lunes, 29 de abril de 2013

FLAVIO SANTI [9710]



Flavio Santi nació en Alessandria, Italia, en 1973. En la actualidad divide su tiempo entre Pavía y la pequeña ciudad de Codugnella (Udine). Su trabajo ha aparecido en diversas revistas y varias antologías dedicadas a la nueva poesía italiana. Ha publicado cuatro libros de poesía, y es el autor de una novela y varios cuentos. Santi ha traducido los poemas de Paul Celan, André Breton, Michel Leiris, James Merrill, John Ashbery, de Nonno Panopoli y varios poetas humanistas. Su trabajo como crítico es notable, y sus ensayos han aparecido en numerosas revistas italianas autorizadas.

La poesía de Flavio Santi se caracteriza por una cierta esencialidad lingüística en la que se mezcla la trágica experiencia del presente, para mantener el equilibrio, con un tono irónico amargo y apasionado. La ironía se manifiesta sobre todo en el tono coloquial de sus poemas, en las alusiones y tendencia fragmentaria de sus versos.  

Bibliografía: 

Poesía 

Viticci (zarcillos). Stamperia dell'Arancio, Grottammare 1998. (Premio Sandro Penna) 
Album. En plein Edizioni, 1998. 
Rimis te sachete (Rhymes bolsillo). Marsilio, 2001. 
Aset. Circolo Culturale di MEDINO, 2003. 

Antologías 

L'opera comune, antologia di poeti nati negli anni settanta (la obra común, Antología de poetas nacidos en la década de 1970). Atelier, 1999.
Spinzeris, en Poesia Contemporanea, Sesto quaderno italiano di poesia contemporanea (Poesía Contemporánea, Sexto Cuaderno italiano de la poesía contemporánea). Marcos y Marcos, 1999. 
La poesía de Santi ha aparecido en varias revistas como Atelier, Nuovi Argomenti, Origini y Poesia. 

Como editor 

¿En qué planeta. Traducciones de Kenneth Rexroth. Marcos y Marcos, 1999. 

Ficción 

Diario di bordo della rosa (El libro de registro de la Rosa). Pequod, 1999. 
Los ensayos de Santi han aparecido en revistas como autoridad Autografo, Diverse Lingue, Nuovi Argomenti, Testo a fronte y Paragone.






Cristo… ¿Qué me diferencia
de mi frigorífico Rex azul
que me costó cuatro sueldos y
diez turnos de horas extras?
¿Que tiene una superficie lavable?
¿Que no se corta el pelo?
Esta noche nos miramos.
Yo había entrado en la cocina
a por unas almendras saladas.
Mis ojos captaron el atisbo
de una reflexión: era él…
Estamos
en silencio el uno frente al otro
yo comiendo almendras,
él produciendo hielo
obstinado en su azul eléctrico
que lo hace pensar mucho.
Yo apenas estoy en casa:
Él siempre está aquí, empieza
a ser insoportable, es autoritario
como a mi esposa le gusta.
Ella se frota contra él cuando estoy fuera
y mi moto va a mil.

[Versión al castellano: Jesús Jiménez Domínguez]









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