(Buriti Alegre-Brasil, 1934). Vive desde 1952 en Belo Horizonte. Poeta, prosador y abogado. Licenciado en Derecho por la Universidade Federal de Minas Gerais. Fue miembro del grupo artístico Vereda. Se desempeñó en la comisión de redacción del “suplemento literario” del diario de Minas Gerais. Obtuvo el Premio Ciudad de Belo Horizonte (1964) y el Premio Cláudio Manuel da Costa de la Secretaria de Educación y Cultura del Estado de Minas Gerais (1969). Ha publicado en poesía Pedra Solidão (1965), O ermo (1969), Força de Gravidade em Terra de Vegetação Rasteira (1978) e Circulação de Sangue (1983), Santa Tereza (2011); y en ficción: Pequena memoria de terra funda (1971), Mil Quilometros redondos (1974), entre muchos otros.
Curador de la muestra Fabrício Marques
Traducción Rodolfo Mata y Regina Crespo
Crédito de la foto www.divirta-se.uai.com.br
12 + 1 poemas de Libério Neves
DONACIÓN
Doy mi materia a la tierra.
Pero antes te presento
mi cuerpo, doctor, para
la ciencia de tus adentros.
Tú ves el cerebro
en sus macizos de estaño,
pero no disecas los versos
que ahí regurgitan
inconclusos o inéditos.
Ves el reverso de mí,
la piel mas no sus espasmos
de fiebre, dolor o miedo
en la amplitud de mis vellos.
Y ves dentro de las venas
la sangre oscura sombra.
Los genes de la honda ira
reprimida no vislumbras
hiel del atarme a la vida.
Ves los nervios extendidos
con sus dormidas cuerdas,
y nunca sabes percibir
las vibraciones más vivas
de mis íntimos temblores.
¡Y en tus manos va el corazón!
Mas no portas el poder
(más allá del endocardio)
de ahogar estos impulsos
de mi secreto amor.
Entonces doy a la tierra
pulmones y uñas y huesos
y otras partes singulares.
No puedo entregar los versos,
ni tampoco mis espasmos
ni las iras y temblores
con mis amores volando
disolviéndose en los aires.
HERENCIA
1
Yo soy ese niño
y todavía me arrullo
pegado al diluvio
mirando esa nube
pisado en el tiempo
de esta hierba seca
me peso en el temple
de la cera al sol
mi ojo se va
más allá del fósil
mito de esa nube
una cuasi lluvia
2
yo soy ese niño
y aún me animo
a erguirme árbol
de este árido suelo
absorto en el siempre
ser la espera opaca
de vaciar al viento
cual hoja el rostro
3
a valerme está
el tiempo de espada
contra ser la nube
próxima un diluvio
y mucho más aún
piso el cielo uniendo
tierra que me pisa
y el más liso azul
4
yo soy ese niño
de arbolarme ave
de verterme cima
encima de ese azul.
DECLARACIÓN ANTE NOTARIO
Si, por accidente, enfermedad o vejez, algún día llegara a verme (resto) inmóvil en la sábana, dependiendo, por caridad o por amor, de vuestro gesto difícil, ese gesto de lavar mis trapos de materias y de limpiar mis residuos de este mundo, así constantemente en la cotidianidad de una lenta espera del expirar de todo, esto será profundo para vos y doloroso para mí.
Y ciertamente es cierto que no tendré palabras, ni gestos, para agradaros; es cierto que mis ojos ahí serán de piedad, mirando vuestras fisonomías desanimadas mirándome en los trapos, y sufriréis mucho y yo mucho más desesperadamente.
Antes que esto por ventura o positivamente ocurra, redacto la declaración presente, anticipada, de que en el cuando (yo) así quede, inmóvilmente mudo, sin embargo aún vivo, estaré a todo instante, en mente, besando vuestras manos en mí santificadas, en esa final humillación del cuerpo, esencial tal vez a la filtración del alma.
DEL SER EL SER Y SER SU PARECER
El día en que conversando así contigo
y habiendo en ser un ser así sincero
soy una sombra buena, un bulto amigo
y soy, cuando te hablo, y cuando serio
un grave ser sutil que en esta vida
transciende al ángel, y arde en su materia
entonces mi palabra espesa vibra o
densa se adhiere o se evapora tímida
por entre los melifluos corazones.
Con todo cuando duermo (cuando en sueño)
o cuando en mis re-versos me compongo
un otro yo, en mí, pulsa y resuena
¡en un lenguaje hondo y diferente!
pues una cosa es verme en mi retrato
que muestra el flaco rostro externamente,
mientras que en rayos x contemplado,
el dentro es contrapunto y puente exacto
entre ser lo que se dice y lo que es dado:
mucho más que ojos mansos en capillas
ser un suspiro bajo luz de velas
que entre ser alma y ser matriz se quema.
ECLIPSE
Los días de mi vida
son la piel de mi alma
respiro rayos de sol
tiendo al piso la luna blanca
la piel es de pelos negros
los pelos tienen poros hondos
los fondos son todos negros
los días de mi vida
son días de poca vida
hechos de sol y de hielo.
EL FLACO
Me infiltro
por donde voy
me equilibro
en el polígono menor
me visto
del hombre más desnudo
y me sirvo
de vara y bambú
me consuelo
de las sobras del mundo
me regreso
más fácil del fondo
me escondo
en la sombra de un poste
y me apunto
más leve en la muerte.
EL YERMO
El ramo seca
al último
en estas planicies
donde piedra la flora
el remo zafa
al fondo
ora estas canoas
y esas balsas ora
la rima rima
resume
vana poesía duerme
en el apogeo de la aurora
la roma suma
jorobada
ese avaro cambio
ley de aval y mora
el rumbo huye
sólo mundo
a estos duros nombres
repitiendo las horas.
RETRATO EN LAS MANOS
1
Llevo diez años
alejándome
del presente
de este retrato
son seis años
más otros cuatro
distanciándome
y él me sonríe
2
y todavía más
este retrato
de hecho fijo
es puro reír
su ojo voltea
cuando volteo
mirando a un punto
que no soy yo
no cumple años
ni ha sufrido
roído en la amplia
lisa sonrisa
3
mis ojos van
mientras recojo
el leve hilo
que nos sostiene
hilo más fino
que el leve viento
es el fino hilo
de nuestra mente
4
ya el retrato
se mueve vivo
y su contacto
me alimenta
de cuanto siente
entre sus manos
antiguas manos
de la memoria
5
nos envolvemos
y nos unimos
esto que somos
al fondo otrora
6
y en el remanso
de esa mansa
espuma en
que se funden
nuestros rostros
se confunden
en lo profundo
y más se hunden
7
mas ese tiempo
fantasma
es tiempo lerdo
sin plasma
8
en mis ojos
me busco
vuelvo a las fallas
de la dentadura
retrato blando
mojado inmóvil
mira su punto
lejos y oscuro.
LAS PÉRDIDAS
Mi madre se hundió en el hogar
mi padre en los sertones de mundo
se fue (sólo) de esperar
por mi padre en las leguas del mundo
mi madre, la vi llorar
– de él, que hable el mundo.
Ella se durmió (¡era de noche!)
y muchas cosas murieron
muchas voces enmudecieron
partió mi padre ese día
y muchas cosas quedaron frías
mucha tierra se hizo honda.
Sin embargo, por ella hubo llanto
por él un vacío profundo
si es grave perder el llanto
contenerlo es secar el mundo.
MECEDORA
Cuando vas
yo siempre vengo
siempre voy
cuando tú vienes
¿de dónde
a dónde vas?
pienso y callo
preguntar
(pienso) jamás
que si acaso
igual pregunta
tú me hicieras
yendo y viniendo
decirte habré
que voy y vengo
no sé si voy
o si vengo
ir y venir
sin ría ni fuente
¿sería un bien?
no sabemos
bien que sabemos
del vaivén vivo
y te espero
en el camino donde
reímos
nuestros ojos
yendo y viniendo.
Libério Neves (der.) junto a Emilio Moura (Izq.).
C. 1969
VELADA EN LUNA
Hondo sueño cubre hasta el rostro
como una sábana de transparencia.
Una sombra pulsa, a la luz expuesto
oh cuerpo en su húmedo silen
cio. Ninguna palabra, ninguna
sílaba se interpone en la distancia
de nuestras bocas semiabiertas,
leve la tuya y envuelta en ansia
la mía. Sin embargo, desierta,
no puede la mano tejer el rumbo
ni construir el ardor del gesto.
Suspendida inmóvil sobre las plumas.
CÍRCULO
(que siendo redonda la tierra
un día nos encontraremos)
1
Donde respira
tu sueño
ahí mi sueño
termina
de la noche vengo
y compongo
auroras vanas
de niño
2
largo es el siempre
y nos domina
un susto simple
y estaño
visión vislumbro
y neblina
pero peso hondo
y montaña
3
caminas viento
y horizonte
la mirada de azul
y de vino
pienso el rumbo
de la fuente y
mientras espero
camino.
ELEGÍA 18
Más de cien relojes
en la sala colgados
van tocando las horas.
No obstante uno de ellos
con su ronda invertida
anda en manecillas
que retornan al ayer.
Vibran los relojes
a coro, tic-tac tic-tac,
y tac-tic tac-tic él responde
al reflujo del tiempo.
Sus manecillas pacientes
paso a paso destilan
gota a gota van filtrando
inciensos en el recuerdo.
Hipnotizan, saludan
el regreso del hombre
a los ojos del niño.
El reloj fantasma
en sentido este-oeste
impone con su jornada
viajar lo ya viajado.
Voy a revivir lugares,
esas visiones familiares
presentes en el pasado.
Son valores perennes
lejanos y muy recordados:
las mañanas traen ecos
veredas de la juventud,
las noches de rocío llenan
sendas de allá de la infancia.
¿A dónde más, tan leve,
me quiere llevar el reloj
en su contrario tiempo?
Una neblina me envuelve
nubes me enmarañan
al suelo, amorosamente.
Voy a abrir la acequia
para mover o molino
en su largo compás.
Reerguir los gallos
espantar los gavilanes
patear los caballos
y a las yeguas del rebaño.
Voy a aullar los perros
rumiar los bueyes
adormecer en el padre
y en el calor de la madre.
Pero, al final, es éste
el reloj del sueño:
no acompaña a la sombra
ni al clarear del día
ni al sonido del viento.
En la amplitud de la sala
van punteándose las horas
acompasadamente.
(poemas en su idioma original, portugués)
DOAÇÃO
Dou minha matéria à terra.
Entanto antes apresento
o corpo a ti, doutor, para
a ciência dos teus dentros.
Tu vês o cérebro
em seus maciços de estanho,
mas não dissecas os versos
aí regurgitando
inconclusos ou inéditos.
Vês no avesso em mim a pele,
mas não seus arrepios
de febre ou dor ou medo
no amplo dos meus pelos.
E vê dentro das veias
o sangue escura sombra.
Os gens, tu não vislumbras
da ira funda contida
no amarrar-me amargo à vida.
Vês os nervos estendidos
com suas cordas dormidas,
e nunca sabes perceber
as vibrações mais vivas
dos meus íntimos tremores.
E tem em mãos o coração!
Mas não levas o poder
(indo além do endocárdio)
de reter estes impulsos
do meu secreto amor.
Então eu dou à terra
pulmões e unhas e ossos
e outras partes singulares.
Não posso dar os versos,
não posso meus arrepios
nem as iras e as tremuras
voando com os meus amores
dissolvendo-se nos ares.
HERANÇA
1
Eu sou esse menino
e ainda me nino
colado no dilúvio
e olhando a nuvem
pisado no tempo
desta relva seca
peso-me na têmpera
de ao sol a cera
meu olho vai-se
pelo além da fóssil
lenda dessa nuvem
uma quase chuva
2
sou esse menino
e ainda me animo
a erguer-me árvore
neste solo árido
haurido no sempre
ser a espera fosca
de vazar no vento
em folha o rosto
3
o tempo está de
me valer de espada
contra ser a nuvem
próxima dilúvio
e muito mais ainda
piso o céu unindo
terra que me pisa
e o mais liso azul
4
sou esse menino
e arvorar-me ave
de vazar por cima
o cimo desse azul.
PAPEL PASSADO
Se, por acidente, moléstia ou velhice, algum dia eu vier a ver-me (resto) imóvel no lençol, a depender, por caridade ou pelo amor, do vosso gesto difícil, esse gesto de lavar meus panos de matéria e de limpar os meus resíduos deste mundo, assim constantemente no cotidiano de uma lenta espera do expirar de tudo, isto será profundo para vós e doloroso para mim.
E certamente é certo que não terei palavras, nem gestos, para vos agradar; é certo que os meus olhos lá serão de piedade, olhando as vossas fisionomias desanimadas olhando-me nos panos, e sofrereis demais e eu bem mais desesperadamente.
Antes que isto porventura ou positivamente ocorra, lavro a declaração presente, antecipada, de que no quando (eu) assim restar, imovelmente mudo, contudo ainda vivo, estarei a todo instante, em mente, beijando as vossas mãos em mim santificadas, nessa final humilhação do corpo, essencial talvez à filtração da alma.
DO SER O SER E SER SEU PARECER
No quando em conversando assim contigo
e tido em ser um ser assim sincero
sou uma sombra boa, um vulto amigo
e sou, quando te falo, e quando sério
um grave ser sutil que nesta vida
transcende ao anjo, ardendo-se matéria
minha palavra então espessa vibra
ou tímida se evola, ou gruda com visgo
nos corações melífluos das pessoas.
Contudo quando durmo (quando em sonho)
ou quando em meus re-versos me componho
um outro eu, em mim, pulsa e ressoa
uma linguagem funda e diferente!
pois uma coisa é ter-se o meu retrato
que mostra o magro rosto externamente,
enquanto que mostrado, em raios-X,
o dentro é contraponto e ponte exata
entre o ser-se o que é e o que se diz:
bem mais que olhos mansos nas capelas
ser o suspiro posto à luz das velas
queimando entre ser alma e ser matriz.
ECLIPSE
Os dias de minha vida
são a pele de minha alma
respiro raios de sol
deito ao chão a lua branca
a pele é de pelos negros
os pelos têm poros fundos
os fundos são todos negros
os dias de minha vida
são dias de pouca vida
feitos de sol e de gelo.
O MAGRO
Eu me infiltro
por onde que eu for
me equilibro
no polígono menor
eu me visto
de o homem mais nu
e me sirvo
de vara e bambu
me consolo
da sobra do mundo
me retorno
mais fácil do fundo
eu me escondo
na sombra dum poste
e me aponto
mais leve na morte.
O ERMO
O ramo seca
último
em essas planuras
onde pedra a flora
o remo safa
ao fundo
ora essas canoas
e jangadas ora
a rima rima
resume
vã poesia dorme
no apogeu da aurora
a roma soma
corcunda
esse avaro câmbio
lei de aval e mora
o rumo some
só mundo
a esses duros nomes
repetindo as horas
RETRATO NAS MÃOS
1
Dez anos ando
me alongando
do presente
deste retrato
são seis anos
e mais quatro
que distancio
e ele sorri
2
bem mais ainda
este retrato
de fato e fixo
é só rir
seu olho vira
quando viro
olhando ponto
que não eu
não fez anos
nem sofreu
roído no amplo
riso sem véu
3
meus olhos indo
vou colhendo
o fio leve
que nos prende
fio mais leve
do que vento
é o fino
fio da mente
4
já o retrato
é semovente
e o seu contato
me alimenta
quanto sente
em suas mãos
antigas mãos
da memória
5
envolvemo-nos
e unimos
isto que somos
em nós outrora
6
e no remanso
de essa mansa
espuma em
que se fundem
nossos rostos
se confundem
no profundo
e mais afundam
7
mas esse tempo
fantasma
é tempo lesma
sem plasma
8
em meus olhos
me procuro
torno às falhas
da dentadura
retrato mole
molhado imóvel
olha seu ponto
longe e escuro.
AS PERDAS
Minha mãe afundou no lar
meu pai nos sertões de mundo
foi ela (só) de esperar
meu pai nas léguas do mundo
minha mãe, eu vi chorar
– ele, que o diga o mundo.
Ela dormiu (era a noite!)
e muita coisa ficou morta
muita fala ficou muda
parte meu pai neste dia
e muita coisa ficou fria
muita terra ficou funda.
Porém, por ela houve lágrima
por ele um vago profundo
se grave é perder a lágrima
retê-la é secar o mundo.
BALANÇO
Quando vais
eu sempre venho
sempre vou
quando te vens
de onde
para onde vais?
penso e calo
perguntar
(penso) jamais
que se igual
pergunta acaso
me fizeres
indo e vindo
dir-te-ei
eu vou e venho
não sei se vou
ou se venho
ir e vir
sem foz e fonte
seria um bem?
não sabemos
bem sabemos
do vaivém vivo
e te espero
no caminho onde
sorrimos
nossos olhos
indo e vindo.
VELADA EM LUA
Fundo sono cobre até o rosto
como um lençol de transparência.
Uma sombra pulsa, à luz exposto
ó corpo no seu úmido silên
cio. Nenhuma palavra, nenhuma
sílaba se põe entre a distância
de nossas bocas semiabertas,
em leve a sua e feita em ânsia
a minha. Todavia, deserta,
não pode a mão tecer o rumo
nem construir o ardor do gesto.
Suspensa imóvel sobre as plumas.
CÍRCULO
(que sendo redonda a terra
um dia nos encontraremos)
1
Onde respira
o teu sonho
ali meu sonho
termina
da noite venho
e componho
auroras vãs
de menino
2
longo é o sempre
e nos domina
um susto simples
e estanho
visão vislumbro
e neblina
mas peso fundo
e montanha
3
caminhas vento
e horizonte
o olhar de azul
e de vinho
eu penso o rumo
da fonte
e enquanto espero
caminho.
ELEGIA 18
Mais de cem relógios
nas paredes da sala
tocam as horas adiante.
Um relógio, entanto,
invertido em sua ronda
anda com os ponteiros
voltando para o ontem.
Vibram os relógios
em coro, tiquetaque,
e taquetique ele torna
ao refluxo do tempo.
Seus ponteiros pacientes
passo a passo pingando
gota a gota destilam
incensos na lembrança.
Hipnotizam, acenam
para o regresso do homem
aos olhos da criança.
O relógio fantasma
em sentido leste-oeste
impõe com jornada
viajar o viajado.
Vou reviver lugares,
essas visões familiares
presentes no passado.
São valores perenes
longe e bem lembrados:
as manhãs ressoando
veredas da juventude,
as noites orvalhando
trilhas lá da infância.
Aonde mais, tão leve,
me quer levar o relógio
em seu contrário tempo?
Um nevoeiro me enleia
nuvens me enovelam
no chão, amorosamente.
Vou fluir o rego-dágua
para mover o monjolo
em seu compasso longo.
Reerguer os galos
revoar os gaviões
patear os cavalos
e as éguas no rebanho.
Vou uivar os cães
ruminar os bois
adormecer no pai
e no calor da mãe.
Mas, ao final, é este
o relógio do sonho:
não acompanha a sombra
nem o clarão do dia
ou o soar do vento.
No amplo da sala
ponteiam-se as horas
compassadamente.
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