TATY TORRES DIAZ
Taty Torres Diaz, (Penco, Chile 1961). Chilena. Autodidacta. Tiene a su haber varias publicaciones, entre ellas Estaciones del Corazón, Compases de Luz y Sombra y El guardián de Mis Llaves.
Sus poemas aparecen en las antologías virtuales Poesía Hembra, editada en Perú, Grito de Mujer, antología internacional y en la revista “Mocha” de amplia difusión en Chile.
Obtuvo Mención Honrosa en el concurso “120 poemas para Pablo de Rokha”, Santiago, 2014 y ese mismo año fue galardonada con el Premio Ceres de Artes Literarias, Región del Bio-Bío. También en 2014 fue distinguida con Mención Honrosa en el Concurso Nacional de Poesía Stella Corvalán.
En 2015 el Fondo Nacional del Libro le concedió una de sus Becas de Creación Literaria.
Meditando Cicatrices
Escribo desde la cicatriz que dejó la historia,
desde antaño cabalgo sin alas
porque los ángeles son hombres
porque Dios es hombre
robó mi divinidad.
Desde la marca que dejó el ayer
le hablo a la de voz profunda
que quiere gritar
después de centurias de silencios
Queremos perfección,
eliminar las líneas que nacen en el rostro
el paso del tiempo en el vientre.
Nos ofrecen resultados inmediatos
y olvidamos los surcos de nuestra historia
las quemaduras allá en Salem.
Han sido días muy largos
somos miles las que esperamos
una intervención quirúrgica
que nos devuelva sangre, honor.
En sus pequeñas habitaciones nos llamaron impías
herejes.
Desde el púlpito
levantando el cetro de poder nos mutilaron.
Desfiguradas yacemos
apenas alumbradas por una luz mortecina.
En la noche de los orígenes
el verbo ya no fue.
Fuimos preferidas por la naturaleza
dotadas de sabiduría.
Aberración,
tanto poder no debía permitirse.
En su afán por anularnos
cocieron nuestros labios
con el hilo de sus ideas
dejaron fisuras para alimentarnos de vacío.
De tanto padecer
empezamos a soñar con manjares filosóficos.
Nos han intervenido
maquillado el cuerpo
infringido nuevas marcas
pero necesitamos agujas muy gruesas
que traspasen las capas de vida
y regeneren el alma.
Ahora miro mis cicatrices desnudas
me cansan
tiendo la mano
trato de aferrarme a un territorio conocido
quizás a otra cicatriz.
Este cuerpo, tan mal interpretado
donde se han escrito historias,
se sintoniza a un lenguaje misterioso.
La suave línea aterciopelada
que une el ombligo al pubis
la alegre sutura que atraviesa el vientre
los pezones curtidos.
La pronunciación del cuerpo es una bendición.
La obsesión por las formas desaparece.
las texturas se vuelven perfectas.
Este nuevo dolor que se escribe en la carne
es voluntario.
http://antologia.diablos-azules.org
A
sí señor
soy la tejedora
esa que teje el mundo de su mundo
como bien dices
mi falda llena de nidos te acoge
descansa tus sienes
sobre el misterio de mi urdimbre
esas sienes que reverberan bajo la nieve.
Todo viene
todo regresa enredado en mis hilos.
B
pinto el mundo secreto de un azul-silencio
sostengo la nube
la vida
con mi lengua tibia
lengua de colibrí
lengua de serpiente.
C
Cual bisturí el silencio talla en horas lentas
todo el latido
todo
toda la materia
en la cavidad de una mano que me arroja
hacia la nada/nada
y yo sigo manoseando con curiosidad
la sustancia de mi otra.
D
Desde la huella misma de la piel
se alza el grito de la sombra
agoniza
más allá de la mano que sostiene nada
más allá de la piel que entrega y recoge
un instante de nada.
E
No hay muerte en la memoria
huellas quedan
un recuerdo
una transparencia
una nostalgia de nido vacío
seremos niños un poco más
para jugar en el borde de la herida.
F
Aquí
la turgencia del vientre
el borde sin descubrir.
G
Yo secuestro esa voz
y le enseño a no decirse voz
le digo que es viento gimiendo en la ventana
y viene
va
se lamenta
toma forma de lagrima y se queda
en un lugarcito lóbrego
hasta nacer voz cuando la lluvia.
H
Yo también digo lo que sea Omar
pero temo asfixiar esa flor amarilla
mis ojos se endurecen cuando pienso en la mano
en el dedo
en el después de esa flor
y mi temblor y su temblor de pétalo
son uno en la espera.
En la iglesia verdementa bajo el desnudo día
quedamos la flor y yo
desnudas también de cobijo.
I
Una niña peinaba su pelo rojo
como bosque de venas
en Fauresti lo peinaba
era tarde
estaba su espalda cubierta del cabello lánguido
y tus ojos no dejaban de mirar
su desnudez de luna apagada.
J
Sé que piensas en una mujer
que es más que una mujer
una mujer cuyos cabellos huelen a libertad
y derrama lágrimas en forma de corazón
surgió de la hecatombe
como un rayo de seda
y acallo tus latidos
con su latido vencedor
esta mujer
brasa y abrazo
aquieta tu ala de pájaro moribundo.
K
El tiempo no tardó, simplemente no estuvo
en el momento justo queridisimo Omar
y la noche tan azul
se extendió como mantel sacudido al viento.
L
Estoy sentada en el portal
un sábado cualquiera
quizás es el mismo sábado
que los jóvenes desesperados
bailan solos y desesperados
una música desesperada en Portocaliu.
estoy sentada digo
mirando la comisura de la calle
mirando los adoquines que adornan esa comisura
y pienso
en los relojes detenidos
que ya no ocupan un lugar en el pecho
y en la sed
en la alucinación de la sed.
M
a veces pienso en esa mujer
la que tiene la cabeza gacha
y la mollera cruda
siento que la tejen tus manos
manos invisibles
siento que se duerme empapada de soles
y sueña
sueña que te abre sus rodillas
y te entrega un sudor cristalino.
Lo se
te gusta esa mujer
la que tiene un ala y juguetea en tus orillas.
http://literariedad.co
PATo-LOGIca
1
Estaba en alguna caverna de mi cuerpo
aferrada a los huesos
como larva
se alimentó y creció
como se alimentan y crecen las cosas malas.
Se descolgaba, a veces
por la mirada
¡Lo quería todo!
lo inmaterial
lo tangible.
De niña fue punzante puñal
instrumento de tortura
me hizo agonizar segundos eternos
y luego
era yo de nuevo
tan auténtica.
2
Recuerdo unos insectos
con círculos pequeños en el caparazón
uno era mío
mío
solo mío.
Caminamos en la arena negra
temí dejarlo sobre las rosas,
las espinas
como cuchillos
me creaban confusión.
El otro insecto lo seguía
con su lengua tibia lo hipnotizaba.
Juntos se deslizaron
entre huesos secos de perro.
El Mío, no regreso.
3
Desde ese tiempo
vive dentro de mi hojarasca
rasguñando.
Lo he confinado a su prisión
para que no vuelva mi boca
agua de camposanto.
A veces me descubre indefensa
prepara sus tentáculos
se aferra con las ventosas
es un monstruo que infecta
y crece
crece
crece
me obliga a abrir los dientes
a vomitar hasta la médula de los huesos.
4
No quiero, pero rendida estoy ante él.
Zanjas se abren
duele el aire
la vida.
Serpientes rondan los interiores
se asoman al iris
me cuentan secretos.
De nuevo arden las llagas
de nuevo la ira me consume
y otra vez no sé quién soy.
5
Acuno en mi vientre.
Enrollado dentro de mi cuerpo
crece cada día.
Es una bestia
un insecto
no sé
pero me enloquece cuando punza
está ligado a tu existencia
despierta cuando ve tu cabello revuelto
cuando soñando
mueves los ojos
De tanto amar tu cuerpo-mío
visite la oscuridad.
Su veneno amargo quema mi boca.
6
He tratado de domesticarlo
hacerlo pequeño
inconsistente.
Hice el ejercicio
de imaginarte desnudo en otra luz,
con los ojos cerrados he dicho
- no importa-
pero importa
si, importa.
El sale de nuevo con sus dentelladas
enloquecido
habla por mi boca
derrama la bilis
deja la copa vacía.
7
Me gustaría decir;
es solo una vieja costumbre
que se asoma a mi umbral.
Pero entra como veloz caballo
galopa y pisotea
convierte mis océanos mansos
en pozos llenos de muerte.
Cuando me abraza
soy un extraño arcángel
cubierto de ceniza y niebla.
Enfurecida
soy viento que arrastra hojas
palabras.
http://colectivolasilla.blogspot.com.es/
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