sé
no debí salir,

pero hay días que se alargan
demasiado
hacia raros dominios donde una calle es igual a
otra y simplemente equivocamos el camino -hay
lugares con los cuales, uno debiera contentarse
sólo con soñar-

ahora que recuerdo la escena
ui veloz-rápido como una luz
en la
mañana.




¿pero qué quieren que les diga
exactamente?

Santiago, 1987.


"un pájaro que vuela por el aire,
queda desamparado en el espacio porque la
Tierra gira alrededor del sol a una velocidad
de treinta kilómetros por segundo"
Isaac Asimos


Embriaguez oral
ni miel, ni seda
es de noche
y algo sucede
al otro lado de la tierra.

Vamos a dejarles
a todos
boquiabiertos
pues somos
seres de carne blanda
solitarios
en marcha en todas direcciones
en un bosque
metálico
gris
que crece
desordenada
e incansablemente

como
exiliados de sí mismos





Poseidón

A mi amigo Federico Errázuriz Soza,
por la vuelta al día en ochenta mundos.

Poseidón y sus
tiburones de madera
nos persiguen por cubierta
el pakishta
cae al mar

y hago lo mismo

escupo sal por la nariz
tos y más tos
aclaro la visión
y mientras doy gracias
por vivir
recuerdo al cachorro

ladrar
bajo
el agua






El canal pasará

como el Ecuador
bajo nuestros pies descalzos
a la salida del sol
entre una y otra costa
volarás
como si no volaras
como
si no salieras
de aquí

Olvidarás
porque olvidar
es también
maravilloso


Cada día es una invitación

Escrito en Santiago el año 1987 y presentado el 25 de abril de 1997 junto al poema Perdidos en la Habana y a dos textos del poeta Sergio Parra en una edición limitada de diseño, arte e impresión digital de 50 ejemplares únicos, en Clavo Oxidado Art-Restaurant, a veinte días del inicio del aullido inmortal de Allen Ginsberg (1926- 5 abril 1997). Registro Audiovisual Alvaro Espinoza, música Guillermo Escudero, producción de Jorge Ugalde.






NIEVE SOBRE LAS VÍAS DE UN TREN LLAMADO MUNDO

Por Antonio Arroyo Silva

La nieve no quiere decir nada:
es sólo una pregunta que deja caer millones de signos
de interrogación sobre el mundo.
José Emilio Pacheco, En resumidas cuentas, Visor de Poesía 2009.


Desde Santiago de Chile me llega Nieve. Se trata de una antología del poeta y artista visual chileno Leo Lobos que bajo ese título genérico agrupa su producción poética desde el comienzo de su peregrinar en 1986 hasta al menos el  año 2012. Editado en la magnífica editorial Mago Editores en la colección Raúl Zurita en el 2013, Leo Lobos escribe-reescribe una serie de poemarios ya publicados y todos toman nuevo cuerpo bajo ese guiño especial que él le da al símbolo de la nieve, que remontándose a San Juan de la Cruz y su noche oscura del alma, llega a la mirada contemplativa del ser contemporáneo:

Para ver Nieve en la noche
debes cerrar tus ojos
en su transparencia radiante
verás entonces
una vez más
Nieve dentro de ti.

Apagar los ojos para ver, diría Rilke. Pero esta manera de ver es singular. Ver nieve desde detrás de los párpados, no porque el ojo se deslumbre y se pierda. No para ver los círculos dorados cuando apretamos bien los párpados, como dice el poeta canario recientemente fallecido Luis Natera Mayor. No por eso, sino por una suerte de diálogo con el dolor humano de unos seres que murieron congelados en la cordillera de los Andes tras un trágico accidente. Sus ojos congelados, sus miradas detenidas en un punto, en una página, en un lienzo. No por San Juan ni por Rilke ni por Natera, Leo Lobos dice que en esa transparencia radiante del párpado al cerrar los ojos encontraremos de nuevo esa mirada de acabamiento que pertenece a esos jóvenes conscriptos muertos en la zona del volcán Antuco, en Chile el año 2005. Eso y más. Eso es cuestión de la naturaleza del espeleólogo de sí.

Como muy bien dice el poeta, citando a Joseph Bronsky, las palabras son como espejos mágicos donde se abocan todas las imágenes del mundo. Imágenes fronterizas entre el placer y del sufrimiento, todas confluyen en una palabra. La palabra es llave que abre una puerta donde confluyen todas las puertas del mundo. He ahí la maestría y eficacia del poeta al darle el título Nieve a esta antología, conjunto de poemas que, precisamente, abre el libro. Le siguen Marnay, Nueva York en un poeta, Devagar, Un sin nombre, No permitas que el paisaje esté triste, Vía regia  y REM.

No es la primera vez que me acerco a la poesía de Leo Lobos. Hace unos años lo hice a esa primera antología suya, Turbosílabas. Poesía reunida 1986-2003. Fue mi manera de plasmar por medio de un artículo un diálogo incesante que Leo y yo habíamos comenzado unos años atrás, donde compartíamos poesía, morada y calor del hogar. Después vino mi La palabra devagar, un libro de artículos que hablan de poesía de Chile, México, Brasil, España y de tantos lugares. Así lo recordaba en el prólogo de dicho libro.

«Solos en la velocidad del mundo hemos estado estos años. Primero viviendo, amando, escribiendo poemas en las nubes, o en las arenas del desierto, siendo verso en el aire, como el poeta chileno Raúl Zurita que escribió sus creaciones más íntimas en la arena de Atacama, como Huidobro que subía a los aviones para escribir en las nubes y desde ahí vio a Altazor estrellándose en el desierto del lenguaje. Y desde el aire, ser el haz y el envés de la hoja, la línea que se traza desde el árbol al mantillo del bosque, sin saber el principio ni el final».

Tan lejos y tan cerca. A veces las miradas se encuentran y se hermanan, porque la mirada viene en forma de palabra y en esa misma forma también va y encuentra esa turbo sílaba del confluir, justo en ese momento en que la poesía deja por un instante de ser literatura y se hace carne de un eco, carne de una voz transparente que pinta su palabra de azul.

Un ser extraordinario señalaba al cielo en una foto. La realidad de la ceguera decía que el niño anunciaba el primer cumpleaños de su hermanito. Pero la vida, como dice John Lennon, es algo que nos pasa mientras hacemos otros planes y la poesía no tiene ni moldes ni horarios. La vida a veces se nos pinta de negro.

Y aquí estábamos de nuevo Leo y yo cerrando los ojos para ver nieve dentro de nosotros. La energía turbosilábica de la poesía de nuestro poeta ya reseñada entonces ha remozado el cuerpo del libro y le ha dado nueva energía y continuidad. Todo rejuvenece, la carne cubre de nuevo el hueco que los años van dejando en el edificio del ser. Todo vuelve al principio si encuentras la transparencia en ti.

Aparte de lo dicho, este libro está estructurado al socaire del viaje, en los cruces de caminos: Marnay-sur-Seine, Nogent-sur-Seine, Romilly-sur-Seine, París, La Habana, Buenos Aires, Cerquinho, Sao Paulo, Río de Janeiro, Nueva York, Washington...Notas de un cotidiano con la mirada atenta del sur. Ahab buscando su ballena blanca que lleva en su lomo el espíritu de sus ancestros y que al Chiloé de la gran urbe santiaguina ha de volver. 

No solo poesía, aquí hay personas de carne y hueso que se han subido en el mismo bus de Leo, y a todos saluda desde el recuerdo y el corazón. Y con esto el libro no sólo cuenta travesías sino encuentros inolvidables con amigos concretos, entusiastas, irredentos, geniales que aportan al conjunto esa intimidad, frescor y emotivo latir tan precisos que necesita la poesía de ahora mismo. También es de destacar la presencia de epígrafes de multitud de poetas, músicos, artistas que, más que adornar o ilustrar el poema subsiguiente, matizan esa conversación con el universo que Leo Lobos empezó hace tanto tiempo. Como decía José Emilio Pacheco, más que conversar con los difuntos o los vivos del pasado, Leo Lobos halla su voz no contra ellos-como preconizaba el crítico Harold Bloom en cuanto a la «ansiedad de las influencias»-, sino junto a ellos, también acompañantes en su viaje. Nuestro poeta se prolonga en Enrique Lihn, Jorge Teillier, Nicanor Parra, Décio Pignatari, entre otros. No son antepasados literarios sino copartícipes de la historia y de la experiencia de estar vivos. El tiempo se hace espacio.  Pero siempre el cruce de caminos parte del corazón donde radica el epicentro de la visión-vivencia.

El poeta que viene del otro lado del mundo y descubre la luz del día europeo, mientras en su tierra es madrugada, momento del sueño físico y, a este lado, del otro sueño. Y este poema, así como todo Marnay es un puente que los une.

Son cerca de las diez de la mañana y
tengo un sueño: son las cuatro de la 
madrugada en Chile y despierto en un
lugar que no conozco y que intento
descubrir, duermo y despierto al sueño
a once mil kilómetros de distancia del
corazón, y afuera la lluvia cae y las
campanas de la iglesia de Marnay nos 
dan las diez.

En Nueva York en un poeta se aprecia la mirada cosmopolita del que viene del sur a la gran urbe donde se cuece el destino del mundo; pero, paradójicamente, también donde está el arte y las grandes iniciativas de la creación universal. Mezcla de razas, credos, estilos de vida, todos al unísono hablando de paz y concordia. La moderna Babilonia. La globalización verdadera desde el arte y la poesía y la palabra paz como un gesto universal, no como una palabra vacía en las agendas del lobby. Como dice Leo Lobos: «Somos el elemento humano que contribuye a/ la impresión de diferencia, si las gentes fueran iguales/ en todas las partes no tendría sentido un lugar u otro». La igualdad en la diferencia.

Devagar nos dice de la pequeña soledad del poeta frente a la velocidad del mundo. Devagar empieza con un epígrafe de Juan Ramón Jiménez tan significativo que, de alguna manera, resume toda la poética de nuestro poeta: "El verdadero poeta lo es todo y más; abarca y anula, como la vida, el amor y la muerte, todos los nombres y supone todos los olvidos de todos los nombres". Como ya he dicho en otros escritos, la palabra portuguesa que significa lentamente viene a coincidir con la expresión canaria «vísteme despacio que tengo prisa». Así, en esa velocidad del mundo, la poesía de Leo Lobos se va vistiendo con el traje del instante que lentamente irradia en el poema como una mariposa de luz.

Un sin nombre nos abre de nuevo la puerta del Mundo con una cita del gran poeta brasileño fallecido en el 2012 Décio Pignatari. Cuando la poesía gana entidad de ser vivo, el nombre del poeta se diluye en el aire. El poema, como una persona que más que ser comprendida quiere verdaderamente ser amada. El poeta vive en sí sin nombre. Es un heterónimo de la poesía. Así dice: «Solo es mío el país que traigo conmigo»-en palabras del autor-. Y de ahí al acto de escribir:

Escribo sí
día a día
fuego
escribo
por el sol
ciego
de palabras
voy
uno entre los múltiplos
melancólico
tímido
feroz
es la tierra que me escribe.

No permitas que el paisaje esté triste, título que se corresponde con un verso del chileno Francisco Véjar,  poeta y amigo de Leo Lobos. Este verso recoge el espíritu de unos días heladísimos del invierno de 2008, en los que escribió este conjunto de poemas. Como contraposición, en las tierras de acá, al unísono, no se recuerda un verano más cálido. Desde los extremos surge la voz poética, las extremidades trazan los signos más inesperados del vivir que tenemos delante de los ojos y que no vemos.

No dejes que el paisaje esté triste
deja al paisaje florecer en tu mirada
respira en la transparencia del aire y llena tus pulmones
siente a tu corazón bombear esperanza a tus venas

Con esto el paisaje ya no es el locus amoenus de la poesía clásica, un telón de fondo donde se resarce el ser humano, medida y canon de la creación. Ya no el antropocentrismo ni tampoco el reflejo del interior del poeta romántico, con borrascas, calmas y temor. Se trata de una concepción anti clásica y anti romántica del paisaje y del ser humano: el paisaje es lo que nos define, lo que tiene que florecer en nosotros, en la vida y en la poesía para estar vivos. Una concepción que tiene mucho que ver con el zen y con la filosofía oriental traída a Las Américas por las generaciones beat de Estados Unidos, pasando por el imagismo de Pound, su consecuencia brasileña, Octavio Paz de la Ladera Este y de las Versiones, etc. Y es que Somos luciérnagas en la hendidura del día, así René Char, Igmar Bergman, William Burroughs, Mark Rokho, Paul Bowles, Joan Miró, The Beatles. Luciérnagas que se han transformado en caballos de la luz. Caballos de la luz delante de los faros de los automóviles.

Via regia es, según palabras del poeta, una indagación en el mundo de los sueños, partiendo de las teorías freudianas como los surrealistas franceses. El sueño como vía regia hacia el conocimiento de lo inconsciente dentro de la vida anímica. Pero, además, Leo Lobos, como C.G. Jung, indaga en el mundo de la emoción por el otro: "Sin emoción no se produce alteración alguna de tinieblas en la luz y de la inercia en movimiento"-dice Jung-. Esta emoción lleva a la amistad. Sin embargo, Leo Lobos no sigue los preceptos del llamado surrealismo clásico, si acaso hace una revisión. Es otra mirada, que ha pasado por el ojo de Neruda, Lihn y tantos poetas chilenos. Y a esto le añadimos la impronta de René Char, el jazz y esa manera tan singular de Leo Lobos de hacer poesía:

Música para una película muda
Jazz
y el sol
perdiéndose
entre colores anaranjados y la tenue e inmóvil
cordillera de la Costa

Esta misma indagación hacia adentro del ojo cobra una vitalidad inusitada en REM, siglas de la expresión  "rapid eye momement", movimiento rápido del ojo, fase en la que los ojos se mueven rápidamente y la actividad de las neuronas del cerebro se asemeja a la de cuando se está despierto, aunque se esté en pleno sueño. Esto explica la ensoñación y también el momento de la creación pura y sin ataduras, más allá de las distintas manifestaciones artísticas. Poesía, pintura y música se conjugan y se hermanan entonces en un REM de Leo Lobos de manera que

Nunca siento que soy yo quien hace arte
No sé de dónde vienen mis ideas
Yo sólo aparezco para el trabajo
y sigo mis órdenes

Como dice José Emilio Pacheco en el poema «Berwyn House«, en el silencio cae la nieve./Arde la luz./Vuelve a ser paraíso el mundo. Todos veremos nieve una vez más. Otro ojo que cierra los ojos para ver otra nieve.

Antonio Arroyo Silva
Los Llanos de Aridane (Isla de La Palma, Canarias), 18 de agosto de 2014.




“Soy sirio. ¿Qué te asombra, extranjero, si el
mundo es la patria en que vivimos todos, paridos por el caos?”

Meleagro de Gádara, 100 antes de Cristo.



Urban Night life

Salimos de ahí disparados a seguir girando
por el lado oscuro de la ciudad
un grupo de rastas fuma en las afueras
de un local nocturno donde esta noche toca un demonio,
quiero irme, aunque el aroma de tranquilidad que aquí se respira me retiene, comemos verduras cocidas que ellos venden bajo el pórtico de un rascacielos donde nos refugiamos de la lluvia. Uno de ellos recorta fotografías de revistas y pinta los marcos donde las expone sobre

un pedestal – maleta, otro, dibuja en un enorme block a grandes trazos innumerables imágenes difusas.

Quemamos la antigua imagen que teníamos de ellos y de paso
las nuestras se hacen cenizas
que el viento
lleva.

New York, Estados Unidos, 1999



Nieve – uno

Para ver Nieve en la noche
debes cerrar tus ojos
en su transparencia
radiante
verás entonces
con los ojos cerrados
una
vez más
Nieve dentro de ti



Los vagabundos del karma

El cielo es blanco como el suelo blanco
ciegos e invisibles vamos
en esta marcha

Para no olvidar en nosotros
el recuerdo de nosotros que se borra insistente

¿Cambiará esta luna?

La Reina, Santiago de Chile, 2007.




Silencioso dentro de la noche

“Ser como o rio que deflui
silencioso dentro da noite”
Manuel Bandeira

Fluir, leve andar
descalzo inflar lentamente los pulmones
pesar cada paso sentir
cada instante entrar
silencioso dentro
de la noche
como sí ella
fueras

                       Marnay-sur-Seine, Francia, 2002.




Una secreta forma

“las palabras como el río en la arena
se entierran en la arena”
Roberto Matta

El automóvil esta poseído por la fuerza
de los animales que le habitan
como un carruaje tirado por caballos
sobre piedras húmedas de un pasado verano

Río de Janeiro aparece de repente como
la secreta forma que el Atlántico
deja entrever desde sus colinas de azúcar:
ballenas a la distancia algo
comunican a nuestra humanidad sorda
y cegadas por el sol preparan su próximo vuelo
caen ellas entonces una vez más como
lo han hecho desde hace siglos
caen ellas en las profundidades entonces
caen ellas y crecen en su liquido amniótico.

 São Paulo, Brasil, 2004.



Temor

 “La mejor parte es sentirse vivo pintando y la peor es necesitar  hacer pinturas  para sentirse vivo”   Geoffrey Lawrence

Reverencia emocionada
cuando todo
deje
de
importar
cuando todo este oscuro
cuando todo este perdido

Que la musa te toque con sus
dedos la espalda
y te empuje al camino

Que la frialdad de las ciudades
que la rosa de la nada
que el fango inmóvil
que la arena movediza del desierto
no borre la tristeza de tinta
que ha de alcanzar el agua

Y sea aire movido por los labios
una
vez
más

San Pedro de Atacama, Chile, 2009.





Buscando luces en la ciudad luz

A Paz Carvajal y a la tan necesaria Paz para este mundo y el otro.

Busca que busca
la luz de la palabra cruzando
ríos y lagos
mares y montañas internándose en
ciudades laberintos actuales bosques
sumergidos desde Santiago a Boston desde
Nueva York a París, París, París y en este
bosque blanco que, otra cosa, la misma cosa
la veo parada ahí
en la calle
pensando quizás en el eco
de las aguas entre la multitud y los autos veloces
buscando la luz, buscando las luces de una piel
que nadie podrá herir
mientras perdidos transeúntes
le preguntan
por dónde
por qué camino
por qué lugar se entra
se sale del espejo
donde a ratos logran escuchar a un triste Lewis Carroll
llorar por una niña llamada
Alicia
atrapada por
él
en
una
historia
paradojal

Marnay-sur-Seine, Francia,  2002.



Perdidos en La Habana

Se puede ver a lo largo de Cuba verdes
o rojos o amarillos descascarándose con el
agua y el sol, verdaderos paisajes de estos
tiempos de guerra

Después de tres botellas de ron
ella lloraba en el lobby
del Hotel Capri, mientras le leía poemas que no eran míos,

Hablaba de las playas a las que llegó
en motocicleta, cuando aún el sol brillaba
los cubanos son niños que lo miran todo                                                 

decía

Otro él, aparece desde el centro del salón y necesito
más de un segundo para
reconocerle
me acerco y me cuenta de mujeres, palacios de salsa,
de bailes mágicos
no hay, pienso
no existe una isla
sin orillas…

No quiero habanos
no tengo dólares
mejor será
desaparecer antes que la noche

El Vedado, La Habana, Cuba, 1995.



Hi-tek

Con dinero de plástico pagamos nuestros
instrumentos importados desde tierras lejanas,

Camiones con alimentos transgénicos nos sobrepasan en la calzada

Automáticos seguimos en trance en una súper carretera
leemos cartas en el teléfono portátil imágenes activas
de cuarzo liquido que satélites
de plata nos ligan desde
una órbita desconocida

El tiempo
es
sin ser el espacio
el mismo complemento

El reloj digital anuncia la caída del sol
pulso el control remoto
del portero electrónico
y en el carro de combustión interna nos
desplazamos parapléjicos.

Campos dos Goytacazes, Estado de Río de Janeiro, Brasil, 2004.



Digitoscrito encontrado en la Playa del Francés

En busca de turistas para sobrevivir a la pérdida vital
los niños de la playa del francés alejados de la escuela
aprenden idiomas y costumbres nuevas

dos, tres, cinco reales deben llevar
a sus padres-hijos como una cuota
diaria para el almuerzo

entonces

van y vienen en la arena
como todos, se mojan y ríen
entre vendedores ambulantes
y bañistas ciegos nos acompañan y guían

son

tablas de salvación

en
éste
nuestro
propio
naufragio

Maceió, Estado de Alagoas, Brasil, 2005.




“Sintaxis del relámpago
Oh puro lenguaje del exilio”
Saint-John Perse


Joan Miró

el lienzo
esa serie de lienzos que por décadas
construyó pintó y marco con sus sueños
pone ante nuestra vista
para que también podamos ver lo que sus ojos vieron
Lo inesperado que su mano proyecta con grandes gestos o
con los ajustes minuciosos de un orfebre
Para nosotros lo más real es la imagen de los sueños, que no cesan
de encadenarse unos con otros cuerpo comunicable que quiere
hagamos nuestro
no a la pereza mental
modestia extrema y orgullo de artista
lo uno y lo otro
Una fuerza atacante que se exterioriza
capaz de cambiar la vida

Macul, Santiago de Chile, 2007.



Paul Bowles

La hegemonía sin sentido de lo involuntario
Sin una idea en la cabeza escuchando el monologo sin sentido del viento
El viento se deslizaba en su cabeza como en una habitación
apagando la frágil llama de una idea que se estaba formando en la oscuridad
La arena corría por la tierra llana y negra como un arroyo de agua clara

Macul, Santiago de Chile, 2007.




William Burroughs

Los poetas nos esfumaremos en anocheceres de luciérnagas
viviremos en una luz al final del último y mayor de los sueños humanos
Igual que los marinos del viejo continente vislumbraron una tierra redonda
Los peregrinos soñamos relámpagos de regiones más allá de la muerte
Abiertas a todo el que este dispuesto a dar un paso hacia lo desconocido
Como del agua a la tierra
De la palabra al silencio
Del tiempo al espacio
Nos haremos menos materiales
En eso consiste el arte con los ojos bien abiertos
Y aportar al desarrollo de los órganos necesarios para la vida en el espacio
Que peligroso es vivir amigo mío
Pocos sobreviven
Pero no rehuiremos el peligro cuando tenemos
un universo por ganar y nada por perder

Macul, Santiago de Chile, 2007.



No pidas frutos al árbol que no riegas

“Así como el queso atrae a las ratas, las competencias, deportivas o guerreras, atraen a los humanos que no se han liberado de su egoísmo.”
Alejandro Jodorowsky

“rodeada de relámpagos
es el rayo quien te besa”
Georges Bataille


No pidas frutos al árbol que no riegas
No pidas nada a la nada que respiras no pidas aire no pidas más
Escucha en silencio el árbol te dice
con sus mudas hojas lo que en verdad eres
Un reloj de sol que a cada momento proyecta
la hora que es, el alma, la energía diferente de cada hora
No pierdas el día no fuerces tus horas limpia tu sombra riega las flores
presiente a los árboles y sus raíces buscar el agua
corre ve y dile a los demás

La Reina, Santiago de Chile, 2007.



“Me sacudí como los perros
de las olas que me querían”
Pablo Neruda

Altaola

Cuando el mundo es un horizonte curvo
inmenso
como los arenales de la luna
mar adentro
soy nacido de los pájaros

un punto inmóvil
una tabla
suspendida sobre
el mar
un giro
un vuelo de palabras
entre tiburones de espuma
una enorme ola
de
lo
otro
subiendo con la marea del instinto
un nombre vacío
la tempestad
el hijo de la nada

Santiago de Chile, 2005.








2 comentarios:

  1. Una gran alegría leerte en este blog, querido amigo Leo. Tu poesía es inmensamente luminosa.
    Gracias, estimado Fernando, por acercarma más a este hermano en letras y en entusiasmo por la humanidad y la paz.
    Me alegra muchísimo encontrar a tantos poetas, cosa que demuestra que en esto de la poesía no existen fronteras y por tanto tampoco entre los seres humanos.
    Un abrazo entusiata,
    Antonio Arroyo,

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  2. Bellísimos poemas, de amplia mirada contemplativa de la naturaleza y el ser humano en su notoriedad implacable, pero invisible para muchos, mirada además autoreflexiva y versátil,asombrada y sensible, hermosas letras que generan luz.
    No conocía este blog,gran descubrimiento,
    Alejandra G.

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