Foto: Fernando López
Corina Maruzza
Argentina. Nací en 1979. Soy guardavidas.
Mi casa es en Banfield, donde trabajo como psicóloga. Me recibí en la U.B.A. Cursé el Doctorado en Salud Mental Comunitaria en la U.N.La.
Sería de Flores, donde también trabajo, si fuese de la capital. Acá hice la residencia, coordiné el taller literario de la sala de internación de salud mental del hospital Álvarez y publiqué dos números de la revista Teodoro.
Obtuve un premio y algunas menciones en las XIV, XV y XVI Jornadas Metropolitanas de Residentes de Salud Mental, por la presentación de relatos de casos clínicos y de la experiencia en un taller de juegos con niñ*s que recibían diagnóstico de autismo y asperger. Dos de esos trabajos fueron publicados en la revista Clepios, y en la página web del hospital Álvarez. Me formé en Atención Primaria de la Salud en Maimará.
Junto con Irina Tozzola llevamos a cabo el proyecto de poesía ilustrada Cinco Setas.
Hace algunos años empecé a repensarme y estudiar sobre disidencia sexual. Ya trabajaba en cuestiones relacionadas con la violencia del género. Sigo en eso.
Tuve la suerte de: 1) tipear colectivamente La sublevación de Bifo y participar de la costura (encuadernado) de Informe de Reynaldo Jiménez, ambos publicados por la editorial hehkt, y 2) leer en la mítica cabina del Cheescake (hoy desmantelada) en la Ronda de Poetas, en Montevideo.
¿Por qué escribo? Las plantas hacen silencio. Creo que en cada momento las razones varían. Ahora lo hago motivada por el movimiento. Con alegría recuerdo la sorpresa que me dio descubrir cuánta importancia daba Perec a las manos cuando leía. En seguida, eso tuvo para mí muchísimo sentido. En mi caso, cuando escribo están comprometidos los pies, como cuando leo o bailo. Los ojos, los pies, las manos. Pero también todo el cuerpo. No sólo mi cuerpo. No sólo cuerpos humanos. Tal vez no sea a mí a quien haya que preguntarle por qué escribo.
A Noche
para Fernando López
éramos un solo sauce
de pie en luna marina
acopiada contra agujas
con terror
cinta sin fin del velo de un día
que de noche,
salida del amparo del alivio
con un filo tan claro
estridente, cristalino y árido,
elefante de bronce sin su insignia
sopla viento de labios afelpados
el signo silencioso
de los ojos en los ojos
del tiempo sumergido en esta cúpula
insiste domo negro
da ventaja al horizonte
pájaro de lenta madrugada
cuando una
al mismo tiempo ensimismada
deja en párpado una hoja
y otra trepa y otra crece
y ninguna dice cómo
Noche busca entre nosotros dos el hilo
que llega hasta el secreto del embalse
donde ella y otros gatos nos ocultan
el mapa que trasborda
hasta más allá la muerte
Orientación sur
“desparrama en el aire su luz.
Ilumina el Indoamericano”
María Laura Alemán
luna de todos los temores
erguida y enclavada
luna de sol
dátil
en tu espada neural
impávida
alguna luz se desglosa
no deja de anunciar
tu lado mantra
piedra viva de mar preciosa
a contra sombra
se espesa la lluvia
a contra marea tuya
se repliegan los árboles
hacen agua
reflejan sus omisiones
su menguante aura
desconcierta
vine a traer mi cuerpo a tu lado
las piedras menos precisas
el dato de un día que hace a la historia
y me amarro
mareas inexactas
indecisas de Interama
acércame autopista
cada copo de mí
en la torpeza
te nombra
Sobre la planta
No hay una cuestión que no conduzca al mar
tan sólo así, de noche puede uno descansar
Luis Alberto Spinetta
ver inaugura
encontrar sigue y después levantar
perla
raíces al aire sin voz
desecho la savia
parva
en el agua
tampoco es sencillo el rescate
aunque vida
siempre alegra
da miedo
ahí también los brazos
espinas
ojos abalanzados
por trechos que a nado
se hacen
milenios
vida el agua
guarda
una especie de secreto
como voz en punta
flecha fugaz
tácitos los brazos del nado
el ojo nadador
abierto, evidencia
marca fijo
flota como pez
como artefacto
irreparable y críptico
sobre el agua
escritos unos planos
flechas tácitas brazos manuscritos
que se lanzan que luchan
con los brazos con sí mismos
con espinas
contra el agua
vida a veces como perla
parece escondida y el miedo confunde con el agua
ojo pendular
el mar
que temen los brazos
y el sol alegoría
ironiza por partes en su rastro
por la piel por la perla en el brillo
pulverizada ahora milimétrica
que deslizan los pies como espada
hacia las plantas
ilusión de salvar
pobre arquetipo
especie a tientas
milenaria
corre al filo
del agua y apenas
pone el pie
sobre el piélago
confunde miedo con las olas
y se arrastra
bajo qué moral discurre
vida
si voz se pulveriza en hincapié
y bajo arena
en el fondo otro mar
absorbe olas y atempera
ahí nadie ve ni encuentra
ni levanta
nadie va ni busca ni alucina
los peces se comprimen
se confunden con el brillo
péndulo hilarante
gorgotea
resabido
pero el mar que poliniza está al fin en todas partes
inabarcable péndulo de savia
en él no se ensanchan ni replican las maldades
no trasbordan
altamar
a veces pierdo el ojo
porque veo y levanto cuando encuentro
la llaga aunque no arda
en mí es nítida
de la torpeza de una vez
si bien son muchas
me alejo como puedo
como pez
pero dejo
un poco antes
a mano el brazo
el ojo y nado
aunque acaso
me confunda me sumerja
el oleaje
con sal y alevosía
porque vida
es muy hermosa
flor perlada fucsia
de mar blanco revuelto
violeta atigrada con puntas
verdes tan brillantes
sutil e insólita
nítida en sus bordes
en el agua
espada de voz lúcida
A Noche, pertenece a la plaqueta "Desde la proa (El registro en otra parte)" Pájarosló Editora, 2016
Orientacion sur y Sobre la planta, pertenecen a Mar de Interama, inédito (2015.2017)
Haz el caballo
ya no me digas qué se siente
Luis Alberto Spinetta
rectos humanos
entre autos caratulados
sumergen misiles del Fondo
de Catedral a Kurdistán
ríos de plomo en sangre
ni bien madrugo requisa
reptis de un asfalto formoseño que la polis
intercepta a mitad del cartoneo
más te vale blanco y derecho
que saltar a lo wichí
mal de mares
llenos de muertos
de ambición de estar vivos
acuchillados del hambre
de inquietud migratoria
ni conseguir lo más mínimo
presume un número
(hay para las banderas
para las avalanchas
para los enfierrados)
fondos paracaídas
ambigua presupuestancia
humanos
¡identifíquense!
carrera de embolsados
led en la estación:
corazones wifi
un cielo alumbrado
antifaseado
menos pis por arbolito
a la vista de
¡rectos, humanos!
pique blandido entre la vía de los trenes
crucis oblongas de las secretarías
sentadita en trencito
fila india de púberes
alta paliza
ibas a estar bueno
pero es que estás tan buena
te voy a llenar de
papelitos las conejitas
de talleres de bolitas
te voy a lavar los tachos
para que puedas dormir caliente
y voy alfombrar la mugre
a enveredarte las ruedas
te voy a prensar la lengua
lo que tengas
o no tengas
derechos esos caños
retorcida la médula
óxido piel cartón plástico
anda
vértebra
tira del carro
¡jalona
corcovea!
Fundamentalista del presente
te ayuda a subir con un brazo y dos piernas
la impiadosa curva de esa pendiente
pie piedra
pies fuelle
eje fuerza vértebra piel
centro por encima
aerostático
imantado
afectado
modestia
el piso se dibuja de peces
mareas nos organizan en anfibia reversa
pletóricas
orgánicas
plexo soláricas
que se curvan e intensan las teclas que invertebran para nadie
el trote que atraviesa y las baila hasta el desliz
sin que aparezca silueta
fácil
el techo se tormenta
se tuerce en una cueva que lo aleja entre isquión y ceja
paladar cascabel
diente que tintinea
sinuosidad de los hombros
medio loto
palmera
pubis que se aleja por encima del cráneo
voz que desliza en el crecimiento de un pelo la cien
remotos del coxis y los trocánteres que trocan
el piso por un cuerpo
sobre el que gira o giro o rola
un brazo
dos piernas
y se apiada esa curva pendiente por la que sube
mariposa rodilla
libro cadera
plaga de ojos
que mira
y gatea
Autorretrato
un gesto tendido en surco
un detalle la apertura del beso
que el tentempié
invoca
línea insular
también resultado
de algún reniegue
acuático
una ínfula
pendientes
caravanas
ondulando hacia las escápulas
versiones de lo anguloso
alrededor: plantas
tréboles nacidos y unos gajos
trémulas ofrendas de las reproducciones
por trasplante
por obsequio
rescatada la intemperie de la espada
su filo inofensivo
indefenso
bandada
que mira el cielo
lanzada en círculo
a pique vertical
otra zambullida
los ojos que ven el salto de regreso
en caída
paréntesis sobre la marcha
vías aéreas
nocturnas
que son ciudades
que son marinas
del sur
párpados
gotas
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