martes, 15 de julio de 2014

IVÁN FERNÁNDEZ FRÍAS [12.315]




Iván Fernández Frías  

Nació en Santander (España) en 1985. Licenciado en Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, ha defendido recientemente el trabajo de investigación en el Master de Estudios Avanzados de Filosofía  en la misma U.C.M con la especialidad en Metafísica. Su título, “F.D.E Scheleiermacher: la formación de la subjetividad a través del comprender (o de cómo el hombre y el mundo se influyen y cómo se diferencian)”.
Actualmente trabaja en una tesis doctoral sobre la filosofía de Spinoza y el Idealismo Alemán. Iván Fernández escribe desde siempre influenciado por la literatura clásica de Alemania y el Sturm und Drang: Goethe, Schiller, Klopstock, Novalis …





ME PIERDO

A Clara

Me pierdo siempre en las notas
de un piano
siempre me pierdo en un instante
notas siempre que me pierdo,
siempre;
como nunca antes, lo sientes
y me dejas perderme, glorioso instante

Laberinto de versos que no escribí
nunca
ante el estupor del piano
que gime siempre como nunca
como las primera vez que te perdiste conmigo

¿Recuerdas?
La melodía nunca se pierde
porque la inventamos
siempre

Ah! Qué glorioso instante
instante expandido hacia el presente
constante vital de la melodía

pulso mágico del piano:siempre me sorprende
Como al pianista borracho, estupefacto
ante el resplandor del presente





NUEVO AMOR

Acaríciame de nuevo, reina de corazones
Como por primera vez el viento acaricia tu cara
Como el silencio abofetea al estruendo
Como esos ojos que buscan a tientas los míos

Esa mano sobre mi mano, ese labio sobre tu labio
De manera cómplice, como casual, cruzamos miradas
Y enseguida ¡Zas!, apartas tus luceros de los míos
Apenas dejando entrever un esbozo de dulce ternura

Por sorpresa, tu cabeza sobre mi hombro
Ajustando nuestras frágiles respiraciones
Y te hablo de mi amada, que es la luna
De los rincones agolpados de llanto y vida

Susurros en la noche de las hadas,
Sorpresa entre instante e instante
Del siempre al jamás no hay más que un rato,
Un momento, una espera que se me hace insoportable





DESTINO ACIAGO

A la eternidad la llaman tristeza los hombres entre susurros,
Que se alza titánica e imponente entre restos de desdichas
Pues grabado en piedra dejó su nombre el infinito,
Donde ahora descansa sin temor al olvido

Vuelan las soledades buscando un destello de esperanza,
Corren a ciegas entre cavernas manchadas de desolación.
Olvidando, como siempre, sus frustraciones existenciales
Pasan página de vida, ocultando su desilusión

No se detienen un instante a escuchar cómo gira el planeta
Ni vuelan, absortos, a los confines de la felicidad más remota,
Pero como lobos protegen su guarida, cúmulo de ruinas antaño florecientes
Ese Yo en mayúsculas, egoísmo consecuente de una vida ingrata

Acaban traficando deseos, más allá de la ciudad verdadera,
Y obedecen, como autómatas, órdenes no ordenadas
De promesas de vidas mejoradas
Por atisbos ostentosos de lujo y de grandeza






PANEM ET CIRCENSES

“Nemo malus felix”
Juvenal

La brisa golpea estruendosamente finos granos de arena
arena que como mil aguijones apuntalan mi torso desnudo
desnudo ante el charco de sangre y lágrimas ante la vida perdida
perdida entre los dientes golosos de manadas de ojos malicientos

Como si una colosal piedra aplastara el corazón de su existencia
se escapan gritos ahogados atrapados en gargantas sin pena
pena arrebatada con fuego y acero y hambre y tortura
por aquellos que ahora aclaman como a Dioses

Oh! Vana esperanza en la sagrada piedad
piedad vendida a puñados en manos de carmín ensortijadas
ensortijadas con tierras arrebatadas, cadáveres secos
secos eriales en una época oscura de escasos destellos






LOS CAMPESINOS

“La tierra volverá a quienes la trabajan con sus manos”
Emiliano Zapata

Doce hombres agonizan bajo el sol del mediodía
torso erguido, pecho henchido, mirada furtiva
años y años de trabajo se pierden en el recuerdo
que espolean la cordura hacia un futuro incierto

Campo fértil, muestra orgulloso tu rostro
permite la recogida en este despiadado Agosto
y no indagues en la hacienda en busca de soledades
pues el vino es buen amante acabadas las labores

Meditan profundamente sobre el jornal recibido
con el rostro de sus hijos siempre en el pecho fundido
que como certeros arpones resquebrajan la nostalgia
dando gracias en silencio por el trabajo de mañana

De mañana y de mañana y de un mañana indefinido
bajo un astro incandescente que se muestra conmovido
por el ímpetu de los obreros que se afanan laboriosos
en arrancar de la Tierra puñados de frutos golosos.






AL PRINCIPIO ERA CHAOS

Chaos vomita la creación oscura
negra por dentro podrida austera
miserias jalonadas de momentos de esperanza
ruido informe de la parca que te espera
ratas como enigmáticas cuestiones
oscuras podridas muertas
demasiado poco tiempo tengo poco tiempo
Chaos vomita la existencia inagotable
a un espacio que se abre
frío pétreo como moribundo
latigazos del azar que te arrojan
girando en un macabro caleidoscopio
ruin mezquino miserable
allá donde el mar de los muertos
donde los quizás sangran por tu titubeo
donde el tiempo es una burlona sonrisa
esbozada en un rostro demacrado descarnado
agrietado por palabras que nunca te atreviste a decir






UN VAGO RECUERDO

“Y, sin embargo, en nuestro andar solos
nos complacemos con lo duradero y estábamos allí
en el espacio intermedio entre mundo y juguete, 
en un lugar que desde el principio
fue fundado para un puro acontecer”
Rainer Maria Rilke


Presagio

Tengo un vago recuerdo casi como una lúgubre sombra
de un plácido reposo bajo el techo ensortijado por estrellas;
la hoguera moribunda se entreteje con la noche
a los pies de un bardo que acaricia su instrumento

Tengo una sensación extraña, casi de presagio
de una conversación en los reinos de Morfeo
con un tuerto eremita que despectivo me contaba
que el poema es más certero que el mejor de entre los dioses

Tengo la funesta impresión de un atronador vacío,
de un desierto que se escurre entre los bordes de la vida,
de un silencio que se engancha en tinieblas a la aurora
que en su brillo cegador, esconde mi alegría

Tengo un secreto que se agolpa en la mañana
de un bardo atragantado por la sangre en su garganta,
de mil hombres que se arrojan al festín de la emboscada
y mi cuerpo, inerte, inmóvil; esperando al eremita

Revelación

-¿Anhelas la locura? Me susurra el tuerto infame;
y en un gesto, retira el negro parche de su rostro
donde me veo reflejado, como un monstruo
que ignora la importancia del poema

“Todo ángel es terrible” y yo no puedo contenerme,
y grito y lloro al descubrir el rostro de la muerte
que se alza demoniaca en la intemperie
de la cuenca vacía del poema

-Todo ángel es confuso, ya no hay vida ya no hay muerte;
sólo tiemblas aterrado porque, al verme
te has percatado de lo ágil de tu suerte
que traiciona tu cordura en la mañana.

Ya no eres más que un recuerdo tenebroso
atrapado entre los pliegues de la ausencia de mi ojo;
donde el bardo sin cabeza te observa malicioso
y un dios vanidoso se atraganta con las ruinas del poema





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