Josué R. Hipolo
Josué R. Hipolo (Lima, Perú 1995) es estudiante de Filosofía de la UNMSM.
Es editor y miembro del colectivo/revista Poesía Sub 25 (poesía joven), junto a otros amigos poetas. Estudia Filosofía en la Universidad nacional mayor de San Marcos, vinculándose a la docencia. Hasta el momento ha colaborado con poemas libres en el segundo número de esta misma revista y otras colaboraciones a diferentes webs de poesía. Actualmente trabaja en un poemario que espera editarse pronto.
[creación literaria a base de programas de tv]
Escucho canciones de los Backyardigans para tener inspiración y escribir un poema que esté compuesto por versos libres y un arcoíris de azúcar, enciendo la tv y me doy cuenta de que está dando el programa de Laura Bozzo, entonces mi poema ahora será sobre arañas gigantescas que dicen llamarse Juanita, Chabela, Sabina y Sonia, y cogen a moscas que parecen zancudos o zancudos que parecen moscas y se ponen a bailar hasta que las arañas se aburran y las moscas-zancudos se pongan tristes por esto. O hasta que yo me aburra de escribir sobre zancudos, moscas o arañas y cambie de canal. Si esto llegase a ocurrir existe la posibilidad de que sintonice el Chavo del 8 ya que eso me anima, o sino poner un video del chavo pues la tv últimamente está muriendo metafórica y literalmente.
Enciendo el dvd, el disco está algo sucio pero le doy un soplido y ya está. Este es uno de mis episodios favoritos, don Ramón, los espíritus chocarreros, la sesión espiritista; sin duda uno de los mejores y tal vez mi favorito. Entonces lo tengo, escribiré sobre los espíritus chocarreros pero no sé si hablar de ello tenga coherencia, solo pensé en algo como que los espíritus están en mi sala, una noche, jugando un partido de póker y uno de ellos se molesta por haber perdido y va furioso a la cocina a llevarse el pan de mi casa; en eso aparezco yo que me he despertado por un mal sueño que tuve sobre el apocalipsis y que su inicio iba a ser en México pero que los espíritus chocarreros me ayudarían a romperle la madre a los que la iniciaran.
Francamente no tenía nada, quizás el Chavo del 8 no me inspire mucho, mis siguientes opciones serían:
Sintonizar algo nuevamente, en la tv, arriesgándome a que me den convulsiones por algunos ánimes y no tener tiempo de escribir porque, si encuentro alguna película como Duro de matar me entretendría hasta el final de mis días viendo una y otra vez todas las sagas o como se llamen y ser reconocido como “el hombre que vio Duro de matar y murió por pendejo”. No.
Apagar la tv, mandando al diablo a los Backyardigans, Laura Bozzo, El Chavo del 8 y Duro de matar, y encender la radio y poner música disco ohhh siiii… more than a woman… more than a woman to me ♫ o simplemente poner un disco de música clásica variada que me ayude a escribir, porque he de confesar que tengo un síndrome de un viejo que le gusta escuchar música clásica para escribir, yo lo llamo “el síndrome del viejo que le gusta escuchar música clásica para escribir”. No.
Mi tercera opción sería no encender ni radio ni tv y sentarme a escribir frente al computador, cualquier palabra que salga de mis manos o cualquier cosa que se me ocurra, un ejemplo sería la mosca que está ahora encima de la pantalla de mi celular que se frota las patitas delanteras como si tramara algo contra mí pero mi celular comienza a vibrar y la mosca cree que es un atentado contra ella y dice —no mames, este país se está yendo al carajo— y entonces decide irse a una fiesta en una gran telaraña donde moscas y zancudos bailan hasta el cansancio con unas arañas llamadas Juanita, Chabela, Sabina y Sonia. Sí.
Filosofía marxista
Encontré a un muchacho delgado de 1.60 cm que dijo llamarse Carlos Marx, tenía 15 años y aún estaba en la escuela, me contó que tuvo un sueño donde todos se amaban a todos y todos se compartían todo, por mi parte, me imaginé una ronda de hippies desnudos danzando en un lugar verde con flores y toda la cosa, también se me vino la idea de que ese muchacho era homosexual y sí, pude corroborarlo porque me presentó a su amado Federico, fue algo tierno, tenían la misma edad y hacían una bonita pareja.
Teorema de la destrucción
Oh tú la nada/ la ruina/ el poema/ hombre parado en una recta numérica del 1 al 10 fingiendo que es la línea del tiempo/
perfecta simetría del espanto/ mejilla encendida en llamas y mil besos al fuego/ ¡terror!/ bellas calles en sepia/ odio/
sonrisas cuarteadas por el sol de medio oriente/ superman ha muerto dentro de un edificio de california y nadie supo nada/ las leyes de la física se desvanecen/ se esfuman/ se van/
Degeneración
Mis cabellos sin manos sobre él// mi cabeza asimétrica al igual que mi rostro// mis ojos de muerto asustados por el día// mi nariz que olfateaba paz en tu cuerpo// mis labios resecos que bebían agua sagrada hasta vomitar estrellas// mi lengua estallada en 1623 pedazos que se esparcieron por el universo hasta desaparecer// mi torso blanco como la luna achinando los ojos redondos// mis brazos que arden en llamas dantescas// mis manos con dedos largos y fríos como un primate muerto de tristeza// mi pelvis imaginaria que viaja de planeta en planeta// mis piernas al igual que mi torso pero dividida en dos partes iguales// envoltura de piel// envoltura de pelos// la sonrisa que jamás tendré a las 6:00 p.m.// la última palabra dicha entre dientes// el sentimiento escondido en un jarrón de la sala que fue entregado entre risas// la oquedad en los brazos// los besos que se dan a niños sin hogar llenos de mocos y lágrimas en la cara// el amor que se da a los perros hambrientos// la vida es una enfermedad DEGENERATIVA!
[vida] (…)
[vida] (…)
[vida] (…)
[vida] (…)
Nos levantamos a morir un día en el que el sol está molesto con nosotros mientras la luna nos ve con ojos de furia.
Tocamos las teclas de un computador gigante buscando cuantos significados tiene la palabra N y descubrimos que es una letra y un río en el Perú y caemos en el frustro por no encontrar lo que buscamos, después morimos o vivimos, o cantamos una canción a escondidas del mundo y terminamos hambrientos, fregados, jodidos y finalmente morimos una vez más.
*
Andrómeda
Te vi llorando frente a la tumba donde yacía muerta tu risa. Te vi llorando mientras el espíritu santo bajaba del cielo y se posaba en tu hombro derecho con ojos de lástima y soltaba una lágrima y tú sonreíste porque creías que las palomas jamás llorarían.
Creías que los arcoíris estaban hechos de azúcar y gelatina, creías que la verdad era la mentira más grande inventada por el hombre y llorabas
mientras la lluvia caía, nieve caía, granizo caía, estrellas caían, asteroides caían… jamás te diste cuenta que vivías en un punto especial del universo, a un millón de años luz de un hoyo negro a una distancia perpendicular de Andrómeda a tres centímetros de la palma de mi mano izquierda.
Recuerdo que subiste a lo más alto de mi hombro y con voz chillona gritaste mi nombre, voltee la mirada pero el espíritu santo ya te había llevado.
Regresaste a tu millón de años luz frente al hoyo negro. Sonreíste, alzaste la mirada y encontraste que las estrellas tenían las formas de tus lágrimas y comenzaste a llorar estrellas.
Fue ahí cuando un movimiento telúrico de 4, 6o en la escala de Richter remeció el epicentro de tu rostro dando un gesto de alegría y confusión por las visiones que tenías cada noche acerca del futuro de la humanidad.
Me viste parado en la falangeta de mi dedo meñique pensando en qué pasaría si me aventara de mi propia mano.
a) Esto causaría una paradoja.
b) Estaría soñando.
Decidimos que sea la tercera opción aunque esta no exista.
Porque ya nada existe
Ni tu sonrisa
Ni tu llanto de estrellas
Ni mi mano izquierda
Ni mi falangeta
Ni mi dedo meñique
Ni el espíritu santo
Ni mis palabras
Ni nada que tenga que ver con la nada o la idea de tu mundo perfecto, de tu nación, de tu patria o como quieras llamarle. Todo está a la orilla de un desbalance universal.
Ahora vuelves a tu gacha postura, a tus lágrimas; te diste cuenta que tu mundo era un anaquel de madera donde compartías espacio con libros de poesía apolillados. Darío, Lorca, Ginsberg, Neruda, Nervo, Vallejo, Bukowski, Rimbaud, ahora son tus mejores amigos y descubriste que estos se leen por las noches en una especie de ritual recitándose el uno al otro.
Cuando abriste los ojos te encontrabas de pie, ya no a centímetros de mi mano izquierda, ni siquiera llorando. El desbalance universal había sido una de tus tantas alucinaciones de noche producidas por tu exceso de pastillas. Dijiste: el planeta es de color azul, mis pastillas son azules, me trago al mundo, entro en él, ahora estoy con vida.
Alice practice
Las niñas no deben jugar con los muertos, no somos delincuentes robando las sonrisas que dan lágrimas para beber, porque nos matan de sed cuando no vemos nada por el humo, oh! Gusano, sírveme una taza, bébelo. No soy nadie ahora, muero solo, ten piedad, mis ojos están cortados por dagas. Crees que las heridas cicatricen? Soy llevado dentro de un costal que después aventarán. Sus miradas desviadas no me dicen nada, me ahogo en tus carcajadas muchacho extraño, estoy hecho de papel, ayúdame! La casa produce un temblor en mis labios y qué ha pasado! Estaba contigo anoche, muchacho extraño, dame de comer. Los gusanos se burlan oh! Gran gusano, déjame volar en tu nube sonriente, ellas no devolverán la cabeza del pájaro, nunca, nunca. Soy llevado solo en un costal que después aventarán. Arrancaron mis piernas como un juego. Muchacho, ellas estrujan las alas. Las niñas no deben jugar con los muertos, oigo sus gritos, quiero gritar con ellas. Hay triángulos que pasan frente a mí como una cometa con un cordel de luces, todo está escuro, ellas ríen, vienen y se van, sedientas. No está bien fastidiar a las niñas por las
noches. No puedes ayudarme más, dormiré esta noche en la casa de un conejo, esta noche dormiré y eso es todo. No me despiertes. Ellas están por todas partes, míralas, las noches no son tranquilas, niñas de miradas oscuras, hola, otra vez aquí? Jamás devolverán mis piernas, denme sus sonrisas y dejen de hacerme ver flores que hablan conmigo. Soy llevado dentro de un frío costal, que solo, después aventarán. La humanidad está confundida, están ahí cada una, a su lado izquierdo esperando la flor del miedo, esta noche dormiré, es mejor que ahogarse, lo sabes bien, Alice, al sacar mis ojos y esconderte bajo mi cama o aparecer sobre ella. Alice, no llores. No tengo alas qué arrancar, ni la sangre carmesí. Te aventarán dentro de un costal, sola. No iré por ti. Alice, ahogarse es mejor que estar aquí.
HOY FUI MÁS DISCRETO AL ESTAR
CALLADO Y AMÉ ESTAR CALLADO
Imaginé menos de lo que podían ver mis ojos cuando te
sentabas a mi lado y me decías que mis labios parecían
una fruta partida.
Hoy el viaje fue el mismo, la dirección que nunca
tomamos y la cantidad de tierra que no te gustaban por
tus pies de arcilla, que iban quebrándose al paso, dejando
un sonido que me hacía retroceder. Pero ahora ya no, no
escuché ningún sonido y mi mente no recordó la vez que
te decía que no me dejes solo.
Hoy vi el sol que entraba en mi piel, quemándola y
terminé amando el sol.
No te recordé porque tenía en mente un rostro sin ojos
que me asustaba, un sueño que me despertó en la noche
absurda, haciéndome caminar lento hacia el baño y
regresar al cuarto a oscuras.
Hoy sentí la velocidad en todo el cuerpo, recorriendo el
tiempo innecesario y terminé amando al tiempo.
Tenía los ojos fuera de mí y no era por razón tuya, tenía
las manos en su lugar y los oídos en la música aleatoria
del reproductor que no me hacía pensar más de lo
debido, pues te sentí llegando.
Hoy escuché el pestañear de las palomas, no más su
aletear torpe que me llenaban de frío y terminé amando
el frío.
Hoy no tenía la misma posición al sentarme en las bancas
verdes del parque de Lima, como cuando cogías mis
pestañas caídas y me decías que pida un deseo que era el
jamás olvidarte, pero hoy el recuerdo no fue tan lejos y lo
único que deseaba era llegar a casa, tomar una gaseosa y
ver cinco minutos de televisión hasta quedar dormido.
Hoy nació un punto en el ambiente que no había visto
nunca, que me entregaba un pedazo de cielo al caminar
despreocupado, y entre mis pasos torpes, terminé
amando al cielo.
Sentí la necesidad de respirar solo y sin preocupación de
una ansiedad que me persigue en el día. imaginando
cuánto tardaré en llegar a verte hoy en la noche o si me
quedaré ciego por una razón que solo es la metáfora de
no verte.
Hoy imaginé como sería estar volando una tarde, lleno de
un vacío en el cuerpo y una marca en mi frentey terminé
amando la tarde.
Busqué la salida de no estar varado en el mundo, de no
seguir en tu bolsillo de lana donde dormía como un niño
junto a tres monedas de diez centavos y pensé en la
grandeza del cielo y en el azul de mi camisa gastada.
Hoy no te recordé por ver el pasto cortado, por imaginar
que estoy sangrando y terminé amando el pasto.
Hoy no pensé en ti más que tres minutos de descuido con
el mirar de tu imagen entre mis manos, donde te
encontré llorando por el recuerdo que no siguió la línea
que marcaste ansiosa de un sentimiento hallado, pero
eso ahora no existe y en mí nada más hay el recuerdo de
un elefante entrando a mi cuarto el día que lloré a
deshoras porque las medicinas no hicieron efecto.
Hoy pensé en la tarde olvidando tu nombre, dejándolo sin
descuido, pensando en la noche anterior y terminé
amando la noche.
Hoy vi las pistas sin soltar lágrimas de dolor al no
cruzarlas contigo y que me digas que odias a las personas
que no respetan el semáforo en rojo y oírte decir
groserías a los conductores y tratar de calmarte a besos
que ya no querías y me dejabas en un lugar que había
olvidado.
Hoy tenía en mente un mundo en el que me sentaba a
escribir y la gente no eran más que letras que salían de
mis manos y comencé a amar al mundo.
Hoy fui un objeto puesto sobre otro ocupando un espacio
asignado en la tierra, viendo cómo las personas pasan
repetidas veces por un mismo camino sin sentir el frustro
de lo monótono, sin sentir la presión del aire en el pecho
o el cansancio de verse las mismas caras con la misma
expresión de locura.
Hoy pude ver la luna sin imaginar que estarías pensando
en las mitologías de las estrellas y empecé a amar la luna.
Hoy me vi solo en un cuarto vacío, despidiendo la
generosidad que vivía a tres puertas, viendo que
observabas un paisaje en el que yo no participaba, en el
que sonreías y tu sonrisa era la más bella e
incomprendida.
Hoy no pensé más en ti porque las miradas de unos ojos
tristes me invadieron, el cielo atardecía y el color en el
ambiente retrocedía y terminé amando los ojos tristes.
XI)
No estoy apto a despedirme de los aviones, extraño a largas horas sus alas de acero y sus
turbinas.
Me escondo en un hangar abandonado en Rusia para estar cerca y lejos de su fría
mirada.
Me acongojo en un recuerdo fútil sobre transportes de carga pesada mientras espero de
pie
a que los automóviles vuelvan a aforar los sueños que entran y salen de mi cabeza.
Veo el cielo en la tarde y el grupo de personas a mi alrededor crece,
el semáforo da el color rojo y alguien muere.
La calle es grande, la pista se ve tan triste, tan sola.
El mundo empequeñece, las personas están destinadas a la opresión de los más grandes.
Ahora entiendo, Dios no es otro más que una distracción de carretera,
el perro que aparece frente a ti al manejar a deshoras por la noche
100 k/h no bastan, ya no hay más qué soñar
O vivir
O ver reflejado en un charco de sangre lo que antes fue alguien
Estamos estancados entre los cuerpos, el tiempo
y una historia que no termina de repetirse.
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