DANIELA MASTRANDREA
Nace el 3 de mayo de 1976. ARGENTINA. Reside en Patagonia, en la ciudad de Puerto Madryn.
Estudia en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata egresando como Profesora y Licenciada en Artes Plásticas.
Recibe de la misma institución la distinción Joaquín V. González en diciembre del 2003.
Realiza los cursos de postgrado: Grabado y Arte Impreso. Implicancias conceptuales y pedagógicas; y Estética y Comunicación, de la Secretaría de Postgrado de la Facultad de Bellas Artes, UNLP. Los Seminario “Grabado por corrosión galvánica” dictado por Osvaldo Jalil; “Ex Libris” prof. Claudio Lara; “Libro de Artista” dictado por Juan Carlos Romero en el marco del I Encuentro Nacional de Grabado, “Teoría Transcultural del Arte” dictado por el prof. Adolfo Colombres e “Irrupción en el Espacio Urbano” dictado por Sandra Mutal en el marco de la 1º Bienal del Fin del Mundo.
Desarrolla su obra en el terreno del Dibujo y el Grabado, para luego explorar en la Poesía Visual y Libro de Artista, Objetos e Instalaciones. Entre 2005 y 2007 se desempeña a cargo de Patrimonio en el Museo Municipal de Arte de Puerto Madryn. Desde el 2006, investiga sobre Arte Patagónico cuyo trabajo presenta en la 34ª Feria Internacional del Libro en Buenos Aires en mayo de 2008; así como investigaciones de historia del arte para niños, ponencia presentada en el II Congreso Iberoamericano de Prácticas Artísticas y Proyectuales en la ciudad de La Plata en abril de 2010. En enero de 2008 crea í? publicación de poesía visual patagónica, la cual dirige y edita, por cuya actividad se le otorga una beca del FNA (2010). Recibe los reconocimientos Tela de Rayón por su labor artística en 2006, 2007, 2009, 2010 y al mérito por Labor Cultural en Artes Plásticas de la Municipalidad de Puerto Madryn, 2011.
Actualmente transita Habitares, un espacio de arte que nuclea diversas propuestas artísticas entre ellas los talleres para niños y adolescentes Pequeños artistas junto a grandes maestros y Laboratorio + Arte, seminarios, exposiciones y ferias.
Ciudad arena reúne una serie de obras que comienzo a trabajar en el año 2008. Nace a partir de un juego instintivo, casi infantil con el material. La arena representa para mí un elemento natural que me identifica y conecta con el entorno, con mi lugar… con mi ciudad.
Comencé explorando con la arena desde trazos y líneas gestuales que dibujaban horizontes y dejos de la costa a los que llamé Paisajes mínimos.
En una segunda etapa tomando la literatura como fuente de la investigación, inicio la experimentación interviniendo objetos, al principio con libros, “los libros de arena”, luego incorporé relojes, juegos de ajedrez, botellas.
Cada vez que creía finalizado el proceso, un descubrimiento por ensayo o por error, me abría un abismo. Pensé así en la posibilidad de crear textos con cuerpo de arena, decires y desdecires que rompían con su estructura, se unían despreocupadamente, se superponían; o en lograr sutiles pliegues o arrugas sobre algunas superficies para comenzar a salir del marco ocupar el espacio y conformar instalaciones.
Busqué arraigarme sin necesidad de raíces, busqué construir sobre ese suelo efímero y maleable, una estructura que nos contenga ante la transitoriedad del ser, una urbe vigila en el tiempo... "Una ciudad arena".
Daniela Mastrandrea
Poemas salvajes.
Hay una persona que colecciona arena. Viaja por el mundo y cuando llega a una playa marina, a las orillas de un río o de un lago, a un desierto, a una landa, recoge un puñado de arena y se lo lleva.
Ítalo Calvino
La arena desde los principios ha sido útil para contarnos fabulas, historias y argumentos acerca de los significados de la inmensidad, el infinito y el tiempo. Un tiempo que además ha sido medido por los relojes…de arena. La arena significa muchas otras cosas de las cuales podemos hacer un rico inventario, así como saber que existe arena en el fondo del mar y en los lechos de los ríos, en los médanos marítimos y del desierto. La arena es tan dúctil que puede ser transportada por el viento y por las olas del mar y así modificar límites geográficos. Como metáfora puede ser usada como idea de proyectos frustrados cuando se dice que se “construyen castillos de arena” o como las pequeñas cosas pueden llegar a constituir acciones mayores siempre se dice que “el desierto no existiría sin una suma de granos de arena”.
Ahora estamos en presencia de esa misma arena, que en manos de Daniela Mastrandrea va a ser trabajada y manipulada para que se convierta en obra de arte.
Cada objeto inventado por esta artista en el que genera sus textos poéticos es una suma de propuestas formales que van llevando al espectador por un camino de no muy difícil tránsito. Así las poesías visuales que son arena, nada más que arena, en un estado sólido y que con su color original le dan a los textos una fuerte presencia y una sensación de ser indestructibles. Una sensación de que esos escritos fueron hechos hace mucho tiempo, por alguna civilización desconocida. Sentir que se está frente a una obra que además de pertenecer a ese pasado, también nos puede llevar a un futuro de ciencia ficción.
Esta arena patagónica también nos retrotrae a antiguas historias marinas llenas de misterio que pueden estar ocultando algo que nunca podremos saber. Esta arena patagónica que convertida ahora en libros le puede contar al espectador historias abstractas que van a necesitar de la propia imaginación de cada uno para que las historias se conviertan en realidad.
Arena, libro de artista, poesía visual. Tres componentes necesarios para que la obra de Daniela se pueda ver como un todo compacto. La arena sólida que ya deja de ser arena para poder comportarse como libro y que puede abandonar la condición de libro para convertirse en poesía visual donde la palabra y la letra ahora son los protagonistas. Daniela Mastrandrea se ha sumergido en el mar para que en una acción mimética haya podido reunir a la arena con la magia de la poesía visual en sus originales libros de artista. Todo un proyecto originado en medio del arena de la costa del mar llevando su creación dentro mismo del agua para elaborar su original poética personal.
Juan Carlos Romero
Buscando anclar, amarré en la arena, lo creí un buen sitio, aunque dudo que así sea, un territorio de pocas raíces, etéreo, inquieto, fugaz, sin principio ni fin. Me identifiqué con él. Me abrió un abismo.
La arena creaba, recreaba, intervenía y construía objetos constantemente, casi sin darme cuenta el conglomerado de objetos fue conformando un todo, un cosmos, una cosmovisión. Sentí que dentro convivían letras, palabras y textos, páginas y libros, caballos de ajedrez y poemas, reyes y peones, fracasos y relojes; en un espacio efímero, mutable, infinito tutelado por la arena… me vi habitando en él.
Daniela Mastrandrea
Me derribo. Y en el inmaculado abismo del papel, me construyo.
Daniela Mastrandrea, artista visual.
http://danielamastrandrea.blogspot.com/
http://boek861.blog.com.es/2012/02/19/daniela-mastrandrea-ciudad-arena-poemas-salvajes-12827576/
No hay comentarios:
Publicar un comentario