Deborah Antón
(Alicante, 1986) creció en Elche. A los 18 años se fue a vivir a Madrid y se licenció en Publicidad y Relaciones Públicas. Actualmente estudia Lengua y Literatura Españolas.
En 2011 obtuvo una mención especial del jurado en el I Certamen Miguel Gutiérrez García de poesía joven con su poema «Apache». En 2012 quedó tercera en el I Ceremonial Julio César Navarro con la obra «Desencuentros en la fábrica de clonar», compuesta por poemas de corte clásico. Ha participado en las compilaciones «Manos a la obra» y «Manos a la obra, II» (Fuentetaja, 2010 y 2011) y ha publicado la plaquette «La caja de galletas» (Béjar, 2011). «Menos Amélie, más Clarissa Dalloway» (Ediciones Amargord, colección Avena Loca) es su primer poemario.
Puedes seguirla en su blog: http://cuentagotas.wordpress.com
Apache
Soy un perro de caza.
Me han adiestrado contra
siete tipos distintos
de relaciones,
incluyendo sonrisas
y besos en la lluvia.
Mis fuerzas son mecánicas. No lloro
cuando veo en el fuego
mi pasado de perro en las montañas.
Me conformo con ver cómo reluce
el trabajo bien hecho, las monedas
que emite mi señor.
Yo también soñaría
con un ramo de flores
si pudiera. No puedo oler el miedo,
no puedo oler tus naúseas
ni tus ganas, no puedo
socorrer esa angustia.
Me programaron para relamerme,
cumplir con mi trabajo.
En mis miembros lisiados
por orden alfabético
no cabe más.
Pero el negro de tus ojos que no muera
el calor pegajoso de los bares
es la humedad la ropa que se pega
es la frente perlada de sudor
el disco de eydie gormé con los panchos
ojos negros piel canela
es todo el humo
la nostalgia que no consigo despegarme
es la conversación pulverizada
la que los camareros
mantienen con los otros
es el diálogo
esa sensualidad esa tristeza
timbales hielo miel comunitaria
y nada va a pasar
es lo peor que nada va a pasar
el disco dando vueltas para nadie
y nada va a pasar
la ambientación y tan poca saliva
El honor de los últimos
se cancelan las reflexiones por la lluvia
que los triunfadores sigan con lo que estaban haciendo
dejémonos los héroes la saliva en la boca
por no saber qué más hacer con ella
por no saber qué hacer con tanto síntoma
con tanto intercambio nazareno de miradas
que pierdan las calles su nombre
que exista ropa interior de entreguerras
y ese glamour canoso de camisas
me intimida lo mucho que a otros te pareces
las horas de lo nómada la música de entonces
consolación de copas
¡protesto!
(autorreferencialidad que todo lo estropeas:
eres el cortafuegos de aluminio
la lotería y bingo de los cuerpos)
me sabes al clamor de los tambores
a tentación y dudas a bocas de mechero
a úlceras de hoy
colégiate en mis manos:
there’s nothing more than this
No me has dado los huesos
Te reconozco por tus piernas flacas.
No me has dado los huesos
y veo que te alejas como un padre
en un día de sol.
Te veo porque ocultas las palmas de las manos
porque escondes los dientes las pupilas
y no sabes mi letra.
Deambulas a tu ritmo.
Caminas desbocando las noticias
y repartiendo etapas.
Te ocultas por portales paralelos
y me esquivas a veces
pero sé que estás solo:
llevas la soledad entre las cejas.
Inútil ya la risa
<i>
Tú te desatarás
con los brazos en alto
por detrás de tu pelo
la lazada, mirándome.
Pedro Salinas</i>
te he visto rescatar
los pecados más fértiles
de la boca de todos
levantando los brazos la cabeza
recogiéndote el pelo
te he visto andar borracha
insinuarte a los infantes nuevos
y esperar encogida
a que acabara de sonar el móvil
y te he visto estamparlo, sí, contra la pared
dando vueltas en círculo
al fuego al aquelarre
y presumir de que conoces fuentes
cavernas pozos sal en carne viva
te he visto especular con el suicidio
y el juego colectivo de los años
no sé cuándo he de verte macilenta de orujo
perpetrada al olvido
no sé cuándo he de verte
se extinguirán los huesos
que servirán de caldo en otras vidas
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