Marcos Cabal
(Concepción, Chile 1951)
Editor de Ediciones Letra Nueva, Director del Taller literario Mano de Obra por 20 años, creador de la Colección de Cuadernos de Movilización Literaria, y coautor de la Primera Feria Latinoamericana del Libro, Fell 91. Es antologado y antologador en y de varias Antologías de la región del Biobío. Entre sus libros publicados están La casa sola, 1984, Krematorium, 1986, Azúcar de calendarios, 1895, el Calvario de Sat, 1991, entre otros.
VARIACIONES LÍQUIDAS
La escarcha se ha quebrado
y se convierte en agua.
La introduzco en la camisa
invitándole a viajar
por los botones
cayendo in misiricorde
hasta el abismo
Se evapora para anunciar
el fin de fiesta.
Arrugo la camisa, se escurre,
es aire, tierra blanca,
viento
tu sonrisa de acuarela,
es tu pubis envuelto
en calzón de burbujas
que juega a cambiar la ropa
de la cama,
a pintarse los labios amoratados,
La miel líquida vuela antes
que el incendiario se queme
en su leche
La pócima aún vigila
tus ojos y parte de tu pelo.
BUENAS PIERNAS
Ya no usabas mini.
Cada continente tuyo
Ganaba con ventaja
Ya no usabas mini.
A una guerrillera declarada
Nunca le falta líder.
Ya no usabas mini
Entre las cortinas
Todo estaba a la vista,
Tomar y comer,
Incluido el oculto lunar
De la arácnida.
Ya no usabas mini
Ceñida a la cintura caía
Una falda larga
Con dos bidones de para-fina
Ya no usabas mini
El lenguaje del amor
Hizo en tu género
Una raya bélica imaginaria.
Ya no usabas mini.
DESDE OTRO CUERO
Un maldito roedor
Se come la badana interior
De mis zapatos.
(Quedar con hambre,
no es aconsejable ni bueno)
A esa rata no le da ni asco
babear
y saciarse con tan poco.
Las toallas higiénicas
son demasiado absorbentes.
LA REVERSA
Lo derretido fue parcial
No vi ojos ni cara
Su arte se inundó de aguas servidas
No vi ojos ni cara
Sólo un recipiente de hojalata
con averías en un asa.
Cállate, exclamó
la muñeca de madera fina
Estaba recostada como un gato
inofensivo.
Después me puso el trasero
pegado a la cara
como un periódico
DESPUÉS DEL RECREO
La vulva aún no sabe
escribir con este lápiz
que se recarga
segundo a segundo,
con solo pensarle.
Lo mira, lo toca, lo observa,
cuidadosamente
lo huele, lo muerde, lo ahorca,
lo comprime, lo asusta,
le pega, lo bota
cuidadosamente
lo reta, lo acoge, lo estira.
No sabe escribir
pero de ganas no se queda.
Le habla y él mueve la cabeza.
No sabe escribir
pero de ganas no se queda.
Ambos se amarran
a las líneas del papel.
Y el apresto se sufre.
No sabe escribir
Pero de ganas va trazando
la palabra repetida.
Una vez, dos veces, tres veces.
Basta, dice, el curso
ha terminado
SIN LICENCIA MÉDICA
Quiero que me des
una aspirina y
la coloques
encima de tu pecho.
Voy a empujarla
con mi lengua
hasta que baje
al vaso
y me lo empine.
Una aspirina
que se haga polvo
en las púas del erizo.
Se haga humareda
en los pliegues
del hongo de Hiroshima.
Se haga liquida
Resistencia
geométrica
en tu nariz burlona.
Desorden angustia
en remolinos
bordeando
los meneos
de la nuez y la castaña.
La obra de Marcos Cabal, poeta de la región del BioBío, se caracteriza por tener un lenguaje natural, despejado, simple. Son las palabras de un poeta profundamente humano, cercano, amigable.
Esta poesía nace desde la marginalidad de la región, apreciada y valorada mayormente en los círculos de movimientos sociales y populares, en el ámbito de los trabajadores.
El autor ha sido a lo largo de su vida, un líder y luchador innato de las causas sociales, de la reivindicación de los derechos de los trabajadores, esta poesía es pacífica, aquí no hay lenguaje agresivo, sino afectivo, el poeta capta los momentos cotidianos con gentileza, con amor a la palabra, su mirada se despliega desde lo amoroso a lo sensual, del desamor y la ausencia a cierto toque erótico con una leve ironía.
En su poema Una mirada tardía, expresa:
“Afuera hay un mal tiempo
viene con los bolsillos helados
comiéndose despacio nuestra lana
Algunos dijeron ¡paso!
Y quedaron petrificados
cuidando los techos con su lengua
Me muero
fue lo único
más veces dicho.”
En Argumento dice:
“…Hubo tanta costumbre
amada mía
dando vuelta
por la orilla de los ojos
Mucho invierno
naufragios
y ciudades desaparecidas.
La ropa apilada en el cajón conversaba
cuanto miedo se escapaba por debajo
un alma intrusa iba con su escoba
apilando besos.
Poca o ninguna noción tengo
de esa primera muerte
las paredes eran vidrio metálico
y crujían como dientes de hombres
corriéndole a su sombra.
Repetía solo una palabra: helado.
Otra vez el viejo de mi padre andaba
cuidando su huerto
vestía de terno oscuro y una camisa
como la escarcha.”
En el poema Humedales:
“…Necesito quererte ahora
a pesar que no vives conmigo
en este puerto de amores clandestinos
no puedo decir tu nombre
ni a quién le pertenecen estos versos
necesito quererte abreviadamente.”
Poesía de experiencia de vida, inteligencia y nostalgia en su conjunto con leves signos de desesperanza. De alguna manera trae a la memoria el Confieso que he vivido de Pablo Neruda.
Marcos Cabal, observador singular, apasionado por la poesía, nos muestra el desafío de la mesura en la expresión poética, una mirada desde el alma. Una reconciliación con la vida.
Fragmento poema “Filiación del ruego”:
Veo que nos vamos quedando solos
y distantes de los que más amamos y el deseo es aire
turbio; solo acurrucados por el frío que nos reside
carne adentro sin abrigo
Veo que nos faltó tiempo para abrazarnos más de lo
necesario.
Ingrid Odgers Toloza
Escritora -editora
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