jueves, 22 de enero de 2015

JUAN JOSÉ ORTIZGARCÍA [14.560]


Juan José Ortizgarcía 

(Puebla, México  1950) es poeta, narrador y pintor. Cuenta con colaboraciones en diversos suplementos culturales y revistas de circulación nacional e internacional, entre los que destaca la revista Crítica, de igual forma tiene varios poemarios en su haber; De la parva y otras intenciones UAP 1998, Malabar de la memoria, Fomento editorial UAP 2004, Despuntes y aglutinaciones, Fomento editorial UAP 2008, Plaquettes de poesía para niños, Educación y cultura con colaboración de la Universidad Iberoamericana de Puebla 2008.




AGUANTAR EL ROLLO

Cámara mi buen
Aguanta no tardo
Hablo con el ínge y me vengo
Y sale disparado como si el asunto le diera mucha importancia
Ese no tardo es ya se chingó el día
Pues al ser muy conocido
Se detiene a platicar de cualquier pendejada cada media cuadra
Pasando por alto todo compromiso
Y más si quien lo atraca es la Petra la Queta o la Rosa
O la Elena o la Laura
Siempre las faldas tienen prioridad
Como si fueran el centro del universo
O el oxígeno de todas las respiraciones
Platicar con él es darle rienda suelta a la lengua
A la risa
Al desmadre
Que las nalgas de pera
De melón
De almohada
De tabla
De tortuga
Pa’ tu centro la moronga y telas poncho
Como llantas viejas
Siempre aquellito
Aderezado con el interés de mojar la brocha
Y tiene pies y boca de hipopótamo
Festivo como nadie
Trae la música en la sangre
Y las articulaciones
Pero más en su garganta
Eso déjalo para mí
Las bolas en el montículo saliendo de su zurda
Pedos
Saco los frijoles
La leche es para los huesos
Y los niños de mamila
Barrigón peludo con un lunar en la mejilla
Por lo mismo lo apodan María Félix
Pero no la artista sino la loca
Esa que anda en las cantinas
De la libertad
Cuñadito acá María Félix allá
Beisbolista de primera con un cañón de miedo
Tanto para la de Spoldi o los mandarriazos
Si no pregúntale al bimbo-oso
De ciento ochenta kilos
Al chavarria
O a su mismo cuñado
El Zabulón convertidos en inofensivos mininos
 Después de la repasada que les da
Cuñadito contigo no es la bronca
Ai muere
Aguanta es su palabra favorita
Ya ves pinche cuñado que esto
Que lo otro
Para concluir entonces
¿Cuento contigo? ¿sí o no?
Dame chance arreglar la bronca esta
Y te hago el paro
Ya ves que soy el rápido del oeste
Que a eso de la brocha
Nadie me gana
Y su risa cayendo como un alud de rocas
A la mitad de un túnel
Y uno creyéndole siempre
Esperando hasta que se le dé su chingada ganas cumplir
Al final de cuentas él sabe envolverlo a uno en cada rollo
En cada gesto de sus manos y su cuerpo de gorila
Cuando se pone el uniforme de los Yanquis de Nueva York
Y en posición de bateo
El culo se le curva
Como un balón de básquet
Los pretextos los maneja como un mago
¿O qué cuñadito te vas a sacar de onda?
Sacarse de onda con él es un riesgo
Una catástrofe
Por el dinero adelantado y las consecuencias para el hígado
Él te la hace
Pero que se la hagas tú ¡No!
Cuidadito con el león
Creerle es cuidar la inversión
Mantener la amistad y el cuerpo intacto
Hasta hoy no se ha sabido
Ni visto quien lo tienda
Y lo corrija
Siempre te he cumplido cuñadito
¿Cuándo te he fallado? Nunca
Ya ves hasta te di una ayudadita con Laura
¡Hijo de tu… hay mijita!
¡qué culo! ¡qué trancas!
¡qué chichis!
Si la hubieras visto en todo su esplendor
Entre los matorrales del río
Pa’ su mecha
Como resistiéndose
No, Ángel no me haga eso
No, Ángel
Por favor No
No no… Ángel
No no… Án… gel
Nooo… auch… Annn… geee… l
Y los pinches zancudos chupándome la sangre de las nalgas
A travieso nadie me gana
Mientras la sangre de ella hacía caminitos por sus trancas
¿qué cuñadito te vas a sacar de onda?
La maciza cabrón
No te hagas pendejo
¡La chamba!
¿A qué hora cabrón?
Aguanta
Mañana sí te caigo bien temprano
Por ésta cuñadito
Y el signo de la cruz tomaba forma por sus dedos cerca de
sus labios
y otra vez que su patrón el cheque
Que el español
 Que el hijo de Marcelo se lo llevó a ver la chamba
Que la Yolanda
Que sus treinta y seis hijos
Le hacen fiesta cuando lo ven
Que el baile donde verá a la Tere
Que ya se la anda tirando
Que la hija de la Tere parece merolico de la cinco norte
 Que sus sueños guajiros de tener una galletera
Por eso ayuda a la Tere a cargar los bultos
Va por una tartanita
Porque la casa ya la tiene toda ajuareada
Aunque no sea de él
Que su hermana todavía es un buen pollo
Y que quiere conmigo
Llégale cuñadito
Hay camino despejado
Siempre y cuando lleves pa’ la papa
Órale cuñadito yo te hago el paro
No sea que la soledad te convierta en chipoclito
Vamos al baile y te presento a la hermana de la Tere
Parece elefante
Pero qué más puedes pedir si ya estás viernes
De que los tires debajo de la carpa de tu circo
Mejor pónselos a la boca de su huacalote
Y así el tiempo pasa como un chorizo
Para amontonarse donde se cuelga
Te meto un susto
Vivo lejos pero llego rápido
Si respiras hondo y cuentas hasta cien
Y todavía tus nervios te traicionan
Repite el conteo hasta meterlos en cintura y piensa
Que mañana es tu día de suerte
El cabezón está en su punto
Pa’ tu santo pinche barrigón con sonrisa de sabritas
Te pasa de lanza y me la chupas como una paleta de tutsi pop
Para que cenes lumbre
Ojalá no se le atraviese la Norma
Y se la quiera llevar quince días a Altotonga
Para presumirla con sus primos
La última vez que se la llevó
Le cuajó un chamaco
Hago que no veo
Estarás ciego pinche mandril veracruzano
Te gano y te pongo en el tendedero
Para que bajes por los chescos
Ya bájale
A poco muy chingó
No sólo una probadita
De la misma medicina
De eso pides tu limosna
Desde que la Norma
Te pegó una buena infección
De esas que joden para siempre
¡Culero! ¿Cómo es que no previniste a tu sobrino?
Para que se le quite lo caliente
Bajarle la vieja al tío
Esa sí es una chingadera
La Norma lo dejó por él
Y el María Félix se consoló con la Teresa
Por lo tanto
Es probable que mañana sí cumpla su palabra
¿O qué cuñadito te vas a sacar de onda?
No yo no
La que anda sacada de onda es la Tere
Que está sintiendo los estragos de los medicamentos que le
recetó el doctor
 ¿O no cuñadito?
Unas de cal por otras de arena
Aliviánate
Ojalá le sirva de lección
A él nunca lo habían infectado
Ni tampoco se había dado cuenta de un baje de nalga
Ojalá ya le pare
Y siente cabeza
Sumo a tu hermana
Pues no has querido
A ella ganas no le faltan
¿o qué cuñadito te vas a sacar de onda?






Perfil moviendo los labios en un grito de auxilio 

Cuento la flo­resta y la fauna del retorno
el mágico fol­laje de la revelación
la fér­til piedra en la mano y la honda
la algar­abía de las aves noc­tur­nas en los árboles
la mar­avilla de llenar ren­glones y ren­glones con palabras
que pare­cen cán­ti­cos que aderezan una declaración de amor
oigo el tic tac de los relojes
oigo los rui­dos de la tem­per­atura en el refrigerador
busco el cal­en­dario que guarda el ful­gor de las fechas importantes
busco escribir noche tras noche luciér­naga pavesa en el vacío
busco lo que tengo en la noche tal­is­mán bib­lia oración
busco lila la bego­nia amap­ola polvo del paisaje
del deseo y del sueño interminable
busco cas­car el aire con el cin­cel de la palabra
Ningún agravio deslum­bre mi paciencia
ningún silen­cio tatúe como car­bón ceniza tiza en el vacío
Qué per­fil en la mul­ti­tud se asoma y mueve los labios para pegar un grito de auxilio
Ningún tro­pel intem­pes­tivo me lleve a un sueño turbulento
per­sisto en la rev­elación de la pal­abra Itzel
y abrevo de lo escrito y de lo que se escribe
sur sulamita zureo surrealismo
zum­bón el aire entre las ramas de la acacia
Miro las corti­nas llenas de polvo y telarañas por donde vaga la noche
miro la cucaracha tirando en el camino sus despojos
miro esta estancia en el vér­tice de un desfiladero
miro todo lo que puedo mirar aun a costa de mi magna perdición
miro los gira­soles en el cuadro itzel
miro la luz allá afuera como centinela
miro el espejo y la frag­ili­dad misma de su azogue
En esta estancia pro­lif­era el pulso de la música
música que se sostiene de las alturas cósmicas
y del cau­dal de luz de la memoria
A pausas el sueño se acerca a los párpados
con pesa­dos cer­ro­jos y con tan­gi­bles aldabas
a lo lejos el ladrido de los per­ros anun­cian zarandajas
o a intru­sos infieles fecun­dando mujeres ajenas
que sin rodeos pro­nun­cian amor
en tanto no se les acabe el apetito por la carne
Afuera cada estrella per­siste en su destello
Siem­pre la noche es pro­funda y esquiva
La noche hace lo que le da su rechin­gada gana
Nada risueño hay a las tres de la mañana
Clamo por la pal­abra lírica y el piélago del saber libresco
clamo el instante en que todo queda a la intemperie
sea rey­erta o reconciliación
Nada basta ni pro­funda ni ancha la noche
nada basta ni penum­bra ni llena la luna
nada basta ni der­rumbe ni rayo ni clavos ni san­gre desbordada
Hay todo y nada en la tierra
hay trans­paren­cias poco fidedig­nas que ascien­den como pom­pas de jabón
y desa­pare­cen en estallidos
hay gril­los con su respec­tiva fiesta
y remoli­nos de polvo en el mapa de mi patria
que se recorta cada que al impe­rio se le antoja
A esta hora ningún anatema salga de mi boca
ninguna incer­tidum­bre elim­ine el impacto de mi canto
Noche es noche como quien cam­ina en niebla densa
y a tien­tas con bastón y sin dinero
A esta hora me declaro abatido
hasta más allá del alba Itzel.







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