Ruth Patricia Rodríguez Serrano
(Ecuador, 1966)
Escritora de novela, cuento y poesía. Ganadora de concursos nacionales de cuento infantil (Círculo de Lectores) y de cuento juvenil (Pablo Palacio). Representante del Ecuador ante la Asamblea Mundial de Jóvenes Artistas por la Paz, en la República de Bulgaria. En 2005 obtuvo la Condecoración Pablo Palacio al Mérito Literario, otorgada por el Consejo Provincial de Loja. Entre sus obras se cuentan: Algo más que un sueño (1978, cuento), Desde el barro azul (1988, prosa poética y cuento). El balcón de los colores (1990, cuento), Lengua de siervo (Poesía). Al filo de Clepsidra (1995, novela). Deseábulos (1998, libro colectivo de cuentos de la Red Cultural Imaginar). Impúdica (2007, poesía). Escribir es Formidable (2008), (texto de estudio para el área de composición escrita).Putas de Cristal (2010, novela). La certeza de los presagios (2011, libro colectivo de cuentos). El mar en mí (2012, poesía).
Nuestro oxímoron
Chao, me voy con el Mar
Se va conmigo todo lo que llevo dentro
Esta mentira de creer que estoy cuando me pierdo
Esta comodidad de tener el día bajo control
De escribir sin estremecimiento
De enviarte cartas falsas para que veas que te pienso
Chao, me llevo estas ganas de pensarte simplemente
Y de escribirte cuando ya no pueda más de tanto llevarte
Me voy, en medio del desorden que quita la cadena
Al borde de la ignorancia que me libra de importarme
Puede ser que el Mar me regrese lavada por su espuma
Y me ponga a secar luego entre las rocas
Entre los acantilados que cortan mi contradicción
Quizá para entonces me ría y me entristezca
Por esa cualidad tan cambiante que me vive
Y que nos muere
El mar en mí
El mar me esculpe con su ola negra
En el filo de su hoja
La noche multiplica su mágica borrasca
Y estalla bajo mis párpados cerrados
Luminosas filas de arenques fosforecen
En el lecho en que me abismo
Será que quieren olvidar en mí
Su soledad acorazada
Será que me dejan su estela como guía
Y se pierden lejos de mi hemisferio izquierdo
Penetro en mi vastedad, el mar es tibio y quieto
De tiniebla perturbada sólo por relámpagos
De peces transparentes
Así debía ser tu muerte apresada en la marea
Devuelta de olvidos, perfumada de sal
Yo debía así sentirte en tu silencio
Y debía recordar que vendrías
Trocando tu fantasma oceánico en azufre encendido
Ahora que estás ya para siempre
No temo despertar en tu negrura:
Infinita galaxia de mi cuerpo sin sombra
Impaciencia
Pasa seguido que somos lo que no queremos
Pasa que cuando lo que deseamos no se alcanza
Sembramos en el patio árboles ajenos al alma
Para decir que los tenemos simplemente
Para decir que lo importante era sembrar
Pasa seguido que pintamos la casa de verde
Por no encontrar el turquesa en la ferretería más cercana
Pasa que al quererlo todo tan rápido, se pierde
Y se gana lo que parecía ser
Pasa también que la suma de silencios
Es la suma de los deseos irrealizados
Y dejamos de escribir
Fuera de los fracasos por encontrar lo buscado
Nos abismamos en la negación de la palabra
Nos adelantamos al tiempo de recibir
Nos convertimos en cobardes
Resaca
Quería morderte, fruta azul
Quería habitarte, pueblo fantasma
Quería escucharte, ronco torbellino
Quería hundirme, abismo
Para hacerlo me senté en tus orillas
Te miró el único ojo de la frente
Y me apareé diluida y absoluta
Disfruté de tu fiesta pagana
Imploré tu misma suerte
Me arrepentí ante ti de mis delitos
Ahora que he probado a lo que sabes
Que he sido huésped de tu profunda torre
Sin que haya podido nombrarte una palabra
Un cataclismo me expulsa de tu centro
Un sabor a petróleo y pesticida me quema las papilas
Una visión de muerte me horroriza
Ya no eres memoria de la luna
Tu superficie es mortaja de peces y moluscos
Tu bramido es eco, un golpear de tarros de basura
Y aunque en el fondo te habites, afuera no reflejas
Ya no eres el sueño diluido
Hace tiempo que dejaste de ser mar
A poca elipsis
Que el rastro muera por borrarse
Que los besos se reciclen en la sangre
Que la memoria se olvide en los libros
Que las palabras sean sonidos molestos
Que haya que alzarse de hombros cuando pesen
Que haya que aliñarlas cuando comprometan
Que el presente salve a quien más pueda
Que la decisión última prevalezca sobre la penúltima y la primera
Que nadie se entere de lo que llevamos bajo la mortaja
Que no exista un más allá para desenmascararnos
Ah! Que esta fiesta dure cuanto pueda amortiguar
Que el total será la suma de todo lo que nos restamos
Que nadie nos obligue a alzar los ojos
Y a ver lo alto que está el cielo
Y nosotros acá abajo rondándonos
Que no se nos estreche más la cárcel
Que es suficiente con ésta que es pensar,
Siempre, sobre los mismos cien metros del pasillo
Que se haga, que se diga, que se mienta
Que ya no importa si total al otro lado
Estás tú que recuerdas el silencio
Que no hace, que no dice, que no miente
Aunque se vista y se desvista de palabras
Los pseudos
Aquí están quienes se han perdido
Miran con la sombra del mar lo que es de tierra
Y arrastran una red llena de pájaros que ya no cantan
Tocan su cuerpo y buscan una extremidad
Es la cabeza y con ella su corona
La estrella igual que el corazón
Recobró su compás de máquina
En el caudal silencioso de la sangre que ya nadie escucha
Se ponen a sí mismos en las manos sin pensar
Se dejan tostar al sol y ser carroña
Luego se lamentan, justifican su entrega ingenua
Como el idiota que se amamanta de la luna
Aquí están ellos, los que no supieron cómo amar la vida
Y se endulzaron con la palabra
Y fueron seducidos por la estética
Los que escudriñaron en modas desechables
Quieren, dicen, entregar su caza a la mejor puta de la noche
Son caballos de fuego sofocado
Vida de un día
Que se regalan sin haberse pertenecido
Tienen el alma azul como la de un gnomo
Tienen los pies suaves de los sedentarios
Tienen la desazón de los que no pudieron huir
De los mismos trechos
Tienen las orejas como arbustos cargados de manzanas y babosas
Tienen cuatro ases bajo la manga
Tienen hijos que jamás les darán nietos
Porque aprendieron a temer en sobrevivencia
Creen que tienen todo si tienen una red
Con pájaros de cristal
Con pájaros que no vienen del mar
Ni del cielo
Con pájaros desprendidos de una tarde lila
Ellos sufren de verdad y se curan fantasiosamente
Y vuelven a sufrir para curarse de tanta importancia
Y así tener más importancia
Y se pierden creyendo encontrarse
Y escriben y son sabios
Y saben que todo lo que saben nunca lo aprendieron
Y que a fin de cuentas nada importa
Porque es así como se vive
En el mundo de las perdices que comen perdices
Ser y no ser
Esto de bajar y subir las escaleras
Como si hubiésemos olvidado la llave otra vez
En el cuartito del fondo donde se va y se nostalgia
Ir por un disfraz y no escogerlo
Salir vestido de uno mismo siendo otro
Extrañados de nuestra inconstancia
Esto de querer retenerse
Y luego buscarse en la palabra ajena
Aquella que nos devuelva
El sentido de estar pertenecidos
Aunque sea a algo transitorio
Esto de saber que se está solo y desestimarlo
Y esconderlo tras el ruido de la radio
Decir sí quiero y luego no
Sufrir de amnesia por lo que se ha querido
No llorar cuando se pudo
Y hacerlo de repente sin saber por qué
Esto de declararnos cuerdos a la entrada del hospicio
Asir una bandera
Cantar el himno sintiendo un corazón avergonzado
Por la patria hipotecada
Esta bipolaridad de los días del siglo último
Nos tiene a todos apostando
Perdemos cuando creemos ganar
Nos acostumbramos a pensar que todo vale
Que incluso hay que matar para vivir
Pero en la noche, cuando buscamos el pijama
Oímos gritos, intuimos despojos en el interior del closet
Y no lo abrimos por temor a que reboce y nos aplaste
Dormimos con jean
Alquimia
Una flor, pero no una flor cualquiera
Sino aquella de ecos encerrados bajo su cristal
Yo la tuve flotándome en la mano y vi a mis muertos
Como si fuera ayer, paseaban por los callejones
Llevaban luces encendidas hacia el fondo
Se perdían, se enterraban en la arena
Una flor, que parecía estar a punto de quebrarse
Una amenaza del sueño que a sí mismo se presagia
Yo la tuve inundándome la palma y me vi
Temerosa de perder a mis vivos
Como si alguna vez hubieran estado
Como si hubieran sido míos
O me hubieran soñado solo para ellos
Una flor de mar
Cuarzo y granizo de un cielo invertido
Yo la llevé lejos por toda una noche
Hacia el naufragio de mi séptima estrella
Allí nos vaciamos, nos supimos inasibles
Sin dolor ni pertenencias
Fuimos Otra
Atropello
Loba que llamas cuando me lleno
Grulla que deja su huella de luna
Sobre la llanura de casas lluviosas
Más allá del muelle que se calla
En las calles que soy y que padezco
En la muralla de esta soledad sin estrella
Llegas loba grulla a abrir la puerta
Con la llave de mis propios dedos
Llegas y esparces las últimas llamas del deseo
No es tarde, Llorona, yo soy tú
Llámame que apareceré desde los cuartos vacíos
Llorona loba grulla
Llamarada, cremallera, toalla roja
Estalla en mi oscuridad, purga mis llagas
Me dejaré llevar como una ciega
Cuando beba de mis senos llenos
Turquesa
Hola, Libertad mía
Cada vez que acudo a ti
Parezco salir de un bosque en llamas
Corro a tu playa a refrescarme
Mi alma se desata de este cuerpo
Que desde hace tiempo anda pateando una piedrita:
Es una turquesa que rumora en cada salto
Las vidas que he venido dando vueltas
En la pizarra de su cielo duro
Se revientan mis recuerdos como venas
Bella piedra de Sísifo encadenada a la ciudad
Desprendida de la lluvia, chispa de aire
Huérfana extraviada
Tú, Libertad, quieres que ahora sea lo perdido
Que vuele bajo, bajo, como la piedra
Que me golpee, que no pueda asirme
Que me vuelva indemne en mis adentros
Que de tanto ir de esquina a esquina
Me habitúe a buscar hasta encontrarme
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