Carlos Gargallo Martínez nació el año 1960 en Murcia (España). Es un poeta autodidacta que bebe de las fuentes múltiples de la poesía. Ha publicado en distintas revistas literarias, participado en diversos actos organizados por el ayuntamiento de la ciudad, habiendo ofrecido recitales en toda la región y ciudades limítrofes a la misma. En abril de 2006, gana el 2º premio nacional de poesía Ayuntamiento de Totana (Murcia), y más recientemente el 1er. Premio al mejor soneto organizado por la asociación cultural Cuadernos Monroy y el Ayuntamiento de la ciudad de Cartagena. En abril de 2008 consigue el primer premio en el concurso de poesía "Chimeneas Vigías", organizado por el Excmo. Ayuntamiento de la murciana población de Alguazas, Accésit Especial en el certamen literario "Centro de la mujer Emilia Pardo Bazán" de Murcia. Es miembro de la asociación literaria "Las Torres", de las Torres de Cotillas (Murcia). Tiene editado un libro de poesía "El silencio imaginario".
RUMORES
Para cantar salmos al aire, para cantar,
que rocío mejor
que este del hoy mismo,
(el de ayer, caduco, quedó en brazos de Sol)
Naturaleza oculta en horas de lirios frescos
y manantiales de rizos blancos
en la caricia de los cañaverales hambrientos
de agua, y pañuelos repletos de lágrimas
por sauces bebedores.
Los romeros anidan
nanas de pájaros libres de culpa
y mariposas dispuestas a ofrecerse
a un arco iris, con su paleta
repleta de colores y brisas.
Rumores que anuncian
como trompetas de vida
el silbido cómico,
la reencarnación cotidiana
de un planeta.
CAER DE BRUCES
Para caer, solo necesitas a alguien
que al menos te roce.
(siempre encontrarás
quien esté dispuesto a ayudarte).
Caer sobre las aceras, los charcos,
la cama, el aburrimiento, el amor,
la pasión, los desconciertos cotidianos.
Caer bien o mal,
entre los absurdos empujones
de los autobuses repletos;
escaleras, zaguanes mojados,
aceras levantadas,
corazones a la deriva,
o tan solo
por cruzar la raya de la raya,
y la cruz por la cruz de los mansos.
Caer de bruces
cuando te quitan todas las almohadas.
EN ALGÚN LUGAR
En alguna parte
debe de haber alguien
que robó mi suerte.
Quizás un promotor de viviendas
cuando se llevó a Brasil mis ahorros.
Tal vez mi profesor,
aquél que defendía a las mujeres,
negaba las leyes y conducía borracho.
Quien sabe si todo es
porque la suerte, era una señora caprichosa
que un día decidió
cambiar de barrio.
Lo cierto es
que solo me quedas tú,
te quiero con toda mi alma,
pero por favor, calla,
y no ladres más.
Allí sobre los huesos rotos
de esta osamenta tan mía,
se nombran los crujidos
que invaden la derrota.
No hay más paisaje
que el que se esconde
en las ciegas pupilas
por la negrura del yo
y los millones de conjuros.
Traed aquí de inmediato,
el ungüento puro
que deshaga la cordura
de la negación de aquellos labios.
VENUS ES MI MUNDO
Nada más queda sin que esté exento.
Creo en Venus,
en todo lo que lleve o traiga sobre su nombre.
Calculo la distancia desde la Tierra.
Mido los centímetros
que acercan lentamente mis dedos
al monte sinuoso de los prodigios
desde sus pies hasta los rizos.
Venus es mi mundo,
no lo estropees.
BUENAS NOCHES Y BUENA SUERTE
Tengo la suerte de tenerme y encontrarme cada mañana.
Sí, tengo suerte, la de mirar a las estrellas y ellas
también a mí, eso es algo que no todos pueden decir.
La suerte, ay, la suerte
¿quien negaría que existe?,
solo que, como los espíritus,
se aparece raramente;
viaja sola, desaparece rápidamente,
y entonces, las gentes le oran fervientemente
hasta dormirse soñando que un día, quizás,
esa señora sea capaz de decidir
si llama a una puerta u otra.
Buenas noches
y buena suerte.
ENTRE TODO
Entre el tímido incendio de la noche
y la mínima sustancia del rocío
te nace el alba, aurora eterna,
corazón encendido sobre el paisaje
que resucita en tu cintura innovada.
Podría yo cubrir todas las nubes,
el firmamento entero
de abrazos y caricias sobre tu cuerpo.
Cantaría entre todos los pájaros
más alto, mucho más alto que todos ellos
y, aún así, de nada valdría
si tu no me miras
cuando te digo te quiero.
Déjame resucitarte
como un Lázaro prendido
en el pecho de todo lo que aquí te escribo.
Soy la rana mal besada
que jamás dejó la charca,
la razón de estar harta
encontrando el día a día.
No quedan ya princesas
capaces de besar bien en la boca.
Por lo demás
ya estoy acostumbrado
a croar en solitario.
¿Qué corazón diría
que solo un amor le cabe...?
Los vientos propicios
incendian latitudes,
cuerpos; amada amante
con susurros de ascuas esparcidos.
A veces, miel de esperanza
antes del suicidio,
canción íntima de abrazos.
LOS GALLOS DE LA MADRUGADA
Despiertan al alba
de los dulces sueños boreales
que envuelve el paisaje.
Un rubor encendido
anda por los caminos solitarios
esperando la esperanza
de saberse encontrados.
Hay un mundo diferente
más allá de toda duda
como el canto en la mañana
y la luz se rebana
en ese mar infinito
de caricias mudas.
Los gallos de la madrugada.
NO ME ACUERDO
No me acuerdo de su nombre
y sin embargo
su imagen es mi fantasma cotidiano,
el recuerdo liviano
del labio y la sonrisa
recorriendo este estado del ser
en cada uno de los millones de pasos
sobre las aceras, junto al muro pintado,
la farola apagada, el semáforo prendido
en el tricolor de los minutos pasados.
Sé que era como el tiempo que transcurre
entre el otoño y la primavera;
más que un viento huracanado,
una brisa de rocío
al despertar la madrugada.
¿Qué fue de aquella chica de ayer?
MIRO AL DÍA
Miro al día derretirse entre mis manos,
recojo sus lágrimas, las hago mías.
Son frutos maduros
que caen sobre un suelo olvidado.
Cada una de sus horas
huyen cobardes frente a los espejos
y son reflejos esparcidos.
Lo que era ayer
se desgarra en mis manos solas.
Un tiempo para amar,
siempre, siempre.
DUERME EL HOMBRE
Duerme el hombre y sueña
queriendo el sueño cierto;
despierta,
y llora toda aquella ausencia.
Buscar el norte de su vida
creyendo estar despierto,
mas todo es videncia
de aquellos bellos sueños.
Entrega tus alas Morfeo,
premia al hombre con tus promesas,
cumple la palabra dada,
que abra los ojos al mundo
y el mundo sea fiesta.
EL VASO
Todas las luces de neón
se esconden en el hielo
de un vaso repleto de miseria.
Cae la noche sobre los hombros cansados,
artos de estar artos
del peso de una vida
que poco a poco muere
en el verso apagado, en el alma dormida
de un mundo subterráneo,
en mareas de alcohol
donde naufraga el anónimo clandestino.
VAN A DECIR
Van a decir que digo
todo aquello que siento,
-por halago o ignorancia-
escribo lo que pienso,
para mi es fácil,
después
me atengo a las consecuencias.
Canto en la ducha, en los balcones,
recito versos sin complejos,
soy yo mismo
como un espejo
de reflejos con nombre propio.
No me llamo, me llaman:
Carlos,
de apellido: amigo de mis amigos.
Cuando pienso que no pienso
estoy bebiéndome a sorbos la vida
y me creo pájaro dorado
en la jaula del olvido.
Gracias querido Fernando por traerme a este gran espacio, un abrazo.
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