WILSON ROCHA, (BOLIVIA-BRASIL 1921 – 2005)
Poeta de calidad y crítico de arte, militante, desde que llegó al Salvador (Brasil), en la década de los 40, Wilson Rocha publicó sus primeros Poemas en 1946, haciéndose notar por sus compañeros de generación; con Cláudio Tavares, Vasconcelos Maia y Darwin Brandão, fundó Caderno da Bahia, revista y movimiento que entre 1948 y 1952 contribuyó al cambio de mentalidad y rumbo de las letras y artes en la región.
Su segundo libro, O Tempo no Caminho (El tempo en el Camino), es de 1950, y viene con ilustraciones de Aldo Bonadei, quién había expuestos meses antes en Salvador. Fue en esa época que Wilson Rocha comenzó a hacer crítica de arte en A Tarde, convidado por el director de ese entonces, Ranulpho de Oliveira. Colaboró también asiduamente en el extinto Diario de Notícias y en revistas de Salvador, de Río de Janeiro y de San Pablo. Vivió algún tiempo en esta última en 1959, y en Río en 1974, manteniendo las mejores relaciones con otros poetas y críticos y con artistas locales. Una estadía anterior en Buenos Aires, de algunos meses en el segundo semestre de 1957, a donde se dirigió por razones de salud, le permitió conocer las obras primas del arte europeo en museos y en colecciones particulares. En la gran capital porteña estableció sólida amistad con varios artistas. Fue un viaje siempre recordado con encanto y nostalgia.
Livro de Canções (Libro de Canciones) fue el tercer volumen de versos, publicado en 1960 por la Impresa Oficial do Estado, en la Coleção Tule, creada por Nelso de Araujo. En seguida, llegó su cuarto libro, De tempo Soluto (donde los títulos de los versos vienen en latín), Lisbo, Morais Editora, 1963; finalmente, ante insistencia de sus amigos pernambucanos, reunió otras poesía en Carmina Convivalia, Recife, Edições Pirata, con ilustraciones de Ismael Caldas.
Amigos y admiradores consideran A Forma do Silêncio (La Forma del Silencio) la mejor introducción al conocimiento de la producción poética de Wilson Rocha: una antología editada en Rio de Janeiro, enriquecida por fotografía, dibujos y facsímiles, con apoyo de la Fundação Cultural do Estada da Bahia. Sin embargo, más completa es Poesia Reunida, publicada por la Biblioteca Nacional, en 2002, en Rio, con un texto de João Carlos Teixeira Gomes, O Lirismo de WR (El lirismo de WR).
MUJER EN LA VENTANA
Mujer en la ventana, floreciendo.
Un largo sueño, fuera del mundo
tocando los confines del silencio
alejándose del amor
y del placer de las cosas.
PULCHRA SUNT ENIM UBERA
La lividez de los senos desnudos,
Dulcemente elevados
Libres para temblar.
Senos erguidos, lanceolados,
que se elevan
como olas del mar.
Senos turgentes,
forma depurada, antigua.
senos almendrados, bellos
como las ubres de las cabras.
HORTUS DELICIARUM
Revivir aquella alma sutil y mágica
como si viviese en otra época
con el esplendor del fruto cerca de los labios
y la gracia de la magia hecha de voz y hecha de canto.
Como si oyera todavía su voz
o como si encontrase un rostro que me recuerde al suyo.
DE PROFUNDIS
Donde la arcilla
restituye la forma,
más allá de los abismos,
extintos los velos,
modulando
el origen de las fuentes,
los amantes muertos,
rígidos de silencio,
se acuestan
bajo el sueño de las raíces.
SPLENDOR FORMAE
La levedad, la magia de los cabellos
y la forma de los senos, pura y concisa,
y el silencio de la inmóvil soledad
como si, adormecida, indagase
la naturaleza del encantamiento.
CANCIÓN DE LA FLOR EN LA TARDE
a Maria Ângela
Límpida transparencia,
en el cristal del día
rútila flor,
secreto y armonía.
Sueña el azul
y el rojo arde,
rútila flor,
corazón de la tarde.
Por Pedro Moacir Maia
http://sedyherida.blogspot.com.es/2011/07/wilson-rocha.html
LOS ENIGMAS
a Murilo Mendes
Entre soledades y objetos,
ropas y caricias,
gotean lentos,
fluyen sordos
los enigmas.
Atraviesan
la espesura amarga
de la noche.
Penetran el cierre
frío
de las piedras.
Caen
en el seno de la tierra,
en el seno hondo
y transformador
de la tierra.
CANCIÓN DE LA NIÑA AHOGADA
En la sombra difusa
En la arena mojada
Alga o Amapola
En la playa encontrada.
En la marina quietud
En el silencio de la sirena
Yace en la playa
Perdida en la arena.
En la turbia transparencia
De alga amoratada
Solita, solita,
En la playa olvidada.
Traducción de Ofelia Cubillán (Venezuela)
De culto feminarum ( Os poemas da mulher).
Salvador: Fundação Gregório de Mattos, 2008.
DA MULHER
comme L´arome D´une idée
Valéry
Longa e clara cabeleira
no flanco dos quadris,
chama secreta ressurgindo
no ritmo flexível do sexo.
ELEGIA
As cores cálidas de suas vestes
pesam na memória transfigurada,
no entanto a sua voz intocada
jaz soterrada no silêncio.
OS DIAS ARDENTES
Como a fértil harmonia da mulher
ou o inquietante aroma dos frutos
acariciados pela língua do vento
a lucidez é uma imagem nua
onde tudo sonha
onde tudo evola-se
e treme como a água
a escorrer sobre o umbigo
CANÇÃO PARA SÖREN KIERKEGAARD
A que paixão se destina
a água dos fontes?
E o sabor do fruto
dos altos montes?
Labirinto de sonho
que na flor perece.
Sonhos que o amor sonha
no coração que arrefece.
De A FORMA DO SILÊNCIO
(Poesia Reunida)
Rio de Janeiro: José Olympio Editora;
Salvador: Fundação Cultural da Bahia, 1986
CANÇÃO DA MENINA AFOGADA
Na sombra difusa,
na areia molhada,
alga ou papoula
na praia encontrada.
Na marinha quietude,
no silêncio da sereia,
jaz na praia
perdida na areia.
Na mortiça transparência
de alga adormecida,
sozinha, sozinha,
na praia esquecida.
DE PROFUNDIS
Onde a argila
resistiu a forma,
além dos abismos,
extintos os véus,
modulando
a origem das fontes,
os amantes mortos
hirtos de silêncio
se estendem
sob o sono das raízes.
IN EXTINTAN AQUIS PUELLAM
Criatura das águas possuída,
a juventude, o mar, a morte possuindo
em sábia e eterna castidade.
Ó vitória, fulgurante vitória,
de em juventude e mar permanecer.
E o haver vencido
esse esperar da morte
que a vida conduz.
Que sob a luz tudo se extingue,
que a vida em tudo se desfaz.
CANÇÃO PARA JOSÉ PANCETTI
Água serena,
azul profundo,
um barco navega
sem deixar o mundo.
Altos ventos,
ilhas além,
uma vela só,
sem ninguém.
CANÇÃO DA FLOR NA TARDE
A Maria Angela
Límpida transparência
no cristal do dia,
rútila flor,
segredo e harmonia.
Sonha o azul
e o vermelho arde,
rútila flor,
coração da tarde.
CANÇÃO DE AMOR À BAHIA
a Alice Soares
Os casarios da Bahia,
puras formas desnudadas,
suas pedras, suas portas barrocas,
ó distâncias prolongadas.
Recolhem uma luz conforme
suas velhas cores, suas grades,
e as igrejas com os seus santos.
Interiores, mistérios, saudades.
Intensa, como o passado,
a solidão aflora — grito mudo.
Ó contida soledade,
ó lento fim de tudo.
PRAIA
Entre o fim e o começo
a distância fluindo.
Uma envolvência azul
despe movimentos
brancos e tranqüilos.
Os dedos roçam de leve
matérias que se defrontam
em silêncio.
O vento passa sem memória
e há um único horizonte
que só o tempo atravessa.
http://www.antoniomiranda.com.br/iberoamerica/brasil/wilson_rocha.html
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