Wolfgang Borchert (Hamburgo, 20 de mayo de 1921 - Basilea, 20 de noviembre de 1947) fue un actor y escritor alemán.
Hijo único de una escritora y un profesor llamados Herta y Fritz Borchert, a la temprana edad de quince años empezó a escribir relatos, algunos de los cuales publicaría más tarde el Hamburger Anzeigen. En 1939 comienza a trabajar como aprendiz de librero por deseo de sus padres, tarea que compagina con otra mucho más emocionante para él: su formación como actor de la mano de Helmut Gmelin. En Marzo de 1941, tras haber pasado un examen de ingreso, comienza a trabajar en Hannover en el teatro Landesbühne Osthannover. No obstante, su incipiente carrera como actor terminó pronto, puesto que en junio tuvo que abandonarlo todo para marcharse a servir en el ejército. Entre julio y noviembre de 1941 lo formaron como soldado de unidad blindada.
Borchert fue destinado al frente oriental, donde fue testigo de los horrores del conflicto bélico y pudo ver con sus propios ojos el ingente número de víctimas que ocasionaban no sólo las batallas, sino también el frío, el hambre y las deficiencias del equipamiento. En enero del año 1942 resultó herido en la mano izquierda, por lo que tuvo que ser trasladado a un hospital militar en Schwabach. Bajo la sospecha de que pudiera haber sido él mismo el autor del disparo, en un intento desesperado por eludir su deber como soldado, Borchert fue arrestado y condenado a pasar tres meses de aislamiento.
Más adelante lo acusaron de haber escrito en algunas cartas “afirmaciones que ponían en peligro al país” y lo condenaron a seis semanas más. Tras este tiempo que pasó arrestado volvió a Toropez, en el frente ruso, a finales de 1942. En diciembre tuvo que volver al hospital militar por motivo de una congelación, y allí enfermó de tifus e ictericia. Fue entonces cuando su hígado empezó a dar muestras de estar gravemente dañado.
A principios de 1943 regresó, de permiso, a la destruida ciudad de Hamburgo. Allí volvió a los teatros con varios espectáculos de Cabaret hasta que tuvo que regresar al frente y reunirse con su compañía en Kassel, aunque albergaba la esperanza de que lo licenciaran por su afección hepática. No obstante, esto nunca ocurrió, ya que se supo que había parodiado en escena al ministro de propaganda Joseph Goebbels. Por este motivo, Wolfgang Borchert fue detenido y condenado a nueve meses de prisión en diciembre de 1943.
Cuando salió de la cárcel volvieron a enviarlo al ejército, esta vez para servir en el frente occidental. Su unidad se rindió a los franceses en marzo de 1945, en las cercanías de Francfort del Meno. Mientras los trasladaban a un campo de prisioneros, Borchert consiguió burlar a los guardias y escapó. Recorrió enfermo y a pie los 600 kilómetros que lo separaban de Hamburgo. El diez de mayo de 1945 llegó a casa de sus padres.
Después de la guerra, Borchert intentó hacer carrera en teatros y cabarets. Trabajó como ayudante de dirección en la representación de Nathan el sabio, de Lessing, en el Teatro de Hamburgo, escribió varios textos para cabaret e incluso fue cofundador de un teatro, pero su estado de salud no dejaba de empeorar y los médicos temían por su vida. Tenían razón. A Borchert sólo le quedaban dos años, que pasaría postrado en cama.
Obra
Dos años para escribir toda su obra. Una carrera contrarreloj con la muerte pisándole los talones. Aunque no se publicaría hasta el verano de 1947, en enero de 1946, Borchert terminó de escribir su primera colección de relatos Die Hundeblume: Erzählungen aus unseren Tagen, a la que pertenece Generation ohne Abschied, uno de sus escritos más intensos:
“[…] Wir sind die Generation ohne Bindung, ohne Vergangenheit, ohne Anerkennung. Und die Winde der Welt, die unsere Füße und unsere Herzen zu Zigeunern auf ihren heißbrennenden und mannshoch verschneiten Straßen gemacht haben, machten uns zu einer Generation ohne Abschied. [...]Aber wir sind eine Generation der Ankunft. Vielleicht sind wir eine Generation voller Ankunft auf einem neuen Stern, in einem neuen Leben. Voller Ankunft unter einen neuen Sonne, zu neuen Herzen. [...] Wir sind eine Generation ohne Abschied, aber wir wissen, daß alle Ankunft uns gehört.”
En diciembre del mismo año se publicó una recopilación de poemas escritos entre 1940 y 1945 bajo el nombre de Laterne, Nacht und Sterne. A finales del otoño de 1946, terriblemente enfermo, Borchert escribió el drama expresionista Draußen vor der Tür en apenas seis días. La lectura dramatizada de esta obra pudo escucharse por la radio el 13 de febrero de 1947 y tuvo un gran éxito.
En septiembre, Borchert se trasladó a un sanatorio en la ciudad suiza de Basilea para intentar curarse. Allí continuó escribiendo algunos de los diecinueve relatos que compondrían Am diesem Dienstag, colección que el autor había empezado a redactar en otoño de 1946 y que daría por finalizada en el verano de 1947. Relatos como Die Küchenuhr, Nachts schlafen die Ratten doch o Im Mai, im Mai schrie der Kuckuk pertenecen a esta obra.
Borchert no detuvo su febril producción literaria hasta el momento de su muerte, prueba de ello son algunos poemas y relatos sueltos publicados tras su muerte, entre los que se incluyen el manifiesto antibelicista Dann gibt es nur eins!, poemas como Liebeslied o Die Nacht y relatos como Das Brot o las Lesebuchgeschichten, breves pero intensas, para muestra un botón:
Es waren mal zwei Menschen.
Als sie zwei Jahre alt waren, da schlugen sie sich mit den Händen.
Als sie zwölf waren, schlugen sie sich mit Stöcken und warfen mit Steinen.
Als sie zweiundzwanzig waren, schossen sie mit Gewehren nach einander.
Als sie zweiundvierzig waren, warfen sie mit Bomben.
Als sie zweiundsechzig waren, nahmen sie Bakterien.
Als sie zweiundachtzig waren, da starben sie. Sie wurden nebeneinander begraben.
Als sich nach hunderten Jahren ein Regenwurm durch ihre beiden Gräber fraß, merkte er gar nicht, daß hier zwei verschiedene Menschen begraben waren. Es war dieselbe Erde. Alles dieselbe Erde.
Wolfgang Borchert falleció el 20 de noviembre de 1947, tan sólo un día antes de que se estrenase su única obra de teatro, cruel paradoja del destino. La mayor parte de su obra fue publicada de forma póstuma (Am diesem Dienstag, Draußen vor der Tür y los poemas y relatos escritos durante su estancia en Suiza).
Repercusión
A pesar de que su obra es breve en cuanto a extensión su fuerza es inmensa. Precisamente en la carga emotiva reside la clave de su éxito, un éxito que el propio Borchert no pudo imaginar. Seguro que nunca sospechó que iba a convertirse en “una de las voces más importantes de la literatura de posguerra alemana” tal como lo definió en su día el también escritor Alfred Andersch. Según Latorre (2002), su juventud, su trágico destino y su traumática experiencia de la guerra en el frente oriental fueron los factores que hicieron de Borchert el portavoz de toda una generación. Su legado ejerció una influencia muy importante para el llamado Gruppe 47, pero no sólo eso. La obra de Borchert ha llegado a nuestros días sin hacer demasiado ruido pero removiendo conciencias como lo que es, un retrato sencillo, pero devastador, de los horrores de cualquier posguerra.
INTÉNTALO
Sitúate en mitad de la lluvia,
cree en la bendición de sus gotas,
enrédate en su ebriedad
¡e intenta ser bondadoso!
Sitúate en mitad del viento
cree en él y hazte niño,
deja que penetre en ti la tormenta
¡e intenta ser bondadoso!
Sitúate en mitad del fuego,
ama a ese gigante
en el vino rojo del corazón,
¡e intenta ser bondadoso!
ARANKA
En mis rodillas siento el roce de las tuyas,
y tu nariz fruncida
debe llorar en cierto lugar de mis cabellos.
Eres como un jarrón azul,
y florecen tus manos igual que margaritas,
temblorosas al darse.
Ambos sonreímos al pie de la tormenta
de amor, dolor y vicio.
Traducción de Jorge de Arco
Los poemas aquí reunidos figuran en los ciclos Laternen, Nacht und Sterne (Faroles, noche y estrellas) y Nachgelassene Gedichte (Poemas póstumos) del libro Das Gesamtwerk (Obras completas), que Borchert compuso entre 1940 y 1945. Estos ciclos reflejan de manera clara el sentir y la personalidad del autor, así como la fuerte presencia del viento, la noche, el agua y los faroles, elementos esenciales de Hamburgo. Se publicaron por vez primera en 1946.
Nueve poemas de Wolfgang Borchert
*Traducción y nota de Ricardo Corchado y Sabina Scherzer
Sueño de faroles
Cuando muera
quisiera ser por lo menos
un farol que esté ante tu puerta
para cubrir de luz
la pálida noche.
O en el puerto,
donde los grandes barcos duermen
y las jovencitas se ríen,
haría de guardia
en un estrecho y sucio canal,
y al caminante solitario guiñaría un ojo.
En una calle angosta
quisiera estar colgado
frente a una taberna
como farol de hojalata rojo
y oscilar entre los pensamientos
al viento nocturno
con sus cantos.
O ser uno al que un niño
de ojos desorbitados enciende
al descubrir asustado
que se encuentra solo y el viento
grita a través de las ventilas
mientras afuera los sueños deambulan.
Sí, quisiera ser por lo menos
cuando muera
un farol
que solitario por la noche,
cuando todo en el mundo esté durmiendo,
converse con la luna,
por supuesto de tú.
Laternentraum
Wenn ich tot bin,
möchte ich immerhin
so eine Laterne sein,
und die müsste vor deiner Türe sein
und den fahlen
Abend überstrahlen.
Oder am Hafen,
wo die grossen Dampfer schlafen
und wo die Mädchen lachen,
würde ich wachen
an einem schmalen schmutzigen Fleet
und dem zublinzeln, der einsam geht.
In einer engen
Gasse möcht ich hängen
als rote Blechlaterne
vor einer Taverne —
und in Gedanken
und im Nachtwind schwanken
zu ihren Gesängen.
Oder so eine sein, die ein Kind
mit grossen Augen ansteckt,
wenn es erschreckt entdeckt,
dass es allein ist und weil der Wind
so johlt an den Fensterluken —
und die Träume draussen spuken.
Ja, ich möchte immerhin,
wenn ich tot bin,
so eine Laterne sein,
die nachts ganz allein,
wenn alles schläft auf der Welt,
sich mit dem Mond unterhält —
natürlich per Du.
Carta de Rusia
Uno se vuelve bestial
por el aire ferruginoso.
Mas este arrugado corazón
todavía siente a veces algo lírico.
Un casco de acero al resplandor del sol matinal.
Un pinzón canta y el casco se oxida.
¿Cuánto costará en el terruño un cuarto
con cama y agua caliente?
¡Si no estuviese tan cansado!
Las piernas se han puesto pesadas.
¿Tienes todavía un pedazo de pan?
Mañana tomaremos el bosque.
Aquí la vida resulta tan muerta.
Hasta las estrellas son extrañas y frías.
Y las casas parecen
construidas al azar.
Sólo a veces ves a un niño
de piel maravillosa.
Brief aus Russland
Man wird tierisch.
Das macht die eisenhaltige
Luft. Aber das faltige
Herz fühlt manchmal noch lyrisch.
Ein Stahlhelm im Morgensonnenschimmer.
Ein Buchfink singt und der Helm rostet.
Was wohl zu Hause ein Zimmer
mit Bett und warm Wasser kostet?
Wenn man nicht so müde wär!
Aber die Beine sind schwer.
Hast du noch ein Stück Brot?
Morgen nehmen wir den Wald.
Aber das Leben ist hier so tot.
Selbst die Sterne sind fremd und kalt.
Und die Häuser sind
so zufällig gebaut.
Nur manchmal siehst du ein Kind,
das hat wunderbare Haut.
La luna miente
(Moabit)
La luna pinta un dibujo grotesco en el muro.
¿Grotesco? Un cuadrado claro, algo torcido,
trazado con un montón
de oscuras y delgadas líneas.
¿Una red de pescar? ¿Una tela de araña?
¡Pero, ay!, mis pestañas tiemblan
si levanto los ojos hacia la ventana:
¡Está enrejada!
Der Mond lügt
(Moabit)
Der Mond malt ein groteskes Muster an die Mauer.
Grotesk? Ein helles Viereck, kaum gebogen,
von einer Anzahl dunkelgrauer
und schmaler Linien durchzogen.
Ein Fischernetz? Ein Spinngewebe?
Doch ach, die Wimper zittert,
wenn ich den Blick zum Fenster hebe:
Es ist vergittert!
En la ventana de una taberna
a la orilla del lago Steinhuder
(De camino a casa en 1945)
Lentas se cierran las flores del manzano
al canto nocturno de la dulce garganta del pájaro.
Las ranas se apiñan al pie de la pasarela.
Una abeja arrulla al día con su zumbido,
sólo mi alma sigue en camino.
La calle anhela la ciudad próxima
donde de noche la vida continúa resplandeciendo,
pues allí hay todavía corazones latiendo.
Aquel que aún no tenga un hogar,
cuando lo asalte la noche,
seguirá preguntando:
¿Por qué las flores no están tristes?
¿Por qué los pájaros nunca lloran?
¿y si acaso también la luna estará fatigada?
Y entonces en medio del silencio el viento
se compadecerá de él,
hasta que entre sus sueños se olvide del mundo.
Am Fenster eines Wirtshauses
beim Steinhuder Meer
(Auf dem Nachhausewege 1945)
Die Apfelblüten tun sich langsam zu
beim Abendvers der süssen Vogelkehle.
Die Frösche sammeln sich am Fuss des Stegs.
Die Biene summt den Tag zur Ruh —
nur meine Seele
ist noch unterwegs.
Die Strasse sehnt sich nach der nahen Stadt,
wo in der Nacht das Leben weiterglimmt,
weil hier noch Herzen schlagen.
Wer jetzt noch kein Zuhause hat,
wenn ihn die Nacht gefangen nimmt,
der muss noch lange fragen:
Warum die Blumen leidlos sind —
warum die Vögel niemals weinen —
und ob der Mond wohl auch so müde ist —
Und dann erbarmt sich leis ein Wind des einen,
bis er — im Schlaf — die Welt vergisst.
Noche de invierno
La niebla se tiende fresca y gris
sobre las cosas.
Sólo los faroles y las blancas tocas de las hermanas
resplandecen. Palabras aisladas caen
cual gotas de lluvia:
ayer... mi mujer...
curiosamente resuenan
como poemas
y con ellas juntas
uno se imagina toda una historia.
Un paso solitario se va disipando en el norte,
las calles están tranquilas,
ya el ruido se ha fatigado
porque la ciudad desea dormir.
Winterabend
Der Nebel legt sich kühl und grau
auf die Dinge, und nur Laternen
und die weissen Hauben von Schwestern
schimmern. Und einzelne Worte fallen
wie Regentropfen:... Gestern...
und:... meine Frau...
und seltsam hallen
sie nach wie Gedichte
und man denkt eine ganze Geschichte
aus ihnen zusammen.
Ein einsamer Schritt verweht noch im Norden,
die Strassen sind still,
und der Lärm ist müde geworden,
weil die Stadt nun schlafen will.
Afuera
La ventana nos hace decir "afuera"
pues nosotros mismos estamos dentro.
Con pavor se habrá de preguntar hacia afuera,
porque allá se encuentra el viento.
Los faroles se han alzado
un centenar de negras noches
y tarde, poco después de las diez,
cuando unos quieren dormir,
la calle se torna de una clara palidez
y en silencio se distingue de entre un torrente
de suspiros de roca y cristal.
Ahora nuestra sangre es
la que fluye con estrépito,
el viento detiene su paso al bailar,
a veces permanece quieto
como si estuviese escuchando.
Y por mucho tiempo los faroles
nos acompañan a través de los sueños.
Draussen
Das macht das Fenster, dass wir "draussen" sagen —
und weil wir selber drinnen sind.
Nach draussen muss man schauernd fragen,
denn draussen ist der Wind.
Laternen stehn
schon hundert schwarze Nächte —
und abends, bald nach zehn,
wenn mancher schlafen möchte,
graut wohl die Strasse blass
und schweigend aus der Flut
von Seufzern, Stein und Glas.
Nun ist es unser Blut,
das so gewaltig rauscht —
de hält der Wind im Tanz den Schritt,
bleibt manchmal stehn,
als ob er lauscht.
Und die Laternen gehn
noch lange durch die Träume mit.
De noche
Mi alma es como un farol de la calle.
Cuando anochece y las estrellas
aparecen, comienza a ser.
Con su luz trepidante
va palpando a través de la penumbra,
enamorada como los gatos
sobre los tejados nocturnos,
con un verde resplandor en los ojos.
Los hombres y los gorriones duermen ya.
Sólo los barcos se bambolean en el puerto.
Cuando la luna se posa en la orilla
del tejado de una iglesia,
en mis ojos
ya se ha encendido crepitando un fósforo,
y entonces río.
La lluvia fluye,
sólo mi sombra y el viento
me acompañan.
Y mis manos siguen conservando el aroma
de alguna hermosa criatura.
Nachts
Meine Seele ist wie eine Strassenlaterne.
Wenn es Nacht wird und die Sterne
aufgehn, beginnt sie zu sein.
Mit zitterndem Schein
tastet sie durchs Dunkel,
verliebt wie die Katzen
auf nächtlichen Dächern, mit grünem Gefunkel
in den Augen. Menschen und Spatzen schlafen.
Nur die Schiffe schwanken im Hafen.
Hebt der Mond sich über den Rand
von einem Kirchendache,
ist in meinen Augen
knisternd ein Streichholz aufgeflammt,
und ich lache.
Regen rinnt —
bei mir sind
nur mein Schatten und der Wind.
Und meine Hände haben noch den Duft
von irgendeinem schönen Kind.
La noche
Y de nuevo anda la mujer de azul marino,
la hermana lívida de ebrios y poetas,
por las ya mudas y nebulosas calles.
Con incuria va contoneándose la gentuza nocturna:
las jovencitas que por horas son unas santas,
arden pecaminosas a la sombra de las casas,
hasta que el fresco viento matinal las ahuyenta.
Los faroles se sienten desesperados y embriagados
por los abrazos de los ebrios;
mas el poeta murmura su gran monólogo:
¡Mujer de azul marino, guarda en tu regazo
lleno de gracia a aquellos que no encuentran paz!
Die Nacht
Und wieder geht die dunkelblaue Frau,
die blasse Schwester der Betrunkenen und Dichter,
durch die verstummten, nebeligen Strassen.
Es schwankt im Schlendrian das Nachtgelichter:
Die Mädchen, die für Stunden heilig sind,
glühn sündhaft aus dem Häuserschatten,
bis sie der kühle Morgenwind verscheucht.
Laternen fühlen sich von den Bezechten
verzweifelt und berauscht umarmt -
der Dichter aber flüstert seinen grossen Monolog:
Nimm, dunkelblaue Frau, die ohne Ruhe sind,
in deinen gnadenreichen Schoss!
La gran ciudad
La diosa gran ciudad nos escupió
a este desordenado mar de piedra.
Tragamos su aliento,
pero luego nos abandonó.
La puta gran ciudad nos hizo un guiño con el ojo,
entre sus brazos suaves y perecederos
renqueamos de placer y pesar
y no quisimos compasión alguna.
La madre gran ciudad es dulce y clemente con nosotros
y cuando estamos vacíos y fatigados
nos toma en su regazo gris.
¡Y el viento silbará eternamente sobre nosotros!
Grossstadt
Die Göttin Grossstadt hat uns ausgespuckt
in dieses wüste Meer von Stein.
Wir haben ihren Atem eingeschluckt,
dann liess sie uns allein.
Die Hure Grossstadt hat uns zugeplinkt —
an ihren weichen und verderbten Armen
sind wir durch Lust und Leid gehinkt
und wollten kein Erbarmen.
Die Mutter Grossstadt ist uns mild und gross —
und wenn wir leer und müde sind,
nimmt sie uns in den grauen Schoss —
und ewig orgelt über uns der Wind!
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TRADUCTORES:
*Sabina Scherzer (Viena, 1966) realizó estudios de sociología, filología alemana y española en la Universidad de Viena. Fue profesora del Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras de la Universidad Nacional Autónoma de México. En la actualidad imparte cursos de alemán para extranjeros en su ciudad natal.
Ricardo Corchado (ciudad de México, 1971) cursó estudios de lengua y literatura alemanas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Se trasladó a Viena con una beca del Servicio de Intercambio Austriaco (ÖAD), donde reside desde 1996. Con la colaboración de Sabina Scherzer tradujo el poemario bilingüe Resonancias/Nachklänge. Nueva poesía austriaca (Ediciones Arlequín/Fonca, 1996). En la actualidad traduce un poemario de un escritor turco-austriaco. Sus traducciones del alemán han sido publicadas en diversas revistas y suplementos de circulación nacional.
http://www.difusioncultural.uam.mx/revista/feb2001/corchado.html
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