Ana Montrosis (VALDIVIA, CHILE 1969)
Columnista periódico Datos Sur. Ha publicado Tacones bajo la luna, 2007. Ganadora del 2° y 3° lugar en cuento y poesía premio municipal de San Bernardo versión 2008, 2009, 2010 y 2011. Ha participado como jurado en los juegos florales de tortuguitas Buenos Aires, 2010. Ha sido invitada al II encuentro de “Lima No es Muda” (2009) y al V encuentro de poesía Barranca Lima 2011. Mantiene inéditos los libros de poesía “Mi último cuerpo” , “Paredes lejanas” y la Historia del Festival Nacional del folclore de San Bernardo.
Ahora tus hijos duermen
se dejan acurrucar por la frialdad nocturna
los veo como soles muertos
que pasan por mi calle y no saludan
ellos hablan de la puerta giratoria
yo de los delirios poéticos
solo para que sientan tu tumba
y no deseen volver a instalar sus escrituras
No insistas en salvar la ciudad
donde la lluvia se ha olvidado de nombrarte
Te he bautizado como una estatua sin brazos
que habita como la novia de los muertos
porque aún no te he podido pulir
en un cuerpo que no desea ordenar la casa
tú sabes cómo odio sacudir las paredes
y barrer las hojas
prefiero imaginarte invernal
como cuando desvalijabas la ternura
para abrigar el agujero de los niños
e inventabas carcajadas
desde la escalera hasta la cocina
Yo jugaba a ser tu hija ¡lo recuerdas¡
nunca aprendí a cocinar,¡ no quise¡
Tú comprabas zapatos
porque decías que la belleza estaba en los pies
pero ellos no saben de la orfandad del vientre
¡Malditos hijos tuyos, todos egoístas¡
Solo la ciudad sabe cómo los roles se mudan de estación
en este cerro que remueve su ira
desde aquí la novia baja inmaculada
¡la oyen¡, escuchen sus ultrajes
le han quitado la ropa
la imagen, la figura, los símbolos
y a su único hijo que amo mi último cuerpo
Por eso me da por descubrir
mariposas en la noche
detener el aliento de los lobos
y acicalar cada ruina
pero debo recurrir a las montañas
a las vertientes y a los detalles
es absurdo estar intacta
declamar el sonido de las luciérnagas
se ha vuelto un refugio indiferente
tal vez hubiese bastado una señal
tan solo una
para volver a abrir tus ojos
Chile es un país de montajes, cuerpos al mar
y un atuendo negro recién planchado
¡dime que haremos ahora¡
dime si los ojos pueblan una copa
o solo pueden abrirse para cerrar un beso
dime ¿cuándo vuelves?
¿Cuándo comienzas a abandonar la ciudad?
donde lo invisible se descuelga aledaño
y vuelve a frecuentar sus efigies
como si la memoria fuera inmortal
Han extirpado todas las raíces
Mi vientre reclama sus antepasados
y llora el nacimiento de esta fábula
Vendan todo ¡ malditos¡ vendan todo
pero no los sueños de mis hijos
porque cada rió, cada bosque
cada montaña es parte de este cuerpo
que ha no ha dejado de ser joven
Intente olvidarte, pero aquí estoy
exageradamente poética
dialogando en la textura de unas sabanas
extraviada por aquel perfume que se abandona
cuando la memoria se registra a pestañazos
Sabías que la muerte traspasó las habitaciones
y que el otoño nos instigo a enamorar fantasmas
yo deliro con duendes fugaces
porque me deleita enfurecer a los ángeles
pero la maldita tierra te reclama estacionario
y a mi contrapuesta.
( EXTRACTO DE MI ULTIMO CUERPO 2012)
Del poemario “Tacones bajo la luna” (Editorial Puerto Alegre, Chile 2010)
SINFONÍA
Esther espera que el sol regrese por la ventana
la ventana tiene reja de mármol
a veces logro abrir un borde
para que ingrese una pequeña brisa
Ella ignora que guardo bajo llave
el juego de té
la chaqueta de piel
y el nombre de su hijo.
ZANJA DE NACIMIENTO
Mis vecinas necesitan curar el mal de ojo
con música en las flores
ofrecen los vestidos a las estrellas
donde termina la calle Nacimiento
Algunas pueden vender papas fritas
y sopaipillas en los potreros
otras, no hacen nada
Y yo solo quiero escribir mis libros
para que ellas olviden las heridas.
REPOSO
Se cuelga la memoria
de tanto guardarla
sugiere ser extraviada
sin copia, sin clave
El duelo sepultado de una tarde
predica una verdad
Doy gracias que no viva
la agonía de su imagen.
PROFECÍA
No caen los gritos al mar
ningún hechizo cambia la profecía
Si luna florece fémina
ha de ser hija de corona muerta
oculta, vagará en la oscuridad del fuego
Si luna florece invertida
hemos de tallar en su busto, un escudo
de musa blanca, en la etapa menguante
Si luna florece varonil
hemos de acunar en su cintura
el gimoteo del beso de un niño pobre
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